viernes, 28 de octubre de 2011

Ponzoña y Deshonor

A despecho de mi barra espaciadora voy a escribir algo antes de reanudar –ironía- mi triste existencia. Lo más divertido al escribir es tener una idea. Te sientas, y la sueltas con violencia, casi enfadándote por la lentitud de tus dedos incapaces de poner tildes con autoridad. En nuestra vida lo hacemos inconscientemente, es la forma que tenemos de conceptualizar, de aprehender la realidad. Observamos nuestro entorno y le damos sentido –un pasado y futuro- en nuestra mente. Hace un par de semanas por la noche vi a un tipo extraño increpar a un par de putas y luego irse a una cabina a hablar solo con el auricular en la mano. Y de pronto surge esto: llamada telefónica.

Los blogs han masificado el concepto de la escritura, somos pioneros de las letras, armados como los Beatles con un par de amplificadores y tres acordes. Bueno, de acuerdo, nadie viajará a Hamburgo. Odio a los Sex Pistols. Y me encantaba Nirvana. Pero démonos un voto de confianza y creamos esperanzados que hay cierto talento efímero en estos reductos de lobo estepario, a pesar de que un blog personal no tiene que regirse por un libro de estilo, simplemente contar con un ordenador y la búsqueda de catarsis. Porque todo empieza normalmente así. Una de las primeras personas con las que intimé estaba enamorada de un informático. Él desaparece y hay muchos suspiros y lamentaciones. Cobardía. Su entorno esta emponzoñado por la repetición y decide desahogarse en un blog. Un año y medio después todo culmina en un par de polvos, desilusión y muchas lágrimas. Y finalmente, superado con otro, el blog cierra. Ya no tiene sentido.

La gente espera que la escritura provoque cambios por si sola, cuando ese dialogo interior debería de ser más intuitivo y habitual. No hace falta ponerte una peluca y llamarte Norman Bates para cuestionarte tus problemas con las mujeres en voz alta. Quizá, es verdad, sirve para aclarar tus ideas, un listado de pensamientos, pero aparte de mover el culo fuera de tu habitación no hay otra cosa que funcione. El parlamento con tu público, cuna de vanidad, tampoco ayuda, por poner un ejemplo cercano hay blogs de mujeres casadas e infieles que cuentan con pelos y señales sus aventurillas y la gente que atraen, después de cierto filtro bienintencionado, es de su misma calaña. Todos dándose palmaditas en la espalda sin pensar en el marido, que a fin de cuentas también debe tener derecho a estar con alguien que le respete y no le mienta. Pero eso tampoco tiene importancia, era una opinión sin acritud.

Lo importante como decía es la diversión, en mi caso divagar. Podría crear, por ejemplo, un personaje que estuviera contento de vivir en España -cosa compleja a priori-, porque aquí al igual que en Alemania no hay una ley que prohíba explícitamente el bestialismo/zoofilia. Sería mejor, pensaría en primera persona, vivir en Japón, Hungría, quizá México por el idioma. También es legal en más de treinta estados de Estados Unidos. Hay dibujos de Brahma copulando con osos. Quizá mi personaje tuviera una granja y mientras se beneficia a sus hermosas gallinas su mujer, pulcra y limpia le descubre y escandalizada huye con las dos niñas. La cuestión es explicar cómo se ha casado.  Pero no sé si mis amables lectoras están preparadas para descripciones pormenorizadas de las vivencias en el establo de nuestro protagonista.

La insatisfacción personal por la falta de autorrealización empeora con la edad. Puedes intentar eludirla ocupando tu tiempo y tu mente en actividades alienantes. Pero siempre está ahí, es algo de lo que no puedes huir. Quizá ya, con el paso del tiempo, heridas y derrotas asumidas, nos resignamos a la oportunidad perdida. Las cosas son así. Y punto. Descubrimos un final agrio, lento. Es la diferencia entre –no soy feliz- y –soy infeliz. El matiz es del tamaño de una sanguijuela en los huevos, como salir de copas con tus amigos sin saber al volver a casa si lo has pasado bien o no…o quedarte en casa como un alcohólico conformista machacándotela viendo pornografía.
Es la perdida de la juventud, y no me refiero solo a la edad, que hay mucho viejo prematuro llorando por las esquinas por cualquier estupidez, dejándose esquilmar la vida por cualquier arpía, por cualquier situación denigrante. Hay muchas hogueras del alma cerca de la orilla. Olas de acontecimientos.

