lunes, 10 de enero de 2011

Ficción.

Ultima entrada del día, y con los bolsillos llenos de disculpas, seguimos con el monotema desamor. Intentaré en la medida de lo posible volver a temas pretéritos. Llevaba más de diez años de relaciones concatenadas, y es ahora, alejado de fantasías o “posibles” que siempre ayudan a macerar la soledad, cuando me siento solo.
Una sensación compartida por muchos aquí, lo que hace que te sugestiones, busques entre tus iguales y al final acabes llorando en pandilla. Poco beneficioso. Con lo maravilloso que resulta no dar explicaciones, vivir y administrar tu tiempo como quieras y sin cortapisas. Aun así, y siendo incoherente, reconozco que nada me gustaría mas que encontrar a alguien como Sophia en Madrid.

Hay momentos en la vida en que te detienes agotado, desorientado ante la enorme y oscura encrucijada. Estas demasiado herido para continuar, y tienes miedo de seguir adelante. Por eso aguardas allí, con el alma recogida en una soledad contemplativa y quizá banal.

Y de pronto hay un estallido de luz, una luminiscencia cálida y hermosa que aleja todas las sombras y te devuelve la pasión. Y realmente no lo puedes entender. Has corrido buscando esa luz en todas partes durante mucho tiempo, a veces te conformabas con retazos, pequeñas chispas, el calor de una antigua hoguera… pero siempre la sensación era incompleta, de deshonrosa capitulación. Y ahora de forma inesperada todo cambia, caminas sonriendo bajo la lluvia y te sientes feliz.

Pero pronto descubres que no es el momento, el lugar, ni siquiera la referencia de ti mismo es la correcta. Y aunque no puedes decir que sea injusto porque serías un iluso... si puedes manifestar la tristeza que te provoca.

100 Kilometros by Pastora on Grooveshark

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