jueves, 28 de julio de 2011

Muerdes con saña cada instante y solo consigues horas viudas, labios opacos de ruina.

El padre de la verdad es el tiempo. Ya esta todo escrito, solo podemos deshilvanar nuestra cadencia personal e intentar provocar -si hay talento- dos diálogos: uno con el lector potencial al que transformaremos y convertimos en nuestra presa, en nuestro cómplice…y otro desde ese ubicuo pasado literario desde el cual nos nutrimos consciente o inconscientemente. Más tarde, cuando la obra está terminada, se establece un único diálogo entre el texto y sus lectores, del cual esta excluido el autor.

Todo esta escrito se refiere al núcleo de la historia, las capas de tramoya son indiferentes, esto en vez de desanimarnos debería incentivarnos a diferenciarnos creando un estilo propio aunque no salga bien. Es curioso como en vida denigramos lo diferente, lo aislamos, nos da miedo, somos retrógrados y reaccionarios. Luego, cuando el enemigo de nuestra sacrosanta planicie existencial ha muerto y el tiempo lo dignifica, lo adoptamos/fagocitamos con prisa y pesadez de estomago.

¿No quieres decepcionarte? No tengas esperanza. ¿No quieres traición? No te enamores.

No estas loco, ¿verdad?

No, el alcohol solo es un síntoma, es demasiado tarde, echo de menos ese abrazo, la música es demasiado apropiada…la vida se ve mejor así, es más sencilla en esta euforia de soledad, como amar las dunas del desierto de tu piel con besos cuarteados color ceniza. Postrado ante el recuerdo de tus ojos verdes, tu pelo largo azabache -siempre la brújula insomne de mi imaginación señalando el mismo lugar-, una bofetada resuena en la noche como un pellizco en mi alma desubicada: es tu risa recorriendo los meandros de mi corazón.

Hay momentos en los que hay que elegir entre despertarse y enloquecer o seguir bebiendo. Dicen que todo se pudre al final, pero solo se pudre el papel con cincuenta y ocho razones por las que debería odiarte, una égida a mi autoestima. Son las tres de la madrugada y no puedo dormir, hace calor, un calor intenso, real, despótico… una perfecta noche lisérgica, adicciones sin embotellar con sabor a carta de una desconocida…

Dos meses después...

Las cosas son así: intenté superarte…te borré de las redes sociales, borré tus mails, tus mensajes de texto, tu teléfono, tus imágenes…expurgué todo mi entorno. Intente odiarte, asumir como axioma personal el típico “Todas putas”. Nada funcionaba.
Pensaba en el suicidio de Werther y Anna Karenina, en como el primero es producto de la causalidad y el segundo más de un arranque irreflexivo, de ese halo irracional que nos separa de las maquinas, que hace que matemos y amemos en la misma frase, en un solo párrafo.

Por eso te maté. No contestabas a mis correos, no querías verme, al final eras Tú o Yo. El resto ya lo sabes: fui a tu domicilio, te rapte, te viole, te mate…y te volví a forzar, aunque aquí empezaron mis dudas, porque, a fin de cuentas, ya no podías darme tu consentimiento, como mucho era una falta de respeto a tu cadáver, pero si tenemos en cuenta la vanidad de una mujer, la obsesión con su belleza, quizá lo que estaba buscando penetrando tu vagina fría y destartalada era una reconciliación, una bula de carne ante un cuerpo que solo representaba mi obsesión por ti, no por tu belleza.

Joder…

Sí, exacto, JODER, porque cuando meto mi lengua en esa boca pestilente, cuando naufrago en tus pechos descoloridos y te agarro del pelo con fuerza mientras te sodomizo…todo ese caudal de energía sexual de alguna forma esta retrasando tu descomposición…

Joder…

Sí, puede que la fricción, o algo relacionado con los libros de física cuántica que estoy leyendo, no lo sé, pero llevo un par de semanas y cada vez te encuentro más atractiva. Todas mis novias al final se sentían cosificadas por detalles sin importancia como atarlas a la cama y obligarlas a eliminar el vomito reflejo al follarme su boca a horcajadas, todas -menos aquella anoréxica…- le quitaban la magia al asunto con sus lagrimas a destiempo
Contigo puedo estar horas y horas y no te quejas, al revés, tu cara se empieza a transfigurar en una sonrisa cómplice. Casi diría que lubricas cada vez más, o quizá sea otra cosa, da igual, la oscuridad es mi mejor aliada en estos casos.

Como decía es el mejor sexo de mi vida, cada vez…no sé como explicarlo…cada vez hay más cosas nuevas…el viernes se te salio un ojo de la orbita y sabía que no era casualidad, era una invitación a lo prohibido, era un regalo de amor. Tu amor. Y lo acepte con una sonrisa, follándome tu nuevo agujero, intentando penetrar en tu cerebro una y otra vez…cuando me corrí y vi como se deslizaba el semen por tu cara fue una imagen…

Por eso ahora estoy huyendo. Intento recurrir a Dominica, esa puta gastada de ciento cincuenta kilos que vende su cuerpo por 15€ la sesión, su estampa analfabeta, ruda, fea y desproporcionada siempre me ha reconciliado con el mundo. Llegó de Huelva con catorce años huyendo de quien sabe qué y sobrevivió, pidiendo abrazos y calderilla en la estación de autobuses, hasta que dio con la persona equivocada.

Ahora escurre su don con una extraña afectación y orgullo malogrado, haciendo lo que nadie hace, explotando las depravaciones de todos sus clientes, difuminando la línea entre sexo y crueldad, como si necesitara que castigaran su cuerpo carente de belleza y éxito. Y ahí la tienes: violencia, fetichismo, coprofagia, lluvia dorada, fantasías de violación, le faltan bastantes dientes, no sé ya si por palizas o adicciones, pero en lo que a mi respecta aparte de mi ninfa muerta es la mejor feladora que conozco.

Su casa –soy un cliente antiguo- es un vertedero de recuerdos, ese contraste entre sus fotos antiguas y ella es de un exhibicionismo doloroso. Vive con su pareja/chulo, un viejo amargado que cuando llega algún cliente baja al bar a tomarse su corajillo y esperar a que termine. Me han llegado rumores de que la esta arrastrando al subgénero de orgías de gordas zoofílicas y que graba videos amateurs junto a ella. Basura dentro de basura, como esas muñecas rusas…el caso es que me recibe con cariño, hay varios perros nuevos junto a ella y lucho contra las imágenes que lanza mi mente. La verdad es que cada vez esta mas avejentada, mi ánimo gerontofílico no se amedrenta, aquella experiencia con mi tía me sirvió de mucho cuando era adolescente.