La soledad, como iba diciendo, es muy mala. Mi blog empezó un seis de enero –no el 25 de noviembre- cuando tuve mi primera seguidora, es decir, cuando empecé a leer otros blogs y permití que el mío apareciera en las búsquedas de Blogger. En ese momento quería deshacerme del recuerdo de dos mujeres, que luego fueron tres. No lo he conseguido claro. Hay una concretamente con la que siempre acabo haciendo el imbécil desde hace un año. Un año lectores, que se dice pronto. Un año para todo tipo de desplantes, conversaciones insustanciales, promesas que no valen nada -como diría Ferreiro-, y una completa y absoluta inanidad, ¿Y saben qué? Que sigo pensando en ella. Todos los días, un ratito. A veces bien. A veces mal. Sé que no me haría feliz, sé que es una obsesión trascendiendo el capricho, sé que es una cuestión de inseguridad, de falta de vida social, sé que si tuviera la oportunidad de estar con ella me aburriría. Sé tantas cosas que luego en la práctica no sirven de nada, ¿de qué sirve razonar si luego en mitad de la noche le mando un mensaje –que nunca responde- o la llamo para preguntarla mil y una tonterías? ¿Nos gustan los retos? ¿Estaré enamorado?
Sí claro...de la nada, del vacío, del lado oscuro de la luna ¡Qué alguien me salve! ¡Por favor!

Bromeo, esas cosas no suceden. Mis hogueras ya están apagadas y no he dejado ningún caballo de Troya detrás. Divertimento. Huida. Solaz.
Y como suelo decir, aunque llego tarde a la vida, prefiero no retrasarme más de media hora en mi habitual cita social de los viernes.

Segundo premio by Los Planetas on Grooveshark

viernes, 21 de octubre de 2011

El borracho y la puta.

El borracho.

Azul sobre negro, camino durante horas con ese desprecio a las distancias convencionales, como si recorriera un desierto de luz cristalizada. He canjeado mi carisma por el clic, solo hay que superar los dos primeros vodkas, es bueno madrugar para beber, manteniendo la nausea a raya con copas escanciadas en motivos irregulares. Lo jodido son los temblores, beber con pajita para no derramar el preciado líquido, aunque luego se desborde ridículamente por el suelo donde vomito mientras pienso en la siguiente copa. Hay algo milagroso en la recuperación. No hay recesos ni pausas, continuas donde lo has dejado, obsesionado, calculando la cantidad de botellas que puedes comprar si no comes durante varios días. Las actividades sociales pierden brillo, tropiezas con ellas, caes, te llenas de cristalitos pequeños que solo te hacen reír. Nadie te levanta. Es mejor así: lisiado físicamente pero en soledad.

Los bares de madrugada antes del cierre, hogar de piltrafas con lesiones cerebrales, astrosos buscando el vacío, desvaneciéndose con el arrullo de la bebida pasando por su garganta, simios felices con metas fijas y dramas crueles escabulléndose como cucarachas agotados por la realidad. La botella, una apelación al suicidio legal, trasegada entre cubitos de hielo acolchados. El televisor se convierte aquí en la entidad más brillante y genuina deshilachando los sueños de concursantes sonrientes antes de la publicidad.

Un sueño irreal me consume durante la resaca: una mujer desnuda, pelo azabache, ojos violáceos, cubierta de cuerpos horadándola, bañándola con sus alientos pestilentes, mezclando su esperma con el alcohol que lubrica sus agujeros, lamiéndola entera de forma sórdida, saboreando su dolor, su excitación, sus gritos. Algo vil, demencial consume a todos cuando ella abre más las piernas intentando abarcarlos. Son perros, perros sarnosos aullando excitados por el olor del alcohol sobre ella. Quiero salvarla, sus ojos parecen barrotes cubiertos de sangre y sudor, pero de pronto me doy cuenta que soy uno de ellos, quizá el que más disfruta.

