viernes, 24 de enero de 2020

El soldado que se negó a seguir más allá del río Ganges.

Hace más o menos una hora fui andando hasta el Burger King que hay cerca de mi casa para comprar algo de cena. Tardaron mucho en atenderme, la gente que había dentro, yo incluido, parecíamos fuera de lugar, de cartón piedra, como en medio de una soporífera representación tristona y grisácea. Comida basura, vida basura. Al salir llovía, abrí el paraguas, salí del parking y empecé a cruzar por el paso de cebra. Por el rabillo del ojo percibí que un coche azul se acercaba a cierta velocidad, pero en medio del confeti de pensamientos habituales seguí adelante pensando que me daría tiempo a pasar o que frenaría lo suficiente. Lo que sucedió unos segundos después tuvo algo de coreografía perfecta: un paso, dos pasos, tres pasos y en el siguiente notar una corriente de aire, el coche pasar a mi lado, casi rozándome, sobrepasado totalmente el paso de cebra y frenando de forma ruidosa y lenta por la lluvia a escasos metros a mi izquierda. Quedarme quieto, aterido pero en calma. Reaccionar y rodear el coche azul cruzando lo que queda del paso de cebra intentando ver quién es el conductor; el coche arrancando de nuevo y alejándose mientras más coches avanzaban detrás de él.

Me acordé del escritor Stephen King, él también estaba caminando tranquilamente por el arcén derecho de la ruta 5 en North Novell, cuando un conductor distraído le atropelló. Sus heridas —el pulmón derecho colapsado, múltiples fracturas en la pierna derecha, laceración del cuero cabelludo y la cadera fracturada— le mantuvieron internado en el centro médico tres semanas. Después de cinco operaciones en diez días y terapia física volvió a su casa, aunque se resentía de su cadera y solamente podía sentarse unos cuarenta minutos a escribir antes de que el dolor se volviera intolerable. Su estado físico ha mejorado desde entonces, pero vivirá siempre con secuelas. Qué ilusorios y de poca importancia parecen los proyectos y preocupaciones cuando te enfrentas a una larga y dolorosa estancia en el hospital. Y todo en manos de la mundana arbitrariedad, de tardar un segundo más en abrir un paraguas antes de cruzar el paso de cebra.

            Deberíamos de pensar más en la muerte y no tener la sensación de ser inmortales, como si todos los proyectos pudieran culminarse, como si siempre hubiera tiempo para llamar a ese amigo o familiar al que hace meses que no vemos, para irnos de vacaciones, compensar los errores o disfrutar con intensidad de la vida, alejando con generosa valentía todos los miedos que nos dominan. Lo triste es que al poner estas experiencias por escrito no escapan de cierta vulgaridad grotesca, como cuando hablamos del cisne muerto en mitad del estanque que vimos una vez en el estanque del Retiro, o cuando nos despertamos aquel día y nuestra mascota infantil estaba tumbada boca arriba, fría y yerma. Por tanto permitidme disculparme citando a Séneca, capaz de escribir sobre el tema con mucho más éxito y elegancia: “¿A quién me citarás que le conceda valor al tiempo, que sepa el precio de un día, que entienda que el hombre muere un poco cada día? […] Nuestro error es ver la muerte delante de nosotros. En realidad está detrás y nuestra vida le pertenece”.

lunes, 6 de enero de 2020

Reseña: ‘Tokio blues (Norwegian Wood)’, de Haruki Murakami

La bibliografía del escritor japonés Haruki Murakami siempre se ha caracterizado por la estrecha relación con la música, pudiendo encontrar en las páginas de sus novelas –e incluso en los propios títulos- referencias a canciones como ‘Dance, Dance, Dance’ del grupo The Dells, ‘South of the Border’ de Nat King Cole a la que añadiría la segunda parte (‘West of the Sun’) y, por supuesto, ‘Norwegian Wood’ de los Beatles. Estaba balada se caracteriza por el uso del sitar como acompañante de la guitarra acústica de Lennon, que estableció las bases del rock psicodélico. Su elección no deja de resultar paradójica para los lectores de Haruki Murakami, pues ‘Tokio Blues’ es la primera obra del autor en la que no emplea elementos de fantasía cercana al realismo mágico o sobrenaturales que siempre han definido su obra literaria. De hecho, nos encontramos ante su novela más realista, pero siempre con el amor, la soledad y la nostalgia como temáticas principales.