D: El negocio va mal, la gente cada vez esta más enferma, puto internet.
R: Internet no tiene la culpa, esa mierda siempre estuvo ahí esperando ser destilada y reciclada, simplemente la gente ahora tiene menos pudor.
D: No lo niego, es mi trabajo, pero cuando un chaval de dieciocho años me pide que le vomite encima, o quiere meterme el puño por el culo me pregunto ¿Qué harán con sus mujeres cuando tengan cuarenta años? ¿Cuál es el límite? Porque, ¿debería de haber un límite no?
R: Joder, si tú me hablas así es que la cosa esta muy jodida. Tienes razón, el porno softcore ya no existe, ese hueco lo llena la brutalidad. Las primeras experiencias marcan y con ese tipo de pornografía al alcance de cualquiera llega un momento en que lo único que te excita es pegar a una mujer y ver como sus lágrimas hacen correr el rimel por sus hinchadas mejillas.
D: Menos mal que tú no eres así, eres alguien bueno, siempre me has tratado como una dama.
R: Soy el último romántico…
Hay algo enfermo y retorcido en follarte a una puta con amor, como un medico nazi tratándote con amabilidad mientras experimenta con los umbrales de tu dolor, ¿le das esperanza o simplemente amplias por comparación las vejaciones que le causan el resto de sus clientes?
En cualquier caso esta vez no siento la vibración en los cojones, no me sirve de nada naufragar en esas ubres desproporcionadas ni imaginármela en sus orgías de serie B mientras escucho a un perro arañar la puerta del cuarto: algo se ha encasquillado dentro de mí. Lo dejamos pasar. Le doy un beso y me despido.

No puedo evitar pensar en comprarle unas rosas, siento la risa de Dios detrás de mí, ese Cabrón con las cartas marcadas. 
Pero es cierto: solo me empalma su imagen, ese despojo maloliente con manchas en la piel, ese hinchado trozo de carne fría y agusanada…una diosa caída esperando ser fornicada una y otra y otra y otra y otra vez. Arranco el coche con ansia, necesito estar junto a ella…atropello a un par de ciclistas y me tranquilizo.


Hay una elipsis, estoy en la cama sujetándote como una muñeca rota encima mío penetrándote…y es ahí cuando, sin poder evitarlo, las palabras brotan como un riachuelo de agua clara: “Te amo mi querida Carmilla, mi Daphne griega, mi puta indecorosa” 
Unos ruidos extraños acechan mis palabras: son tus brazos, tus dedos luchando contra el rigor mortis, todo tu cuerpo se despereza mientras intentas seguir el ritmo de mi cuerpo, tus manos descascarilladas y azules me rodean y acarician grotescamente, tu aliento insano se desprende reclinado sobre mi cuello, tu ojo me mira ahora sin catarata y con un brillo de malicia mientras sueldas mi pene a tu cuerpo ya no sé si friccionándolo contra tu vagina o tus intestinos.

Me corro con fuerza justo en el momento en que desgarras mi garganta con los dientes… “¡Por fin! -exclamo en un espasmo de sangre burbujeante-, por fin demuestras tu amor" Y dejo feliz que sigas alimentándote… 
...solo quiero estar dentro de ella, morir por ella, ser ella. Ella…

Recuerdo by Los Piratas on Grooveshark

martes, 26 de julio de 2011

Sorpresas en el cristal de color rojo muñeca…las ratas, como reglones torcidos, aligerando las páginas de su contenido afónico.

…estábamos hablando de vacíos emocionales que tratamos de llenar con obsesiones maquilladas de afecto, distraías mi apatía diciendo que preferías a Nietzsche antes que a Schopenhauer. A Bukowski le agradaba –como a mí- Schopenhauer, el espíritu antes que la forma. Todas sus mujeres le eran infieles, eran putas por compromiso, como un chorro de lejía abrasándote, como Alexei Ivanovich ante la ruleta, arañas tendiendo su telaraña invisible… ¿Qué quieres ser cuando seas mayor? Nada. Solo quiero rosas en botellas de vino rotas y, con mucha constancia, beber y esperar, beber y esperar, beber y esperar, beber y esperar, beber y esperar…

Y paseamos por Madrid, besos, un bocadillo de calamares, dos que se cruzan en una calle, juventud agostada, una herida cicatrizada que apenas deja una marca blanca estriada junto al pecho. Todo seguía adelante con esa convicción de las cosas sin sentido, buscando la jodida recompensa en las palabras, siendo el héroe de mi propia mierda, friccionando coños ficticios y culos muertos...desposeído, pero en calma, el amor como antesala -entreacto sexual, Bukowski inunda el texto, Él decía que algunas personas nunca enloquecen…que vida más horrible deben tener… ¿podemos estar de acuerdo?
Te dije que no sabía tratar a las mujeres más de diez minutos, un límite como otro cualquiera, no era un tipo duro...no suponía ningún peligro: nadie se había enamorado nunca de mí.

Me serviste un trago y me besaste la espalda mientras me pedías, acariciándome dulcemente los cojones, que te violara, que te tomase por la fuerza con cierta brutalidad, que gozase de tu impotencia. Esa predisposición femenina al masoquismo, ese tamiz judeocristiano que constriñe vuestras perversiones no me era desconocido, sin embargo admití cierto fraude en mis escritos. Pero tú, con una sonrisita inocente ribeteada en los labios, te arrodillaste y guiada por tu instinto de meretriz, me amaste con maestría, sabiendo -mi querida confidente-, que ese era mi punto débil, ese capaz junto a un par de copas, de expulsar los escrúpulos, el romanticismo y los miedos al presente.
Y así, sin más, mientras seguramente pensabas con quien te tocaba hacerlo el sábado, te viole contra las paredes de ese pequeño bajo de extrarradio que posees, pensando en otra, pensando en ti, con banda sonora de Amy que, como tantas otras cosas, no venía a cuento en ese momento, respirándonos con el oído, escanciando el vicio, salpicándonos con tus humedades...

