viernes, 28 de diciembre de 2012

Hay textos donde hay más verdad que realidad; y resulta curioso, porque a veces para entender la realidad hay que vestirla de ficción e hipérbole.

Borracho. Tres de la mañana. Mi cuerpo de harapo es mordisqueado con romanticismo por la soledad. Irene Adler esquiva mi beso de semen. ¿Existo? Corriente de aire frío. Fantasma. Horla. Polidori. Stoker. Súcubo. Lestat. Jardín Salvaje. Lorca se retuerce en su fosa común mientras eyaculo en la página en blanco mi accidente emocional; la vida real empieza a preparar la emboscada de mañana.

***
La creación deviene primero en entretenimiento, un puzzle preciso y funcional sin capacidad de sorpresa que simplemente distrae; el arte en cambio azora, incomoda con su juego de espejos, de preguntas y respuestas, provocando siempre una reacción.

***
El mundo es un gigantesco supermercado donde todo –y todos- llevan muy visible la etiqueta del precio. Luchamos por integrarnos y por eso, tarde o temprano, prostituimos nuestro tiempo por una tarjeta de crédito que nos permita coleccionar y cosificar todo lo que nos rodea. Olvidamos lentamente nuestros sueños, intercambiamos la posibilidad de ser felices por un nuevo canal de televisión.

***
Se escucha un latido afilado e intenso. La heroína se despereza al borde del abismo negro del papel de plata. Cada nervio es una erección; “Fóllame” grita la droga mientras me ofrece su amor sincero de muerte en vena. Alguien afable añade algo de coca a la mezcla; al fin me pierdo, huyéndome, pero no puedo evitar recordar, antes de perder la consciencia, tu mensaje en el contestador.

***
Nada más empezar te daré un par de bofetadas. Ya nos conocemos, mi querida puta, no hará falta que mi mano se pierda entre tus muslos para comprobar lo caliente que estás, sé que sólo con eso ya estás al borde del orgasmo.

Tengo curiosidad, ¿a quién podrías contar la verdad, ante quién podrías abrir tus piernas de niña buena y susurrar al oído que te excita la humillación, que el romanticismo es un mero complemento caduco? 
Cuatro dedos, como sirenas buscando a Ulises, arquean tu coño matando la culpa. Nadie te va a follar como yo, nadie rasgará tu ropa y golpeará tus pechos con mi delicadeza; nadie limpiará con la lengua tu cuerpo profanado por la lluvia dorada y todo lo demás, nadie te obligará a salir al balcón desnuda para que masturbes la luna, ni te cantará “Love Me Tender” hasta que pierdas el control de tu piel de escarcha.
Solo yo soy capaz, tu Amo, y quizás en parte, tu esclavo. No lo vuelvas a olvidar.

***
La muerte desciende como ciénaga desnuda por mis muñecas. Tú gritas, me abrazas, pero mis rodillas se doblan, mi cuerpo se retuerce como si estuviera atrapado en un accidente de coche; y te confieso que sí, que lloré a mitad de la película y nunca conseguí terminar de verla. Unas sirenas suenan a lo lejos -¿es la policía o una ambulancia?
Tanto tiempo desperdiciado, separados por el miedo, sin poder reposar mis cicatrices a la sombra de tus pestañas. Pero es mejor así, destierra mis caricias a los reglones torcidos de Dios. Aléjate de mí, el frío es contagioso.
Pero no me haces caso, atas mis venas con un lazo de regalo y sigues masturbándote. Mi sangre se mezcla en el suelo con tus flujos.

Todo es amor y delirio. Un jodido final feliz, ¿no?

MHz by Modwheelmood on Grooveshark

lunes, 24 de diciembre de 2012

Feliz Navidad.

A veces cuando escucho hablar con rencor de estas fechas, acusándolas de hipocresía, de esa feliz falsedad que provoca incomodidad y soledad, me da la impresión que son imposturas nacidas de una necesidad de reafirmación adolescente, como si el hecho de negar la inercia de la mayoría enfatizase la propia singularidad. Hablo de actitudes que por exageradas, caen en el ridículo, no de aquellas opiniones que nacen de la reflexión y de los azares de la biografía personal.

