Ayer leí “Escucha la
canción del viento / Pinball 1973” de Haruki Murakami. Fueron las dos primeras
novelas que escribió, cortas, apenas ciento treinta páginas cada una, y hasta
hace poco seguían inéditas en España. La primera me gusta, tiene esos
personajes desconcertantes, llenos de silencios y preguntas sin respuesta. Su
forma de escribir tiene ese poso de transcendencia tranquila, sin altibajos,
como si todo tuviera importancia pero solo pudieras percibirlo cuando te paras
y observas a tu alrededor. La segunda es más floja e irregular.
De todas formas lo
interesante, aparte de ver su evolución, es la introducción. En ella Murakami
explica que estaba trabajando en su local cuando surgió la idea de escribir una
novela, como no tenía ni idea de cómo hacerlo, y el primer borrador le parecía
poco atractivo, probó a escribir en inglés. Al tener menos vocabulario y soltura
se veía obligado a transmitir sus ideas en frases cortas, casi minimalistas,
fieles a Carver, un escritor norteamericano que admiraba. Después de terminarla
la “tradujo” al japonés, no literalmente, intentando trasplantar el sentido del
texto. Y fue así como encontró su propio estilo, un estilo ágil, neutro,
desprovisto de componentes superfluos. No intenta escribir en un japonés desleído
–expresar con sobreabundancia de palabras- sino escribir una novela con su
propia voz natural, un japonés lo más alejado del llamado “lenguaje novelístico”.
Con esa primera novela “Escucha la canción del viento” ganó un concurso de
escritores noveles. Después de eso escribió “Pinball 1973”también sentado a la mesa de la cocina de su bar, de madrugada, cuando
ya había terminado su trabajo.
Poco después de terminarla
tomó la decisión de vender el local y convertirse en novelista a tiempo
completo, y empezó a escribir una autentica novela larga: “La caza del carnero
salvaje”. Esa es la obra que marca el verdadero inicio de su carrera como
novelista.
Me he pasado por la Fnac y
he visto el nuevo de Irene X. Cada vez que voy me leo treinta páginas. Y fíjate
que no me disgusta. Pero me indigesta. Más de lo mismo, una y otra vez, pero
con bonitos juegos de palabras. Es como si faltara algo, un hilo conductor, un
sentido, una especie de epifanía de fondo que te permita reflexionar sobre tu
interior. Eso es lo que hacen los buenos libros. Lees algo ajeno y lo percibes
como propio. Universalización. Empatía. Es difícil de conseguir. Molan los
puñetazos sensoriales, pero a veces confundimos forma y fondo, contenido con
continente. La belleza no suele ser transcendente, solo efímera.
“La literatura es el
fallo, el error. Un error que se hace consciente de sí mismo y devora al autor.
A Kierkegaard le gustaría Basket Case, ¿la habéis visto? Un hermano,
gemelo-error, más fuerte que el hermano simétrico, y vive en una cesta. Para
qué, entonces, un argumento, si el error tiene vida propia. El error también es
un camino hacia la verdad, tal vez el único camino, porque procede del deseo,
procede de la desproporción entre el deseo y el resultado, del mismo modo que
el único camino para interrogarnos acerca de la razón es la locura. La locura
examina constantemente a la razón. No al revés.”
Medriocre viene del latín «mediōcris, que significa 'medio', 'moderado', 'ordinario', 'indiferente'.
Con esta definición casi todo es mediocre. Aunque también se aplica a una
persona que no es demasiado inteligente, que no destaca por ninguna cualidad ni
capacidad en lo que realiza. Leí hace tiempo que ese significado servía de
contraposición al concepto de hombre idealista. El mediocre no tiene capacidad para
usar su imaginación y forjar ideales para luchar por un futuro mejor. Por eso
acepta la rutina, los prejuicios, forma parte del rebaño sin cuestionar nada.
Es dócil, maleable, ignorante, carente de personalidad, incluso opuesto a la
solidaridad. Como su vida se transforma en algo acomodaticio se convierte en
alguien vil, cobarde y
escéptico. No acepta ideas que no sean las tradicionales, las que ha recibido
desde siempre. Debido a la envidia se enfrenta al idealismo, ya que sabe que su
existencia depende de que un idealista no sea reconocido y no se coloque por
encima de él.