...todo acontece cuando el demiurgo mueve imperceptiblemente su mano mientras duerme y esa sombra fugaz crea y diluye una existencia completa en apenas un par de párrafos…

Ley de la gravedad by Havalina on Grooveshark

jueves, 21 de julio de 2011

Péndulo de Foucault. No existo. Entrada programada #1

Hay fosas comunes idílicas cuando te sientes desprotegido ante palabras que no van dirigidas a ti. Se basa más en la soledad. Sin oportunidades perdidas que añorar cuando follas con los ojos abiertos.


Cuando se pierde esa inocencia, ese romanticismo que te hace dibujar iniciales, compras un gramo y vas por los locales buscando juerga. Es más fácil alcoholizarse así, es más fácil fracasar, hacer amigos en el baño sin pensar en un cajón lleno de poesía. Como un libro prestado en el prostíbulo. Subes con una puta y no se te pone dura, lo lamentaras más tarde, ahora solo le pides que te la siga chupando y a ratos que te hable de sus hijos.

Termina la media hora. Sales y compras unas pastillas azules, las llaman delfín y tú entiendes Del Fin, te hace gracia demasiado tiempo. Eliges un after y allí pides música que o bien no tienen o bien no necesitan. Cierras los ojos y giras. Ponen algo relativamente familiar y todo vuelve a ti. Te sientes agobiado, histérico, vas al baño y te echas agua en la cara, te pellizcas los brazos, la angustia se apodera de ti. Sales afuera, es un verano frío, te quitas la camisa mojada y te tumbas en un banco. Un vagabundo te pasa un tetrabrik de vino, aceptas. Total, estamos en el mismo bando.

Divagas, no sabes si te escucha o esta muriendo lentamente junto a ti como hacemos todos, pero con menos ruido. Le hablas de tu primer amor tumultuoso, de sus mentiras, de cómo quería follar contigo en un cementerio, sentir la frialdad de una lapida en su espalda, y luego matarse…de cómo se lubricaba el culo con sus dedos y me pedía que la penetrase con mi lengua, “fóllame -me exigía-, luego vendrán los malos tiempos, no hay escapatoria, jodamos a los putos estetas del buen gusto mientras tanto”.

Y me arrancaba promesas estúpidas una y otra vez. Un puto misterio femenino sin desentrañar ¿Qué querías, que pedías a la nada que creabas a tu alrededor? Diez años y sigues igual, sin el ruido sutil de tu vida formando algo real, solo pensando en follar y morirte, quizá ahora solo en morirte. No me quieres y yo sigo enganchado a tu recuerdo follando con los ojos cerrados. O sin follar también.

Luego cojo el metro, me duermo dos veces, es un puto viaje en el tiempo, ahora estoy en Tribunal, escondo la cabeza y cuando la levanto sigo en Tribunal solo que ha pasado media hora. Sigo durmiendo hasta mi destino, y vuelvo de nuevo atrás. Consigo de alguna manera llegar a casa, hoy trabajo. Pero ahí, en la cama, rechino los dientes y miro al techo. Reflexiono, o mas bien masturbo el mismo pensamiento una y otra vez de forma improcedente, inútil, como toda la vida que forjamos aquí…parece que todo tienes que hacerlo bien ahora sin que se te nuble la sonrisa.

Pero no hay que ofuscarse con mala literatura creyendo que “el amor de tu vida” es aquel que termina sin que tú quieras, platónico y frustrante. Los demás existen también, pero se desgastan, se vuelven duros, reales, disconformes con tu banda sonora porque tienes que luchar por ellos -a veces contra ellos-, como un trabajo, y eso no es romántico, o quizá sí y no nos damos cuenta. Pero hay algo precioso y particular en enamorarte de alguien y ser correspondido con la misma intensidad. Luego vendrán los abismos de identidad de cada uno pero… ¿Qué importa cuando ves a esa mujer hermosa que te ha domesticado avanzar hacía ti como un ejército invencible, colonizando tu vida, tu alma, las heridas de tu piel?

Al final todos somos puzzles mal cortados, buscando la afinidad, desentrañando el misterio y los matices de nuestra simbiosis, buscando la excepción del concepto en el signo del eco de mi cuerpo penetrando el tuyo. Que estúpida irreflexión nos consume cuando queremos borrar años de relación, esa ansiedad por la tabula rasa y la historia perfecta, cuando todas dejan su reverberación de saliva y añoranza, cuando solo hay que tener un poco de valentía con esos sentimientos que irracionalmente aparecen y desaparecen, sin etiquetas y a veces…sin esperanza.


She Is My Sin by Nightwish on Grooveshark

jueves, 14 de julio de 2011

…marea de sangre oscura, ciclotímica, atenazando mis sentimientos con su progestágena mano, enfangada, fracasada, dedos rencorizados como garras de nicho alquilado…

Vista cenital. Una mujer de pelo largo azabache, ojos verdes, de unos cuarenta años -pero significativamente hermosa- esta bebiendo una copa de vino sentada en una silla de la cocina. Lleva un camisón beige transparente y se nos presenta ligeramente acalorada, como si hubiera hecho un gran esfuerzo físico hace poco. Mira de soslayo hacia la puerta abierta de la nevera que tiene a su derecha y se apoya ligeramente en el respaldo de la silla. Se le escucha murmurar…


…me encantaba como sonaba mi nombre en tus labios: Mina…Mina…Mina…Cuando no hay oportunidades no se extraña lo perdido no se busca la templanza en la tragedia. Mi familia esta preocupada, no respondo sus llamadas, aparento no estar en casa cuando vienen a buscarme. He pensado en coger una excedencia. Pero tendría demasiado tiempo libre. A veces voy a un bar y pienso en el desorgasmo, algún pútrido macho alfa se acerca con esa pequeña franja blanca en su dedo anular, o quizá solo soy yo exteriorizando mi asco a los hombres inventando más y más historias sórdidas, y les digo que no soy capaz de masturbarme, que no pierdan el tiempo conmigo.
A la vida es mejor no preguntarla nada, solo disfrutarla lo poco que te deje sin esperar nada a cambio ni por su parte ni por la tuya. No tengo amigas que me den consejos, solo canciones en la cabeza que me hablan de amor. No debí perderme en ti, no debí desearte así.

