martes, 9 de abril de 2013

Capítulo 1 - Musa (Mario)

Por un lado está mi precaria situación sentimental. Bueno, la inexistencia. Tengo que aceptarlo: ella no volverá. Y aceptarlo de forma activa, ¿por qué sigo llamándola? ¿Para saber de ella? Es una tontería de masoquismo mayúsculo, seguramente ya está con otro. Por eso no coge el teléfono, no le interesa saber nada de su pasado sentimental. Lógico. Pero sigo llamándola: un tono, dos tonos, tres tonos, cuatro... Fin de la llamada. Silencio convertido en epitafio de la relación.

Pero a pesar de saber que es alguien que no me conviene, inestable, ciclotímica, perversa, un escalón de carne a la nada, una puta desequilibrada, a pesar de que es obvio que ya no me quiere ni me respeta, no puedo evitar seguir haciendo el idiota: mi mente acepta pero el resto se resiste, como si ella tuviera en sus bolsillos llenos de pelusas un pedazo de mi corazón. Pero en sus bolsillos solo hay condones esperando ser rasgados por el nuevo amante.


Las mujeres son seres terribles, su coño es una metáfora física de su forma de ser, adaptándose a cada nueva caricia, a cada nuevo cortejo y posterior admiración como si fuera la primera vez, con naturalidad y regocijo, sin secuelas visibles. Un día eres el centro de su vida, al siguiente eres solo un guiñapo, un escupitajo derritiéndose al sol, un decadente sin brillo. Ya, ya lo sé, los hombres hacemos lo mismo, pero estoy dolido, dejadme ser la victima un par de párrafos más, fingid un poco de solidaridad por mi dolor, como si todo fuera un gran vacío y el aullido de mi dolor estuviera convirtiendo mis huesos en polvo.

Al final uno se protege en vano, es así de simple, el dolor siempre está ahí. Y sino es eso será la soledad. Y sino la falta de significado o trascendencia. Sigo diciendo que me parece increíble la forma en que algunas personas saben arrancarte de su vida, sin una lágrima, sin un suspiro, sin un gesto de dolor. Simplemente toman la decisión y al instante siguiente ya eres historia. Bruscamente, golpe seco, como en un accidente de coche, sin retroceso ni inercia, simplemente el impacto y luego el fundido en negro. Aquí solo hay silencio, y me destroza, porque me muevo mejor con palabras, acepto las cosas si soy capaz de verbalizarlas una y otra vez. No por la utópica idea de poder explicar algo, sino como forma de interiorizar una realidad que presume de no aceptar nunca nuestros deseos.

Por cambiar de tema podría hablar de otro icono en mi lista de fracasos: el trabajo infame en el que yo mismo me he confinado. No quiero escribir sobre política, vivo en España, soy un esclavo con la excusa de la crisis, pero me niego a fingir dicha por recibir un sueldo. Cada día que paso en esa oficina siento como se encanece mi cuerpo y mi alma, como me convierto en alguien más servil y estúpido. Años y años pasan como sombras de luz, de pronto un día te despiden y acabas de perder un par de décadas sin apenas darte cuenta, sin haberles concedido el valor necesario. Y encima sobreviviendo con el dinero justo para llegar a final de mes, pensando algunas noches en hacer cola al día siguiente en el comedor social.

Mejor hablar de otra cosa. Quizás debería de mencionar mi pequeño problema con la bebida. El otro día hice un cuestionario online de la página NCADD - The National Council on Alcoholism and Drug Dependence-, y el resultado no fue muy halagüeño teniendo en cuenta que contesté afirmativamente veinte de las veintiséis preguntas: “si hay más de 8 respuestas afirmativas, es posible que tengas un problema importante relacionado con las bebidas alcohólicas y que precises atención especializada inmediata.”

Creo tenerlo bajo control, además la bebida no es solo diversión, también es una pulsión interior, me impulsa a escribir, a dar importancia a las cosas, a ser pasional; esa pasión por la vida que desbordan otras personas me resulta extraña estando sobrio, en mi caso cuando algo me abruma me dejo caer al suelo, la mayor parte del tiempo me siento como un pez flotando panza arriba en el acuario. Además soy joven, treinta y cinco años, vivo solo, pago mis facturas, se podría definir como excentricidad, desahogo; estaría mejor visto si fuera un alcohólico social, es decir, si fuera a los bares a beber en compañía. Pero prefiero hacerlo solo, comprar yo el alcohol, disfrutar de mi propia música, no necesito la charla banal, no necesito ver a nadie si tengo la bebida, gracias a ella puedo combatir a la soledad silbando a la luna y riéndome de su reflejo.