Creo
que todos coincidiremos en que hay mucha gente así a nuestro alrededor. Y aunque
está claro que la mayoría no tiene el potencial genético para convertirse en un
único y hermoso copo de nieve –genio, héroe, santo-, tampoco hay que eludir la
sutil conspiración por parte del estado para convertirnos en ciudadanos
mediocres. La educación es basura, se basa en memorizar como monos de feria durante
años hasta el colapso del título universitario que solo sirve para limpiarse el
culo. Solo internet ha democratizado la cultura. El capitalismo te mueve en
otra dirección: consumir para superar la frustración y ansiedad que te causa un
trabajo que te roba más de nueve horas al día. No se fomenta la lectura, ni la
memoria histórica reciente, ni el interés por la política. Nos condenan a la
ignorancia. Pan y circo. Futbol y cerveza. En cualquier caso, sí, estamos
rodeados de mediocres. Posiblemente yo también sea uno de ellos, la única
diferencia es que todavía puedo señalar los barrotes.
En
el artículo original, del cual pocos periodistas han sabido recoger todos los
matices tirando como siempre por la desinformación y el titular
sensacionalista, se indica que no habría “ninguna evidencia definitiva” de que
la carne roja sea cancerígena. Los estudios en busca de una correlación entre
el desarrollo de un determinado tipo de tumor y algunos hábitos alimentarios
son muy complejos, y dentro del mismo grupo de expertos que trabajó en el
informe de la OMS no hubo un acuerdo. Fue la Agencia Internacional para la
Investigación del Cáncer (IARC, parte de la OMS) la que ha introducido a la
carne roja no procesada dentro de la lista de sustancias "probablemente
cancerígenas", pero para entender exactamente a qué se dedica esta agencia
añado una cita del profesor David Phillips, de Cancer Research UK, miembro de
la IARC:
"La
IARC se ocupa de la identificación de los riesgos, no a evaluar los riesgos.
Esto significa que a la IARC no le importa en qué medida algo puede promover el
desarrollo de un único cáncer, solo si lo promueve o no. Por ejemplo, pensemos
en las cáscaras plátano: pueden causar accidentes, pero en realidad esto no
sucede muy a menudo, además, el tipo de daño causado por pisar una cáscara por
lo general no es comparable al causado por un accidente de tráfico. Sin embargo,
en un sistema de identificación de peligros como el de la IARC, 'piel de
plátano' y 'accidente de tráfico' terminarían en la misma categoría, ya que
técnicamente pueden causar accidentes".
Al
final, como siempre sucede en España, nos dedicamos más a hacer debates planos
sobre pros y contra del vegetarianismo –que cada uno haga lo que le dé la
gana-, y nos olvidamos de informarnos correctamente.
***
La
vida sentimental en general es una mierda. Es difícil encontrar a alguien que
te cuide, respete, folle bien y además no tenga un lado oscuro que sacar en los
peores momentos. Creo que ya he leído algún mensaje tuyo de antes. Mi consejo
es que lo dejes. A fin de cuentas no me vas a hacer caso. Pero si tienes dudas
es porque ya sabes la verdad, esa vocecita llamada instinto te dice que eso no
tiene futuro, que lo único que puede suceder es que empeore. Es jodido. Las
relaciones son una inversión brutal de tiempo, energía y confianza. Y uno se
embarca en ellas a ciegas, sin saber quién es la otra persona que tiene enfrente.
Me refiero a sus sutilezas, a cómo reacciona bajo presión, que sucederá cuando
ya tenga suficiente confianza para dejar de esforzarse en mostrar su mejor
imagen, cuando tengáis problemas y alguno tenga que ceder. A veces nos
enamoramos de esos primeros meses, de la sensación de perfección química, de
cierta esperanza Disney de encontrar la persona adecuada. Luego resulta que las
mejores relaciones no son demasiado intensas, son más bien como un fin de
semana de sofá y manta, algo clásico, divertido, de bajo calado, seguro. Como
un libro de Murakami: el sexo y la muerte pasan de forma transversal porque la
intensidad de su literatura se basa más en cierta sensación de ternura, de
sabiduría zen, de calma entre párrafos.
Todos
somos un problema, un puzzle de caos despeinado buscando alguien que nos
solucione. Estás acostumbrada al ciclo de bronca-polvo intenso. Pero también
mereces y te puedes acostumbrar a lo otro. En el fondo no sabemos cambiar. Solo
cambian nuestras prioridades. Nuestras mentiras. Oh, sí. Yo no soy más sabio,
solo me he equivocado más veces. Pero sabes que tengo razón.
Puede sonar a tópico pero
lo divertido de la gente es que no es perfecta, son las pequeñas disquisiciones
anormales las que te hacen diferente, por tanto único, por tanto querible sin
tener un reemplazo fácil.