El mundo sigue cojeando bajo mis pies y mi subconsciente me empuja a polvos desechables. Un mal menor, otro tipo de nausea que no impide al corazón seguir bombeando alcohol a mi cerebro. El escenario no es ni quebradizo ni eterno, ni siquiera complaciente aunque me otorgue el beneficio de la duda. A veces juego con la atrayente inaccesibilidad de las personas introspectivas. Pero las putas no tienen mentiras solo una promesa de media hora en la indiferente fricción de su vagina. Una puerta abierta delante de otra puerta. Respuestas sin preguntas.

La puta.

Le sonrío en el bar, una forma de comunicación universal, una sonda que sin respuesta se transforma en una mueca, envuelta en un velo de desesperación cromada por los reflejos acartonados de las botellas que nos rodean. Deseo sin necesidad. Pero él no puede responder, esta encerrado en un circunloquio de inaccesibilidad derrotista. Hiede con ese gesto automático de llevarse la bebida contra la boca. Tiene el final escrito en la cara. Me atrae su drama.

A los hombres les gusta masturbarse con mi cuerpo, es la única forma real de reducir su insatisfacción, de prolongar este estado de supervivencia prosaica. Niños sucios. Sus manos se mueven más rápido que su cerebro. Pero reconozco que busco ese afecto, esa pasión que desprenden antes de eyacular, de vaciarse en mí…me dan un valor, una entidad. Sé que es un fraude, pero me siento aceptada. Solo lo hago cuando necesito el dinero y siempre eligiendo con cuidado. Mis peores experiencias han sido con mis parejas. La última vez estuve a un millón de años del orgasmo, al final solo pensaba en si quedaba enjuague bucal para poder quitarme cuanto antes el sabor de su polla. Inanidad. Un ligero aturdimiento, como una anestesia aburrida. No existen las marcas indelebles, no hay destino, solo decisiones.

Por eso esta vez insisto con mi sonrisa, acariciando el silencio que hay entre los dos. Una extraña coquetería se apodera de mí y siento que he elegido mal los pendientes. No debería de ser importante. Él se acerca y me invita a una copa. Acepto y me presento. Brindamos. Emerge una química inusual ajena a la típica representación de intereses y precios. Siento como si observásemos nuestras respectivas miserias y las aceptásemos sin pudor, desgajando un beso desde el fondo de mi corazón y de su copa.

Fue el destello de un momento perfecto. Un par más y podría haberme enganchado. Pero la decadencia siempre es un aviso. Subimos a la habitación pero no quiso follar. Quizá estuviera demasiado borracho, no lo sé…balbuceaba su soledad con cierto estilo, hablando de muchos temas y de ninguno. Al final se durmió. Me dio cierta lastima robarle la cartera pero ya no creo en cuentos de hadas. Solo quiero experiencias.

La próxima vez háblame de poesía mientras me comes el coño jodido gilipollas…

Inertia Creeps by Massive Attack on Grooveshark

martes, 18 de octubre de 2011

No seas tonto, yo también te quiero. Beso.

Mi única virtud es ser fiel a mi coño descreído. Nunca encuentran mi alma en el asiento trasero de un taxi, quizá unos minutos antes, cuando miró a esa gata parir aterida y casi sin vida a la intemperie, con esos ojos opacos de esperanza tan parecidos a los míos. Y sin embargo no aparto la mirada. Sé que más tarde todo se transforma en un sueño índigo de ropa sucia y fluidos esclavos.

Sin embargo ahora no tengo más remedio que reconocerlo: estoy enamorada. Me gusta más la expresión Fall in love porque en el fondo caes, caes fuera de ti y creas –o descubres- un vacío a imagen de Él. Te vuelves irracional, deshilachas tu orgullo en escarcha que agarrota tu dignidad, te pasas días rehuyendo el teléfono y de pronto alguien –tú- marca su número y le pregunta que tal esta. Y sigues cayendo. Idealizas, recreas, y no te importa si su nariz es demasiado grande, si el último polvo no fue gran cosa, no te importa que confunda a Schopenhauer con Hume o que se ría a destiempo. No te importa porque te has convertido en su victima y lames con deleite sus botas de verdugo racionalizándolo todo como una sofista enajenada.