Todo por culpa de un polvo…porque no hubo nada más…estábamos en la playa, no eras nadie interesante, destacable, mirada huidiza, alto, demasiado delgado, gesticulabas a destiempo desmañado pero gracioso. Pero eso sí: tenías una voz cautivadora, creabas mundos solo con tus palabras, no podía dejar de mirarte mientras poco a poco te transformabas en alguien diferente. No sabía que había detrás de esos ojos oscuros pero notaba que bebías demasiado, síndrome de culto de una vida apartada y extraña. Me confesaste, ya un poco alejados de los demás, que eras un pervertido, un romántico, un gañán, alguien encantador la primera hora y odiable hasta el extremo la segunda. Decías que nunca estabas a la altura y que morirías solo. Me reía con cada nueva ocurrencia, disimulando, sin atreverme a preguntar que era verdad o mentira. Solo veía a alguien frágil e inseguro mirando al mar con melancolía, sin atreverse a terminar la botella, como sino tuviera nada a lo que volver después.
Me besaste, primero con tu sonrisa, luego con tus parpados…finalmente con tu lengua. Era una noche de verano calida y sinuosa, de esas que recorren tu piel haciéndote cosquillas en el alma.
Hubo una pausa en tu excitado avance por mi cuerpo, como si de pronto quisieras huir de mí. Solo fue un instante cuya intuición fue barrida por el sonido de las olas, el vino caliente, las palabras y esa sensación de adolescente en celo mojándome las bragas. Me eché encima tuyo, quería violarte, quería marcarte de por vida. Y nos pasamos toda la noche follando, sudando, amando, muriendo entre capas de fiel, febriles, riéndonos, enfadándonos con nuestros cuerpos, amoratándolos con embestidas y golpes, arañando los mordiscos, quemándonos como si fuera la última oportunidad, sin pasado ni futuro, sin un no de colegio de monjas, con convicción de reo encadenado a un show de Truman pornográfico, con palabras que deseaban amar y se quedaban en mera banda sonora.

Ahora lo pienso y se me antoja ridículo, tenía cuarenta años, había tenido una vida bastante desbarrada y quería algo de tranquilidad, de pronto aparecía un tipo normal, me echaba un polvo en la playa, ¿y me enamoraba? Ni siquiera vivía en mi ciudad. Era una locura. Y lo peor es que no sabía si estaba enamorada de él o solo del sexo, de ese sexo tan brutal y estremecedor. Joder, si incluso me había despertado el instinto maternal. Era un puto órdago hormonal.

Te empecé a llamar, facturas inmensas. Un sexo telefónico increíble, terminaba con los dedos arrugados por mis flujos. Y volqué mi alma en ti, sin tapujos, con una necesidad desconocida, como una niña. Te hablé de mi pasado, de todas mis frustraciones, de mis relaciones pretéritas como un error del destino. Gracias a ti había vuelto a reconciliarme con el romanticismo.
Y cuando no hablaba contigo te pensaba, te mandaba mails, fotos, hacía planes, quería ver todas tus películas favoritas, escuchar tu música, tenía conversaciones en mi soledad, quería que vinieras a vivir conmigo, olerle, presumir de tu compañía mientras paseábamos por la playa y luego lanzarnos a la arena entre risas, quería enseñarte mi ciudad, vivir todo de nuevo y compensar todo lo anterior que no significaba nada porque no lo había compartido contigo.
Pero nunca viniste. Todo se fue diluyendo. Comenzaste a estar siempre de mal humor o deprimido, a no coger mis llamadas ni responder mis mensajes...ya no era tu prioridad. Quería ir a verle pero me amenazabas y me convencías de que no lo hiciera. Quizá tenías pareja. No me importaba. Mi felicidad solo estaba contigo.
Fue a peor, migajas de tiempo, voz desconocida, excusas, dejaste de llamarme y cuando te llamaba a la hora de siempre al final terminábamos discutiendo. Cuanto más te alejabas más ansiedad me causaba, más obsesionada me sentía, más obcecada por aferrarte y reclamar tu atención.
Al final una pizca de orgullo floto entre mis lagrimas, te pedía, no, te exigía que acabaras con esto. Dijiste que no estabas preparado, que tú eras así, que lo dejabas en mis manos.
"¿No tienes nada más que decirme, no me quieres, no quieres estar a mi lado, vernos, superar esto juntos, luchar simplemente?" Te pregunté sin acabar de creer que todo acabara así.
Silencio. Un silencio atroz.
Y de esa forma cobarde, colgamos, no sin antes arrancarte la promesa de que me llamarías, que al menos seguiríamos siendo amigos.

Eso pasó hace cuatro meses. Ni siquiera te ha interesado ser mi amigo. Cada vez que te he llamado me has colgado o me has mandado un mensaje diciéndome que te deje en paz. Releo tus mails, como respuestas ficticias a los que nunca me has contestado. Tengo una carpeta solo para ti, tus fotos, tus mails, tus mensajes, mis planes, mis borradores...Es pequeña, no da para mucho. A veces cuando despierto no me acuerdo de ti, pero siempre, siempre, a las nueve de la noche te pienso y te extraño: era la hora a la que siempre hablábamos. Odio esa hora. Tu hora.

…me tenías tan fácil, solo alargar los dedos, rozarme, desearme sin más, arriesgarte, esquivar nuestra mutua fragilidad. Pero la realidad es que no me querías, era un simple juego, me domesticaste y luego me tiraste a la basura. Me dejaste en esta agonía lenta, en este rechazo perpetuo, cobarde, ruin, miserable, hundiendo el dedo en la llaga de mi vanidad escindida, día tras día, a la misma hora, dejándome sin esperanza, sin el hogar de tu voz idealizada, sin poder perderme entre mis dedos porque tu recuerdo me abruma y me hace llorar…

Por eso me tendrás que perdonar, ya sé que te lo he dicho varias veces hoy, pero tenía que traerte, tenía que hablarte, tenía que explicarte todo esto. Siento que haya tenido que ser de ese modo, pero sabes que soy muy intensa y no debiste de decirme esas cosas tan horribles cuando nos vimos...solo quería amarte, solo quería que estuviéramos juntos. Es una pena. Pero tranquilo mi amor, aquí estarás bien. Junto a mí…para siempre…

Love You to Death by Type O Negative on Grooveshark

miércoles, 13 de julio de 2011

Como una carta de amor, enamorándote de la incertidumbre del secreto inconfesable de la esfinge, sin saber finalmente que has dicho ni a quien estas engañando. -Editado.

El ser humano se puede acostumbrar a todo, pero siempre hay secuelas. Hasta entonces no tenía muchas inflexiones en mi biografía sentimental, pero había cometido el error de enamorarme como una perra de aquel hombre de Gijón y había sufrido hasta el puro aborrecimiento de mí misma durante meses.