He conocido gente en el
colegio y en mi primer año de instituto, la década de los noventa, que creía
realmente que la masturbación era mala. Estamos hablando de España. Sí, gente
cristiana, inteligente, culta, pero que no se tocaba ahí abajo, ni siquiera
hablaba de ello, porque en una asociación de ideas estúpida pensaba que dejarse
llevar por sus hormonas adolescentes era malo, pecado, y que superarlo era una
prueba con la que ganarían el cielo. Suena tan horrible y surrealista que de no
haberlo vivido pensaría que estaba en una distopía. Pero en los noventa, esas
ideas todavía se mantenían.
Años después pasamos por
el siguiente trauma: que tu pareja no descubra tus revistas pornográficas, que
no sepa que ves porno o te considerará un depravado… Una duda, ¿eres tú de esas?
¿REALMENTE te vas a enfadar conmigo? Espero que no quieras estropear tu
belleza. Soy un adicto a la pornografía. Pero también a ti. A tu cuerpo. A tu
voz. A tus labios. A tu pelo naufragando sobre la almohada. A tus pequeños
gemidos. Eres real. Pero mis orgasmos también. Vivamos un esplendoroso
libertinaje. Ya sé que hay mucha pornografía embrutecedora, que insensibiliza,
cuyo contenido es perverso. Pero también da ideas nuevas, permite follarte la
monogamia con mucha variedad. Saca tus propias conclusiones.
***
Blogger es para
románticos, si quieres notoriedad o reconocimiento deberías de esforzarte más
por utilizar Twitter, Instagram, o incluso hacerte un Tumblr. Pero he de
advertirte: esos cientos de seguidores que conseguirás enseguida no tendrán el
sabor clásico que antes provocaba ganar dos adeptos en Blogger. Eran dos lectores
con vocación de sequito. Dos incondicionales que siempre te dejaban algún
comentario. O dos haters que te perseguían con su odio hasta la última
actualización. Lo que quiero decir es que hoy en día lo importante es la
inmediatez, los grandes secretos del universo en apenas cinco segundos de
lectura, el titular, aprovechar con furia ese espacio de tiempo entre dos paradas
de metro, el descanso entre clases, o el momento justo antes de dormir cuando
ya estás en la cama. Ahora ese tipo de lector es casi universal. Y el círculo
vicioso se completa cuando el escritor ve inútil dedicar más de una o dos horas
a escribir sobre un tema, documentarte, elegir una imagen y un buen título,
cuando la entrada a su blog no va a tener más de cincuenta visitas. Quizás tengas
cierta vocación, pero necesitas público. Y al final te unes al club que
escriben pequeñas pildoritas de sabiduría maniqueas, tópicos de ciento cuarenta
caracteres que provocarán muchos me gusta, favs, y mierdas de esas.
Lo respetable es no tener
un contador de visitas. Lo respetable es escribir todos los días. Lo respetable
es ir a tu puta bola. No tener comentarios. Dedicar tu tiempo a lo único que
importa: escribir para ti, sin esperanzas ni expectativas, verbalizar tu vacío
y convertirlo en un hueco acogedor. Los comentarios al final se pueden resumir
en: sandeces, injurias y escozores intrauterinos. Si alguien me quiere decir algo
tiene mi correo, no tengo ningún punzón de hielo escondido, pero normalmente la
interacción social se devalúa cuando la comparo con mi pack de seis latas de
cerveza.
Supongo que todo suena muy
confuso y atropellado, pero la verdad es que me gusta hacer rebotar la pelota
en la pared.
***
Había en Madrid un garito
en arguelles donde solo ponían chupitos, y lo divertido era que cada chupito
tenía el nombre de un grupo de rock. “Ponme
dos Extremoduro, un barricada y tres de los suaves” era mi frase de
bienvenida. Todo el bar estaba empapelado, paredes y techo, con portadas de
discos. Los bajos de Argüelles fueron un lugar ideal, con bares dónde ponían
rock y heavy metal, recuerdo uno que hacía esquina donde ponían The Doors, HDS
y rock clásico todo el tiempo. Poco a poco el ayuntamiento, con multas y
restricciones, fue acabando con la zona, hoy solo hay silencio. Madrid se ha
convertido en un erial de ruido y silencios.
A lo que iba, yo no era
muy fan de Barricada en aquellos tiempos, pero hay noches especiales, no por
las cosas que ocurren sino por la compañía. Estaba con mis mejores amigos.
Gente especial. Gente diferente. Gente por la que hubiera hecho cualquier cosa.