No sé, yo siempre estoy solo, no creo que el hecho de que existan adornos navideños por las calles vaya a provocarme una mayor depresión o decadencia. Tengo familia, naturalmente, pero solo voy a cenar con mi madre en nochebuena, no me veo en la necesidad de seguir convencionalismos sociales, ni ahora, ni el resto del año. Si voy a la cena de empresa no es por obligación, ahora cualquiera puede argüir la crisis para escaquearse, lo hago porque me apetece, porque sé que voy a pasármelo bien con mis compañeros.

La liturgia religiosa se ha perdido, simplemente queremos disfrutar de una cena especial, de la preparación, llenar la mesa con canapés de ahumados, queso, langostinos, quizás un consomé o gulas de primero y luego cordero o un buen pescado; de postre turrón, mazapanes, polvorones. Además en estás fechas todos nos comportamos como unos alcohólicos irredentos, lo cual hace que me encuentre más cómodo.
También he de añadir que me gusta poner la televisión, la única vez en todo el año, y ver alguna película del estilo “Que bello es vivir” o “Los Fantasmas atacan al jefe”. Suelen ser películas “tramposas” pero forman parte de mi adolescencia.

Tampoco creo que sea nada malo, y lo dice un asocial, echar un vistazo a la agenda, o quizás –para quien lo tenga- al muro del facebook, y dejar algún mensaje; hay amistades que simplemente mueren por desuso, aquí en Madrid, por ejemplo, puedes tardar una hora en atravesar la ciudad para ir a casa de un amigo, da pereza, el tiempo se consume entre obligaciones, el trabajo o la pareja, me gusta que estás fechas den una excusa para dar señales de vida. Creo que ese gesto vale más que cualquier regalo, al igual que prefiero un mail personal que un sms cadena. Pero claro, solemos masificar hasta la forma de recordar a los demás.

¿Puede resultar hipócrita que, por ejemplo, una persona que no suele tener demasiada relación conmigo en el trabajo, tenga ganas de pararse un rato en mi puesto, me salude y me desee feliz Navidad? Quizás, pero veo las mismas posibilidades de que, simplemente, infravaloramos la incapacidad de intimar, el efecto alienante de la ciudad, como esta nos “empuja” a forjar relaciones insípidas y carentes de comunicación real. Solo nos tenemos que fijar en Japón, la sociedad más avanzada, para darnos cuenta de cual puede ser el futuro. A veces pienso que es más fácil echar un polvo que dar un abrazo real.
Me repito en ello, y seguramente es un alarde de extrema candidez, pero creo que la Navidad es una buena coartada para acercarnos un poco a los demás.

Pero bueno, ya es tarde y estoy divagando como siempre. Este post solo es una excusa para desearos a todos feliz Navidad, espero que sepáis entresacar los mejor de estas fechas, al final, el punto de vista, la perspectiva, siempre depende de nosotros. 

Un abrazo a todos.

Elvis Presley & Bing Crosby - Im Dreaming Of A White Christmas (Chrismas Songs) (15) by Unknown on Grooveshark

viernes, 21 de diciembre de 2012

Breve conversación entrañable antes del fin del mundo.

Rorschach está viendo un vídeo notoriamente inquietante: chica asiática, lagrimas, semen y maquillaje deslizándose por su cara, la bola roja con mordaza le impide gritar demasiado, su cuerpo siendo violentado una y otra vez por hombres, animales y metal. Se arquea inconmensurablemente. Solo lleva unos zapatos rojos de tacón de aguja.

De pronto alguien llama por teléfono. Es ella. Sonrisa. Su voz es el perfume de los pájaros en celo

Musa: Eres el escroto más triste que he conocido en mi vida, un alma desfondada. A mi no me engañas con tu voz de distopía romántica, con esa risa mutilada, eres otro poeta de dados trucados, pones una marcha fúnebre para soltar tu mierda personal intentado parecer trascendente, pero solo buscas un coño. ¿Y para qué? Ni siquiera sabes follar.
Rorschach: Tienes razón, solo folláis bien vosotras, sobre todo con otros, pero ten cuidado, me estoy cansado de ser el papel higiénico de perturbadas emocionales, ya no me enamoro de antiguas marcas de muerte en la piel. Además, para ser la segunda vez que hablamos, utilizas un tono demasiado íntimo conmigo.
MusaTe llevo observando desde hace tiempo, querido decadente, no eres un solipsista, tus textos necesitan público, al igual que tu polla de excéntrica impostura mi coño inmortal. Tu vida giraba, sin darte cuenta, paralela al amor reminiscente que invocaba en cada orgasmo que me provocabas. Soy la ciclotímica protagonista de todos tus relatos, de cada una de tus ponzoñas de pornografía y sadismo.
Rorschach: Todo es magnifico cuando se mezcla el alcohol con las malas decisiones. Ven, ven a verme. Demuestra que eres la sinrazón hecha costumbre, carne y anhelo.