Ahora lo tenía claro: la realidad había supurado toda oda al romanticismo. Dejaría las cosas fluir sin desaprovechar ninguna oportunidad…forzando el vacío con el poder inherente de mi vagina. Pero no volvería a encadenarme al idealismo, a la trascendencia en los demás buscando un luto ritual de al menos una semana.


No, que se jodan los sentimientos, la nostalgia, las burbujas de banda ancha de eunucos. Me rindo a la necesidad masificada, solo te quieren frustrado para seguir consumiendo y anhelando: mi droga sería otra a partir de ahora.



No había otra razón para aceptar su invitación de pasar ese fin de semana en Valencia. Él conducía. No era nadie importante, ni victima ni verdugo, solo un simple decorado desvaído, un actor en paro haciendo trasbordo en su vida.

Después de tomar la típica paella valenciana en un chiringuito de playa habíamos seguido el rito habitual de cortejo y ya le tenía jadeando encima de mí…...la verdad es que el espectáculo era desalentador. Pero tenía ese punto exhibicionista, de venganza o esperanza torpe que era lo que buscaba, ¿Por qué pensar tanto? Vive el jodido memento mori, aunque la tenga pequeña, aunque no tengas ganas de ayudarle, jadea, rodéale con tus piernas, aráñale la espalda.

Pero todo es inútil, total, él no se da cuenta, él no es Él, y esto es simplemente una pantomima de vanidad. Con Él era diferente, nuevo, como la música que servía de escenario a nuestros encuentros, con esa timidez inicial, tratándome delicadamente, iluminando mi sangre excitada, arrastrando las palabras pasando de “te quiero” a una orden, de una caricia a unos azotes, me sentía su esclava, sometida a su polla brusca, canalla, violenta. Sin miramientos, apurando.

Aun recuerdo la última vez...había sincronía, afinidad, como si provocarme un orgasmo fuera la cosa mas banal del mundo. Él –en el fondo lo sabía-, no hacía nada especial, como si todo naciera de mi sentimiento y lo demás fuera superfluo una vez estuviera enfocado. Quizá fue demasiado corto. No sé. Y aquí estoy, pensando en todas estas cosas, pensando en ello durante todo el viaje, antes incluso de aceptar, pensando en ello cada vez que despierto en la cama, alargando la mano tontamente buscándolo.

Ahora, en este instante, me penetran y apenas siento un estremecimiento porque realmente no consigue penetrar en mí, es algo superficial, un cambio de escenario, una huida del calor, de Madrid, del trabajo, pero de mi misma no lo consigo.
Me rebelo ante esa idea...le ronroneo al oído, me pongo a horcajadas intentando provocarle alguna reacción...pero me sigue follando sin valentía, ni siquiera me roza el culo. Aun recuerdo aquel polvo en el garito de Argüelles vitaminado por unas pastillas. La ropa interior perdida, la desinhibición, esos hoyuelos que se le formaban cuando sonreía, esa barbilla enaltecida. Como me encantaba frotar el coño contra ella.

Me pongo de lado -esa posición le encantaba-…pero todo se torna aun más triste...siento un olor a muerte, a tierra de cementerio recién removida...me siento muerta por dentro como una paradoja ahogada a cien metros de una hoguera. La lubricación cesa, me incorporo...ni siquiera sé si él se ha corrido, solo quiero ir al mar, y que la marea me lleve lo más lejos posible de este momento…

A Forest by The Cure on Grooveshark

martes, 12 de julio de 2011

Puta, puta, puta, puta, puta, puta, puta, puta, puta, puta....

El otro día salí con una puta, era alguien maravilloso, con su hija haciéndole la competencia en la misma zona –en unos años se unirá la nieta, todo en familia-, intenté el trío pero se negaron. Cuestión de tacañería por mi parte: pedían demasiado. Así es el mundo que habitamos: todo a la venta. No hay amor, solo adultescentes jugando a su lujuria hormonal particular. Es todo mentira, no hay salida, es demasiado tarde para muchas cosas, pero para lo malo, lo peor, lo intragable, aun es demasiado pronto.
Pensaba románticamente en tu vagina, esa que me daba paz y lucidez, nada especial ya ves tú. Sobreviviendo a estos azares, accidentes llamémosle de la existencia.

Pensaba que eras una puta, pensaba llenar un reglón entero con esa palabra pero me conformaré solo con el título. Alacenas de pensamiento que vomitaba desde mi atalaya a ras de suelo, como si solo alcoholizados llegáramos a la sinestesia, a la música deflagrando en tu psique mientras la luna suspira ante tu medianía, ¿cuando tiempo puedes esforzarte en exprimir tu mente en algo que te resulta absurdo, indiferente, estúpido y hasta insoportable a medio plazo…?
Dentro de poco iré a por otra botella a la nevera, es ahora cuando resucito, cuando la luz desaparece…solo quiero olvidar, someter el tiempo, la nausea que comienza en mi mismo y que me impide aprovechar esa absurda oportunidad de autoconciencia, como una guardería infantil llena de recuerdos claustrofóbicos. Hay mucha gente aburrida con derecho a voto y aliento a motel de carretera ahí afuera…me da miedo interaccionar con ello.

Pero a lo que iba, realmente no era una puta, era y es una compañera de trabajo. Había sido un fin de semana atroz, la echaba de menos, intentaba enguantar su beso de despedida pero ni siquiera conseguía masturbarme…empezaba a dudar de que se me pusiera dura con otra mujer. Entendía todo, era un peón sacrificado sin demasiado coste emocional: ya no me necesitaba. Entonces mi querida partenaire frisando los cuarenta, con un hijo con clases particulares de violonchelo accedió a resolver mí necesidad superficial durante unas horas.

Antes del placer, no tan placer, que me liberaría el alma agarrotada, tuve que escuchar su biografía; la típica chica gordita en su adolescencia –en la actualidad otra vigorexia que da grima.- que sufrió duras experiencias. Perder la virginidad en los bajos de una discoteca con el coño entumecido y seco no es la mejor forma. Durante mucho tiempo estuvo dudando entre la desfloración y la violación. No sé porque cojones abrió más el alma que las piernas pero esta es la información. Luego tuvo una relación a distancia, fue maravillosa, otro oligofrénico de vocación.