Gente que ya ha desaparecido, porque la vida, el tiempo, sin grandes
estridencias ni motivos, suele convertir a los grandes amigos en grandes
desconocidos. Pero esa noche todavía éramos especiales. Y justo cuando sonó “En blanco y negro” de Barricada, ahí
estábamos los tres, las musas de faldas cortas canturreando sus promesas de
amor y sexo pero nosotros ajenos, en círculo, sobrecogidos, como en un baile de
peyote, el cerebro desbordado de droga y alcohol, pero felices. Entusiastamente
felices. Como solo puedes ser cuando la vida todavía no te ha dado una buena hostia.
Aunque han pasado años, y
las sensaciones siempre se atemperan, aun reverbera cierta sensación de épica,
de invencibilidad, de ingenuidad. Y no porque la canción sea objetivamente
especial, está claro que funciona más bien como faro de nostalgia. Pero, ¿Qué
importa? A veces solo necesitamos que algo, aunque sea una pequeña cosa, siga
en pie, inalterable. Ya se encarga el tiempo de estropear demasiadas cosas con
su lógica aplastante.
“Veo todo en blanco y negro
El vaso acaba siendo amigo mudo
Las mismas caras, los mismos gestos
Amigo mudo.
Quiero ser más rápido que ellos
Echar todo a perder, un día tras otro
Y un buen rato después saber llegar a casa
Antes de que el sol me diga que es de día.
Tengo tiempo para crecer, la ciudad parece distinta
El debate me pareció magnifico. El formato de charla de bar permitió más
naturalidad, más interrupciones, que cada uno respondiera directamente a
las preguntas con brevedad, con educación, yendo hacia adelante, sin
recurrir a disquisiciones ni salidas de tono. Una lección de democracia
participativa que es una victoria tanto para Podemos y Ciudadanos como
para todos nosotros, porque ahora, ¿cómo esconder el patético juego del
escondite de Rajoy, como volver a las entrevistas de monólogos y
preguntas pactadas? En cuanto a la
entrevista… Pablo iglesias demostrando su fortaleza ideología pero su
fragilidad en su programa económico, tanto es así que cuando Rivera
dijo: “Hay mucha gente en nuestro país que tiene más dudas de vuestra
posible gestión económica, de que cuadréis las cuentas…” Iglesias
respondió: “Es verdad” Y es que Pablo parecía cansado, con la misma
aptitud que se le vio en la entrevista con Risto Mejide, de cierto
horror ante una carrera política demasiado larga, mientras que a Rivera
se le nota que es un animal política que quiere y desea ese poder.
Albert habló e interrumpió más, también fue más concreto, con un modelo
neoliberal que no esconde: como ejemplo la implantación del contrato
único para acabar con el paro, una ocurrencia de la OCDE y que los
grandes institutos del pensamiento neocon llevan preconizando durante
años, un modelo regresivo. Y con el tema catalán peor, se nota su pasado
reciente, rígido, encorsetado, sin huir de las líneas maestras del PP.
En ese tema Pablo Iglesias muy bien: referéndum vinculante y campaña del
partido para impedir la secesión. Claro y democrática. En la última
parte de la charla Pablo Iglesias desplego en las preguntas de alcance
social su enorme elocuencia nivelando un poco el debate, pero aunque es
cierto que uno de los valores de Podemos es la creencia de que si llegan
al poder harán todo lo posible por cumplir con su programa, el votante
medio en España es de centro, no es afín a las grandes revoluciones o
experimentos, prefiere seriedad, lo conocido, aunque siga oliendo a
ideas rancias. Podemos fue una moda, y parece que ya ha cumplido su
función: ha removido la forma de hacer política en España, ha exigido
catarsis, regeneración, acabar con la casta, pero quizás eso no tenga
una recompensa en las urnas. Ciudadanos es la nueva moda, lo viejo
conocido, pero a la vez mucho más creíble que Pedro Sánchez del PSOE,
que en algún momento perdieron la parte de socialistas y obreros.Más
de cinco millones de personas vieron el debate. Cinco millones de
personas interesadas en la política, en ver como se desenvolvían. En
escucharles. ¿El interés se mantendrá para las generales de dentro de
dos meses? Espero que sí. Por sí alguien no lo ha visto: http://www.atresplayer.com/television/programas/salvados/temporada-11/capitulo-2-cara-cara-albert-rivera-pablo-iglesias_2015101600412.html
El tiempo en sus
manos(1960) La primera gran adaptación
de esa obra maestra de la literatura que sentó las bases del género. “El tiempo
en sus manos” (“The time machine”) adapta “La máquina del tiempo”, de Wells, en
la historia que ya muchos conocemos: a finales del siglo XIX, un científico
inventa una máquina que le permite viajar a través del tiempo. Dispuesto a
sondear los límites del futuro, alcanza un remoto año 802.701, donde la
Humanidad ha evolucionado en dos especies diferentes; los Eloi, dóciles y
ociosos, casi niños, y los Morlocks, criaturas caníbales de los subterráneos. En
2002 hubo otra adaptación moderna de “La máquina del tiempo“, pero ésta es
mejor.