              Toru Watanabe es el narrador de su propia historia tan trágica como las obras del teatro griegos que estudia en la Universidad de Tokio, donde se ha especializado en teatro no por vocación, sino con el propósito de distanciarse de los recuerdos tras el suicidio de su mejor amigo, Kizuki. Sin embargo, jamás conseguimos dejar nuestro pasado completamente atrás y la presencia la dulce y frágil Naoko, la exnovia de su amigo, en la ciudad obliga a Toru a enfrentar por primera vez a sus responsabilidades como adulto. 

Aquellos años representan su proceso de maduración ante los cambios acontecidos en su entorno. Igual que en otros países, Japón era escenario de numerosas revueltas estudiantiles contra el gobierno, definido por el propio autor como un movimiento carente de auténticos ideales y que evidencia a través de numerosas referencias en la novela, como las conversaciones entre Toru y Midori en las que critican la hipocresía y puerilidad de sus miembros; o detalles tan simbólicos como la mención de la novela ‘Bajo las ruedas’ de Hermann Hesse, una crítica real al sistema educativo que sólo se interesa por el desarrollo académico del alumno, olvidando el desarrollo personal y emocional.

Sin embargo, los acontecimientos más importantes en la vida del joven Toru se producen a nivel personal. El gradual empeoramiento de la salud psicológica de Naoko la obliga a internarse en un sanatorio, Residencia Ami, muy aislado y al aire libre -gracioso también que cuando Toru va a visitarla por primera vez esté leyendo ‘La Montaña Mágica’ de Thomas Mann-, provocando una confusión de sentimientos respecto a ella que considera amor pero que se podría interpretar como sublimación de la culpabilidad por no haber evitado el suicidio de su mejor amigo, así como la ira por el vacío dejado tras su muerte. Toru se responsabiliza de Naoko, se obsesiona con evitar que vuelva a sentir la misma sensación de desamparo que le ha provocado la muerte de Kizuki, pero a la vez es una forma de protegerse, de crear entre ambos una relación de dependencia que les permite refugiarse en su propio universo privado aislándose por completo del dolor procedente del mundo exterior. 

Nuevamente, Haruki Murakami demuestra su sutileza para la simbología mediante las referencias literarias y musicales cuando Toru abandona la lectura de «El Centauro» (John Upkide) por «El Gran Gatsby» (F. Scott Fitzgerald). La novela de Upkide es el frustrado intento de un padre para rescatar a su hijo de la mediocridad y a la apatía a fin de que esté preparado cuando deba enfrentarse a la vida, mientras que Fitzgerald nos describe la idealización de un amor pasado. La evolución en los gustos literarios del protagonista resume a la perfección su vida durante aquellos convulsos años, basados en la monotonía y en la esperanza de recuperar a Naoko, pero no la auténtica Naoko, sino a la imagen idealizada que ha creado de ella. De hecho, sus salidas nocturnas con Nagasawa, un compañero de la residencia de estudiantes, con el único propósito de concluir la noche en un hotel junto a una desconocida reflejan la soledad real de protagonista, a quien el sexo esporádico le proporciona el ansiado contacto íntimo con otra persona ante la incapacidad de Naoko para volver a excitarse después de aquella primera –y única- noche juntos.