Todo el romanticismo desbordado –ya no queda nada- llenando los huecos que dejaban en la ducha sus dedos. Al final, después de los meses, se ven y él, en un alarde de sinceridad, la pone a cuatro patas y durante tres minutos y medio la demuestra con intensidad lo que siente por ella. Fue el cenit de su relación.


Ella se fue a vivir con él, motor de su vida. Aceptando la tontería fue una experiencia de mierda: ponía un cronometro en la cama y era el único ámbito en que se esforzaba; todo lo demás pasa por los idilios de un niño caprichoso: una porno chacha amateur resignada que empieza a fumar a escondidas y a mirar por la ventana con cierta desesperación. Le tuve que dejar enamorada me confiesa con ojos humedos de emoción. Pienso en el polvo y la pregunta de “¿el truco es putearte?” fenece en mis labios.

Al final se casa, no con este tipejo, con otro. El que le aguanta los aguaceros, el que no le replica, básicamente el tipo aburrido que le dice a todo que sí. Tienen un hijo, disfrutan de la serenidad de unos años buenos y al final se separan, todo sin demasiado dramatismo. Ser madre siempre viene bien para cubrir las necesidades de una vida vacía, como un agujero en la arena a la orilla del mar que intentas llenar con agua. La vida no es una autovía en una sola dirección, aprovecha las oportunidades, déjate llevar, es lo que me dice ahora cuando recuerda como le chupaba la polla antes de irse a trabajar. Hay cosas que no se superan nunca.

Y finalmente follamos, más por merito suyo, se abalanza sobre mi polla con ansiedad, lo cual resulta tremendamente excitante, cerramos los ojos, el motivo es indiferente, simplemente disfrutamos, tiene unas tetas pequeñas perfectas, artificiales, como son todas las que siguen altivas después de tener hijos. Su coño no es una bolsa de plástico en la que naufraga mi polla sin éxito. Ella tiene su orgasmo, cosa que me congratula, pero sigue sin funcionar. Da igual, hace un par de semanas que creo que mi futuro esta con una puta cariñosa, no creo que la cosa vaya a mejorar con el tiempo. Ella esta contenta, aun no se porque, no creo que sea mejor que ninguno de sus amantes, al menos que ellos no les gustase comer un coño, pero ahí seguimos abrazados mientras pasa su mano por mi pecho y me habla de su vida.

Pienso en mi puta particular, en que nos enamoramos de las personas equivocadas, que solo he sentido celos dos veces en mi vida y que la mayor parte del tiempo me importaba un bledo lo que sucedía. Pienso que no se trata de echar un polvo ni de vanidad, sino de compartir algo, de decir “te amo” o “te quiero” de una forma natural, no se trata solo de evocar, se trata de abrirse y dar la posibilidad a la otra persona de hacerte daño, de joderte la vida, y en el proceso tener algo de suerte y encontrar un instante de felicidad.
Y poco más. Game over

Angriff (radio edit) by Front Line Assembly on Grooveshark

lunes, 11 de julio de 2011

Pongamos que no eres nada y que tu polla tampoco es nada del otro mundo. ¿Qué nos queda entonces? Poco más de un eco sordo...

Una urna con cenizas sin talento. Sabes las reglas, las usas bien. Nunca lo conseguirás. Te tendrás que conformar con sensaciones pretéritas, no me interesa ya tu voz. Estancando me siento mas ligero que cuando estabas a mi lado. Eres menos que nada, solo un reglón manchado que hay que repetir, unas risas enlatadas a destiempo, eres un boceto desechado donde he practicado mis costuras, sinfonía ajena desvirtuada por una mala acústica, nunca exististe y la edad se te echa encima, disfruta de tu coño sin alma ahora, luego vaciaras de vomito tu sonrisa engañosa, te conocemos ya, no mereces ni siquiera mi violación.

Deseo que la pretensión transcendente de romanticismo que todavía -ingenua- te posee, muera en tu coño en moteles baratos y gemidos egoístas, que te enamores de nuevo, no te correspondan y te traten sin miramientos, sin pudor de tus sentimientos, que beban tus lagrimas como un néctar de miel entre risas grupales, deseo que conozcas la soledad y no la aguantes, deseo que tu ego alcance simas de decadencia, deseo que bebas a solas, deseo que tengas un trabajo basura donde te sientas ajada y te traten con despotismo.


Deseo que tu puto mundo de color de rosa conozca la realidad de la muerte, deseo que te des cuenta de cuan imperfecta eres y de cuanto tiempo has perdido hipnotizada con el sonido de tu voz, deseo que te manipulen, deseo que te rechacen en la cama, que conozcas lo que es no sentirse deseada, deseo que te mires al espejo y no te reconozcas de lo amorfa y degradada que te has vuelto y que la verdad sobre tu cuerpo, sobre tus pechos, sobre la forma que tienes de moverte en la cama se haga eco en ti, deseo que alguien te diga que no hay arreglo y que va a ir a peor.


Deseo que tengas arcadas cuando tragues su semen y que luego te diga que la chupas mal, deseo que quieras salir el fin de semana y que todo el mundo te niegue, deseo que no llegues al orgasmo y que creas que es culpa tuya, deseo que cualquier canción te recuerde tu fracaso, deseo que en el mejor momento de cualquier noche en la que actúes como una puta -tu verdadera naturaleza- se vea ensombrecido por el recuerdo de que no vales nada, que no lo mereces y que rozaste lo excelso sin merecerlo, deseo que no vuelvas a sentirte especial, deseo que a tu alrededor todo el mundo tenga una vida completa y encauzada y solo tú sientas todo el tiempo perdido.


Deseo que ningún proyecto fructifere y tu vida se resuma en trabajo y un cubata en la mano el fin de semana, cansada y con dolor de pies, mientras intentas ligar en una discoteca malsana a cualquier gañan con ganas de masturbarse con tu cuerpo en el suelo sucio de los baños, deseo que nadie te mande mensajes cariñosos, deseo que te mientan y que sepas que te mientan, deseo que no puedas masturbarte en la ducha porque no consigues recrear la ultima vez que echaste un buen polvo, deseo que la ropa te siga estando pequeña porque sigues engordando a pesar de tus esfuerzos y que gorda sea la palabra más repetida a tu alrededor.


