A veces me gustaría ser
una lesbiana que se enamora de hombres, que desbroza ansiedades escuchando
canciones tristes, atiborrándose de helado porque sabe que el mundo es tan atroz que es
imposible no enamorarse. Pero también vive en mí quien lo niega todo y se
revuelca en la pornografía nihilista y aséptica de internet, no busca salvarse
en besos, abrazos, o en esos leves mordiscos en los pezones que golpean el alma
como un accidente de trafico.
Ahora, como punto medio, me hago fotos delante del espejo, quizás para demostrar que existo.
Ahora, como punto medio, me hago fotos delante del espejo, quizás para demostrar que existo.
Contengo la respiración,
el silencio me aplasta. Intento distraerle entrechocando los cubitos de hielo del
vaso. El vodka hace un quiebro. Bailo un vals -o quizás sea un tango-, delante
de la ventana. Luz de luna, jardín inmenso. El sonido de ambulancias en Madrid rompe el
embrujo.
A veces pienso en ti, te
(d)escribo desde el manido artificio del lado frío de la almohada. Porque la
antítesis del amor no es el odio, pasión fea y mezquina que insiste en forcejear con la sensibilidad para no pasar desapercibida, la antítesis es la
indiferencia, terrible y dolorosa para cualquier amante.
Al final los sentimientos
residen en el estómago, no en el corazón; cuando el amor se rompe el corazón no
se inmuta, sin embargo el estómago se cierra y vomitas aire y vacío.
La niebla en la garganta
se sigue expandiendo, pronto, siempre demasiado pronto, moriremos todos de
normalidad.
Espejos, devolviéndonos hasta la respiración. Entonces escribimos:
ResponderEliminarSoy.
Demostrar que existimos más allá de una idea o concepto global, captar de alguna manera nuestra esencia primigenia. Y luego, volar.
EliminarComo un accidente de tráfico... uff, cierto, cierto.
ResponderEliminarMe gusta tu entrada triste, tu música, como siempre, hoy más.
La luz de luna se refleja en el espejo, y envuelve todo con una luz imposible, que hace que los imposibles parezcan cercanos. Espera, me pierdo.
Besos,decadente querido, hoy más jodido poeta que nunca.
No te conviertas en una adicta a la tristeza, sigue mirando la luna, que está preciosa y más en tu pueblo, e imagina imposibles, de esos que no te ponen triste y te arropan de noche.
EliminarBesos.
La indiferencia es peor que el odio, porque es nada. Pero no me voy a repetir, creo que lo has dicho en alguna ocasión, incluso aquí, un poco más abajo.
ResponderEliminarLos sentimientos residen en todo el cuerpo, no sólo en el estómago o en el corazón, porque cuando odias o amas lo haces con cada órgano, con cada poro, con todo lo que compone tu cuerpo, con toda tu materia. El estómago cerrado, vomitar aire y el dolor del vacío es el mal de amores. Pero es más agudo.
Puede que aquí tampoco me haya enterado de mucho, pero me ha gustado. No lo encuentro decadente, sólo melancólico, ignorante que está aprendiendo a transformar la soledad.
Espero impaciente la próxima entrega, me he fijado (como siempre) en las etiquetas y mi conclusión… no, no creo que te vayas a ir. Creo que no estás diciendo eso. Además, no puedes, no podrías hacerlo.
Besos de día solitario pasado por agua.
Pues mi me parece un escrito bastante triste. Y que conste que no lo he escrito yo.
Eliminarbesos.
Se ama con todo el cuerpo, es cierto, aunque se siente más con algunas zonas, al igual que el desamor se enquista en otras. Quizás el desamor sea un descenso terminal de los sentidos, de ahí que el cuerpo ni siquiera necesite comida.
EliminarMe alegra que no lo encuentres decadente, a veces creo que abuso demasiado de la paciencia de mis lectores.
No hay más entregas, me siento incapaz de volver al personaje, y en caso de añadir algún apéndice se está creando con vuestros comentarios.
Ja, ja, ¿no podría hacerlo? ¿Estás segura? Te sorprenderías.
Besos, feliz fin de semana.
Vale, me acabo de sorprender, o no, me sorprendí hace unas horas. De modo que no estoy segura, desapareces, lo sé.
EliminarPrecioso lo de la niebla en la garganta... aunque un poco obsceno jaja... Lo de la indiferencia cuanta razón tienes...
ResponderEliminarUsted que tiene la mente turbia, precisamente esa metáfora no tenía nada sexual inherente…xP
EliminarFeliz fin de semana.
Hola Rorschach!!!
ResponderEliminarLo has dicho perfectamente la antítesis del amor es la indiferencia, eso nos causa mayor dolor, más que el odio, que es otro sentimiento, sin embargo ante la indiferencia no queda sentimiento alguno hacia esa persona, eso sí duele, porque ya nada se puede hacer.
Los sentimientos están en cada parte de nuestro cuerpo, pero para mí el corazón se lleva la palma, la respiración...la falta de aire...los suspiros que no llegan a ninguna parte y ese dolor que marchita nuestro ser y nos deja vacíos.
Querido Rorschach, tú no eres normal, tranquilo, a tí no te llegará la normalidad, pues eres excepcional.
Y para un ser único...un único beso de buenos días, para variar!!!!
Bien, me gusta estar de acuerdo con mis lectoras. Efectivamente, con un poco de reflexión te percatas que la indiferencia es lo peor que puedes provocar en un antiguo amante.
EliminarHay muchos síntomas de desamor, pero siempre me ha llamado la atención la perdida de apetito, como si nos negásemos a seguir existiendo, alimentándonos.
La normalidad siempre acecha, como el adocenamiento, pero gracias de nuevo por tus palabras.
Un beso de sábado, con el otoño también acechando.
Ya sabes, yo... con mi surrealismo de costumbre, ni te molestes en entenderlo jajaja Verás, cuando te leí, escuchaba un dueto por separado aquí, arriba y por otros sitios...pero estos días no podía unir las voces... seguramente por culpa de la sierena de la poli y el camión de la basura... ahora por fin lo he conseguido y... me suena ASÍ:-)
ResponderEliminarUn besito M, feliz domingo...¡¡ojalá!!... Tú, inténtalo ¿sí?
Creo que es fascinante. Gracias.
ResponderEliminar