Tampoco quiero dar la impresión equivocada de que me siento cómodo siendo un misántropo, llevando una vida tan ajena, simplemente me resulta difícil hacer amigos, encontrar por ejemplo afinidades en mis compañeros de trabajo. La rutina de la vida tal y como está planificada me resulta aborrecible sin mis pequeñas idiosincrasias.  

Volviendo al presente la llamada sin respuesta me ha dejado una inquietante nausea existencial, ganas de. Decido coger el gabán y salir a la noche. Paseo de madrugada por las calles desiertas de Madrid. Se escucha a lo lejos alguna sirena de ambulancia o quizás de policía. Sumido en mis pensamientos, mirando al suelo, llevo ya una media hora caminando cuando siento que me observan. Levanto la cabeza, unos metros más adelante en la misma calle hay una puta apoyando su escasa minifalda en la pared. Joder, yo pensaba que con este tiempo de invierno residual estarían todas hacinadas en los puticlubs de los barrios de extrarradio. Pienso en escabullirme, pero luego recuerdo a Kerouac y me acerco a ella.

El diálogo es estúpido: ella insinuante pero hastiada, yo tartamudeando, intentando regatear un precio que me parece demasiado bajo. Me indica con su mano un hostal cercano, subo las escaleras detrás de ella. Cuando entramos en la habitación el color amarillento de las sabanas me saluda con romanticismo. No es demasiado atractiva, el maquillaje cubre sin gracia una cara devastada, seguramente no tiene más de veinticinco años pero parece tener diez más. Se acerca y me toca, su aliento me aturde, es como una bofetada de semen rancio y cebolla. Empieza a desnudarse, unas pequeñas estrías en su costado amenazan con agusanar mis ojos. Sé que yo tampoco ofrezco una imagen demasiado halagadora pero esto es demasiado, le dejo el dinero en la mesilla y justo cuando se mete en la cama escapo corriendo.

Salgo a la calle atropelladamente, acelero el paso hasta alejarme un par de calles más. Dios mio, ¿cómo voy a escribir algo decente sino soy capaz de vivir, de follarme a una puta y quitarme esta pútrida ansiedad? Tampoco estaba tan mal, solo era una mujer normal, normal. El miedo acompleja todos mis actos. Camino de vuelta, un par de gatos luchan dentro de un cubo de basura, la luna llena asfalta mis pasos de estrellas muertas.

Llego a casa, estoy demasiado cansado para el suicidio, algo que de todas formas resulta ridículo para mi edad. Tengo ganas de beber más. Saco un par de cervezas de la nevera y enciendo el ordenador. Miro un par de páginas pornográficas e intento masturbarme. No puedo, todo es demasiado tosco. Me siento entumecido por las imágenes, carente de emoción, es como estar tumbado en el sillón, cansado tras un largo día de responsabilidades, aguantando los bloques de diez minutos de publicidad que interrumpen una y otra vez una película sin argumento. Y sin embargo sigues ahí, aunque una parte de tu cerebro insiste en apagar el televisor y golpear algo, sigues ahí con los ojos fijos en la pantalla. Así me siento ahora. Busco escenas más duras, más sórdidas. Pero lo único que consigo es que se me baje la erección. 

Un pensamiento transversal cruza mi mente: mi ex otra vez, omnipresente, desnuda en mi sofá, ofreciendo la ambrosía que rezuma entre sus piernas. No. No. No. Sigo buscando. Vaya, aquí tenemos un vídeo destacable: una pareja, presuntamente amateur, grabando una escena de hotel. La chica de grandes pechos está disfrutando realmente del momento. Lo que me excita es precisamente eso, no un gran cuerpo, sino esa capacidad de desinhibición, de transcender la carne, de dejarse llevar por el golpeteo rítmico a un total desasimiento. Y esta mujer lo está consiguiendo, se está dando completamente, está disfrutando con sinceridad de ello. Me acoplo a su ritmo, la admiro, me excita, ajustamos juntos los tiempos, y por fin, en medio de esta noche terrible, el placer me inunda con dureza. Es un puto estertor, una bendita convulsión. Y tras unos segundos en los cuales soy un único copo de nieve en una Tierra carente de movimiento, todo acaba. Ella sigue gimiendo por mis altavoces, haciéndome compañía un poco más. Yo me dejo caer en el abismo del abandono. 