Deseo que no te vuelvas a enamorar sino es para sufrir el mas espantoso rechazo, deseo que no encuentres al padre de tus hijos, que no estés a la altura, que te griten, que te odien, que te ridiculicen, que te den la espalda, que te dejen plantada, que te sientas como una fotografía vieja en blanco y negro anacrónica de gente muerta y ya olvidada, deseo que eches polvos de campo de concentración y que el semen resbale por tu vagina porque se ha roto el condón, te deseo papilomas y una secreción maloliente y blanquecina, te deseo un legrado, te deseo por encima de todo la infelicidad suprema en todos sus matices y que pueda estar ahí, como en una sala de cine con palomitas, para aplaudir mientras tanto…te deseo…

Unos nudillos femeninos tocan a la puerta:
Ana: ¿Qué haces Rorschach?
Rorschach: Escribiendo una carta de amor para otra. Tráeme hielo para la copa y déjame terminarla.
Ana: Eres un hijo de puta.
Rorschach: ¿Eso implica que no vamos a follar hoy…?

The Kiss by The Cure on Grooveshark

jueves, 7 de julio de 2011

Había estado soñando con la mujer que coleccionaba manos y ya tenía pensadas doce maneras diferentes de seducir su clítoris…

Pongamos que no soy Rorschach, soy otra persona distinta, no vulnerable o frágil, que no cree que los textos felices son una invitación para darse por vencido, sin ganas de bucear en frases mediocres ni aletargado en su aria de renuncias y decepciones...pongamos que no pienso que la vida es una demolición de los sueños, pongamos que soy alguien normal.


Alguien que deja que las cosas fluyan y aprovecha las oportunidades, todas ellas, entre otras tus susurros de medianoche.
Me llamas, con voz baja, quizá porque no estas sola, dices que me deseas, que estas emputecida, que eres una zorra egoísta cansada de enviar botellas con mensajes de amor, que solo quieres que agarre tu dildo rosa con los dientes y te folle durante horas mientras mis dedos penetran tu culo y te hacen correrte sin pensar en nada más.
Pongamos que me pones cachondo, que tengo una enorme polla -en opinión de cinco mujeres pretéritas-, y que ahora me tienes, solo con tu voz, totalmente inestable, ansioso, con ganas de follarte, de estar contigo, oler tu piel, besarte, lamerte, acariciarte con brutalidad, morderte, amoratar tu piel insincera y tamizada por el sol. Pongamos que no me importa tu vida, ni tus hijos, ni tu marido, que solo te deseo, puro deseo encarnado, pongamos que cojo el coche y voy a buscarte a un motel de carretera de paredes color salmón...que te pido que me esperes allí, desnuda, abierta como una sordida flor bajo la lluvia.

Pongamos que cuando llego empalmado no me has hecho caso y tengo que darte una lección, tengo que rasgarte la ropa, tengo que decirte que mañana te va a doler el cuerpo, que vivamos el presente y que vas a sentirme mas adentro y mas duro que nunca, que casi podría empalarte ahora mismo.

Pongamos que nos tomamos las cosas con calma que de alguna forma consigues convencerme, mi puta querida, para atarme a la cama y vendarme los ojos. Y me hablas en catalán como a mi me gusta, dilatas los tiempos, y siento que voy a explotar por la espera, y al final siento como vas deslizando tu coño de ramera por mi cuerpo lentamente, hasta que terminas en mi boca y me pides, no, me ordenas que te lo coma, y con dolor de cuello alzo la cabeza para poder deslizar mi lengua lo mas adentro posible de ti, intentando penetrarte. Al final caes sobre mi, me ahogas, me aplastas con tu sexo, y sigo lamiendo, comiendo sin poder imaginar en mi cerebro cada vez más falto de oxigeno una muerte mejor. 

Pero tu orgasmo nos salva a los dos y cuando separas tu coño de fulana mi polla sigue necesitada de consuelo.
Siento por fin tu bilateralidad, siento como juegas con tu lengua en mi capullo, tú si que sabes hacer una buena mamada, hay cursos en America pero lo tuyo ha sido puta practica punk, noches de adolescente andando por tejados buscando pollas, el deseo, viviendo la vida, siendo una lumi, una furcia promiscua, una meretriz barata, una buscona, mesalina de extrarradio, nínfula sedienta de bajas pasiones...encuentra tu etiqueta, a mi me encanta, respeto ese excelso, poderoso y encantador saber femenino: chupar bien una polla. Mujeres con caras mustias envueltas en un luto continuo porque nadie se las folla bien: ahí tenéis la solución.

Pues eso, ya sabéis, ¿no? Primero adoráis el momento, sugerís, movéis vuestra lengua por el glande, deslizáis lentamente la piel, abrazáis ese pene que ahora mismo es la única parte sensible de su cuerpo, poco a poco echando el aliento, luego la boca entera, y finalmente abandonáis la mano y vuestra boca es follada por el protagonista liberado ya de sus ataduras. Os auguro agujetas en la mandíbula, pero es arte lo que provocáis con vuestras bocas. Van Gogh es un necio a vuestro lado. Si embargo el final feliz se prolonga porque liberado ya se pone a horcajadas sobre ella y empieza a masturbarla con fuerza, con ira…ella le pide un sesenta y nueve, pero él esta hasta los cojones de tanto mandato y se corre con fuerza en su boca mientas le mete sus cuatro dedos clitorianos en su coño y el pulgar en el culo.

Pero la cabrona de pelo azabache y ojos miel le tiene tan cachondo que quiere seguir follándosela, es algo increíble el morbo que le da, es una puta viciosa, nadie de fiar, alguien con la que no tendría hijos nunca, pero necesita poseerla, necesita quitarse esta necesidad que transpira por sus poros, necesita violentarla porque le pone celoso, porque debería estar solo él en su vida y sin embargo solo tiene estos momentos. Se acuerda de aquella película en que la novia se folla a su amante minutos antes de la boda y el semen de él gotea en la ceremonia mientras ella dice el “si quiero”

Y ella sin más le muerde el labio hasta hacerle sangrar, le agarra la piel con saña. “Para zorrita!”, y la agarra las manos con un brazo mientras la lame los pezones, erectos y meridianos.
“Eres un puto veneno, pero voy a acabar contigo”, y con la polla aun dolorida te vuelvo a follar y te beso con amor y descubro tu lengua maldiciéndome porque ninguno se atreve a un “te quiero”, pero en ese momento te quiero mas que nadie en mi vida, a la mierda la familia, quemaría a todos mis amigos, mis libros, mi casa, me quemaría a mi mismo por tenerte así para siempre pidiéndome mas, gimiendo como una histérica arañándome como si te fuera la vida en ello, solo quieres más, no piensas en nada, solo en mi polla brusca en tu coño, percutiendo más y más hondo, no estamos para gilipolleces de lento y profundo: me masturbo con tu cuerpo, y cuando te cansas de ser mi puta te pones encima y eliges el ritmo que tu coño prefiera, no me importan tus orgasmos, podrías estar lubricada con tu sangre, solo quiero golpearte, someterte, que digas sí y tus ojos me supliquen piedad, empalarte, hacerte mía, que no olvides, aunque siempre olvidamos.... 

