martes, 23 de abril de 2019

Mundo Orwell.

Imaginemos una pequeña ciudad de 100.000 habitantes. En esa población hay holdings empresariales que en el ámbito del mercado exhiben posiciones monopolistas u oligopolistas en algunos segmentos de productos básicos (la luz y el agua por ejemplo), son grandes accionistas de medios de comunicación y además se dedican a financiar a partidos políticos (y cuando llega el momento a condonar sus deudas). Por otro lado, tenemos al resto de los habitantes de esa ciudad que, aunque no poseen grandes propiedades ni dinero, sí tienen una cosa: conforman el 99% de la población restante. Ante esa superioridad numérica las grandes fortunas de la ciudad se preguntan, ¿cómo mantenerlos controlados, sumisos, obedientes? ¿Cómo poder seguir explotándoles, seguir ganando más y más dinero a su costa y conseguir que, a pesar de su progresiva precariedad, no se subleven?

            Trazan un plan maestro: salarios bajos, precios cada vez más altos e impuestos confiscatorios. Esto provocará que la población viva al día, que tarde o temprano se tengan que endeudar y vivir a crédito, y esa inseguridad, unida a la precariedad laboral, de vivienda y de conciliación causará que siempre estén cansados y sin tiempo para poder protestar o plantearse otras opciones. Buscarán distraerse, se volverán más esclavos y dependientes de la tecnología, del panem et circenses y del consumismo. El plan también tratará de romper cualquier posibilidad de cohesión social, intentarán que sean cada vez más desclasados, más individualistas, que cada individuo focalice su odio y frustraciones en los demás; reducir a la gente a etiquetas, cuantas más mejor, porque son una excusa para el enfrentamiento hooligan con los que se adjudican la etiqueta contraria; no importa si el contexto es deportivo, una ideología, la dieta, una serie o el sexo, tienen que caer en lo emocional, soltar la proclama, el cliché, el slogan aprendido, ofenderse como forma de vida, considerar los matices y lo racional como un lastre innecesario.

            Además hay que enfrentar a hombres y mujeres, crear una psicosis colectiva de víctimas y agresores, que las mujeres tengan miedo de ser violadas o incluso asesinadas por su novio, marido, compañero de trabajo o por cualquier desconocido con el que se cruce por la calle. Y que el hombre, en reacción a esto, esté a la defensiva, abrumado al ser llamado terrorista o violador potencial, y que luego, poco a poco, radicalice sus posiciones en esa artificial guerra de sexos.

            La población tiene que creer que los medios de comunicación, sobre todo los privados, son libres, críticos y veraces, pero en realidad es otro juego de trileros: ni siquiera existirían si no financiasen y colocasen la publicidad de sus empresas en ellos. Han creado mercenarios mediáticos y los usan para centrar toda la opinión pública únicamente en los temas que les interesan. A veces crean cortinas de humo, exageran noticias hasta el paroxismo o silencian acontecimientos importantes para que parezcan que no existen. Venden miedos, psicosis, el “minuto de odio” de 1984 de Orwell, y lo hacen porque una vez que se controla lo que alguien siente, cómo y cuándo lo siente, su lado racional queda totalmente anulado.

            Los niños ya son suyos, viven en una sociedad atomizada donde los padres ya no tienen tiempo de educarles dado que ambos necesitan trabajar a jornada completa para conseguir llegar a final de mes. Por tanto su educación depende de dos factores: primero los profesores, que por desgracia se han convertido en meros funcionarios sin autonomía que se dedican a transmitir unos programas de estudio cada vez más mediocres y con más carga ideológica; y por otro lado a través de Internet, las redes sociales y los llamados “influencers” que, básicamente, son zoquetes simpáticos, referentes sociales cuyos patrones imitan, pero cuyo valor cultural está a la altura de cualquier participante de reality show. Un enorme potencial defenestrado en busca del like ajeno.

