viernes, 23 de agosto de 2019

Reseña: Cómic ‘Y: El último hombre’

Y: El último hombre es una serie de cómics de ciencia ficción ganadora del premio Eisner a la mejor serie en 2008. Creada por el guionista Brian K. Vaughan (autor de renombre conocido también por Saga y Runaways), y la dibujante Pia Guerra para el sello editorial Vertigo de DC Comics, empezó a publicarse en septiembre de 2002; el último número, el sesenta, se publicó en 2008. Narra las aventuras del joven Yorick Brown y su mascota, el mono Ampersand, únicos supervivientes de una extraña plaga que ha acabado con la vida de todos los hombres del planeta, la de cualquier ser con el cromosoma "Y", incluidos todos los animales, embriones o huevos fertilizados.

Atrapado en un mundo caótico en el que las mujeres luchan por reorganizarse y sobrevivir, la primera intención de Yorick es buscar a su prometida trasladándose a Australia, pero pronto será disuadido por una agente del gobierno encargada de su protección (la agente 355) y por una científico (Dra. Allison Mann); juntos intentarán despejar las dudas que asaltan al lector: ¿Qué o quién ha provocado la plaga? ¿Por qué Yorick y Ampersand son los únicos supervivientes? ¿Hay algún tipo de cura? Lo que sigue es una odisea épica en busca respuestas, mientras Yorick madura poco a poco a medida que va aceptando que, muy posiblemente, tiene en sus manos el destino de la humanidad. El camino estará plagado de peligros: el grupo de extremistas feministas Las Hijas de las Amazonas que intentarán asesinarle para liberarse del último exponente del yugo masculino, militares que consideran la relevancia de obtener para su país al único hombre vivo u organizaciones con oscuras intenciones.

Hay dos o tres peculiaridades que hacen de este cómic una pieza original, extraña a las tramas contemporáneas y fácilmente atribuible a una concepción de la ciencia ficción y de la serialización más clásica. La más destacable de todas es el propio punto de partida: todos los hombres están muertos y la sociedad está una situación postapocalíptica. Esta premisa, la del individuo aislado en un entorno hostil, recuerda a grandes obras del género como ‘El Planeta de los Simios’, ‘Mad Max’, la excepcional novela de Richard Matheson ‘Soy Leyenda’ y, más concretamente, a una obra de ciencia ficción ambientada en el siglo XXI escrita por Mary Shelley (sí, la autora de Frankenstein): ‘The Last Man’. Otras importantes referencias confesas de Vaughan aluden a escritoras de ciencia ficción como Joanna Russ, P.D. James (por su historia ‘Hijos de los hombres’, llevada al cine en 2006) o Alice Bradley Sheldon.

La segunda peculiaridad es también muy reseñable. Si nos fijamos, la mayor parte de las obras de ciencia ficción actuales prefieren un protagonismo coral, en el que diversos personajes desarrollan tramas paralelas que acabarán confluyendo, pero que tienen un peso similar en la estructura argumental de la serie. Aquí no. El protagonista es único e indiscutible y sólo se puede hablar de los demás en clave de secundarios. Ya desde el mismo título se especifica esta inercia: Y, el último hombre; sólo uno, y sólo él, Yorick, nombre shakesperiano, un protagonista que se nos presenta al principio como una persona inmadura, aficionado a los trucos de magia y al escapismo, cuya buena parte de los diálogos son citas y homenajes a la cultura pop, pero cuya complejidad y realismo marca un punto de ruptura a partir del número dieciocho con el arco argumental ‘Palabra Clave’; aquí entendemos que la ambición de Brian K. Vaughan no es solo presentar una distopía, aderezada con alguna explosión y un par de chistes malos, no, quiere más, y os aseguro que el viaje del lector va a estar lleno de turbulencias creativas deslumbrantes.

El último factor es un marcado carácter clásico en el uso que hace de la serialización; no hay secuelas, spin-off, miniseries o varios arcos argumentales más o menos estancos, aquí se nos presenta solo una historia: el periplo de Yorick y sus acompañantes para encontrar la solución al exterminio de los hombres del planeta. Existen, por supuesto, arcos argumentales que enriquecen la trama y aportan verosimilitud, pero la impresión general es de estar leyendo un todo pétreo y cerrado al que no le sobra nada gracias a una planificación excepcional, con un uso del cliffhanger muy acusado unido a un desarrollo de la trama pausado, que prefiere focalizarse en la construcción de los personajes antes que en las perspectivas geopolíticas y globales. Por otra parte, la serie es excelente a nivel gráfico, con un trazo sencillo pero muy efectivo a la hora de componer la personalidad y los rasgos definitorios de los personajes, su belleza, soberbia, miedo o locura. Cierto es que no posee demasiadas innovaciones formales, pero la historia no lo necesita.

En resumen, para amantes de la ciencia ficción y de las buenas historias en general, Y, el último hombre es una obra de referencia. Podéis comprarla en Amazon o en cualquier tienda de cómics, Vertigo ha sacado toda la obra en cinco tomos de muy buena calidad. Otra opción es descargarla desde este enlace personal que he subido a MEGA. Para visualizar los archivos de cómic en formato cbr y verlos en el ordenador tenéis que descargar también este programa YACreader. Feliz lectura.

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