jueves, 22 de noviembre de 2018

La ciudad es un abrazo que perdió la cordura hace demasiado tiempo y ahora derrumba su odio sobre nosotros.

El insomnio es una herida profunda que empapa el mundo
Que transforma la madrugada en un cinturón de castidad oxidado

En el silencio de la noche el doppelgänger se acerca de puntillas y llama la a puerta
Tiene vocación de sepulturero y un tenue olor a peonías
Quiere mudar mi piel, dejarme atrás, ocupar mis huecos
Resisto y no le permito entrar, entierro mi mente entre las sábanas
Espero a que las agujas del reloj funcionen de nuevo y amanezca por fin

No me atrevo a perder mi masoquista lucidez, mis recuerdos, el dolor
¿Quién sería sin todo ello?
¿Qué sería sin todo ello?



***
El amor es una epidemia sin respuestas
El dulce arrullo de un accidente inevitable
Una bella blasfemia en el altar insomne de mi pecho

Tu cuerpo era un poema con vocación a violín mojado, un bello invierno emocional
Acariciarte era como besar los pétalos de un relámpago
Tan bella como millones de biblias ardiendo bajo un perfecto sol azul

Tu portazo ha masacrado mi corazón
Me has convertido en una cárcel de recuerdos
En una vida manchada de frío y soledad

Te imagino ofreciendo a otro tus caricias homicidas
Llorando con una sonrisa el fin de nosotros
Mientras quemas todas mis cartas
Olvidándome

Yo no quiero ser capaz de hacerlo

Por eso no puedo dormir
Ni caminar fuera de nosotros
Ni escribir un poema que no santifique tu nombre
Ni dejar de echarte de menos cada segundo de mi inexistencia

Por eso estoy aquí otra noche más
Dedicándote estas palabras
Acariciando muy bajito tu recuerdo
Intentando resistir el destierro
Al que tu orgullo nos ha condenado.

En el Obscuro Jardín del Manicomio / A Quien Me Leyere / Peter Punk - Leopoldo María Panero

En el obscuro jardín del manicomio
los locos maldicen a los hombres
las ratas afloran a la Cloaca Superior
buscando el beso de los Dementes.

Un loco tocado de la maldición del cielo
canta humillado en una esquina
sus canciones hablan de ángeles y cosas
que cuestan la vida al ojo humano
la vida se pudre a sus pies como una rosa
y ya cerca de la tumba, pasa junto a él
una Princesa.

Los ángeles cabalgan a lomos de una tortuga
y el destino de los hombres es arrojar piedras a la rosa.
Mañana morirá otro loco:
de la sangre de sus ojos nadie sino la tumba
sabrá mañana nada.

El loquero sabe el sabor de mi orina
y yo el gusto de sus manos surcando mis mejillas
ello prueba que el destino de las ratas
es semejante al destino de los hombres.

***
Los libros caían sobre mi máscara
(y donde había un rictus de viejo moribundo),
y las palabras me azotaban
y un remolino de gente gritaba contra los libros,
así que los eché todos a la hoguera
para que el fuego deshiciera las palabras...

Y salió un humo azul diciendo adiós a los libros y a mi mano que escribe:
"Rumpete libros, ne rumpant anima vestra":
que ardan, pues, los libros en los jardines y en los albañales
y que se quemen mis versos sin salir de mis labios:
el único emperador es el emperador del helado, con su sonrisa tosca,
que imita a la naturaleza y su olor a queso podrido y vinagre.
Sus labios no hablan y ante esa mudez de asombro,
caigo estático de rodillas, ante el cadáver de la poesía.

***
Peter Punk es el amor
y Campanilla su princesa
en el cielo está buscando
el secreto de la nada
todos los niños extraviados

Peter Punk es el amor
y Campanilla su princesa
Garfio busca en vano
el secreto de su mano
y Campanilla llora
al pie del árbol extraviado
ladrón de las sirenas
ladrón de las enanos

Peter Punk intenta en vano
su amor explicar
en una playa desierta
Campanilla lo dejó


miércoles, 21 de noviembre de 2018

La hipocresía de Leticia Dolera.