Y vino a mí, acompañada de los tambores del fin del mundo. Y mereció la pena. Oh, sí.

Until the End of the World by U2 on Grooveshark

jueves, 20 de diciembre de 2012

El hijo bastardo de Dios.

Me despiertan los gritos de la calle. Miro el reloj, son las tres de la tarde.
Me incorporo despacio de la cama, me sube una arcada. Espero con los ojos cerrados a que pase.
Llevo varios días bebiendo, y siempre, al despertar, tengo que correr al baño a vomitar
es una forma desagradable de empezar el día
estoy seguro de que hay formas más limpias y rápidas de suicidar la conciencia en estas fechas
pero nunca dije que fuera demasiado inteligente.

Cojo aire y salgo de la habitación esperando que la luz mutile con saña mis ojos
sin embargo todo está oscuro, los gritos siguen afuera, ¿qué coño sucede?
Salgo al balcón y lo veo: miles, millones de arañas de todos los tamaños inimaginables caen del cielo, peludas, negras, blancas, rojas, transparentes…
cubren con sus cuerpos el cielo en un gigantesco crespón
la gente huye, intenta protegerse en los soportales, algunos se arrodillan en mitad de la calle y rezan histéricos
se escuchan choques de metal contra metal, gritos, sirenas, cristales rotos
¿el fin del mundo se ha adelantado un par de días?
Sonrío ante la idea, pero me jode, todavía tengo cinco botellas de Absolut esperando.

Me tumbo en el suelo de la terraza, boca arriba, incrédulo
entonces las siento caer sobre mí, como tijeras de neón enmohecidas
recorriendo mi cara, mis brazos, mis piernas
empiezo a reírme, por fin la locura me abraza con cierta pasión: “bien, adelante, venid pequeñas putas, sois el mana, sois mi soma”

Abro la boca, pozo de muerte, madriguera de amor
empiezan a caer dentro, a inundarme, se deslizan por mi garganta
mi boca se transforma en una cloaca de vida
algunas empiezan a luchar, pero es demasiado tarde, no hay escapatoria
las compuertas se cierran lentamente, empiezo a masticar
me inunda el sabor del marisco rancio
me levanto, entro en mi habitación, alzo la botella de vino de anoche y la termino.
Aquello termina de bajar a mi estomago.

Tengo una erección.

Me tumbo unos instantes y me quedo dormido. No sé cuanto tiempo pasa, pero cuando despierto y miró por la ventana, todo ha vuelto a la normalidad.
El miedo, sinónimo de religión, desaparece, el hombre civilizado sale de su caverna de nuevo.
Busco información por internet, sin embargo no hay vídeos ni imágenes, alguien habla de una conspiración mundial para drogarnos con el agua. Hay miles de versiones sobre lo sucedido, diferentes personas en el mismo lugar han visto caer del cielo cosas totalmente diferentes: ratas, bebes, ninfas, dinero, cucarachas, condones, jeringuillas, difuntos, nieve…así ad infinitum.

De pronto tengo un insight, una loca explicación: Dios ha eyaculado sobre nosotros, y nuestros cerebros, incapaces de procesar esa información, limitados como están ante la visión de algo imposible de entender, de adaptar al lenguaje, a nuestros sentidos, han creado un espejismo de apariencia normal, diferente en cada uno, pero necesario para evitar la locura.

Pero si eso es cierto, entonces, al tragarlo, me he convertido en su puta.

Me introduzco los dedos en la boca, necesito vomitar, pero no soy capaz, de hecho no siento nada, ni resaca, cansancio, hambre, sed… es como si mi cuerpo hubiera transcendido, no me atenaza ni siquiera el deseo sexual. La divinidad, su poder, recorre mis venas, soy el hijo bastardo de Dios, podría hacer cualquier cosa, el mundo es arcilla en mis manos, tengo una oportunidad única de recrearlo a mi antojo, de…

Rompo una botella y me secciono la yugular. La sangre salpica con dignidad la pared.

Enough by SONOIO on Grooveshark

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Eliza.