Saga Regreso al
futuro (1985-1990)
Podría mencionar
“Terminator” o “El planeta de los simios”, pero para mí la mejor saga sobre
viajes en el tiempo siempre será “Regreso al futuro”. Icónica, innovadora, graciosa,
inmensa, maravillosa… está repleta de frases, personajes, ideas y conceptos que
han pasado a la historia como su máquina del tiempo: Un Delorean que funciona
gracias al “Condensador de Fluzo”. Esta es sin duda la referencia global más
extendida y compartida en nuestro siglo sobre viajes en el tiempo. Primera
parte soberbia, con una continuación no tan brillante, pero muy correcta en su
análisis de los cambios de la línea temporal (mítico almanaque deportivo) y una
tercera más floja que simplemente ofrece un cambio de escenario y la
posibilidad de contar una historia del oeste con protagonistas del presente. Y
por supuesto dos de los personajes más emblemáticos del cine, el científico Doc
(Christopher Lloyd) y el muchacho Marty McFly (Michael J. Fox). Un hito del
mágico cine de los ochenta.
Atrapado en el
tiempo (1993)
Phil Connors (Bill Murray
en estado de gracia), un arrogante hombre del tiempo, se encuentra, sin saber
por qué, reviviendo una y otra vez el mismo día de su vida, sin que nadie más
lo note y sin que pueda hacer nada para escaparse, ni tan siquiera morir. Dirigida
por Harold Ramis (uno de los Cazafantasmas con cameo en la película) es divertida,
simpática, romántica, moralista, obra maestra inigualable. En la película están
representados 38 días, el director calculó que entre tiempo perdido y redención
final –aprender a tocar el piano, francés, hacer estatuas de hielo, memorizar
todos los sucesos del pueblo, etcétera- el bucle duró más de treinta años.
Un corto de 1990 llamado
12:01 PM se considera como predecesor, así como la versión en largometraje del
mismo título, de 1993.
12 monos(1995)
Otra de los grandes hitos
del cine de los viajes en el tiempo. Basada en el mediometraje francés “La
Jetée”, de 1962, “12 monos” nos sitúa en un futuro año 2035 en donde un virus
asesino ha matado a millones de personas en todo el mundo, y donde las que
sobreviven se esconden en comunidades subterráneas. James Cole (Bruce Willis)
se presenta voluntario para viajar al pasado y conseguir una muestra del virus
con el que elaborar un antídoto. Durante su viaje una bella psiquiatra y un
enfermo mental llamado Jeffrey Goines le ayudarán a encontrar al legendario
grupo conocido como “Ejército de los 12 monos”, con el que se vincula al
comienzo del virus. Brad Pitt consiguió una nominación al Óscar
Donnie Darko
(2001)
Donnie Darko” es una
compleja, extraña, intelectual y excepcional película independiente que si bien
no supuso un éxito en taquilla, sí lo fue después, convirtiéndose en una
pequeña película de culto. Aquí, la paradoja de los viajes en el tiempo se
escenifica en el personaje del adolescente Donnie, a quien un conejo de tamaño
humano y aspecto demoníaco llamado Frank salva de la muerte y le avisa de que
el mundo va a acabarse, exactamente, en 28 días, 6 horas, 42 minutos y 12
segundos. Comienza entonces una cadena de eventos espacio-temporales que
llevarán a una paradoja final algo compleja en su ejecución. La versión del
director es mucho más clara en sus incógnitas, cualquiera de las dos tiene una
banda sonora excepcional. El director no ha vuelto a repetir su epifanía. Nunca
veáis la segunda parte.
El efecto
mariposa(2004)
La conocida como teoría
del efecto mariposa tiene su origen en los estudios sobre variabilidad
ambiental que desarrolló el meteorólogo Edward Lorenz, quien en 1960 llegó a la
conclusión de que era imposible encontrar una ecuación que pudiera predecir el
clima con total seguridad debido a la existencia de innumerables variables. Más
adelante serían los teóricos del caos y demás frikis los que la adaptaran a
otros ámbitos, como el de los viajes en el tiempo. Por ejemplo, fue James
Gleick quien, en 1988, publicó "Caos, la creación de una ciencia",
donde se encuentra la tan recurrida cita que dice: "Si agita hoy, con su
aleteo, el aire en Pekín, una mariposa puede modificar los sistemas climáticos
de Nueva York el mes que viene".