En realidad, con ver el vídeo de Un Tío Blanco Hetero (que incluyo al final del texto) no hace falta añadir nada más. Pero por ponernos un poco en contexto: a Leticia Dolera se le encargó dirigir una serie feminista en Movistar+ sobre la vida de tres mujeres y sus vicisitudes y problemáticas, siendo ella una de las protagonistas interpretando a una mujer que se queda embarazada y la despiden por ello. Pero, ironías de la vida, una de las actrices seleccionadas (Aina Clotet) una vez elegida y cerrado el casting informó de que estaba embarazada de varias semanas y nuestra excelsa líder feminista prescindió de ella. Ayer salió un comunicado de Clotet poniendo blanco sobre negro todo lo que ha sucedido y dando detalles jugosos al respecto.

            Cuando algunos como yo hemos echado unas risas ante la noticia por Twitter la reacción feminista se ha dividido en dos patrones: o mantenerse en silencio (¿Dónde está Barbijaputa ahora, o Dolera?) o una huida hacia adelante escribiendo cosas como esta: “Todos los comentarios contra Leticia Dolera nacen de la misoginia absoluta. Se le tiene ganas por ser mujer y rostro reconocido del feminismo en España. Estaban ahí a la espera para disparar contra ella, sin atender a razones, y este ha sido el pretexto perfecto.”. Después de un par de intensas y estériles discusiones por Twitter parece que el dogmatismo visceral gana la partida, pero para los demás aclarar que lo que molesta es la hipocresía de Dolera: vivir en su mundo naif y reduccionista donde todos los males de la mujer son culpa del tiránico y opresor heteropatriarcado, y que al conseguir una serie feminista gracias a su famita, cuando tiene que poner a pruebas sus ideas y ofrecer un ejemplo de sororidad se comporte igual que aquello que lleva años criticando es, como mínimo, paradójico y lamentable. Un buen ejemplo de como suele ser directamente proporcional la visceralidad, ingenuidad y maniqueismo de tus proclamas con tu coherencia ideológica. Vale también para los políticos, aunque claro, con aquello de lo personal es político...

Incoherencias hay en todas las ideologías, pero no despedir embarazadas es puro sentido común, no feminismo. Intentar justificarla por puro colectivismo es cagarla aún más y retratar el sectarismo y la poca crítica interna predominante en una parte de feminismo de red social. Aina Closet ya tenía el papel adjudicado, estaba de solo cuatro semanas cuando informó de su embarazo y según su comunicado empezaron inmediatamente a darle excusas sobre el seguro, el problema de las escenas de sexo, etcétera. Pero ella mismo daba soluciones: dar parte de su sueldo para compensar lo que se saliera del presupuesto o rodar las escenas de sexo antes (al empezar el rodaje estaría de solo tres meses y medio). Lo gracioso es que había rechazado otro proyecto y estaba interesada en trabajar en esta serie porque era feminista, e incluso había permanecido callada hasta ahora por no crear polémica, pero claro, Leticia Dolera tenía que quedar bien a toda costa y después de unas declaraciones sorprendentes hace un par de semanas en una entrevista, Closet ha hecho público su comunicado.

En resumidas cuentas, y por aclarar obviedades:
1-Criticar a Leticia Dolera no es criticar al feminismo, solo a alguien que no está a la altura del altavoz mediático que tiene; como siempre digo mejor leer a Simone de Beauvoir, Virginie Despentes o Camille Paglia, y dejar los analfabetismos ideológicos para las redes sociales y los tweets de 280 caracteres.
2-No me da ninguna pena, cuando mezclas un feminismo marxista trasnochado con discursos simplistas, es lógico que la lupa defectuosa con la que etiquetas a los demás se vuelva en tu contra.
3-Cuando alguien hace una crítica al feminismo y lo primero que sueltas es “machista” o “misógino”, te estás retratando como una borrega adoctrinada.

Por meter algo de humor dejo un enlace al elmundotoday muy gracioso. Y ahora el vídeo: corto y con el comunicado de Closet íntegro:

viernes, 16 de noviembre de 2018

Esplín.

