miércoles, 25 de septiembre de 2019

Reseña ‘Las consolaciones de la filosofía’, de Alain de Botton

"Vana es la palabra de aquel filósofo que no remedia ninguna dolencia humana. Pues así como ningún beneficio hay de la medicina que no expulsa las enfermedades del cuerpo, tampoco lo hay de la filosofía si no expulsa la dolencia del alma".
Epicuro

De Botton se acerca a textos, ideas y episodios biográficos de Sócrates, Epicuro, Séneca, Nietzsche, Montaigne, Schopenhauer, pero sin ánimo de hacer un repaso exhaustivo, y sí con la voluntad de interrogarles desde el presente y extraer lecciones de sus obras que nos ayuden a enfrentarnos a problemas que fueron formulados hace siglos, sí, pero que, por más que nos pese, siguen siendo contemporáneos.

El volumen está estructurado en seis capítulos y en cada uno de ellos De Botton llama la atención sobre una virtud. Así, Sócrates, condenado a muerte por no reconocer a los dioses atenienses y corromper a la juventud, es ejemplo de aquel que vive hasta las últimas consecuencias conforme a sus convicciones y dedica sus esfuerzos a la búsqueda de la verdad, independientemente de la opinión de la mayoría.

A Epicuro recurre para recordarnos que la felicidad no es cuestión de dinero, sino de un profundo ejercicio de autoconocimiento; los mayores placeres de la vida nos lo reservan las cosas sencillas y que a partir de tener unas necesidades básicas cubiertas el resto del dinero y riquezas posee un valor cada vez menor y llegando a tornarse completamente inútil. De Séneca, que conoció los mayores avatares de la fortuna que cabe imaginar, nos previene ante la idea de pensar que cualquier situación de la vida, buena o mala, no va a cambiar con el tiempo. Cualquier eventualidad, por dura y dolorosa que sea, es posible y uno ha de estar preparado para lo que nos traigan los azares de la existencia, aceptando lo malo igual que se acepta lo bueno. Algo nada fácil y que requiere una preparación y una actitud estoica de por vida.

Montaigne nos pone en guardia ante el orgullo de creer que lo sabemos todo, de confundir erudición con sabiduría, y sobre todo ante la falsa presunción de creer que aquello que rodea nuestra vida y que procede del entorno cultural en el que hemos nacido es ‘normal’ y ‘anormal’ lo que se hace o piensa fuera del mismo, llegando hasta el extremo de despreciar como inferiores a los seres humanos de otras culturas y naciones. Y lo hace siglos antes de que el Holocausto dejara un mar de dudas sobre el proyecto ilustrado, poniendo en entredicho la gran ilusión moderna de que la racionalidad y la educación, por el solo hecho de hacernos más cultos, nos hará más felices o sensatos.

De Schopenhauer y sus devaneos sentimentales deberíamos aprender que el rechazo amoroso no debe suponer un trauma, pues la negativa de la otra persona está más fundamentada en una corriente inconsciente emanada de la voluntad de vivir y asegurar la reproducción, y no tanto en el hecho de que nuestro carácter o aspecto sea horrible. Las uniones fracasan, según el autor de ‘El mundo como voluntad y representación’ porque no son aptas para engendrar al hijo ideal. Un consejo útil para los que sufren con las aventuras amorosas. El rechazo sentimental, que consideramos único e intransferible, es parte de un proceso universal tendente a perpetuar la especie.

Y finalmente Nietzsche y como pasó de una filosofía de vida fundamentalmente pesimista, influida por Schopenhauer, a otra mucho más vitalista que veía en las dificultades y obstáculos de la vida la esencia misma de la virtud, el medio por el que podemos hacernos mejores. De Botton localiza el germen de esa idea, también formulada en Montaigne, de que el arte de vivir radica en sacar provecho de las adversidades, y que la sabiduría se alcanza cuando respondemos a las mimas.

En resumen: un libro didáctico, ameno, original que se lee rápidamente y deja una buena impresión. Alain de Botton sabe muy bien como presentar un tema, exponerlo sin rodeos y captar la atención del lector. Naturalmente se le puede tachar de superficial, dada la complejidad y autores que trata en tan pocas páginas, pero se trata de una buena introducción para despertar la curiosidad del lector novel.

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