            No se conforman solo con eso, la población tiene que amar al Estado y pedir su protección, tiene que tener cierta psicosis al enemigo externo, a los terroristas y sus atentados, a la visión de países empobrecidos por otras formas de gobierno. Y para conseguir un simulacro de protección permitirá que les graben las veinticuatro horas, que los registren, que les roben la información y escuchen sus llamadas. Además les culpabilizarán por las crisis económicas (han vivido por encima de tus posibilidades) e incluso por el cambio climático (hay que subir los impuestos para compensarlo).

La última pieza del plan es darles un poquito de esperanza: ni demasiado real, ni demasiado lejana e improbable. Para ello contratarán a un par de marionetas con aire de mesías, cada uno con la corbata de un color diferente, que prometerán que el CAMBIO se producirá en cuanto salgan elegidos; y el ciudadano les votará cada cuatro años con la ilusión de que cuando por fin gane el suyo todo cambiará a mejor. La zanahoria. La dejación de responsabilidades. La incapacidad para reflexionar y cuestionarse su mundo, su ciudad, su vida. Sobrevivir en ese simulacro de democracia, en esa plutocracia insalubre y dañina, sin llegar jamás a descubrir quienes son los verdaderos culpables de su miseria.

Un plan perfecto, cruel y despiadado. Pero no os asustéis, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, ¿no?

10 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Me alegro que te guste, ameno y didáctico, ¿qué más se puede pedir? Un saludo 😉

      Eliminar
  2. No es coincidencia, da pánico el ver la semejanza con la actual realidad en la que estamos instalados.
    Orwell con sus ficciones supo ver desde su tiempo lo que está aconteciendo desgraciadamente.
    EL tema de hombres y mujeres, lo de tenernos tan informados, con tanta noticia, tantas proclamas de un bando y otro, es triste y te mantiene en cierto modo confundido...
    Ni todos somos demonios ni tampoco Santos y quien este libre de culpa que no esconda la mano...
    Errar es humano, sabio es el acto del que se da cuenta y busca enmendar lo malo...
    Con tanta manifestación feminista, tanta noticia negra relacionada con la violencia machista, uno se queda un poco inmóvil, sin margen de maniobra y como señalado por la sociedad y su opinión general que se erige como juez invisible...
    No seamos hipócritas, el amor es como una droga, la abstinencia de la droga unida a la pasión produce monstruos, y claro... Una pasión obcecada, desbordante, rallando con la enfermedad exige en ocasiones una ayuda que mitige el dolor...
    En definitiva, el país es grande, vivimos muchos millones como para que los homicidios pasionales desaparezcan del periódico...
    No deberían dejar de darle tanta bola al asunto?
    No llevamos muchos años con esa letanía?
    Ojalá todo se solucionase con una buena educación desde la niñez que hiciese del amor en pareja un ejercicio maduro,ni aún así...
    Admitamos que asesinatos los hubo, los hay y los habrá, y no Le demos tanta importancia al abrir un noticiero, no habéis pensado que se puede caer en el homicidio de tu ex pareja por mimetismo con el medio informador tan candente y repetitivo?
    Yo si
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fíjate que incluso en este blog en el que me leen cuatro gatos a veces siento que me censuro y soy demasiado cauteloso para hablar de feminismo. Es lo malo de esta sociedad de lo políticamente correcto, la polarización -ser equidistante es casi un insulto-, y los bandos con ideología de tweet: da pereza intentar dar una opinión, porque, ¿qué puedes cuestionar o matizar de los dogmas de fe del feminismo?. Creo que instrumentalizar la violencia de género y que ciertos partidos se lo apropien es vergonzoso. Si dices que hay casos de manadas de inmigrantes que se silencian, te llaman xenófobo, si indicas que hay denuncias falsas, incluso abogados que aconsejan en casos de divorcio denunciar al marido porque no se persigue y sale penalmente gratis aunque te pillen, eres machista; si señalas que llamar terrorista al hombre, o potencial violador o asesino es una brutalidad te hablan de que estás protegiendo tus privilegios, si te quejas de que están imponiendo leyes injustas y metiéndose en la educación de niños eres un fascista machirulo, si quieres que se controle el dinero y las subvenciones que se dan a asociaciones feministas, que justifiquen en qué lo están gastando, básicamente eres de VOX. Y así todo. Al final todo es ingeniería social, guerra de sexos para mantenernos ocupados.