Nuestro comportamiento es tan autolítico como creativo. Somos esfinges sin secreto buscando respuestas que no existen. Quizás por eso permanecemos tranquilos en medio de la oscuridad, nuestros cuerpos estrechándose entre las sábanas, tentando la suerte del superviviente, abrasándose en las zonas de contacto, tanteando la posibilidad remota. Recorro tu espalda muy despacio, transmitiéndote un poco de locura y malas intenciones. Me fascinan tus ojos, ese vértigo de kilómetros de profundidad, ese interior cálido y peligroso, ese accidente de color y densidad. Ojos que me arrasan en silencio, que desean atravesar todo mi ser, que me tientan con obscenidades aún desconocidas.

            Mi boca desciende hacia tu coño pagano, esa doble curvatura de incitación y humedad, vértigo inaprensible en plena excitación. Su sabor provoca en mí la sensación de flotar de nuevo en líquido amniótico, libre de toda realidad y dolor. Es un coño preñado de lluvia y absolutos, con ecos de mar y densidades de laberinto emocional. Mi polla se adentra en él, y cada centímetro de nuestra piel húmeda y sensible transmite al unísono una sinfonía de colapso.

Sensación de dominio. Sensación de sumisión. Intercambio de perspectivas. Miradas perdidas aunque coincidentes. Palabras obscenas transformadas en cánticos. Miedo controlado. Confianza ciega. Vientres abiertos en canal con un hacha sentimental. Cerebros arrancados de raíz tirando del nervio óptico enamorado. Ingravidez. Misticismo sin afección ni culpa. Dolor radiante sin prejuicio ni vergüenza. Los restos de timidez son el requisito indispensable para la entrega. Vulnerabilidad. El grado adecuado de violencia. El egoísmo derrotado ante nuestra naturaleza hedonista. Azotes que mañana serán excelsas marcas amoratadas. Dedos sumándose a la profanación de tu corazoño. Rostros enrojecidos. Sonrisas vesánicas. Ósculos mostrando la profundidad del secreto que compartimos.

Y llega la victoria, la eclosión, algo rasgándose al filo de la inconsciencia gracias a nuestra cruel voluptuosidad. Llega el estallido inverso, la intuición de inmortalidad, la vida desfilando veloz en apenas unos segundos. Llega el orgasmo de visceralidad suicida, la carne abierta en combustión espontánea, el corazón rozando la anoxia. Pero lo más peligroso, lo que me desarma, es ver aparecer tu sonrisa justo después de correrte. Y es entonces cuando quedo perdido, a tu merced, porque esa sonrisa ilumina y justifica por sí sola toda mi existencia.

sábado, 10 de noviembre de 2018

Las manos de la muerte se crispan sobre un cuerpo que no es el mío, sino la suma de todas las ausencias que me componen

La vida te ha golpeado con su sadismo enfermizo una y otra vez. La vida, esa maravillosa y mezquina broma cruel, te ha marcado con demasiados traumas inasumibles. Por eso decides tomar la iniciativa, un último acto de anarquismo libertario existencial: preparas un baño caliente, te metes en la bañera y te cortas las venas longitudinalmente, la forma más honesta de hacerlo. Mantienes firme la cuchilla contra la carne mientras la madrugada transcurre tranquila, indiferente y ajena.

Acurrucada en la bañera de agua tibia te preguntas si has tomado la decisión correcta. Todo lo que has experimentado desfila en tu mente como una película muda de director esquizoide: tus miedos magnificados hasta el placer masoquista, tus escasas alegrías minimizadas, integradas en un crisol de imágenes sin vigor. Empieza a invadirte un sopor frío, cierta languidez, ese leve mareo que el sistema nervioso envía como señal de emergencia. Sabes que no va a doler, que no durará mucho, no hay tanta sangre en el cuerpo, no atesoramos tanta vida como creemos.

Mientras el agua se tiñe de rojo reflexionas sobre lo que podrías haber sido dentro de cinco o diez años. Piensas incluso en un pequeño intruso creciendo en tu interior, devastando tu cuerpo, perpetuando más el sinsentido acumulado. Ya no habrá más besos, ni expectativas. No habrá más música, ni viento en la cara, ni dolor, dicha, enfermedad o cansancio. No más traiciones, venganzas ni ausencias. Lames parte de la sangre que recorre tu antebrazo, su gusto metálico te recuerda vagamente al vino excesivamente fermentado en barricas podridas, al útero materno antes de tener consciencia de nada.