Se llamaba Eliza, llenaba el cuarto con su ideal, derramando grandeza, hermosura, inmortalidad de musa.
Nada más conocerla y estrechar sus manos frías, sentí deseos de doblegarla y hacerla mía para siempre.
Le gustaba el silencio en compañía, la noche, el mar inmenso y verde como sus ojos, los amantes desconocidos que se besaban debajo de la luz de una farola demacrada, las flores cuando están a punto de morir, los gatos que duermen junto al piano mientras escuchan a Chopin.

También era tumultuosa, su aliento de incensario apóstata me buscaba todas las noches, me pedía que apretase su garganta, como una caricia nocturna, y fijase el perfume de la muerte en sus ojos por unos breves instantes.

Pero como sucede en las grandes historias, en las cuales nada importa y la pasión reduce el mundo a un cuerpo, murió a los pocos meses de conocerla, presa de un suicidio melancólico. Leí su nota de despedida, versos ajenos, cuando la enterramos un día de hojarasca y frío.

La creía incorruptible ahí abajo, así era mi adoración. Y una noche en que el vacío resultaba demasiado doloroso, fui al cementerio y me abracé a su lápida.

Me había quedado dormido cuando la risa histérica de una mujer me despertó.
Levanté los ojos y ahí estaba ella, el cuerpo de Eliza; pero todo parecía vulgar, sin brillo, simplemente una mujer.
Y empezó a golpearme con violencia, arañarme la cara con saña, gritando que estaba ciego o loco, que ella era la verdadera Eliza, y no esa que, según yo, estaba ahí enterrada. La sangre corría por mis mejillas, lágrimas rojas.

La aparté de un empujón, la escupí, la negué a gritos. No, ella no era Eliza, no podía ser. Y me enfangué en la tierra, arañando el suelo hasta llegar al ataúd. Y con las manos destrozadas lo abrí, me metí dentro, donde reinaba la oscuridad y la pestilencia de la muerte.

Y ahí sigo desde entonces, en la tumba de mi ideal.

Lover, You Should've Come Over by Jeff Buckley on Grooveshark

martes, 18 de diciembre de 2012

Sé bella y sé triste, y que la tormenta inmortalice el paisaje de tu rostro.

Hebras de vino, manos encallecidas de recuerdos
fuegos artificiales en el infierno
he vuelto
soy el mejor traficante de la ciudad
disparé al otoño a quemarropa
mientras divagaba en el fumadero de opio.

Mi lengua de poeta araña la herida de tu sexo
del que mana una hemorragia de vida
pintándome una sonrisa de payaso.

Vivimos como esclavos, condenados a esta orgía silenciosa
adorando una basura cuidadosamente elegida.
¿eres otra victima? ¿un cigarro desfigurado?
¿un desgarro anal producto del manual de poesía de mis ojos de mármol?

La vida es un hospital, no hay cura, la cama siempre te resultará incómoda
mientras envidias las de otros.
A veces te visitan, y se quedan a dormir
pero no suele durar demasiado

Otras veces, una quimera se te echa encima, te araña el vientre, te hunde con su peso
pero sonríes
y si tienes valor, te arrojas por la ventana
como una botella vacía
con la esperanza de volar
por encima de toda esta prostitución.

Si lo consigues, disfrútalo
la Muerte –nívea, hermosa y prepotente- te sonreirá afable
mientras espera su turno.

Turkish Voodoo by Free the Robots on Grooveshark

lunes, 17 de diciembre de 2012

La tercera botella es pedirte que vengas a vivir conmigo y que follemos todos los días.

El problema cuando empiezas a escribir a las cinco de la mañana es que nada tiene sentido. Leí en alguna parte que lo más importante para captar la atención del potencial lector es una frase inicial, un hallazgo narrativo. Como esas películas de acción en las que suceden muchas cosas en formato tráiler durante los primeros veinte minutos; desgraciadamente luego, una vez evitada la huida del espectador, baja la intensidad y solo queda esperar un final que nunca termina de sorprender por la falta de talento –o de libertad creativa- generalizada.

Y aquí estoy, frente al teclado, intentado actualizar un blog moribundo, emulando a ese mesías de pacotilla que caminaba sobre las aguas mientras pienso en Virginia Wolf y Ophelia, esperando el fusilamiento con los ojos cerrados, como Lorca, como tantos otros, ratas, enjambres, que vomitaban su amor a la literatura frente al paredón o la hoguera. Pero no hay resultado, y resentido utilizo mis venas como látigos de violín para marcar las semanas de encierro en las paredes de unas entradas que mancillan su recuerdo, su pasión, su necesidad de palabras. Puto decadente.