      Te voy a contar una anécdota, ¿sabes que fue la Fundación Rockefeller quien financió la “liberación” femenina? ¿Sabes las razones? Según sus propias palabras: “Una de ellas fue que no podíamos poner impuestos a la mitad de la población antes del feminismo y la segunda razón fue que ahora tenemos a los niños en la escuela a una edad temprana. Podemos adoctrinarlos a como pensar, lo que debería destruir a su familia. Los niños ahora buscan al Estado como la familia. La escuela como lo oficial, no a los padres enseñándoles.”

      Esto no es conspiranoico, los puedes verificar en internet. Es lo gracioso de estos tiempos, ni siquiera hace falta ocultar la información, ¿para qué?
      Un saludo.

      Eliminar
  3. Ayer me perdí en el parque a medianoche, hacia frio y apenas las farolas alumbraban el camino.
    Un paseo de sombras y silencio con el ulular del viento como melodia espontánea acompañando la cadencia de mi delirio.
    Deje a mis padres viendo en el viejo televisor polvoriento el debate político de mierda.
    Recuerdo cómo mi madre jaleaba con ánimo las intervenciones de Pablo Iglesias, sus dientes manchados de sarro verde triturando aceitunas, una cerveza ámbar sobre la mesa de cristal.
    Mi padre con un pijama negro y desgastado molesto con Albert ribera, sonaba de una cursileria nerviosa que hacía pensar en pijos de barrios pudientes.
    Se enervaba, su pierna izquierda golpeado, taconeando el suelo en una suerte de tic enfermizo.
    Mi padre lleva dos meses sin fumar y su mal genio a incrementado, se hace visible su ansiedad, Albert ribera contagiaba ese malestar, era gracioso..
    Salí apenas sin abrigar con dirección al parque, como dije el cierzo barria en mi camino hojas de los árboles y demás...
    Senti vertigo en el interior del ascensor, pensé en el infinito del universo y me maree, contemple mi rostro en el espejo del ascensor y me centre en el reflejo queme devolvía el espejo de mis pupilas verdes dilatadas..
    Paseaba cabizbajo, a mitad de camino del parque, en una calle residencial atestada de coches a ambos lados me tropecé con el moro abdalla con su gran perro blanco, un mastín violento como el, adiestrado para la pelea...
    Abdalla es un adicto a las benzodiacepinas, sin sus pastillas de orfidal y somníferos sus nervios no estarían mínimamente equilibrados, me sonrió con un gesto forzado, el perro gruñia y el aplacaba su ira atenazando bien su cuello con la correa, se marcaban las venas de sus grandes manos con el esfuerzo...
    Maldito moro, siempre presumiendo de amistades influyentes, siempre hablando de sus amistades adineradas, recuerdo que una prostituta rusa que conocí en baddo en una cita me dijo una vez que lo vimos tomando café que no era trigo limpio, en tiempos traficaba con hachis y cocina vendiéndosela a jóvenes en la piscina municipal del barrio...
    Este moro tiene doble cara, no me apetecía cruzar con el los aburridos formalismos de siempre, el tiempo, fútbol, la peligrosa influencia de vox..
    Nos despedimos y una ráfaga de odio hacia su persona invadió mi alma, DIOSSS... esa mirada negra como el carbón, con unas profundas ojeras que reflejan un insomnio crónico, esa risa entre forzada y violenta, recordé el extranjero de camus y me imagine disparandole a bocajarro en la sien un disparo que lo liberase de su particular infierno...
    Anduve sin rumbo y acabé en un banco del parque José Antonio labordeta...
    A esas horas, las 23:00 de la noche ni un alma a mi alrededor, todo esto es mentira, marcos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Marcos, el cierzo y Bukowski. He leído el último libro publicado de Bukowski y es una basura, recuerdo cuando hace una década los releía con fruición y disfrutaba de ellos resaltando alguna frase, aprendiendo a escribir gracias a su lectura, buscando su tono, sus temas, su decadencia. Hay varios vídeos de nuestro querido maestro por internet, mi preferido es “Born Into This, Charles Bukowski”, lo tienes en YouTube subtitulado, si no lo has visto te lo recomiendo, es fantástico. Mi querido lector, tienes potencial, pero para ello tienes que superar a tu ídolo y escribir de otras cosas. O no, tal vez sea tu forma de desahogarte, ¿quién soy yo para decirte nada? Lo importante es escribir.