El fin te consume como un grito silencioso, sin embargo la punzada de pánico se disuelve con un último pensamiento: el infierno seguirá mañana para todos los demás, pero para mí no. Para mí no.

Sonríes y cierras los ojos.


***

Has traspasado con el fuego líquido de tus labios una larga sucesión de cuerpos hasta llegar al mío. Dominas el arte de la angustiosa espera y conoces el cómo y el porqué. Hay un vacío embriagador en ti, algo de perversión inacabada, de placer homicida, de guerra sin tregua. A veces me sugieres una mezcla imposible de odio y veneración, de entrega y huida. A veces me das miedo y suscitas un cosquilleo homicida en las puntas de mis dedos.

Tus ojos rozan el verde oscuro en mitad del orgasmo, ojos hermosos y literarios, de loca hipersensible y vital. Tu capacidad de seducción es casi dolorosa, has sabido conjugar la inocencia perdida con la infinita ansia de depravación que solo unos pocos sabemos apreciar. Para ti deseo es realidad, no hay posibilidad de negación, no existen límites. Todos palidecemos ante tu sed de sangre, sudor y lírica. Siempre has dominado el arte de aniquilar pasiones estúpidas con un gesto seco y perfecto, con un mohín de desacuerdo, con una terca displicencia ante el proceso que nos convierte en polvo.

Te excitan las noches tormentosas, te gusta arrancarte la ropa y girar sobre la hierba del prado imaginando miles de manos tocándote, suplicando ser aplacadas por la savia de tu orgasmo. Tu naturaleza abrasiva te hace proclive a la autocombustión, ese atavismo que confirma nuestra conexión con la nada y lo imposible, con lo que sólo existe en las fantasías dictadas por nuestro deseo más furibundo. Eres, en resumen, la banda sonora de la estructura arquetípica que me envuelve y domina. El altar en el que arder hasta que, aburrida, esparzas mis cenizas contra el viento.

jueves, 8 de noviembre de 2018

El cumpleaños de Kovacs.

Kovacs iba a cumplir cuarenta años y había conseguido todo lo que un hombre podía desear: era enormemente rico y gozaba de un prestigio mundial, no solo por sus donaciones, sus patentes científicas y su implicación en varias causas humanitarias, sino también por su vida personal y sus variados y comentados amoríos de vodevil. Se había convertido en todo un ejemplo generacional de éxito empresarial y personal.

Su trayectoria vital se había viralizado gracias a varias películas y libros de enorme éxito que el mismo se había encargado de dirigir y escribir: en ellas mostraba como ser niño prodigio le había aislado del mundo y había corrido el riesgo de verse anclado en el aburrimiento estéril del colegio y la mediocridad de sus coetáneos, pero él estaba llamado a cosas más importantes, y se esforzó en convertirse en un genio autodidacta en todo lo que se proponía, daba igual que fuera el dibujo, la escultura, componer música o las artes marciales, todo se le daba bien y en todo conseguía ser el mejor.

El joven Kovacs finalizó su formación universitaria cinco años antes de lo habitual. En realidad, podía haberse perpetuado en el fatuo mundo académico, pero su faceta creativa le impedía estancarse en esos oxidados corches, así que pronto descubrió que su talento podía optimizarse económicamente en el (no tan) azaroso mundo de la Bolsa. A los veinticinco era una de las primeras fortunas del país. A los treinta rivalizaba con monarcas, jeques y freaks tecnológicos de internet en la lista de las cien personas más ricas del planeta. Lo demás había sido un camino trufado de éxitos y honores.