Y sigue sin darte nada, ningún hecho, solo palabras que cambian según su estado de ánimo ciclotímico, agorafóbico con la realidad. Pero que más da si es una obsesión, un reto a mi vanidad desollada con retazos de sexo o fantasía, si es la naturaleza dictando que una polla es la solución a mi crisis existencial, si es una extraña apetencia al aire dulzón de cumbres borrascosas, si es miedo a buscar la felicidad más allá de los límites de mi propia piel…que más da si soy una abeja reina apareándose en su vuelo nupcial, dejando un reguero de orgasmos, sangre y muerte.

Da igual porque no es un juego romántico, es un comercio de carne donde la gente contamina con sus gritos y sus necesidades. Por eso no siento vergüenza ni pudor por este amor, por esta verdad somatizada que cauteriza la adrenalina con mordiscos de sangre. Viviré meses, años incluso, con la nostalgia del sabor de tu carne en mis labios, con el color magenta de tus gritos implorando piedad mientras devoraba tu brazo. Ahora, mientras me pierdo entre tus dedos excitándome con la visión de tu cuerpo despedazado, de tus ojos verdes orbitando en el frasco de las golosinas, mientras te digiero...siento que te amo con más intensidad que nunca, con esta ansiedad improcedente y caníbal que necesita llenar el vacío con pedazos cada vez más grandes de tu cuerpo.

Me pierde a veces la sinceridad, y ahora que hemos intimidado me veo casi obligada a ser honesta con vosotros. Entendedme, intento ser transcendental, pensar en él como en algo más que comida. Pero he de reconocerlo: no ha sido para tanto, no es el soma, el maná deshaciéndose como ambrosía en mi boca. Tampoco quiero pasar a otro tan rápido, todo tiene su periodo de luto, pero he intimado con un blogero que tiene unas manos exquisitas y…he empezado a sentir algo, incluso ahora, mientras me penetro con estos despojos, pienso en él. Un tal Rorschach. Le he comentado que soy cocinera y que me gustaría invitarle a cenar a mi casa. Ha aceptado encantado. Traerá el vino.

Espero que sea tinto, combina bien con el sabor metálico de la sangre

Profondo rosso by Goblin on Grooveshark

domingo, 16 de octubre de 2011

Nadie ha entendido una sola palabra de lo que he dicho. No suenan tan bien fuera de mi cabeza.

"¿Hola...? ¿Hola?...soy yo...lo siento, sé la hora que es…sí, ya sé que algunos trabajáis mañana pero...necesitaba escuchar tu voz de nuevo. Sí, han pasado ya unos meses, sin embargo…bueno, hoy es una de esas noches. Sé lo que dijo el psicólogo…claro que sigo acudiendo a su consulta. Simplemente necesito hablar con alguien, me siento…me siento solo….lo entiendo, quieres seguir con tu vida y mis llamadas no ayudan…pero hoy es diferente, solo escúchame ¿de acuerdo? no hace falta que hables…si, solo unos minutos…gracias…siempre has sido la mejor…nunca me fallas…no creo que llegues a comprender lo valioso que es tener a alguien en alguna parte al que le importas, sentir, como ahora siento, el sonido de tu respiración al otro lado…acabo de salir del trabajo, sí, he tenido que quedarme unas horas más, el servicio de Yoigo es como irse de putas siendo un eunuco, me duele la garganta de mentir tanto. Es todo tan absurdo, tan inútil…ya...lo sé.