Supuso el mejor papel de
Ashton Kutcher y la película más lograda de toda su filmografía –permitidme el
sarcasmo. Kutcher interpreta a un joven que trata de superar los sucesos
traumáticos de su vida y que acabará descubriendo un método para volver al
pasado, ocupar su cuerpo de niño y cambiar toda su vida. Pronto descubrirá que
cada pequeño cambio en su historia tendrá complicadas e inesperadas
consecuencias en el futuro. Interesante y amena, esta película es de las pocas
que nos plantean que el método de viaje en el tiempo es una capacitación
genética. Como en Frequency y en Looper, los cambios en la historia provocan
nuevos recuerdos en el crononauta, que se solapan con los que ya tenía. Hubo
dos partes más, pero son basura.
Como detalle adicional hay
tres finales alternativos SPOILER SPOILER. En el original Kayleigh y Evan se
cruzan en la calle, cada uno ha llevado su vida sin llegar a conocerse, se
giran un segundo como si se reconocieran pero al final cada uno sigue su
camino. En el primer final alternativo la escena es igual a la original, pero
en vez de seguir cada uno su camino, Evan la sigue. El segundo que puede
considerarse como final feliz, donde, tras cruzarse, se dan vuelta a la vez y
empiezan a hablar. Y por último, el más interesante. Evan, en lugar de ver el
video de la fiesta cuando eran chicos, ve un video casero de su nacimiento,
vuelve en el tiempo hacia un momento antes de que su madre dé a luz y, siendo
el feto, se ahorca con el cordón umbilical.
Los
cronocrímenes(2007)
Un hombre descubre a
través de sus prismáticos a una preciosa joven e intenta encontrarla en la
profundidad del bosque. De repente, un individuo armado con unas tijeras y la
cara vendada lo ataca por la espalda, a pesar de lo cual consigue huir y llega
a un laboratorio científico situado en mitad del bosque. Buen cine español y ópera
prima del siempre sorprendente Nacho Vigalondo. Pocas películas de este
particular género han supuesto una explicación tan clara de la paradoja de los
viajes en el tiempo y el principio de autoconsistencia de Novikov que consiste
en afirmar que si un evento existiese y provocase una paradoja, o cualquier
cambio al pasado que la provoque, entonces la probabilidad de ese evento es
cero. Por lo tanto el pasado nunca puede cambiarse, solo revisitarse.
Más allá del
tiempo(2009)
Adaptación de la novela
“La mujer del viajero en el tiempo” que, como “En algún lugar del tiempo”, es
una historia de amor con los viajes en el tiempo como telón de fondo. Clare
(Rachel McAdams) ha estado siempre enamorada de Henry (Eric Bana), un
bibliotecario de Chicago. Está convencida de que están destinados a vivir
juntos, aunque no sepa cuándo tendrán que volver a separarse: Henry es un
viajero del tiempo, con una rara anomalía genética que lo condena a vivir su
vida en una escala de tiempo cambiante, avanzando y retrocediendo a través de
los años sin ningún control. A pesar de que los viajes de Henry son tan
imprevisibles que Clare nunca sabe cuándo volverán a verse, intenta
desesperadamente adaptarse a esa vida, pues lo que sí sabe es que no podría
vivir sin Henry
El libro es difícil de
adaptar, hubiera sido necesario mucho más metraje y presupuesto, faltan las
partes más sombrías y desquiciantes de la parte final y seguramente si no has
leído el libro te parecerá que hay demasiadas elipsis y pocas explicaciones. Pero
aun así es una adaptación fiel, cuidada y emotiva. Ante la duda comprad el
libro.
Preguntas
frecuentes sobre viajes en el tiempo(2009)
Película gamberra sobre
tres amigos nerds que se ven inmersos, sin pretenderlo, en un viaje en el
tiempo. Charlas frikis con bajo presupuesto en un bar como único escenario. Acercamiento
cariñoso y divertido al género, a sus tópicos y grandezas, con unos personajes
carismáticos a los que se toma aprecio, y con un epílogo -en una referencia
clara a la preparación de la segunda parte de ‘Regreso al futuro’- con The
Final Countdown de fondo tan cutre que al final queda perfecto. Nada que haya
que tomar en serio, pero si sois –o erais- fans de la serie “Doctor Who” os
encantará.