Ateo, heterodoxo, nietzscheano, con una vasectomía hecha nada más cumplir los dieciocho años, su curiosidad sin límites le exigía placeres proporcionales a sus capacidades. Se convirtió en un Dorian Gray moderno, con la salvedad de que tenía un absoluto control sobre su placer, no era inteligente desperdiciar salud y experiencia vital, conocía sus propios límites y su autocontrol le permitía parar justo después de superarlos. Las drogas no le consumieron, la bebida no le diezmó, el juego y las obsesiones consumistas pasaron de largo sin apenas rozarle. Nunca confundió el sexo con amor, deseaba con total intensidad emocional y se alejaba justo antes de que la dependencia emocional le hiciera caer en el patetismo. Era capaz de disfrutar de toda la depravación potencial de cada ciudad en una sola noche, y levantarse totalmente recuperado, sin secuelas aparentes por la excesiva pérdida neuronal y seminal.

 Sin cultivar un ego arrogante y detestable había llegado a la edad madura con la sensación del deber cumplido, convertido en una especie de rey del mundo, al menos de ese mundo que damos por válido en función del dinero y salud acumulado, la empatía satisfecha y el sexo garantizado. Además, la genética había sido benigna en su devenir vital y el cabrón aparentaba solo treinta años: distinguido y sutilmente atlético seguía poniendo cachonda a una joven de veinte, a una veterana de treinta y hasta a esas sacerdotisas de la vida y el desengaño que frisan los cuarenta. El monstruo púrpura se mantenía en plena forma: venoso, enorme, vicioso, hambriento, ansioso de coñitos con los que alimentarse cada noche.

Pero a pesar de tanta perfección y triunfo, o quizás precisamente debido a ello, en el amanecer de su cuadragésimo cumpleaños Kovacs decidió suicidarse. El sol todavía no había conseguido rasgar el horizonte boscoso que se divisaba desde su lujoso ático, pero el degradado cromático de azules iba dorándose levemente. En la mesa había una carta para su abogado, con las últimas voluntades y la distribución que debía hacerse de sus bienes, una botella de vodka ruso, pura ambrosía, y también un iPhone de última generación. Kovacs apuró su copa y deslizó sus dedos de pianista por la superficie táctil de la pantalla para realizar una última llamada:

- Hola, Mónica…
- Kovacs, ¿eres tú? (voz somnolienta) Joder, ¿cuántas veces te he dicho que no me llames de madrugada?
- Bueno, quizás no tenga mucha importancia en el orden fundamental de tu existencia, pero he decidido volarme la cabeza, y pensé que querrías saberlo.
- Ya, ya, mi amor… Llevas hablándome sobre el suicidio desde hace diez años. No te preocupes, será rápido y maravilloso.
- No, no, esta vez va en serio. He cumplido cuarenta y todo está hecho. La vida no tiene por qué gastarse sola. Debemos ser nosotros los que decidamos el momento de apagar el interruptor.
- Me enfermas, ¿te parece divertido despertarme para otra sesión de filosofía barata?
- Sólo quería decirte que la mayor parte de mi fortuna será para ti.
- Oh, gracias, gran señor. Es lo menos que merezco por permitirte jugar al medievo con mi culo y mi corazón. Si no te importa prefiero hablar cuando ya sea de día… (Clic)
- Maldita meretriz desagradecida, se ha atrevido a colgarme.-, murmuró Kovacs antes de estampar el teléfono contra la pared.

Se quedó quieto durante unos minutos considerando otras opciones. Pero no, estaba seguro de su decisión, la decadencia empezaba a vislumbrarse y no podía permitirlo, esta era la solución perfecta, la única posible: amartilló la pistola, respiró profundamente, metió el cañón en su boca y apretó el gatillo con suave determinación. ¡¡BANG!! Sus sesos se esparcieron por la pared dejando un bonito dibujo abstracto del que Hemingway estaría muy orgulloso.

Al día siguiente su esquela llenó de dolor el corazón de millones de mujeres.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Acabo el último vaso sabiendo que no habrá mañana, que no existe esa palabra, que he sido engañado.

Cuando tú no estás las sinfonías se convierten en solos para un piano borracho y sordo. No hay polifonía, no hay complejidad en el estúpido devenir.
Cuando tú no estás las nubes de la noche me condensan en un lamento de animal a punto de ser sacrificado. No hay lógica, ni cordura, ni sentido.
Cuando tú no estás el solista es incapaz de controlar sus dedos, las notas se duplican hasta cometer el error de existir. No hay placer al golpear la cabeza contra las paredes acolchadas.