Pero me siento como un pañal usado que reciclas una y otra vez mientras caminas aturdido por el ruido de una cadena de montaje, ¿la belleza de un amanecer? Si no lo acompaña tu boca no me sirve de nada. Perdona…solo unos minutos más…por favor… A veces te odio…nunca has intentado llamarme, no luchaste por mí como luchaste por los demás, y a pesar de conocerte…de saber de que el paisaje de tu cuerpo, colinas de deseo en forma de lunares, son solo sogas donde dejarme morir, a pesar de eso no consigo quitarte de mi cabeza. Lo he intentado con otras….nada. Ni siquiera me las puedo follar. Tienes razón, esta fuera de lugar que te cuente eso…ya… ¿Te acuerdas de mi vecina, la que siempre mira por la ventana con cara de amargada? El otro día estaba cantando…resultaba inquietante…no lo sé, quizá una copla, debe de ser andaluza. Es como una planta que han arrancado de su tierra y han transplantado a una maceta pequeña y sin sol. Toda una vida languideciendo lentamente. No, disculpa, no quiero deprimirte…el otro día soñé con gatos gigantes, me observaban como si fuera un charco ahogándose en el cemento, como si fuera una causa perdida. Es extraño, ya sabes que nunca recuerdo mis sueños… ¿has encontrado ya a alguien? No, no me lo digas, seguro que sí, no eres una persona que pueda estar sola mucho tiempo.


Aun recuerdo la última vez que nos vimos, como te miraban al entrar en aquel bar. Tienes un brillo, siempre lo dije. Brillabas menos entre mis manos de holocausto, siempre me parecía estar llegando tarde a todo contigo. No te enfades, ya sabes que es una impostura, estoy bien, la garganta un poco dolorida….no….solo me afectan las ausencias… ¿resignado? Quizá. Sí, siempre busco alguien que me salve… ¿el ruido de fondo? Una ambulancia, te llamo desde una cabina…ha sido un impulso….sí, claro que he pagado las facturas, ya te he dicho que ha sido un impulso… ¿tienes que dormir ya? Claro….gracias, pensé que me iba a volver loco…si, me cuidaré….un beso….solo…solo intenta ser feliz ¿vale?"


Z deja caer el auricular del teléfono y sale de la cabina. Es una noche fría, sin demasiados gritos, ahogada ya en su procrastinación. Se abraza a su gabán y sale tosiendo. La cámara sigue su deambular y luego se acerca con un ligero travelling a la cabina, zoom, zoom… hasta que el espectador escucha una pequeña vocecita robotizada que surge del auricular descolgado…

“…gracias por utilizar nuestro servicio horario…cuando oiga la señal serán las tres y diez….gracias por utilizar nuestro servicio horario…cuando oiga la señal serán las tres y once….gracias…”

All the Love in the World by Nine Inch Nails on Grooveshark

viernes, 14 de octubre de 2011

Abre tus piernas totalmente y déjame salir, no he encontrado nada que merezca la pena ahí dentro.

Des ennuis des chagrins, des phases Heureux, heureux a en mourir.

Me llamo Z y estoy encharcando el teclado con mi sangre.

Sonrío al oír chapotear mis dedos sobre las teclas como soniquete expresivo de mis paranoias, como ese otro característico de cojones contra vagina que nos suele dilatar la imaginación cuando el diálogo es innecesario. La sangre gotea de los antebrazos, cortes horizontales, desde el codo hasta la muñeca que me están liberando poco a poco. No hay mucho dolor, la combinación de drogas legales y vodka obra milagros. De todas formas no voy a morir hoy, no son heridas, son tatuajes de miedo y locura. Solo necesito un poco de libertad.

Esta bien, eso es excesivo: sensación de libertad únicamente. Me veo rodando junto a las demás bolas de mierda, rodeado de egoísmos, robots, maniqueísmo, traumas, mentiras...lastres que hacen que la inercia aumente y que choquemos unos contra otros produciendo dolor y odio sordo.

La mano izquierda se me esta durmiendo un poco, pero no me preocupo, no es la primera vez que hago esto. Antes me masturbé, pensé en pulgares horadando anos, en vaginas deshaciéndose en mi boca como un atardecer en ruinas, pensé en tu boca meciéndose en mi entrepierna, en poderosas ficciones. ¿Mienten algunos cuando afirman que la cosa más viva es un recuerdo? Quizá no. El caso es que no conseguí correrme. Mi polla de sangre me desprecia, como una puta sin clientes, como un almanaque de sentimientos que estornuda cuando tiene que reír.