Al caso. Cuando salí del trabajo aquella mujer me estaba esperando, era emocionante, ya sabéis, ese primer encuentro envuelto en el lujo del misterio, la idolatría de la distancia, de las palabras preñadas de deseo y anonimato. Era atractiva, incluso sabía leer y escribir, la melodía de sus tacones era una buena manera de salir del infierno en el que había malgastado la semana. Naturalmente me confundía con otro, alguien diferente, más pasional, elocuente, emocionante, un líder que hacía de sus palabras autos de fe.

Fuimos a mi casa, y nada más llegar saqué una botella y comencé a beber. Estaba nervioso, las relaciones humanas me dan miedo, me producen ansiedad, Grenouille iba por el camino adecuado. Empecé a decir idioteces pero ella reía, con esa risa femenina, indefinible por definición, que no sabes si es real u obedece a un plan maquiavélico de control mental. Empecé a soltar frases sin sentido: “los necios son una legión de putas que contagian la enfermedad venérea de la idiotez sin que tengan la necesidad de penetrarte”. Ironizaba por la forma de presentar al asesino de Connecticut, ¿no tenía Facebook? coño, eso era casi un logro, solo faltaba decir que no veía la televisión o que no le gustaban los deportes. Éramos tan limitados, siempre buscando la explicación simple, la anécdota, intentando encajar las piezas del puzzle de forma rudimentaria con tal de evitar pensar por nosotros mismos, de ver el collage, el telar por detrás. Aunque claro, ¿quién tiene tiempo para eso cuando vivimos en un país donde nos sentimos satisfechos sino buscamos comida en los contenedores…?

Pero bueno, el tema -no quiero divagar- es que ella era perfecta en su ficción y ansiaba que rodase en su coño una película de fuegos artificiales, que salpicase su boca con la majestuosa banda sonora de mi eyaculación.

Pero la terrible realidad es que pasamos de actores principales de una obra inédita de Sade a espectadores/victimas del más cruel de los desengaños: GATILLAZO.

Joder, eso es terrible, ¿no? Ella se fue airada, decepcionada, llena de palabras feas vomitadas por un coño escarchado y deteriorado por la falta de uso. Intenté intuir mi respuesta emocional, ¿debería preocuparme por mi falta de hombría y virilidad? ¿No somos, a fin de cuentas, enormes y sonrosados genitales? Ahora ya no era nada, carne eviscerada, estiércol maloliente henchido de melodrama, una sombra suspirando por la imagen desenfocada de una navaja sobre mi cuello.

Alcé con gesto nihilista el vaso lleno de amargo vino barato y lo volqué con resentimiento por mi garganta, ¿quizás este era el precio de mi alcoholismo, de mi falta de autoestima y arrojo?

Con la diligencia de un autómata saqué al monstruo púrpura y empecé a masturbarme. Aquello creció y creció rápidamente y de forma descontrolada. No podía comprenderlo. Puse un par de vídeos de dudosa procedencia y tras unos minutos de fricción eyaculé como un colegial. Desgraciadamente la descarga de inmisericorde amor voló por encima del monitor y cayó sobre el ordenador, se deslizó sobre las rendijas de ventilación e hizo que el procesador colapsase. Un pequeño hilo de humo blanquecino sirvió de antesala al estertor tecnológico. Sin embargo el milagro seguía sobresaliendo por encima de mis calzoncillos: Urotsukidōji seguía duro y con ganas de más. Quizás el alcohol no fuera el problema.

Entonces, obviando todas las promesas lúcidas y coherentes, volví a pensar en ti, en aquella época, cuando tu coño era una mazmorra y mi polla su rehén, en como asentías a cualquier depravación, como si tu cuerpo, auspiciado por la sodomía y las fantasías de violación, estuviera soliviantado por el eco de un clítoris desaprovechado. Y siempre estaba esa noche, cuando saliste al balcón desnuda, con la mitad de los dedos desapareciendo dentro de ti, y me sonreíste, como si el fin del mundo estuviera sobrevolando el alfeizar de tu mente y solo esperaras por mí.