Te sigo llamando puta y tú solo sonríes, te pones a cuatro patas y me enseñas tu culito, culito terso, suave, Dios, ese culo en forma de corazón sin edad es mi perdición, toda tú eres ese culo pidiéndome que me lo folle. Es un culo antinatural, de chiquilla vestal, de alguien que no sabe lo que es desnudarse en compañía…de otro siglo. Y ahí lo tengo en pompa suplicando que lo sodomice, quieres un orgasmo anal, y cojo el ipod y te pongo música, no esas mariconadas de Amelie, te pongo Annihilator y cosas brutales, la banda sonora de una buena follada. Y mojo mi polla en tus jugos y te follo con fuerza, te confieso que quiero hacerte daño, pero ese culo pequeño, ese culo de adolescente con el que me masturbo a diario acoge mi polla como un juguete roto y me pide más y más. Y te juro que en ese momento soy tuyo. 

Da igual todo lo demás, mi vida esta a tu servicio y sin que pueda evitarlo te digo que te quiero, que te amo, que quiero que seas solo mía...moriría por tu culo...moriría por ti. El agujero de tu culo da sentido a mi triste vida...un sentido intenso, dictadorial, fascista, sadomasoquista, me pierdo en ti, en él, un jodido sumidero de existencia.

Me desgasto, no se si me he corrido o no, pero hay un momento minutos/horas después que me tumbo empapado en sudor a tu lado...la música desaparece. Nada puede mejorar estos instantes...
Tengo los ojos cerrados cuando siento como me besas con ternura, ya no me muerdes, me abrazas con esa soledad que por fin despierta a la vida y se hace archipiélago. Siento que me amas, y te abrazo para poder esconder mi emoción contra tu pelo. Te amo. Sucede. No lo puedo evitar.

Unos minutos después reconozco tu rito, como recoges tus cosas después de la ducha y te despides con las frases de costumbre. Vuelves a tu vida. No te pregunto nada, a veces la trascendencia tiene que nacer y morir en el mismo instante.
Un día te diré adiós y nunca comprenderás lo cerca que estuviste de mi alma mezquina.

Joder, ya te echo de menos...

She’s Lost Control by Joy Division on Grooveshark

viernes, 1 de julio de 2011

Otro viernes subcontratado a una nota de sucidio.

Todo converge en el mismo punto. La nínfula chiflada te manda mensajes, quiere quedar, quiere retozar porque le encantan tus palabras, quiere una historia de amor para ella sola, quiere teclear desde la madriguera, quiere idealizarte para luego cosificarte, rechazarte, olvidarte, destrozarte, darte con la puerta en las narices, usar esa intensa indiferencia que le hace cambiar de tema en el mismo párrafo -Toma otra pastilla te hará bien. Quiere que la penetren mientras esta borracha, arañando, mordiendo, saboreando la sangre y gritando que eso es pasión. Divago, siempre supero la dosis a esta hora, abriendo en canal los párrafos sin reflexionar demasiado. Es por la música: no encuentro la adecuada. Y también por el dolor.

Es agradable pensar que alguien, en alguna parte, le gustas, se masturba pensando en ti, le resultas importante…no es tu pareja perfecta, de hecho sería un desastre, pero es tranquilizador saber que hay alguien ahí afuera para quien tu voz, tu vida, tiene algo de sentido, aunque solo sea en el tiempo de una llamada, pensándote en su recuerdo de sueño inacabado, una nada compartida que crea un tiempo de futuro-pasado. A veces sucede todo tan rápidamente que hasta te da vergüenza recordar lo mal que lo pasaste por esa tontería…
"Hola, soy Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir…"

**
Hay cierta arrogancia en todo esto, cuando sólo somos carne con diferentes fechas de caducidad, haciendo cola en el supermercado a espera de clientes. Pero cuando eliges ser trascendente, eliges decorar tu cárcel con libertad, y aunque te encuentres solo, el amor tiene esa ventaja masoquista de no necesitar reciprocidad ni para su comienzo ni para su final. La felicidad es otra historia.

En aquella época era muy dado a fantasear, la lucidez me parecía demasiado cínica y manoseaba los recuerdos del pasado como rompecabezas a los que siempre les faltaba alguna pieza o creaban un dibujo equivocado. Recordaba a Alba, y como me hubiera gustado despedirme de ella cuando aún nos reconocíamos con la mirada, cuando aun seguíamos siendo nosotros, sin odio ni indiferencia, estando de vacaciones todavía, disfrutando cada instante sin que la cuenta atrás agriara un amor aun intacto.

Por eso, cuando me llamaste de madrugada –Tú que fuiste y has sido lo más parecido a mi alma gemela- sentí la necesidad de despedirme. Fue solo un instante, inadvertido, inaprensible, pero para mí fue suficiente. Tu llamada aun no era un gesto forzado, había ensueño en tu voz y gasté tu nombre pidiéndote que vinieras. Quería sentir de nuevo el vértigo, esa vibración extraña que emanaba de tu cuerpo cuando estábamos juntos. Y viniste a mi cama de sabanas frías, y mientras entraba en ti poseyéndote, eras tú quien entraba en mí, en ese en quien me había convertido solo por estar a tu lado. Y libe mi alma de tus labios, buscándola en la canción de tu risa, en tu mirada prendida, en tus susurros de orgasmos. Y después, mientras compartíamos secretos con ojos brillantes, quedo plena mí despedida, como es plena la autoconciencia de felicidad y perdida.

Ahora, meses después, no me quedo con la indiferencia de tu última llamada, esa en que me recluyes, me reduces solo con el tono de tu voz, fuera de tu intimidad más reciente. Me quedo con esa otra, esa en la que viniste corriendo, a oscuras, buscando mi cuerpo, mi sabor y mi amor.

No eres nadie by Sangre Azul on Grooveshark