Sería un buen relato si ahora llamasen a la puerta, entrase una putilla venida a menos, tasándome con sus ojos inquisidores y yo, calculando su tarifa, sacara la botella de vodka y dos vasos. Sería una buena metáfora observar como va pisando con sus tacones rojos de aguja mi sangre, todas esas pequeñas perlas de sangre que van enlodando el suelo. Sería interesante sin duda, pero acabaría en muerte, acabaría con su garganta cortada, con su pequeña cabeza separada del tronco y follada una y otra vez, resbalando por su traquea hasta que saliera toda brillante y púrpura por su boca, una felación diferente, pero gratificante sin duda.

Pero si hiciera eso pensaríais que estoy loco. O peor aun: que soy un misógino. Nada más lejos de la realidad. O más cerca. La literatura es lo que tiene, amputando la verdad pero dejando partes a la vista.

El caso es que llaman a la puerta pero no abro, no tengo fuerzas para levantarme, quizá me he excedido con los cortes. Sigue pasando el tiempo de una forma irreal, mientras la sangre me salpica el pecho en cada pulsación. Quizá debería parar la hemorragia, quizá sentía más odio de lo habitual por mí y he apretado demasiado la cuchilla contra mi carne, quizá escribir mientras pienso en mujeres abarrotando sus vaginas con mis palabras provoca que mi corazón me desangre más rápidamente, siendo vosotras culpables indirectas.

Cojo el vaso de vodka e intento beber, pero mi mente pierde el equilibrio y noto el sonido del cristal cayendo amortiguado por el dolor de cabeza. Tiemblo, estoy cerca del punto de ruptura, pero siento la pulsión de libertad que produce atrapar el eco de mi estertor en un párrafo…nunca me preguntaron si quería una oportunidad. Me folle a mi madre, mate a mi padre, viole a Dios y me cague en su cruz. Pero todo era inútil porque el problema real se reflejaba en el semen incandescente que se deslizaba por tu cara: era yo. Siempre YO. Porque para mi no había mucha diferencia entre los puntos suspensivos y un punto y aparte, entre dejarme vivir o dejarme morir.

We’re in This Together by Nine Inch Nails on Grooveshark

martes, 4 de octubre de 2011

Rorschach cree en los Reyes Magos.

En el futuro, después del Apocalipsis maya, la esperanza de vida es de ciento setenta años, no hay alzhéimer ni enfermedades degenerativas que puedan privar a la humanidad de una vejez aparentemente privilegiada. Los avances médicos son inauditos, no hay ninguna religión establecida solo cultos a las partes pudendas de los actores porno. La promiscuidad no tiene límite y la sociedad es muy permisiva con ello, no es extraño ver parejas follando en cualquier parte, como si un parque fuera un local de intercambio, como si el metro fuera un cuarto oscuro.

La música abarca desde gemidos hasta coitos completos de famosos, la publicidad son películas pornográficas donde el producto es introducido o consumido durante el polvo. El futbol se convierte en arte cuando los vencedores dan por culo a los del equipo contrario entre las risas del anfiteatro. Hay una cámara y una pantalla de televisión cada metro cuadrado retransmitiendo basura legal.


Pero como decía hay avances médicos inauditos. O no tan inauditos. Porque la humanidad siempre ha soñado con tener dos sexos, dos vaginas, con follarse a si mismos, con poder orgasmar no solo con su polla o su coño, con partes mecánicas que puedan evitar problemas de lubricación o fricción convirtiendo los minutos en días mientras tu animal sintético graba y te suministra la comida en los cambios de postura.
Hay guerra fuera de Europa, medio planeta es un campo de concentración virtual donde la gente muere sin esperanza, pero aceptamos el coste moral de nuestro bienestar. Es sencillo cuando todo el mundo se deja violar por el progreso, somos niños mimados moldeados para pensar solo en producir, consumir, y eyacular en esa sonrisa de labios vaginales bien engrasados.