De este modo, el autor japonés consigue un retrato cercano e íntimo sobre la juventud de su país. La renuncia a la infancia para introducirse en el complejo mundo de los adultos cuando todavía no se encuentran preparados física ni psicológicamente –la temprana sexualidad de Kizuki y Naoko-; el excesivo nivel de exigencia que revoca en jóvenes competitivos, materialistas y egoístas, e incluso sociópatas –la indiferencia de Nagasawa hacia los demás, especialmente hacia su novia, Hatsumi, quien consiente resignada las infidelidades de su pareja-; o la incapacidad para asumir el fracaso que, en la mayoría de ocasiones, desemboca en el suicidio. Sin embargo, el tono melancólico y desesperanzador de la novela da un giro cuando aparece el personaje de Midori Kobayashi, quien obligará a Toru a enfrentarse a la vida más allá de las aulas, el trabajo o la correspondencia y visitas esporádicas a Naoko.

Si bien el atractivo de Naoko no reside tanto en su apariencia física como en la fragilidad de su espíritu, Midori enamora al lector con su arrebatadora sinceridad, su atractiva excentricidad, su innata capacidad para sorprender, su generosidad hacia los demás… Desde el principio, se convierte en un personaje trascendental para Toru proporcionándole las escenas más divertidas: la cita en el cine porno, la anécdota del sujetador mojado o el atrevido corte de pelo, la curiosidad por la masturbación masculina, la gran afición por la cocina, la complicada relación con su padre, y así sucesivamente. En este sentido resulta comprensible la disyuntiva de Toru hacia estas dos mujeres tan diferentes, siendo imposible decantarse por una sabiendo que, inexorablemente, tendrá que renunciar a la otra. Sin embargo, lo apasionante de Murakami es que sólo la existencia del triángulo hace posible que cada uno de sus miembros pueda relacionarse. Si alguien falta, los dos restantes se descubren incapaces de comunicarse.

‘Tokio Blues’ es una novela inteligente y reflexiva que consolidó a Haruki Murakami como un autor de fama mundial con una historia de amor trágica basada en la soledad, la melancolía, pero también en la esperanza. Los arrebatos líricos, la complejidad de las relaciones humanas a partir del triángulo amoroso, las chispas de ironía y humor, las atmósferas perturbadoras y alienantes… todo está aquí, y por tanto es uno de los libros más recomendables de este autor. De la fallida adaptación que hizo el cineasta vietnamita Trần Anh Hùng mejor no hablar: es una absoluta pérdida de tiempo, de la cual lo único que se puede rescatar es el trabajo de Ping Bin Lee, cuya fotografía logra que la película alcance momentos de enorme belleza. Como siempre enlace al ePub (AQUÍ)

miércoles, 1 de enero de 2020

Propósitos 2020

Antes las Navidades me entusiasmaban, pero con el paso de los años me he vuelto más cínico, quizás el carácter se me ha agriado un poco y ya solo me fijo en las cosas más ‘negativas’. Supongo que llevar años trabajando todos los festivos, vivir al revés del mundo esperando que pasen las fiestas para trabajar menos, ha tenido algo que ver. Tampoco es que me disgusten, solo que no me hacen demasiada ilusión, pasan sin más, como una costumbre que hay que mantener por inercia pero de la que no estás demasiado convencido. Cuando superemos Nochevieja y los Reyes Magos suspiraré de alivio porque todo ha vuelto a la normalidad. Adiós a las aglomeraciones, a la obsesión consumista y la soledad de la reuniones sociales. Pese a todo esto el tema de los ‘Propósitos del año nuevo’, la celebración de un nuevo año como si de una tabula rasa se tratara, me hace gracia, supongo que el ser humano es un conjunto de contradicciones en busca de sentido. Dicho lo cual, aquí está mi escueta lista de propósitos:

Terminar la novela. Oh, sí, la novela. Qué masoquistas son los escritores y cuánto miente Murakami sobre este tema. Siempre he buscado atajos: escribir junto a otra persona, el NaNoWriMo, dejarme llevar por la escritura automática a ver qué sucede -nada bueno-, y cosas así. Ahora me he puesto a ello más en serio y he dedicado un par de semanas a una escaleta, la cual me encargo de repasar, añadir detalles y corregir continuamente. Dedicar una hora todos los días a escribir a veces es un infierno porque tienes la mente en blanco o la escena que toca te parece una mierda, pero estoy probando cosas nuevas para que sea más divertido, para no obsesionarme demasiado con el resultado final; por ejemplo ahora escribo siempre con música, de hecho tengo un par de playlist de música en Spotify, e intento dejarme llevar. He comprendido que el primer borrador de una novela siempre es una barrabasada llena de imperfecciones que hay que corregir demasiadas veces, por lo tanto divirtámonos, escribamos lo primero que se nos ocurra para llenar las páginas -siempre dentro de la férrea escaleta- e intentemos sorprendernos a nosotros mismos. El resultado de esta mentalidad sin expectativas es que comencé con la idea de escribir una especie de ‘Memorias del subsuelo’ y, poco a poco, se ha convertido en un thriller erótico-romántico Adult Young. Lo sé, es terrible. Pero el propósito es terminar una novela, el resultado final queda en segundo plano, aunque dejo claro que soy un perfeccionista e intentaré que tenga toda la calidad posible. Pero a lo mejor no lo consigo, posiblemente tome decisiones equivocadas que tuerzan la lógica interna de los personajes o no sepa plasmar las escenas de forma eficiente; pero precisamente se trata de eso, de terminar un proyecto para que, quizás, en el tercera o cuarta novela posterior surja esa maravillosa obra maestra entre filosófica y autobiográfica que fascinará a los críticos durante generaciones. Espero terminarla, aunque no estoy seguro de conseguirlo. Las reescrituras serán terribles, con ese pensamiento repetitivo en mi cabeza de: “Esto es una bazofia horripilante, hay que destruirlo”. Y luego tocará maquetarlo y publicarlo en Amazon. Pondré el precio más barato posible, no es mi prioridad ni siquiera publicitarla, pero cómo mínimo será amena y creo que divertida. Asumo que hasta junio-julio no habrá enlace de descarga y/o compra.

En el tema sentimental no espero nada. Qué fácil es follar y qué difícil encontrar a alguien que no te aburra las restantes 23 horas. Creo que me estoy convirtiendo en un huraño, desde mi experiencia en Meetic me dan pereza las relaciones, supongo que me saturé de tanto chat y tantas citas con mujeres absurdas. Alguna todavía guarda mi número y ha intentado quedar en estas fiestas conmigo un par de veces, pero les dije que no poniendo excusas de lo más variopintas; prefiero quedarme en casa leyendo o jugando a la Nintendo Switch. Supongo que solo es una etapa, pero es divertido comprobar cómo puedes aislarte a pesar de tener varias redes sociales, trabajo, grupos de WhatsApp, etcétera. Es divertido comprobar como el individualismo, pasar mucho tiempo sin pareja, sin quedar con amigos, convierte el agujero de la soledad en un lugar plácido y cómodo, siempre y cuando tengas proyectos y obsesiones. La biografía de Bukowski es decepcionante en este sentido. Pero quién sabe, según se suele decir cuando no buscas encuentras, aunque me suena a la típica chorrada Paulo Coelho: si no buscas lo normal es que te encuentren un día ahorcado en el baño fruto de una mala praxis con la asfixia autoerótica, en plan David Carradine

El trabajo. Otro tema curioso. Pensaba que a estas alturas de año ya no estaría trabajando en Yoigo. Y ahí sigo. Un ERE encubierto, ¾ partes de la plantilla fuera y, sin embargo, mi turno se mantiene. Ya ni me molesto en disimular: hago mal mi trabajo, quiero que me echen. Pero no hay manera, es asombroso hasta niveles kafkianos; el abogado de la empresa lo único que sugiere entre bambalinas es que defraudes a la seguridad social, faltes varios días y ellos te echarán sin indemnización pero con los papeles del paro. Hasta ahora los únicos que han cobrado indemnización -casi todos llevamos una media de 8-10 años-, son los gerentes y los que se han molestado en ir a juicio. Al 2020 tampoco le pido nada. La precariedad laboral me rodea, si no es en este sitio será en otro; me da igual, creo que últimamente me da todo igual.