Cinco o diez minutos después abro los ojos. Apuro la segunda lata de cerveza mientras observo un instante congelado en la pantalla. Ya es hora de dormir. Apago el ordenador y me tumbo en la cama. Justo en ese momento suena mi móvil. Que idiota, se me ha olvidado ponerlo en silencio. De todas formas es extraño, son ya las cuatro de la mañana. Bah, seguramente será publicidad, un mail de spam. A pesar de la certeza me levanto y lo cojo. No, no es spam, ¿quién coño me escribe a estas horas? El remitente es una mujer. Empiezo a leer el mensaje con curiosidad y luego con una creciente ansiedad. No entiendo nada. Lo releo cada vez más perplejo.

¿Cómo es posible, quién es esta mujer, por qué me ha mandado semejante mail…?

Fin del capitulo 1.


Grace by Jeff Buckley on Grooveshark

22 comentarios:

  1. Pues sigue, sigue, sigue... con el proyecto.
    Estas palabras demuestran que realmente la decadencia es hermosa ;)

    Besos abisales

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya veremos en que se queda, de momento tengo dos capítulos.
      La decadencia en pequeñas dosis es hermosa ;)
      Besos de miércoles de resaca.

      Eliminar
  2. Me has dejado con ganas de mas,¡Quiero capitulo ya!(puestos a pedir) Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ja, ja. Sí, puestos a pedir. Tengo otro capitulo por ahí, pero luego pasará algo de tiempo hasta el siguiente.
      Besos bella andaluza.

      Eliminar
  3. Leerte siempre es una delicia. Con ganas del siguiente capítulo :)

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tus palabras y por pasarte por aquí.
      Besos indecorosos.

      Eliminar
  4. Eres tan jodidamente bueno... Muero por leer el segundo.
    Besos jodido escritor xP

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ah, compañera de palabras. Tengo el segundo ya escrito, tengo que pulirlo antes de subirlo. Y el tercero también ideado. Luego te tocará a ti, ya sabes ;)
      Besos musa.

      Eliminar
  5. Nos has dejado expectantes... desde luego...

    Muchas gracias, por cierto, por responder el mensaje en FB. Realmente no he dejado de seguir el blog, de hecho ahora he vuelto a leerlo con cierta asiduidad pero he comprendido lo que querías explicar cuando dijiste que "había que leerte en pequeñas dosis". Tus textos son demasiado buenos como para desperdiciarlos en una lectura seguida... es mejor leerte una entrada por la mañana antes de ir a estudiar o a trabajar y darle vueltas en tu cabeza mientras tomas el café o viajas en bus. Además, te noto más suelto, menos encorsetado y más cómodo con el blog que el Roschach de hace un año (imagino que tus seguidores/as tienen algo que ver en ésto). En fin, no me queda sino agradecerte, como te dije, que lo mantengas y que todavía encuentres aquí tal vez un refugio, un canal de expresión (llámalo como quieras). A veces somos bastante egoístas y nos olvidamos de que los demás tienen una vida real con problemas reales y destilar algo de emoción entre tanta frivolidad debe ser difícil.

    Me ha encantado la entrada. Creo que mencionas a Kerouac y me recuerda mucho a sus Subterráneos (aunque con tus prefacios poéticos de siempre jajaja). Kerouac también filosofa mucho en esa obra sobre la importancia y trascendencia del orgasmo basándose en la teoría de Wilhem Reich... "no hay salud sin un amor sexual normal y sin orgasmo" (decía).

    Pero bueno... ya van a dar las 3 y lo que apetece es dormir.

    Por cierto... Grace sí que es un auténtico orgasmo... Jeff Buckley mi amor platónico ^^ la mejor voz de la historia del rock.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Je. Lo del facebook me avergüenza profundamente, no haberte contestado claro, sino el hecho de consérvalo, pero nada, lo que te comenté, tengo unos cuantos amigos en Sevilla que asocian internet a facebook y ni siquiera saben poner mi blog en favoritos.
      Lo de leerme en pequeñas dosis también es una crítica velada, entiendo que soy monotemático y a veces no hay demasiado humor en mis entradas, no me gustaría sentirme responsable de la depresión posterior que pueda causar en mis lectores. Oh, ya está hablando mi sempiterna inseguridad…xD
      Bueno, es que empecé a escribir aquí, no sabía exactamente como enfocarlo. Ahora lo sé, y además me gusta buscar nuevas cosas para no aburrirme, de ahí la prosa poética, hacer unos cuantos capítulos con una historia común. O hablar de películas o libros. Tampoco sé si esto va a durar, los blogs son efímeros, pero voy a intentar que al menos las cosas que subo tengan un poco de calidad y sobre todo me gusten a mí. Al final el público muchas veces es el enemigo.