Cuando tú no estás la ciudad es un desierto baldío, un atasco sin coches, una extensión árida de sufrimiento. No hay ni una sola vida imprescindible.
Cuando tú no estás mis manos sólo pueden recorrer el camino de la perplejidad. No hay senderos de locura, no hay sudores mezclados creando oleajes de sagrado placer.
Cuando tú no estás el eco de tu piel empalma mi alma a todas horas, buscando el cielo y la promiscuidad de la tormenta que apacigüe este frío. No hay orgasmos en el ocaso, no hay sensación que merezca recordarse.

Cuando tú no estás no importa que se desencadene el absurdo, que caigan las bombas, que muera el aire, que cese el pulso. Cuando tú no estás solo queda la inexistencia y la nada.

***
Olvidarse de uno mismo sentado frente a la ventana, apreciando los matices ocres reflejados en los tejados de la casa de enfrente. Sentirse parte de la estación, de la lluvia que sigue cayendo. Languidecer mientras atardece, acuchillar el vaso de vino, vaciarlo y llenarlo de nuevo. Tocarse un poco los cojones, aunque solo sea para comprobar su presencia siempre oscilante, tartamuda, acuciante en su necesidad. Y pensarte, desconocida, pensar en follarte cuando ambos estemos afilados como cuchillos, suaves como cañones humeantes de violencia, receptivos como mártires de la caricia.

A ti, querida desconocida, que eres luna de sonrisa aviesa, callejón sin salida, ausencia y ensueño, luz y reflejo, lluvia sobre mi lápida, bosque en llamas, desierto que fecundar. Mi acometida aguarda tu dilatado vacío, la marea creciente de tu interior. Somos carne humeante manchada de semen. Mi grito sobre tu grito. Tu necesidad sobre mi anhelo. Mi amor sobre tu fantasía. La única posibilidad de felicidad sobrevolando un firmamento sin estrellas. Ven y conviértenos en algo real.

***
El otoño es una estación realmente extraña, aúna la melancolía del alma con la excitación de la carne y los sentidos. Todo muere en otoño, la naturaleza se recrea en los tonos ocres, en los insectos agonizando bajo las hojas, en la preparación para el largo sueño invernal o quizás la fría muerte. En otoño el sexo cobra más importancia que de costumbre porque se nos recuerda sutilmente que la carne está en constante degradación, y entendemos que el sexo es la anestesia de la trascendencia, o quizás la trascendencia en sí misma, dado que sirve de antídoto contra esa muerte, de recreación y distracción.

Somos envoltorios de carne, pequeños animales con ansias de supervivencia y placer que luchan por perpetuar sus genes mientras la naturaleza entera sigue declinándose en horizontes quemados de hojas sin clorofila y nidos resecos por los rayos de un sol efímero y cruel. El otoño es un maullar de gatos en celo, el comienzo de una bella despedida.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Diez películas y una serie para amantes del cine de terror.

            Esta hubiera sido una entrada perfecta para Halloween, pero entre que ayer estuve trabajando y he tardado mucho en subir las películas a MEGA (mi fibra de Yoigostar no tiene pinta de ser simétrica), no he podido actualizar hasta ahora. En cualquier caso, y ya pasado Halloween, cualquier momento es bueno para disfrutar de alguna de las siguientes películas. La particularidad de la selección es que son películas actuales, nada de clásicos ni de títulos mil veces repetidos en las listas de los cinéfilos más puristas. He intentado atraer la atención sobre directores que intentan hacer cosas diferentes, joyitas ocultas de los últimos años que quizás han pasado desapercibidas. No están todas las que son, pero si son todas las que están. Además, y quizás lo más interesante de esta entrada, es que como ya he dicho las he subido todo a MEGA para que, en caso de que tengáis curiosidad sobre alguna, os la podáis descargar sin problemas: simplemente hay que acceder al enlace, botón derecho del ratón sobre la película que os guste, opción Download, Standard Download, y se descargará en unos minutos.