      En cuanto a los debates, yo vi los dos. Votaré en blanco, no estoy muy motivado en estas elecciones, pero aún así no puedo evitar informarme, leer de vez en cuando, hacer pronósticos en mi cabeza. Iba a escribir algo, pero al final me desmotivé, ¿para qué? Total, me lee poca gente, y da igual si gana la coalición de PSOE- Unidas Podemos- PNV, ¿cambiará mi vida en algo? Trabajo precario, alquiler de mierda, inflación, y falta de claridad e ideas para poder asegurarme una pensión en el futuro. Sí, pertenezco a la generación baby-boom, esa generación que va a tener una pensión de mierda y tendrá que seguir trabajando hasta que se muera, porque si no lo hace quizás tenga que elegir entre pagar facturas, medicamentos o comer. Y eso si tenemos la suerte de heredar el piso de nuestros padres, la alternativa es la de ser un homeless, un mendigo. Yo pienso a veces sobre ello, no sé, mi futuro es tan negro que casi me produce hilaridad. Sin casa, sin trabajo fijo, sin vida social, solo un teclado e internet. Consciente o inconscientemente todos buscamos algún tipo de épica, buscamos eludir el miedo vital y salir al exterior a sorprendernos el éxito; yo solo quiero sobrevivir con un poquito de dignidad, y creo que ni siquiera voy a conseguir eso xD

      Quizás debería de escribir de política, de los debates, no sé, crearme la ilusión de que estoy utilizando mi tiempo en algo útil, dando algo de significado a los días, a las horas. O tal vez debería de hacer caso a Bukowski, apuntarme a alguna de esas aplicaciones y dar con alguna mujerzuela que me distraiga de mis crisis existenciales. Escribí una cosa el otro día en Twitter que me hizo gracia, y con esto me despido:

      -¿Cuánto hace que no te acuestas con una mujer?
      -Un año
      -¿Un año? Eso es mucho tiempo, ¿por qué?
      -Me da miedo lo que pueda pasar después.

