miércoles, 20 de junio de 2018

Acabo de escuchar decir que Neruda por violar y Bukowski por maltratar dejan de ser grandes artistas. Que solo lo mantenemos lejos del juicio moral por no perderles. ¿Qué opina señor decadente?

https://curiouscat.me/Rorschachkovacs es una página donde de forma anónima -la mayor parte de las veces- recibo preguntas sobre cualquier tema. Como en concreto esta pregunta tienen cierta enjundia y debido a la extensión de mi respuesta no me deja poner el texto completo, lo copio aquí: Acabo de escuchar decir que Neruda por violar y Bukowski por maltratar dejan de ser grandes artistas. Que solo lo mantenemos lejos del juicio moral por no perderles. ¿Qué opina señor decadente?

Recuerdo que al leer su libro “Confieso que he vivido” y llegar a este fragmento me quedé perplejo por la forma aséptica con la que narraba la situación: “«Una mañana, decidido a todo, la tomé fuertemente de la muñeca y la miré cara a cara. No había idioma alguno en que pudiera hablarle. Se dejó conducir por mí sin una sonrisa y pronto estuvo desnuda sobre mi cama. Su delgadísima cintura, sus plenas caderas, las desbordantes copas de sus senos, la hacían igual a las milenarias esculturas del sur de la India. El encuentro fue el de un hombre con una estatua. Permaneció todo el tiempo con sus ojos abiertos, impasible. Hacía bien en despreciarme. No se repitió la experiencia

           Lo del maltrato de Bukowski ya es un poco más ambiguo, sí, hay una grabación en que golpea con los pies a su esposa, pero aparte del talante machista y resentido de Bukowski, no consta ninguna otra situación de violencia física hacia ninguna de sus parejas, cosa que sí sucede al revés. Y hay muchos biógrafos y testimonios al respecto, lo cual resulta muy significativo teniendo en cuenta la clase de mujeres que frecuentaba (Jane se prostituía en cuanto faltaba dinero) y su alcoholismo. Quizás lo que olvidan algunas feministas encantadas de plasmar a Bukowski como un ser horrible, es que él sí fue victima de malos tratos por parte de su padre durante toda su infancia y adolescencia. Maltratos de una violencia terrible, con cualquier excusa, y bajo la mirada impasible de su madre. También para analizar.

Pero entiendo tu pregunta de fondo, ¿es ético disfrutar de una obra de arte si el artista es una persona de conducta censurable? Yo creo que sí, porque una cosa es la obra de arte, un legado intelectual que, en teoría, convierte el mundo en un lugar mejor, y otra cosa su comportamiento personal. ¿Acaso el talento tiene algo que ver con la catadura moral? Lo que admiramos es el potencial del ser humano, su exitosa ambición de trascendencia plasmada en una obra que los demás podemos disfrutar. Un médico puede salvar vidas y, sin embargo, ser un mal padre, un mal marido, ¿le incapacitamos para seguir haciendo su trabajo? No, juzgamos que salve vidas, su talento, su éxito. 

Como he leído muchas biografías casi nunca he caído en la ingenuidad de idealizar a un escritor. De todas formas, creo que el problema no es la decepción sino la incómoda perplejidad que causa para mucha gente que un artista, alguien en teoría sensible, amante de la belleza, sea capaz luego de degradarse tanto en su vida personal. Y esa incapacidad para entenderlo es lo que provoca tanto rechazo. Pero la respuesta es sencilla, casi todos los artistas son personas desequilibradas, personas con taras, traumas y frustraciones, ¿acaso es sano dedicar los mejores años de tu vida, incluso tu vida entera, a la búsqueda obsesiva de la gloria, la perfección y la inmortalidad? Eso es lo que provoca adicciones, alcoholismo, relaciones tóxicas, suicidios… con esto no quiero excusar su comportamiento, pero está claro que idealizar a alguien por su obra es una estupidez.

Además, y ya por meterme en otros aspectos de tu pregunta, también hay cierta caza de brujas de algunas feministas por demoler las biografías de escritores, como si al poner en duda su obra ayudasen a demoler el terrible patriarcado opresor. Sin embargo, nunca he escuchado a ninguna feminista quejarse de la orfandad de los hijos de Sylvia Plath -uno de ellos se suicidó muy joven-. Una vez el autor lanza al público su obra, esta se independiza y pertenece al mundo, ¿qué importa descubrir que Arthur Conan Doyle, famoso por su personaje racionalista, creía en las hadas? ¿O que el bohemio Oscar Wilde, dandy decadente por antonomasia, tuviera una dentadura fétida y ennegrecida a consecuencia del tratamiento con mercurio recibido para aliviar los síntomas de la sífilis que había contraído al final de la adolescencia? ¿Qué importa que Bukowski, epítome del macho alfa follador, tuviera una vida sexual paupérrima, lamentable incluso para un adolescente, hasta bien entrados los cincuenta? Claro, tú te referías en tu pregunta a cosas moralmente reprobables, pero lo que quería mostrarte es que el artista es una mentira per se, por eso su obra es independiente del juicio biográfico. Lo mejor es no investigar. Y algo más útil: alejarse de la dictadura de lo políticamente correcto: solo crea tontos frustrados.