            Releyendo lo que he escrito hasta ahora parece no tengo muchos propósitos para el 2020 más allá de sobrevivir. Qué maravilla. Bueno, apuntaré unos cuantos de forma rápida: leer mucho, los cien libros anuales siempre son necesarios. Escribir muchas reseñas, porque eso significará que he leído libros interesantes. Ser más sociable -este no creo que lo consiga, pero lo añado-. Ir más al cine, sea solo o acompañado. Tengo entradas para dos conciertos en 2020 en Madrid a los que acudiré solo -Mad Cool (Deftones y Billie Eilish) y Extremoduro-, pero me apetece que sean más. Volver a salir a correr todas las semanas como antes. ¡Dormir bien! Eso sí que estaría genial. Ciertos futuribles que han empezado a gestarse el mes pasado y que podrían solucionar mi economía durante un tiempo. Y sí, vale, conocer alguna mujer interesante, aunque solo sea por dotar a la protagonista de mi novela de alguna capa extra de complejidad; reconozco que soy un escritor muy autobiográfico, me cuesta inventarme totalmente una historia, al final suelo tender a utilizar las cosas que me suceden o leo y cambiarlas un poco.

            Os deseo, queridos lectores, que el 2020 sea provechoso, interesante y estimulante. Y que logréis ser felices sea cual sea la realidad que os toque vivir. Un abrazo a todos.

