jueves, 30 de mayo de 2019

Reseña: Cómic Injustice. Gods Among Us Año 1-5 / Injustice: Ground Zero / Injustice 2

Para promocionar el videojuego Injustice (juego de lucha entre los superhéroes más famosos de DC) DC Comics empezó a publicar una serie semanal de cómics digitales a principios de 2013. Las primeras semanas no tuvo un gran impacto, pero para cuando salió el videojuego ya lideraba las listas de ventas de medio mundo, y así siguió durante el siguiente medio año hasta finalizar el “Año Uno”. Incluso el formato físico vendía mes a mes mejor que muchas otras series regulares. La historia del cómic comienza cuando el Joker decide dejar Gotham y consigue destruir Metropolis con una bomba nuclear, asesinando a cientos de miles de personas, entre las que se incluye a Lois Lane, el amor de Superman, que para mayor dramatismo estaba embarazada. Totalmente sobrepasado por la pérdida y el dolor Superman asesina al Joker. Además, después de reflexionar sobre lo sucedido y cómo se podía haber evitado, decide tomar la iniciativa y ejercer mayor control sobre la Tierra y sus gobiernos, empezando por desarmar nuclearmente a todos los países y acabar con las guerras. Muchos miembros de La Liga de la Justicia, como Wonder Woman, Flash o Linterna Verde le seguirán y apoyarán en este nuevo rumbo, pero otros encabezados por Batman defenderán la libertad y el libre albedrío de la humanidad.

Sólo hace falta un mal día para volver loco al más cuerdo de los vivos, decía el Joker en La broma Asesina. Y esa es la idea de partida con la que arrancamos Injustice, una obra en la que Superman, de una forma lenta y magistral, empieza a perder el control y se convierte, a pesar de sus buenas intenciones, en un tirano. La idea de un planeta dominado por un grupo de superhéroes no es nueva, Kingdom Come es quizás la referencia más obvia, también podríamos hablar de Irredeemable, guionizado por Mark Waid. Y el uso de la violencia al límite, del fin justifica los medios, despierta ecos de la obra El Regreso del Caballero Oscuro de Frank Miller, un guionista que siempre flirtea con el lado más fascistoide y radical de sus personajes.

El guionista Tom Taylor es el verdadero elemento cohesionador del cómic, Taylor demuestra en cada punto del guión que conoce perfectamente a los personajes y eso lo plasma de manera brillante en los diálogos y monólogos en los que da un voz creíble a cada uno de los superhéroes posicionados en uno u otro bando. Podemos observar la misma brillantez en planos largos en los que se representa la acción superheroica, como en los cortos, usando capítulos de transición, en los que busca perfilar la psicología de los personajes ahondando en sus sentimientos y motivaciones.

Si Año Uno nos cuenta la llegada al poder de Superman, en Año Dos se nos presenta su batalla contra los Guardianes del Universo, los creadores de los Green Lantern, que no consienten la tiranía de Superman. Año Tres comienza con el protagonismo del mago menos poderoso pero más carismático del Universo DC: John Constantine. Con la excusa de que la única debilidad de Superman, aparte de la kriptonita, es la magia, se hará un repaso excepcional a todos los personajes que engloban la dimensión mágica de DC y su sello Vertigo: Zatanna, Klarion, Etrigan, el Doctor Destino, el Doctor Oculto, Raven, Trigon, Madame Xanadu, el Detective Chimp. Deadman…

Sin embargo, el cambio de guionista a mitad de saga pasa factura a esta línea argumental, dando una sensación menos cohesionada que los dos volúmenes anteriores. Aun así Injustice: Año Tres es un cómic más que correcto, que sigue explorando y ampliando esta interesante distopía que surge como producto derivado de un videojuego y que acaba teniendo mucho más interés por mérito propio. Hay que hacer una mención especial al número con el que se despide Taylor de la serie: Para el hombre que lo ha perdido todo. En este número Superman está atrapado dentro de un sueño mágico en el que el Joker no llegó a cometer las atrocidades que dan origen a este universo y Lois sigue viva. Un homenaje explícito al famoso cómic del mismo título de Alan Moore, una de las historias más representativas de la historia del personaje.

            Por desgracia a partir de aquí el cómic y las ideas desplegadas decaen demasiado. El Año Cuatro es una lucha contra los dioses del Olimpo, espectacular pero argumentalmente superficial y vacuo. Y el Año Cinco ya nos muestra a un Superman totalmente desatado, tiránico y que asesina a sangre fría. Su transformación, sin embargo, ha resultado creíble, lenta, apuntalada por pequeñas acciones, sucesos y situaciones límite, no en vano llevamos más de cien números de historia y, después de leerlos, te preguntas cómo es posible que los guionistas de Juego de Tronos pretendieran meter con calzador en apenas dos capítulos el cambio de personalidad de Daenerys cuando con tiempo y talento es posible gestionar casi cualquier cosa. Pero no nos desviemos del tema.

Cronológicamente hablando después hay que leer Injustice Zona Zero (una especie de oda a Harley Quinn, personaje bastante importante en Injustice y cuya vicisitudes en la historia enlaza con Injustice 2), y luego, por último, Injustice 2, donde Superman ya ha sido derrotado por el bando de Batman y es necesario reconstruir la Tierra y devolver el gobierno a los países. Lástima que Ra's al Ghul, Gorilla Grodd, Atrocitus y Brainiac tengan otros planes. Aparece también el personaje de Supergirl y Athanasia Al Ghul (hija de Batman). El cómic vuelve a ser vehículo de marketing para la secuela del videojuego homónimo, pero esta vez no consigue sorprender con sus cliffhanger y arcos argumentales; resulta más bien un pastiche de ideas sin desarrollar donde el dibujo y la presentación de personajes son la única meta.

            En resumen: una buena idea muy bien desarrollada, al menos los tres primeros años, que luego se viene abajo por el cambio de guionista y la acumulación de sagas. Para leer los cómics os dejo un enlace a todos ellos vía MEGA. Están en formato .cbr, solo hay que descargarse un programa para visualizarlos (GonVisor, por ejemplo), y además estos cómics tienen la ventaja de que al venderse primero en formato digital se planificaron para que pudieran leerse de forma cómoda en tablet u ordenador.

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