      Lo del señor Kerouac viene porque me estoy leyendo “En el camino” pero la nueva traducción que coge el rollo mecanografiado original. Me gusta la idea de vivir y luego escribir. Es un libro muy sobrevalorado, pero me apetece volverlo a leer.
      Jeff Buckley es increíble, y esa canción es una de mis favoritas.

      Un abrazo. Gracias por el comentario.

      Eliminar
  6. Me pierdo entre tus palabras de poeta maldito.
    Mil besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ja, ja, intentaré dejarte un camino de migas de pan en el próximo texto bella dama ;)
      Besos decadentes.

      Eliminar
  7. ¡Por fin! Bien, bien, bien.
    Un prometedor inicio... Amor, sexo, soledad, sinsentido... no te olvides de la muerte, ¿vale? Sí, sí; ya sé que es el primer capítulo y ya has hablado de suicidio, pero no me estoy refiriendo a eso...
    La vida parte de un agujero para acabar en otro; y en medio de ambos agujeros, ¿qué es esto?
    Aunque no lo pretendas, darás tu versión del asunto. Y yo, disfrutaré y aprenderé mirando a través de tus ojos...

    Me pongo serio: ¡Ánimo! Sería un crimen que no lo hicieras...
    ¿Acaso crees que los pájaros tienen alas para no-volar?

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La muerte. No sé, ya veremos, soy mucho de empezar cosas y no terminar nada. pero me gusta tu descripción de la vida, un agujero es el útero, el matriarcado de carne, y el otro la lápida de espejos, y en medio la vida, que nadie sabe lo qué es y pocos saben aprovecharla.
      No jodas, ¿aprender? Como mucho quiero entretener…xD
      Eres un filósofo, los pájaros vuelan y algunos caen del nido. Me gusta la historia de los cucos y como estos anidan en los nidos de otras aves y luego matan a las crías. Hay una historia al respecto de Neil Gaiman.
      Me ha gustado sentir un poco de tu serenidad zen hoy. Un abrazo muchacho ;)

      Eliminar
  8. Pues si que es verdad que es bueno y te deja con ganas de más.

    ResponderEliminar
  9. Me ha gustado muchísimo, EXAGERADAMENTE. Se nota una sensibilidad distinta a la hora de teclear en esta entrada. No sé qué le has puesto (tú sí que lo sabes). Agarra ese talento (es el tuyo, único e irrepetible). Te ha salido de dentro y el ritmo me gusta, la cohesión, el sentido del mensaje, lenguaje accesible pero exquisitamente ordenado, directo y sin ornamentos. DELICIOSAMENTE PROFUNDO.¡Chapeau, mon frère! Hay un párrafo que me encanta y lo sintetiza Todo: "me parece increíble la forma en que algunas personas saben arrancarte de su vida, sin ninguna lágrima, sin un suspiro, sin un gesto de dolor. Simplemente toman la decisión y al instante ya eres historia"... Tan sublime es este párrafo, porque en mi opinión hay dos clases de personas: las que hacen "eso" y las que no pueden hacerlo. Cuando conozco alguien que es así (y de eso te das cuenta a través de un simple detalle, unas palabras, algo que delata esa miserable forma de ser) entonces soy ABSOLUTAMENTE TAJANTE con ellos/as. Nunca tendría un hijo con una persona que actúa de esa forma, aunque reconozco que te puedes enamorar hasta las trancas de alguien así, pero jamás le confesaría mi amor a alguien así, en otras palabras: se las haría PASAR PUTAS... PUTÍSIMAS.
    Una vez, creo que te lo dije, se enamoró de mí un hombre joven y guapo. Lo que no te dije es que se acercó a mí para darle celos a otra mujer de mi entorno quiso utilizarme. Y en ese intento, él pensó que yo caería rendida a sus pies y no fue así, pero además sufrió conmigo y se colgó durante dos años sin que yo le diese ni la más mínima señal, ni un beso; eso le pasa por HIJODEPUTA... Ay amatxo que agustico y desfogada que me he quedado hoy (lo siento, ya no me apetece borrarlo y comentar algo más adecuado).
    ¡Besos, cariño!

    ResponderEliminar
  10. Un gatito curioso me ha dicho esta mañana que habías empezado una novela... y yo he pensado ¿Mario? ¿Novela? Por fin!
    Pinta muy bien, de verdad... me voy corriendo al segundo!

    ResponderEliminar
  11. La verdad es que es muy intrigante tu novela, ánimo. Besos.

    ResponderEliminar
  12. ¿Lo de Mario y Alicia es publicidad encubierta de los hoteles de Sarasola?

    ResponderEliminar