Halloween, el origen (Rob Zombie 2007)

La matanza de Texas (1974), Halloween (1978), Viernes 13 (1980), Pesadilla en Elm Street (1984), Hellraiser (1987) y Muñeco diabólico (1988) fueron las películas que plantaron la semilla de los miedos modernos, terrores que a su vez bebían del giallo italiano y la veneración por los monstruos heredada de los films de la Hammer. El problema fue el absoluto abuso de secuelas, remakes y continuaciones destinadas a coger polvo en las estanterías de los videoclubs. La saga de Halloween es un buen ejemplo: once secuelas, una actualmente en los cines. Obviamente la primera de John Carpenter es la mejor, un clásico que fue rodada en apenas tres semanas y que marcó los patrones de un género que todavía hoy en día se repiten y plagian hasta la saciedad; pero no por ello hay que desdeñar todo lo que se ha producido después, y este remake de Rob Zombie me parece bastante acertado captando el espíritu original de Carpenter y aportando ideas propias.

Amanecer de los muertos (Zack Snyder 2004)

Remake del filme de terror de George A. Romero del director Zack Snyder (Watchmen) Dejando de lado los innumerables tópicos, los diálogos tontorrones y la escasa originalidad, este remake aporta todo lo que un amante del subgénero puede pedir: unos FX sobresalientes, un maquillaje soberbio, escenas de violencia sobrecogedora, actores más que decentes y por supuesto sangre y gore hasta la extenuación. Pocas veces ha habido en la historia del cine de terror un comienzo tan brutal y violento como en esta película, donde se explicita la facilidad con que el mundo que conocemos puede derrumbarse en una sola noche. Aunque deja de lado la sátira moralizante de la original, el thriller de acción mezclada con horror, en la línea de videojuegos survival horror, compensa con creces.

La cabaña en el bosque (Drew Goddard, 2012)

La película es una mezcla delirantemente entretenida de El Show de Truman, Viernes 13 (o cualquier slasher de tintes similares), Battle Royal y el universo lovecraftiano. ¿se puede mezclar ciencia-ficción, humor y terror y que salga bien? Pues quizás solo si tenemos de guionista a Joss Whedon (Buffy Cazavampiros, Los Vengadores) y Drew Goddard (la serie de Netflix Daredevil). La cinta queda claro que no trata solo de cinco chavales a punto de ser asesinados en una cabaña, por eso evitar los spoilers y disfrutar de los sorpresivos giros de guion que os aguardan. Está claro que el paso del tiempo la convertirá en una película de culto.

Martyrs (Pascal Laugier, 2008)

Martyrs es una película excesiva, difícil de ver. Y, como todo exceso, cuenta con su secta de admiradores y su horda de detractores. Los primeros veneran su ferocidad y los segundos detestan su visceral desmesura. La primera parte es magnífica, inquietante, con unos mecanismos de suspense, ritmo y alucinación que consiguen causar verdadero desasosiego y desconcierto en el espectador, entonces se produce un giro que da comienzo a la parte final siendo este último tramo, quizás por el cambio de ritmo, algo más fallido, aunque añade más matices a la historia. Pascar Laugier utiliza para crear esta pesadilla cinematográfica algunos recursos del “slasher” de finales de los años 70 y algún que otro homenaje literario (como “A sangre fría” de Capote o “Los Libros de Sangre” de Clive Barker), con ello quiero decir que no hay nada al azar, y que su director tenía muy claro qué quería hacer.
Martyrs es una de las películas más excesivas, trasgresoras y valientes que he visto, solo apta para cinéfagos acostumbrados al gore. Los demás id con cuidado.

Hereditary (Ari Aster, 2018)

Hereditary tiene un guion repleto de aciertos e ideas, creando constantemente incertidumbre en el espectador. Además la soberbia interpretación de los actores, la puesta de escena y fotografía y, sobre todo, el equilibro entre desarrollo emocional y escenas perturbadoras consiguen regalarnos una película fantástica. Pero también hay que saber disfrutarla: este es un tipo de terror más “lento”, sin tantos efectivísimos, subidas de volumen, sustos o riadas de sangre; es un terror casi contemplativo, no en vano son los mismos productores de la película “La Bruja”, por lo que para poder disfrutarla tienes que tener todo esto en cuenta.