Predestination(2014)
Un agente especial (Ethan
Hawke) de un departamento secreto del gobierno, una agencia creada en los años
80 que permite realizar viajes en el tiempo, tendrá que realizar una compleja
serie de "saltos" hacia atrás en el tiempo con el fin de detener al
conocido como "el terrorista fallido" (The Fizzle Bomber), un
individuo que está poniendo bombas por todo el país con miles de víctimas. En
uno de sus viajes a los 70, el agente, que trabaja encubierto como camarero de
un bar, conoce a un hombre que le narra una historia extraordinaria...
Basándose en un cuento
corto del gran Robert A. Heinlein - "All
you zombies"- los hermanos Spierig construyen un película fantástica en lo
visual, intrigante y endiabladamente entretenida, en la que los protagonistas
están francamente bien. Quizás no la pude disfrutar tanto por haber leído el
relato hace ya tiempo, y quizás por el doblaje que estropea un poco el leitmotiv
argumental, pero sin duda una de las imprescindibles de los últimos años. Y
Ethan Hawke impresionante.
Al filo del
mañana(2014)
Al Filo del Mañana está
basada en la novela juvenil “Todo lo que necesitas es matar” escrita por
Hiroshi Sakurazaka e ilustrada por Yoshitoshi Abe. Tras su publicación en 2004,
el libro tuvo un enorme éxito. Fue traducido al inglés, e incluso ha dado lugar
a una adaptación al manga, con guion de Ryōsuke Takeuchi y dibujo de Takeshi
Obata.
Después de la nota pedante
vayamos a la película: es una versión actualizada en clave de ciencia ficción e
invasión extraterrestre –Starship Troopers- de “Atrapado en el tiempo” con una
de las mejores interpretaciones de Tom Cruise –Minority Report, La Guerra de
los mundos, Oblivion-, con un personaje cobarde e inútil transformado en la
última esperanza de la humanidad (se nota la base manga). Podríamos decir que
estamos ante uno de los pocos blockbuster inteligentes que salieron el año pasado.
Tiene un guion inteligente y entretenido, humor negro, mechas al
estilo Final Fantasy, un poco de Matrix, un arranque insuperable y además el
running gag –chiste recurrente- más fúnebre y efectivo que jamás se ha llevado
a la pantalla: Tom Cruise muriendo continuamente xD Disfrutable.
Project Almanac(2014)
Project Almanac es una película de adolescentes de formato found
footage. Y hasta ahí bien. El problema –como en Looper- es que las paradojas se
acumulan y acaban estropeando un poco la película. Puedes evitar esto de dos
formas: o bien simplificas la trama de viajes en el tiempo a un par de anécdotas
sencillas y concretas al estilo “Terminator” (1984) o puedes teorizar sobre sus
complejas implicaciones hasta las últimas consecuencias “Primer” (2004). De
todas formas este formato da buenas películas –ahí tenemos Chronicle (2012) y
las excelentes V/H/S (2012) y V/H/S/2
(2013)- por lo que al final se gana su lugar en esta lista.
Antes pensaba que escribir
sobre metaliteratura era una idiotez, una nadería fútil, a fin de cuentas,
¿para qué explicar cómo escribir si la única manera de hacerlo es a través del
propio acto en sí? Pero luego leí “Mientras escribo” de Stephen King y “El
capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco” de Charles Bukowski
donde hablaban del proceso creativo, qué les impulsa a escribir, sus consejos,
sus liturgias, y me pareció muy interesante. Así como el concepto que
desarrolla Barry Miles en la biografía de Bukowski sobre el flâneur, el
observador entre la multitud que aprovecha las horas muertas para invertirlas
luego en la página en blanco.
De hecho a veces he tenido ganas de relacionarme
con la fauna literaria que existe en Madrid y preguntarles, ¿tú que necesitas,
qué haces para escribir, de dónde sacas la inspiración, consideras necesario
escribir todos los días o prefieres hacerlo de forma anárquica, según aparezca
la musa y tengas tiempo, prefiere publicar todo o estás esperando a confeccionar
el libro definitivo? Aunque también es cierto que la mayoría de lo que se
publica no me gusta demasiado. Y quizás sus consejos ni siquiera valen para sí
mismos. Aunque la idea del escritor solitario y autosuficiente puede llegar a
ser deficitaria, también es necesaria esa soledad para proteger tu propio
estilo.