Quizás mi polla solo supiera reaccionar ante tu cuerpo, tu voz, tu sonrisa, tu existencia al otro lado, quizás se había enamorado sin avisarme y mi cerebro de patán, encharcado por tus flujos, me dejaba impotente, como si esa fuera la única forma de decirte: “te quiero”.

Una extraña corriente de aire frío recorre mi espalda y me hace temblar. Quizás sea un fantasma. O tu ausencia clamando victoria. Aun te sigo esperando, cada noche, durante cinco segundos, en el lado inhóspito de mi cama.

Ven. Sácame de aquí.

Promesas Que No Valen Nada by Iván Ferreiro on Grooveshark

lunes, 10 de diciembre de 2012

La segunda botella es lluvia cayendo desde el balcón de tu ombligo.

Compro el billete de forma repentina
arguyendo una oportunidad de trabajo
y allí, en el aeropuerto, me despido de ti.
                                                                    [Ruido. Gente]          
Te dejo temblando como una mancha de paja
embarazada de seis meses
apoyada en el hombro de tu padre
que me mira con odio
a sabiendas de lo que va a suceder.

(El avión despega. Me pongo los auriculares, subo el volumen, la visera para los ojos. Quiero estar aislado)

Me pregunto cuanto tiempo me esperarás
cuando te darás cuenta que no voy a volver de Los Ángeles
que estoy huyendo de ti, de nuestro hijo, de la responsabilidad
que allí me espera otra mujer, otros sueños, otro futuro            
                                                                                      [Turbulencias. Gritos.]
(¿Esta gente nunca ha estado antes en un avión o qué…?)

Soy así, ójala pudiera cambiar, ójala pudiera ser un buen padre, un buen marido
ójala pudiera permanecer en vuestro recuerdo como un ideal
pero es imposible, sé que fracasaría
pero te juro, que a pesar estar aquí, escapando, daría cualquier cosa por eso, lo que fuera…
                                    [Gritos. Descompresión. Histeria]
¡Qué! ¡¿Qué sucede…?!

United Airlines 175 - 11 de septiembre de 2001

**
“…la noche apuñala con su mirador de falsas estrellas
en vez de besar mis cicatrices, quemabas con sal y desdén mis alas de feliz funambulista
lo llamabas amor cuando en realidad era(s) un océano de deshechos llenando mi boca, secando mi sexo
llegaste a convencerme de que necesitaba tu dolor para sentirme viva.
Pero al final, como la orilla de una grieta que abraza el vértigo,
he aceptado que hace tiempo que murió el latido de nuestro futuro…”

Esta es una parte de lo que te digo en la nota
ya ves, además de cirujana, soy poeta.
una mujer ideal
nunca entenderé por qué me has tratado así.

Pero no quiero que haya rencores en nuestra despedida
no quiero volver sobre el tema de Laura
ni al hecho de que te acostaras con ella en nuestra cama
tampoco a tus continuas mentiras y chantajes emocionales
supongo que así es el amor
te hace madurar, relativizar todo
quitarle importancia
incluso te pido perdón por drogarte
y te doy instrucciones para el postoperatorio
sí, en la nota de despedida.

Está en la mesa, junto a tus testículos.

Genesis by Grimes on Grooveshark

viernes, 7 de diciembre de 2012

La primera botella es una fisura en el costado de la palabra de rojo inabarcable.

Esos poetas que cagan poemas
llenos de versos edulcorados y vacíos
donde los amantes se declaran
en atardeceres de pétalos de rosa
esos poetas, insisto,
que tienen más pelusas en su cerebro
que en los bolsillos
por favor
no abras tus piernas
ante el bostezo de su melindrosa poesía
no saben lamer la escarcha caliente de tu coño
y nunca
NUNCA
se quitan sus guantes de seda.

**
Estás lloviendo, oh, mi querida niña rota
revientan tus venas de hielo,
tus mejillas son ríos, cementerios de vida
suspiros que escapan dejando solo una inicial de vaho en el alfeizar.

No intentes ser normal
la vida solo es una vaga percepción de nostalgia
contempla el perfil de la Muerte
enamórate ante su belleza nívea y opaca, de cristal roto
es buena tachando finales
abrázala sin temor.

La nada, a fin de cuentas,
solo es un tablero de ajedrez
donde un reloj sin agujas se derrite
esperando tu última jugada.

A Drowning by How to Destroy Angels on Grooveshark

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Una garza salvaje aullando a lo lejos.