V/H/S (Varios Directores, 2012)

Película de episodios del tipo "found footage", desde la perspectiva de varios cineastas de género. El apartado técnico es impecable en todos los segmentos, la variedad de los mismos hace muy apetecible el conjunto y la calidad indudable de los directores que hay detrás del proyecto convierten a esto en algo totalmente RECOMENDABLE, no lo dudéis, dadle luna oportunidad.

Zombies Nazis 2 (Tommy Wirkola, 2014)

La película empieza justo donde acaba la primera parte, (no es necesario verla, esta la supera en todo) y continúa el enfrentamiento entre los humanos y los zombis nazis, esta vez contando con la ayuda de un ejército de zombis comunistas. La película demuestra un sentido del humor increíble, todas las escenas están llenas de ironía, slapstick y brutalidades gore, muy al estilo de la encomiable Braindead. No os dejéis llevar por los prejuicios que genera su título: es una película muy divertida. A destacar, entre otras, el momento de erotismo macabro mientras suena “Total Eclipse Of The Heart”. Esperando con ganas su tercera parte (tiene escena postcréditos).

La autopsia de Jane Doe (André Øvredal, 2016)

«Jane Doe» es el nombre genérico que habitualmente se otorga a una mujer si se desconoce su identidad a la hora de realizar una autopsia. Øvredal pone en marcha lo que parece un thriller forense, desvelando con habilidad y poco a poco lo que está ocurriendo, y finalmente lo convierte todo en un capítulo de The Twilight Zone donde los sobresaltos gratuitos no desentonan. El film no solo pretende ser efectivo, sino que trata de ofrecer el mejor entretenimiento posible al público más exigente, manteniéndolo en tensión mediante una atmosfera desasosegante y claustrofóbica, que acabará por redimir un desenlace que desgraciadamente no está a la altura pero que tampoco desmerece demasiado el conjunto. Muy recomendable.

Posesión infernal (2013) / No respires (Fede Álvarez, 2016)

Tres años después de dirigir el remake de Evil Dead, una maravilla de la que también pongo aquí un enlace, y con la que nuestro querido uruguayo Fede Álvarez recaudó más de cien millones de euros, rodó No respires. En esta película tres jóvenes se cuelan en la vivienda de un exmilitar ciego con el objetivo de robarle, una historia ideada por el propio Álvarez a partir de la brillante ocurrencia de invertir los tópicos: una home-invasion narrada desde el punto de vista de los asaltantes, un antagonista que en lugar de gozar de superpoderes inexplicables sufría una minusvalía y, por último, se desarrolla en un escenario invertido para el género (la única casa decente de un barrio tenebroso en lugar de la única casa tenebrosa de un barrio decente). Rodada con una cámara que ha tomado muy buena nota del David Fincher, salpicada de sobresaltos efectivos, un sótano con sorpresa desagradable y, sobre todo, con uno de los antagonistas más interesantes de la historia del cine de terror.

La maldición de Hill House (Mike Flanagan, 2018)

Para terminar tengo que recomendar encarecidamente esta serie. Son solo diez capítulos, diez horas de un puzle emocional, narrativo y técnico perfectamente encajado. Son evidentes las referencias a 'El Resplandor' y la adaptación de los 60 de la novela de Shirley Jackson. Pero más allá de eso Mike Flanagan ha creado un universo particular en el que se mezclan todos los clichés y tópicos habidos y por haber en el cine de espíritus y fantasmas. Los dos grandes logros de Flanagan son que en ningún momento cae en la parodia involuntaria, todos los detalles están muy cuidados en este aspecto; por otro lado, consigue evitar la monotonía narrativa sin abusar de efectismos estridentes, algo que podría haber sucedido con previsible normalidad, más aun teniendo en cuenta la cantidad de producciones mediocres sobre fenómenos poltergeist, aparecidos o casas encantadas, en su mayoría películas y series que no han aportado nada (o casi nada) al género fantástico. Sin embargo, cuando las ideas están bien desarrolladas, siempre existe cierto margen para innovar. Otra sorpresa de Netflix. Enlace para descargar por Torrent aquí.