      Eliminar
  4. Me he quedado en shock...
    Porque es la más absoluta realidad y no nos damos cuenta...No tengo nada más que decir porque ya lo has dicho todo. Sólo que a mi también me preocupa mucho el futuro. Y cuando tengo la oportunidad de hablarlo con alguien me tachan de pesimista y de que "esas cosas" (como las que tú escribes y otras peores que yo imagino) no van a pasar y que soy muy ceniza. Mira, ahora vivo en Buenos Aires ¿sabes lo que veo aquí? gente de más de setenta años trabajando todavía...porque las pensiones son tan patéticas que es imposible llegar a final de mes. Y aquí añádele la inflación, que yo, que soy bastante ignorante no acababa de entender lo que era...Pues fíjate que ahora estoy viviéndolo de primera mano; cada dos meses cambian los precios. O quizás hasta menos...y no sube un poco no...un 50%. Pero los salarios siguen igual. Añade paros continuados de metro y bus y cortes de calle que no te dejan llegar al trabajo y en las hojas de las nóminas, hay una línea que pone "presentismo" y ahí te descuentan los días que faltas o llegas tarde, muchas veces, no por culpa tuya sino porque vives en el culo del mundo y no hay manera de llegar sin transporte...y así un sinfín de historias para no dormir que también llegarán a Europa como no despertemos.
    ¿Sabes otra cosa? Que la gente no arma jaleos...te tienen encerrado en el subte en un trayecto que haces normalmente en 20 minutos lo haces en 60 y nadie dice nada...el subte en silencio mortal, todos mirando el celular...La sociedad argentina ha pasado por tantas historias y por tan malos políticos que así están las cosas. Pero yo siempre digo que los españolitos les vamos detrás y cada vez nos parecemos más a ellos por mucho que en España se critique a sudamérica. Sinceramente, nadie a estas alturas va a despertar. Porque los de arriba saben hacerlo de PM y nosotros aborregados.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo lo tengo clarísimo, y no es ser “cenizo”, sino más bien ser lúcido y estar informado. El paro estructural, el trabajo precario, las desigualdades sociales, la precariedad energética, las pensiones insuficientes para vivir con dignidad… todo eso va a llegar a Europa muy pronto. Pero nos tienen calados, saben como manipularnos, distraernos, como ir poco a poco estrujándonos, quitándonos calidad de vida. Hasta que al final, como tú indicas, seamos viejos y tengamos que seguir trabajando porque de otra manera no tendremos ni para comer. Yo le comentaba a un amigo el otro día que en el fondo somos afortunados por ver lo que va a suceder, por disfrutar todavía de unas condiciones de vida normales, ¿de qué sirve sentir aprensión por un futuro que no puedes cambiar? Porque eso va a suceder sí o sí. Y no es una cuestión de conformismo, es que ni siquiera nuestros propios políticos, en caso de que quisieran, podrían hacer nada. Estamos en manos de las corporaciones, de ese 1% de la población que tiene todo el dinero, que nos utiliza como esclavos asalariados, que solo piensa en el beneficio económico. Al final habrá dos opciones en Europa: o una renta básica para todo el mundo, una parte del ocio gratuito y mucho trabajo social (cuidar a los ancianos, ayudar en la conciliación laboral, etcétera), o la vida que existía en EEUU durante la Gran Depresión, antes de la II Guerra Mundial: guetos, gente durmiendo y muriendo en la calle, delincuencia e inseguridad ciudadana. Teniendo en cuenta como están yendo las cosas en otros países, como Brasil, me da la impresión de que la respuesta de Europa va a ser abandonar a sus ciudadanos, el “sálvese quien pueda”, la distopia moral como forma de vida.
      Mucho ánimo a ti y a los tuyos, un abrazo.

      Eliminar
  5. Puede ser esto lo que esté pasando y no sea ciencia ficción.

    Bs.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, claro, es esto exactamente lo que está pasando. Al final la ingeniería social hace su trabajo, nos mantienen enfrentados y distraídos mientras el Estado del Bienestar se desmorona a nuestro alrededor sin que reaccionemos. Nos quedan unos años antes de que nuestra forma de vida sea destruida por completo, pero estamos en la fase final. Y cuando llegue ese momento la sociedad se dividirá entre los que tienen algún trabajo muy especializado y una casa más o menos pagada, y los que tienen que luchar casi a diario por comer. Y así nos quieren: corriendo frenéticos por un laberinto circular hasta que un ataque al corazón y una depresión demasiado duradera acabe con nosotros. Parece una distopía de ciencia ficción, pero yo cada vez lo veo más real y más cercano. Ojalá me equivoque. Espero que todo te vaya bien ¡Un abrazo!

      Eliminar