Rorschach Libros 2020 & Reseñas

  1. Carlos de Luca - "Pajas"   Entretenido (3)
  2. Haruki Murakami - Tokio blues (Norwegian Wood)   Excelente (4)
  3. Anne Rice - La comunidad de la sangre (Crónicas Vampíricas 13)   Mediocre (2)
  4. Shari Lapeña - La pareja de al lado   Mediocre (2)
  5. Gotham Writer's Workshop - Escribir ficción: Guía práctica de la escuela de escritores de Nueva York   Excelente (4)
  6. Douglas Coupland - La vida después de Dios   Entretenido (3)
  7. Andrzej Sapkowski - La sangre de los elfos   Entretenido (3)
  8. Charles Bukowski - Beber   Entretenido (3)
  9. Andrzej Sapkowski - Tiempo de Odio   Mediocre (2)
  10. Andrzej Sapkowski - Bautismo de fuego   Excelente (4)
  11. Alice Kellen - Nosotros en la luna   Mediocre (2)
  12. Andrzej Sapkowski - La torre de la golondrina   Entretenido (3)
  13. Andrzej Sapkowski - La Dama Del Lago   Entretenido (3)
  14. Sally Rooney - Gente normal   Excelente (4)
  15. Marina L. Riudoms - Había una fiesta   Mediocre (2)
  16. Taylor Jenkins Reid - Todos quieren a Daisy Jones   Excelente (4)
  17. Allan Pease-Barbara Pease - Por qué los hombres quieren sexo y las mujeres necesitan amor   Entretenido (3)
  18. Anna Pacheco - Listas, guapas, limpias   Mediocre (2)
  19. Irvine Welsh - Col recalentada   Mediocre (2)
  20. Guillermo Toledo - Razones para la rebeldía   Entretenido (3)
  21. Princesa Inca - Crujido   Entretenido (3)
  22. Patricia Benito - Tu lado del sofá   Mediocre (2)
  23. Fernando O. Paino - Oraciones por la lluvia: La historia de The Cure   Entretenido (3)
  24. Pedro Andreu - La amplitud de una nevera americana   Entretenido (3)
  25. Amélie Nothomb - Los nombres epicenos   Entretenido (3)
  26. Jürgen Müller - Lo Mejor Del Cine De Los 80   Excelente (4)
  27. Kazuo Ishiguro - Nunca me abandones   Entretenido (3)
  28. Pedro Andreu - Laura y el sistema   Entretenido (3)
  29. Ana Elena Pena - Vamos a follar hasta enamorarnos   Entretenido (3)
  30. Ryū Murakami - Piercing   Excelente (4)
  31. Ryū Murakami - Sopa de Miso   Entretenido (3)
  32. M. Baeza - Basura Mental / Amar en tiempos de tinder   Entretenido (3)
  33. Aixa de la Cruz Ventosa - Cambiar de idea   Entretenido (3)
  34. Nicolás Amelio Orti - Cien películas que me abrieron la cabeza   Entretenido (3)
  35. Alberto Noguera - El País de Loix   Entretenido (3)
  36. Antonio Cremades - El Cadáver que Sostengo   Mediocre (2) 
  37. Dara Scully - Animal de nieve   Entretenido (3)
  38. Banana Yoshimoto - Lagartija   Excelente (4)
  39. Michel Houellebecq - Sumisión   Entretenido (3)
  40. Woody Allen - A Propósito de Nada   Entretenido (3)
  41. Lucía Etxebarria - Amor, curiosidad, prozac y dudas   Entretenido (3)
  42. Lucía Etxebarria - Liquidación por derribo: cómo se gestó la que está cayendo   Entretenido (3)
  43. Lucía Etxebarria - Más peligroso es no amar: Poliamor y otras muchas formas de relación sexual y amorosa   Entretenido (3)
  44. Banana Yoshimoto - Recuerdos de un callejón sin salida   Entretenido (3)
  45. Dominique Aury - Historia de O   Excelente (4)
  46. Rodrigo Ratero García - Sexateuko: La biblia de la decadencia   Entretenido (3)
  47. Raymond Chandler - El largo adiós   Excelente (4)
  48. Aleix Saló - Todos nazis: Cómo España se llenó de "fascistas" hasta que llegaron los fascistas   Entretenido (3)
  49. Bryan Hill, Matt Hawkins - Postal: The Complete Collection   Entretenido (3)
  50. Bret Easton Ellis - Blanco   Excelente (4)
  51. Jano García - La gran manipulación: Cómo la desinformación convirtió a España en el paraíso del coronavirus   Entretenido (3)
  52. Roger Wolfe - La poesía es un revólver apuntando al corazón   Entretenido (3)
  53. Mark Manson - El sutil arte de que (casi todo) te importe una mierda   Excelente (4)
  54. Richard Bachman/Stephen King - La Larga Marcha   Excelente (4)
  55. Lucía Etxebarría - Por qué el amor nos duele tanto   Entretenido (3)
  56. Sara Mesa - Un Amor   Entretenido (3)
  57. Marc-Uwe Kling - QualityLand   Entretenido (3)
  58. Jesús Cintora - La conjura: Así se fraguó el primer Gobierno de coalición de la democracia   Entretenido (3)
  59. Stephenie Meyer - Sol de Medianoche   Malo (1)
  60. Miguel d'Ors - El misterio de la felicidad: Antología poética   Entretenido (3)
  61. Vanessa Springora - El consentimiento   Excelente (4)
  62. Ben Hamper - Historias Desde la Cadena de Montaje   Excelente (4)
  63. Enrique Segura Alcalde - 1980-1990 La década dorada de los videojuegos retro   Excelente (4)
  64. William Chislett - Microhistoria de España: Contada por un británico   Entretenido (3)
  65. Angélica Liddell - Guerra Interior   Malo (1)
  66. Gata Cattana - No vine a ser carne   Malo (1)
  67. Óscar Ortiz - Tres Abrazos   Entretenido (3)
  68. Frank Miller - Batman: El regreso del Caballero Oscuro - La saga completa   Entretenido (3)
  69. Edge - Los mejores 100 videojuegos   Entretenido (3)
  70. Ida Hegazi Hoyer - Perdón   Entretenido (3)
  71. Charles Bukowski - La enfermedad de escribir   Entretenido (3)













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