4 comentarios:

  1. Opino que nos estamos volviendo gilipollas perdidos. La moda ahora es la caza al varón. Después se dará la vuelta a la tortilla, surgirán hordas de hombres enfurecidos, y tocará otra cosa. Y, la cuestión, es que lo que me produce arcadas es el concepto de "moda" y la capacidad que tiene de arrastrar a la masa de borregos sin conciencia propia, sea la que sea la tendencia a seguir... Es esa levedad, esa terrible superficialidad que contiene todo "lo que se lleva" lo que abomino. Los problemas son -y han sido- los mismos, al margen de opiniones fluctuantes de masas enardecidas en busca de la seguridad que aporta el consenso común. Líbrenos quien sea de las ovejas negras que se salen del rebaño, que dan mucho miedo y socavan nuestras certezas muchas veces teñidas de una falsa moral...

    Respecto a lo otro... No sé. A ver, cuando un autor/a me gusta mucho tengo tendencia a leer todo lo que encuentro de su biografía. A veces veo claro-oscuros, naturalmente, y me llevo desagradables sorpresas. Por ejemplo, ahí está el pasado nazi de Dürckheim; pero a veces también me pasa todo lo contrario y me reconcilio con otros autores... En cualquier caso me parecen importantes las biografías. Explican cosas. Y es verdad que una vez lanzada la obra ya no pertenece (solo) al autor, pero él/ella (su vida) contiene claves de significados que son muy interesantes conocer. Por supuesto, después, la mirada de cada cual amplía o reduce estos significados, o los hace mutar. La realidad es compleja y todo se inter-relaciona. Los ojos desde los que uno mira dan un regusto especial -único- a la experiencia (aunque ésta sea obra de otro), que sólo a esos ojos pertenece. Somos autores de nuestra propia versión de la obra de cualquier autor. Incluso nuestros mismos ojos ven cosas distintas en distintos momentos, con el paso del tiempo... Es por eso que releo una y otra vez los escasos libros capaces de sacudirme hasta los cimientos, que se acaban convirtiéndose en parte de los mismos. Esos que, a fin de cuentas, soportan mi manera de entender esta cosa extraña que nos sucede a todos y llamamos vida.

    Pero no; no me hace gracia que Dürckheim tuviera un pasado nazi, aunque en aquellos tiempos gran parte de la sociedad alemana se contagiara (por aquello del consenso del que hablaba y la seguridad de rebaño... que es por lo que tanta distancia pongo del pensamiento de grupo: me da miedo ese contagio y me gusta mirar de lejos y vislumbrar con independencia hacia donde se dirige todo...). Sin embargo, ese pasado no resta mérito a la profundidad de su obra; simplemente nos habla de que un humano fue el responsable y que, como tal, tenía sus puntos ciegos, de los que seguramente después renegó, si bien es cierto que todo lo vivió desde la periferia de Japón y no pudo llegar a conocer la brutalidad de lo que ocurría en Alemania de primera mano...

    Temas complejos e interesantes desarrollos como siempre. Un abrazo.

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    1. Enhorabuena por la respuesta, inapelable el primer párrafo y una enmienda necesaria en el segundo. Sí, tienes razón, soy un poco tendencioso cuando escribo porque me gusta mostrar mi opinión desde la vereda de la verdad absoluta, es un poco vanidoso, pero a fin de cuentas muchas veces utilizo la escritura por pura satisfacción personal. Pero sí, las biografías son muy importantes, de hecho, esa labor de ensayo preliminar que tienen muchos libros en su edición de Catedra son indispensables para disfrutar plenamente del libro en cuestión. Un ejemplo tonto, ¿qué sería de Epicteto y su filosofía estoica sino hubiera tenido una vida de esclavo y llena de dolores? Claro que condiciona, la sublimación literaria es un sempiterno. Pero también es cierto que, como bien indicas, la visión de una obra también depende de nosotros, la relectura es fundamental con algunos libros, porque leídos en la adolescencia o una década después, son diferentes lecturas.

      De todas formas, el puritanismo moral actual, este dogmatismo de lo políticamente correcto me recuerda al conflicto que tenían los editores de Nabokov con Lolita. Es otra forma de infantilización, de un buenismo absurdo. Pero es curioso que cuando sucede con deportistas ahí la sociedad es más laxa. Quizás soy demasiado pragmático, quizás tengo una concepción del ser humano demasiado mala y por eso no consigo decepcionarme, pero yo intento entender la obra, desde la biografía, pero sin que esta esté por encima de su belleza intrínseca. Quizás porque siempre he creído que el arte es una forma de redención personal.

      Me quedo sin tiempo para más. Un abrazo. Cuídate muchacho, ten cuidado con las masas enardecidas ja ja

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  2. algo parecido a esto

    https://vicisitudysordidez.blogspot.com/2014/12/top-10-los-10-mejores-escritores.html

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    1. Blogger no me avisa cuando tengo nuevos comentarios, por eso tardo en contestar. Le echaré un vistazo al blog, tiene buena pinta, gracias por compartirlo. Un saludo ;)

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