Por eso el médico me mira con desconfianza cuando le cuento mi problema. Los síntomas parecen claros: el regusto metálico en la boca, echarme a llorar por una foto, una canción, una película, insomnio, melancolía…pero hay demasiados casos de absentismo laboral y prefiere esperar a los resultados de las pruebas. Cuando llegan me mira azorado, me hace firmar unos papeles apresuradamente y saltándose el protocolo habitual dispone una mesa de operaciones en apenas una hora. La operación va bien, a pesar de la falta de experiencia y de la problemática logística que conlleva el procedimiento. Cuando despierto siento una rara inercia, un vacío indistinguible, un vértigo que me asusta. Pero dura poco. Muy poco. Entra una enfermera comprueba los puntos y me mira con ternura. No siento nada.

Tardo varios días en recuperarme. He recibido varios hologramas, me he hecho famoso, incluso tengo una entrevista que se retransmitirá a nivel mundial. Debería de estar contento. El cirujano viene a verme, me hace las preguntas de rigor y luego con cierta simpatía –él también es ahora importante- me pregunta si quiero verlo, lo tiene en su vitrina, en un frasco en formol.
Una vieja angustia, como el cosquilleo de una mano amputada me recorre brevemente. Deniego con la cabeza.
Antes de marcharse me pregunta: ¿Por qué no viniste antes, como dejaste que creciera tanto?
Le pido que me deje solo, estoy cansado. De todas formas él no podría entenderlo y ahora mismo tampoco sería capaz de explicarlo.

Cierro los ojos e intento dormir. No sueño nada. Tardo meses en darme cuenta de ese detalle, pero no le doy importancia, hay cierta indiferencia en todos mis pensamientos. Serenidad también. Voy a mi última entrevista. Ahora soy feliz. Tengo dinero. Me lo merezco. A fin de cuentas he sido el primer caso de amor que se ha dado en décadas. Menos mal que lo extirparon a tiempo. Menos mal…

Hoy te la meto hasta las orejas by Extremoduro on Grooveshark

lunes, 3 de octubre de 2011

Podrías ser el segundo advenimiento de Cristo y estar perdiendo el tiempo buscando a la puta adecuada.

Madrid no es sutil, es como una mole achaparrada, una fábrica hacinada y ruidosa, frustrante en sus distancias, una hora de viaje para encontrarte con un amigo, para ir al trabajo, para simplemente salir del centro. No sé hacer turismo en mi ciudad, la veo como una maldición, un atasco eterno, una ciudad gris y sucia, chabacana, como decía mi amigo cuando vino de Londres. De noche cambia, se transforma en una capital, la gente sale, se divierte, da igual si es un martes a las cinco de la mañana, hay en Gran Vía una pasarela internacional, una torre de Babel que te redime.

Pero sigue siendo un estado policial en el que siempre ves detalles absurdos, ¿qué ha pasado en Sol? Madrid no tiene entidad, no tiene bandera, somos la capital de España y el sentir general es indiferencia, indiferencia política. La única vez que he percibido una ruptura en esto ha sido con el deporte, el futbol. Pero incluso ahí la manipulación política no se puede llevar a cabo, no cobra sentido.


Barcelona me agrada más, es más diáfana, como pintada en escorzo, despeinada por el viento, abocetada por calles que siempre llegan al mar con trazos suaves. Puedes callejear por su barrio gótico, andar y aprendértela solo a pie, distrayéndote con esas coincidencias sociales que solo se suelen dar en los pueblos. Así noto las distancias en comparación con Madrid. El mar. Y la montaña. No hay indiferencia, al revés, hay monumentos, hay banderas, hay nacionalismo político, pero también deviene del espiritual que suele ser más agradable, como si fueran conscientes de una herencia cultural presente, no de fosas comunes.

Cuando me fui de Madrid no eché de menos la ciudad, solo a mi gente, y ahora cuando pienso en Barcelona recuerdo con cariño alguna zona, como la plaza Sant Felip Neri, alguna calle, la biblioteca de torras i bages. Y no es que me plantee ir allí a vivir –no me apetece hace un curso intensivo de catalán-, pero a veces me da cierta envidia ese enamoramiento que les brinda la ciudad, y que Madrid, alejado de compras o salidas nocturnas, es incapaz de provocar.

Pero que importa la ciudad cuando solo somos cacahuetes en un zoo. Una sabana levanta la mano y baila en la noche.

De cara a la pared by Lhasa de Sela on Grooveshark