Te abriste de piernas ante sus versos
enamorada de esos preciosos cuentos
de sueños y orgasmos
con final feliz.
Despertaste con los muslos y la cara 
empapados de amor blanco
pero sola, sobre un suelo sucio y frío
llena de pólvora seca y besos sin dueño.

En una casa de escarcha roja
el parto se convirtió en aborto
el pequeño girasol ardió en el ataúd de tu carne
tus ojos de aguacero despidieron a la niña
y abrazaron a la piedra-mujer con ansias de venganza.

Años después muchos hombres se habían inmolado contra ti
mutilados, señalándote desde su silla de ruedas
arrojando botellas vacías contra el faro de tu silencio.

Yo solo era uno más, ni siquiera eso
una garza salvaje aullando a lo lejos
la soga en la viga del fracaso
esparciendo su sombra de sonrisa rota por la habitación.

El frío de madrugada se posó como un cuervo
y la cuchilla trazó su dibujo vertical
mi sangre cayó hermosa
ensuciando de rojo tus raíces secas.

¿Qué importaba?
Llevaba muerto ya demasiado tiempo.

Default by Atoms for Peace on Grooveshark

domingo, 2 de diciembre de 2012

Aniversario: Dos años de Decadencia.

Nos dicen que la vida es una poesía que nos elige
pero no hay verso ni metáfora
cuando tu ausencia es una lápida
blanqueada por la luna
cuando tu latido no rompe la escena
ni puede sanar mis besos vacíos.

El otoño sin amor se torna violento
cae sobre mí como alas rotas de hojarasca
repito tu nombre, una y otra vez
esperando que mi voz sea la antorcha
que pueda guiarte a mi sueño de sombras.

He acechado este mundo durante siglos
Implacable y cruel
un cuerpo helado, sin vida, despertando cada noche
hambriento de sangre y malditismo.

Y ahora, heme aquí, rictus de dolor
¿por qué renuncias a mí, por qué no quieres abandonar ese lecho de tierra?
lloro amargamente, miro al cielo. Amanece.

El sol me besa con su aliento de fuego
Adiós mi amor. Te quiero.

*
Hace un frío insidioso, el insomnio sigue adelante. Hoy se cumplen dos años de mi blog. Y las musas, esas putas baratas, ángeles caídos que duermen en mi copa, no quieren ofrecer está noche su mejor imagen, solo me abrazan con poesía huera y barata. Pero así somos los decadentes, sin control de la situación, presente puro, sin material ahora, pero otras semanas vengándose de la página en blanco con tres entradas seguidas. Ahí subyace la clave para comprenderme, las dos primeras, mayormente ignoradas, son hermosas en su frenesí, cuando el alcohol todavía no ha aletargado mi cerebro y la sonrisa irreverente sirve de alfeizar a todo este tinglado, llenándolo de instantes tórridos y demenciales. Pero luego comienza el distanciamiento, la impostura se vuelve real -quizás porque siempre ha estado ahí agazapada-, y la pregunta perversa empieza a consumir el fuego del fénix: ¿Para qué cojones continuar, de qué sirve?

Y es cierto, los blogs caen abandonados, se vuelven privados, empieza a faltar la inspiración; aunque peor tragedia deviene cuando intimas con la persona detrás de esas maravillosas palabras y su crónica resulta ser un fraude de decepcionante nada. A mí me ha sucedido. Pero a fin de cuentas esa es la grandeza: lo efímero. En esta cruel carrera de madurez que no suele durar más de un año pasas de ilusionarte con el primer seguidor o comentario, de buscar ideas para tus entradas, interaccionar, leer enteros blogs ajenos, a la desidia, a la sensación de haber agotado la experiencia.

Pero no hay que desenfocar la belleza, el hermoso altruismo de quien se toma la molestia de elegir una canción, una imagen, de quien consigue transformar y transmitir sentimientos, tabúes, sensaciones, complejos, heridas, cicatrices, en algo tangible, material, energía emocional que viaja de sus dedos hacía nuestra mente.
Por ello, y sin un orden concreto, me gustaría destacar unos cuantos blogs que tengo el placer de disfrutar: (es un buen momento para recalcar la frase: “No están todos los que son pero sí son todos los que están”)