Con la prosa es sencillo
mejorar, es cuestión de práctica y leer mucho. Pero la calidad poética es más
ambigua: o resultas demasiado pedante y oscurantista, o caes en lugares y temas
comunes. Es difícil encontrar alguien que destaque y haga algo diferente. Y lo
digo desde la experiencia como lector que lee una media de cien libros al año.
Quizás el problema es la trampa de la prosa poética, Twitter como lugar de
vómitos y consoladores dobles bien lubricados por las babas de los fans. Y es
cierto que gracias a las redes sociales podemos afirmar que escribimos todos
los días, pero es un atajo que te impide dedicarte seriamente a ello. Este fin
de semana me leeré el nuevo de Irene X y despotricaré después, hay que
revocarse en el fango de vez en cuando.
No hay trucos, si quieres
encontrar la inspiración debes subvertir las horas deficitarias, alimentar la
mente el resto del tiempo libre con nuevas lecturas, conversaciones, música,
películas, indignación política… lo que sea que active tu interés. Llegará un
momento en que la terapia autobiográfica sea aburrida, tendrás que mirar al
exterior. Pero hay que tener tiempo libre, la pasión no basta, ese viejo mito
de Bukowski escribiendo después de pasar diez horas en la fábrica, con resaca y
hambre, pero sin parar de escribir, ¿nos lo podemos creer? ¿Siempre era así?
Otra cosa. En el libro de
Stephen King él habla de su mujer, Tabitha Spruce, como la mejor y primera
crítica literaria. La notoriedad en internet es básicamente proselitismo, redes
sociales que se basan en me gustan, números y seguidores. Cualquier mierda que
sueltes a la red con tiempo y constancia puede crear un círculo de groupies que
defiendan tu figura, tu obra, tu etiqueta y tus ideas con un fanatismo absurdo.
Supongo que el motivo es que todo el mundo tiene la necesidad de reafirmar su
propia personalidad e ideas formando parte de un grupo grande y destacado, o de
un grupo minoritario y elitista. En cualquier caso lo que quiero decir es que
tener un círculo de seguidores no implica necesariamente que lo que escribas
sea decente, de hecho normalmente suele ser al revés. Por eso necesitamos a
alguien cercano, un amigo cínico, un familiar visceralmente sincero, alguien que
diga cuando sea necesario: “esto es una jodida mierda” Quizás en plan más
constructivo, pero esa es la idea, no hay nada peor que convertirte en un
cabrón arrogante cuya única meta es encenagar el catálogo editorial y por
osmosis el criterio artístico de miles de personas.
Además, el escritor juega
con una ventaja con respecto a otras actividades: tiene mucho margen de mejora,
puede escribir durante toda su vida. Y cincuenta años de disciplina, lecturas y
amigos sinceros puede que no te conviertan en Rimbaud, pero te aseguro que
podrás escribir una decente autobiografía. Quizás sea una herejía lo que voy a
decir, pero no creo que Bukowski tuviera mucho talento, más bien estaba
obsesionado con escribir, y quizás la bebida y su misantropía le ayudaron a
conseguir la soledad necesaria para mejorar y mantener su estilo propio durante
toda su carrera literaria. Una de las cosas más divertidas de escribir es que
siempre tienes una segunda oportunidad, siempre puedes mejorar el texto,
reinterpretarlo. Sacar un libro. Dos. Tres. Diez. Cien. Bukowski fue el héroe
de su propia mierda hasta los setenta y cuatro años.
Pero al final lo más
importante, aparte de consejos, liturgias, talleres literarios o disciplinas
sociales, es la pasión, es disfrutar, necesitar, obsesionarte con ello. Y qué
difícil es a veces sacrificar el tiempo, substraerte de la inercia monetizadora,
y simplemente disfrutar del hecho en sí de crear, de plasmar pensamientos, de
ordenar el caos interior y provocar empatía o emoción al otro lado de la
pantalla. Quizás ha quedado muy cursi. Apliquemos por tanto la metáfora de la masturbación:
el escritor es Narciso –mitología griega- y el público impide que se ahogue en
el mar de su propio reflejo. La notoriedad es importante, los anhelos de éxito
y reconocimiento, pero tiene que existir un equilibro entre el outsider que
tiene un blog privado o escribe en libretas que no dejar leer a nadie, y el
poeta que tiene cinco mil amigos en Facebook y pasa más tiempo en eventos jam sessions
de poesía que escribiendo cosas nuevas.
Pero no me hagáis caso: me
gusta divagar cuando estoy borracho y mi vida se perfila como un embarcación de
cadáveres en medio del mar.