hay un anciano vestido de
payaso en mitad de la calle
el maquillaje no tapa su
tristeza
le dejo unas monedas,
incrédulo
así es la ciudad.
Llego a casa e intento
escribir un poema
pero solo consigo uno
ramplón, ingenuo, y sin demasiado talento
decido, en un acto de
coherencia existencial
cortarme las venas con sus
bordes afilados
mi sangre se desborda y
cae
como un vengativo cielo
rojo
sobre los amantes del piso
de abajo
y ellos gritan contra esas
obscenas goteras de color rojocasinegro
pero mi grito sobrepasa al
suyo
rompe las paredes,
destroza los tímpanos de la piel del alma.
El alarido mudo se
prolonga
la soledad me empala con sus
(a)tributos
pero ella ríe, quema su
contexto
se tumba junto a mi,
exangüe de tristeza, y me dice:
“¿quieres ver arder un universo?”
Se pone su abrigo rojo
el vaho insiste en hacer el
amor con sus ojos verdes
todo se deshace en su
presencia
con la naturalidad de un
terrón de azúcar
en una copa de absenta.
Escondo el dibujo de un
corazón dentro del párrafo
aguanto la respiración,
¿lo puedes ver?
¿ves como arden las
comisuras de mis párpados, cómo mi sonrisa tirita contra el cristal?
Aunque quizás solo sean un
montón de palabras sin sentido
dedos de hojarasca
haciendo cosquillas a tu nombre
la bilis del tiempo
golpeando sin tregua mis muñecas.
Pero entonces vuelvo a
leer tu mail
y aunque a veces todo y nada ocupa el mismo lugar
debo dejar constancia aquí
de mi respuesta.
¿Por qué te hago reír tanto?
dímelo tú
Princesa…
Un terror de azúcar en una copa de absenta y unas gotas de sangre derramada... ¡precioso¡
ResponderEliminarY la imagen, maravillosa.
Un abrazo.
Las pequeñas musas que naufragan en las copas de absenta tienen la culpa ;)
EliminarUn abrazo, gracias por pasarte por aquí tan a menudo. Beso.
Dedos de hojarasca...
ResponderEliminarSabes, jodido poeta? Por más que lo escondas, el corazón siempre asoma tras el párrafo.
Releer correos como forma de automutilación me suena.
Me gusta la sangre rojooscurocasinegro goteando sobre amantes incautos, que aun no han descubierto el fin del amor, que cada palabra, cada minuto les acerca más al fin.
Precioso poema. Con aristas que hieren, pero bello.
Besos, jodido poeta.
Pd: el título es brutal, como tu música.
Es un poema muy personal, duro, de grandes aristas, sí, las goteras de hiel y sangre naufragando encima de los amantes, convirtiendo el estertor en orgasmo, la muerte en vida mutilada por unos segundos; el universo arde, y sin embargo no nos importa si estamos junto a la persona adecuada.
EliminarEl titulo es un post en si mismo, imagina tu posición en la vida presa de una postura irracional, un columpio odiando a los niños, con miedo a los espacios abiertos, no hay solución de continuidad, así a veces se siente el decadente frente a la humanidad.
Besos querida musa.
La imagen de las goteras rojascasinegras me ha parecido tan sublime que me preocupa... esa forma sutil tuya de referirte al final del amor... pero hay amores que no acaban, querido, aunque decir esto vaya en contra de mi habitual discurso.
ResponderEliminarMe alegra que aparecieran esos ojos verdes al rescate, a lamer la sangre de tus venas abiertas... a reclamar esos versos que te empeñas en esconder, como los corazones... creo que es porque tus dedos de hojarasca llegan siempre más allá de los nombres, ¿acaso no lo sabes?
Quién sabrá porqué, mi querido decadente... Gracias, cheri.
Hola muchachita. Ya hemos comentado juntos un poco este post, quizás en el futuro vuelva a esa idea, esa imagen brutal de los amantes bañados con la vida-muerte de su vecino, pero todo expresado en el momento del orgasmo de la protagonista, puede que funcione; hay una película “El corazón del ángel” del 87 que tiene al final del metraje una escena parecida, si puedes échale un vistazo.
EliminarLos dedos de hojarasca llegando más allá del nombre, interesante ;)
Besos princesa, disfruta de tus lecturas.
Cada vez me pones más deberes... Suerte que los asumo con gusto ;)
EliminarUn besin.
Este poema me resulta... muy duro, o muy triste. No se bien qué decirte.
ResponderEliminarEs duro sí, y quizás por eso se ha convertido en uno de mis favoritos, no sé si por el momento en el que lo escribí, o por ciertas ideas que al fin voy dando forma.
EliminarGracias por la paciencia de lectora. Besos.
Que delicia de metáforas... Sacude.
ResponderEliminarEl poeta recogerá el clamor de los malditos y llenará de escarcha, luz y vida los ojos de sus lectores.
EliminarBeso.