Irene Uno de los pocos blogs en los que suelo comentar, principalmente porque la autora ha demostrado una evolución fastuosa, un talento impresionante, no solo para expresar ideas o vivencias utilizando un lenguaje rico y complejo, sino también por esa visión directa de lo que acontece en su cerebro sin acotaciones ni peajes.
Nuria El hecho de ser un decadente adorable implica tener acceso a material privado. Sin embargo, eso no es óbice para que todas las personas que la leen admiren su escarcha poética, la forma visceral, maravillosa y rara –y lo digo como valor añadido- que tiene de manifestar y expresar todo ese vaivén de sentimientos que la poseen en su devenir diario.
Lunática Mi querida nínfula, de apenas dieciocho años, sorprende y mucho con poesías viscerales, llenas de locura, sangre y niñas mutiladas. Excepcional. Lleva casi dos años, y cada día es más intensa esa mezcla de desasosiego y envidia sana que provocan sus escritos.
La señorita Ficticia, Una de las pocas que se ha atrevido a leer todo mi material. Alberga esa incoherencia femenina que nutre el romanticismo más visceral.
Mi querida Amélie Catalana, Sophia, ¿Cómo iba a faltar? Además ha vuelto, mi primera musa, pequeña joya femenina, heredera de varias entradas, de frases inimitables, Audrey Hepburn, Love Of Lesbian. Ah. Dulzura de ciclotímica belleza.
i*- La que canta con Lobos Realmente no me gusta la poesía, pero –y sí, lo digo por fastidiar- la música que acompaña a cada entrada es excelente. Una mujer de principios y sensible con su entorno. Leedla malditos.
Eme No creo que vaya a leer esto, no hemos intercambiado ni un triste comentario, pero tiene algunas entradas antiguas como esta que son increíbles, por esa realidad tan inmediata y lejana que está viviendo.
Marina  Siempre he confirmado que para mi escribir es un simple divertimento, fácilmente sustituible por cualquier otra cosa. Sin embargo para ella es una pasión, cuando la lees –y no divaga sobre el montañismo como forma de vida-, te contagia esa emoción, te empuja a limpiar de polvo el teclado. Lo suyo es una biografía autorizada, es casi imposible no cogerle cariño mientras la lees.
María Creo que todo el mundo opina sobre ella lo mismo: transmite optimismo. Es algo positivo que en está pequeña endogamia de pequeños decadentes irrumpa con sus comentarios llenos de enlaces, exclamaciones e ímpetu. Su sola existencia justifica todos mis posts, alguien tiene que hacer de contrapunto ;)
Rafael Fernandez Lo que más me llama la atención es como muestra su lucha diaria, sus anhelos, sus pequeñas victorias, sus momentos de desaliento, como saca adelante su editorial e intentar vender la preventa de su siguiente libro, ese afán por escribir por encima de todo.
Sbm Me cae bien. Simplemente. No sé el motivo por el cual no actualiza más a menudo, pero me gusta que siga por ahí.
Sarco Lange Lo añado como ejemplo de lo efímero de todo esto, comencé a leerle hace una semana, me gustó su material, duro y directo, con algún momento destacable. Y de pronto su impostura lo supera y pone su blog en privado.
Carlos Salcedo Realismo sucio, adoración a Bukowski e inmenso talento. Debe de ser de los pocos blogs que este año me he molestado en leer entero. Relatos excepcionales. Una lástima que no actualice más a menudo.
Jordi M. Novas Tiene otro blog Tetas. Supura amor por la escritura, se muestra discordante con el formato blogger aglutinando relatos excesivamente largos. Merece la pena el esfuerzo.
Lala Fuencarral Alguien de quien he hablado en este blog en más de una ocasión.
Eau Triada imprescindible. Han estado ahí casi desde el principio.

Hay muchos más, por ejemplo todos los que aparecéis reseñados en mi listado de blogs. Chatnoir que cerró su blog, y ahora tiene tres. Celia y sus concursos, A.cid por su blog minimalista y sin comentarios. Mención especial para Jane, que ni siquiera tiene un blog y me comenta. Y otra para Amapola Azzul, conocida por estos lares, amante del surrealismo diarreico en sus comentarios y que siempre provoca mi estupor. Y naturalmente a cualquiera que haya caído aquí, seguramente por error, y se haya tomado la molestia en leerme e incluso, haciendo un exceso, comentarme.

Me gustaría continuar, pero el alcohol, alma mater de todo esto, se ha agotado, y un trovador decrepito como yo –me describieron así en una ocasión-, tiene al menos esa excusa sempiterna para retirarse.

Gracias por estar ahí.

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