miércoles, 3 de enero de 2018

Amélie Nothomb - El crimen del conde Neville

Fabienne Claire Nothomb, más conocida como Amélie Nothomb, es un simpático fraude literario. Una de las curiosidades de esta autora es que lleva sacando libros todos los años desde 1992. Según leí en una entrevista escriba tres o cuatro novelas al año, y luego escoge la mejor para publicarla. Naturalmente eso implica que, sobre todo en los últimos tiempos, las novelas no alberguen mucha calidad, y, obviamente, sean muy cortas, en torno a las ochenta-cien páginas.

Para mí sus mejores libros son los primeros (Metafísica de los tubos, Estupor y Temblores, Antichrista, Cosmética del Enemigo), y lo que ha ido sacando después no dejan de ser meros divertimentos para quien ya conoce lo que ofrece la autora.

La estrafalaria sinopsis del libro es la siguiente:
“El conde Neville acude a la casa de una vidente para recoger a su hija menor. La vidente se la encontró la noche anterior en pleno bosque, en posición fetal y tiritando de frío. Al parecer la adolescente, que responde al singular nombre de Sérieuse, se había fugado del castillo familiar. Pero, antes de llevar al aristocrático progenitor ante su hija, la vidente le toma la mano y le anuncia: «Pronto dará usted una gran fiesta en su casa. Durante esa recepción, usted matará a un invitado. En efecto, los Neville, excéntrica familia de alcurnia, van a celebrar en breve su fastuosa fiesta anual, a la que invitan a lo más selecto de la sociedad. Esa garden party es una tradición irrenunciable, pese a que los Neville pasan por serios apuros económicos y el conde incluso ha tenido que plantearse vender el castillo y el bosque que lo rodea. Con toda probabilidad ésta será la última gran fiesta que organicen allí. ¿Acabará, tal como anuncia la predicción de la vidente, con un asesinato?”

El libro en su edición digital (es decir, con una letra normal, no el intento que hacen las editoriales de disimular el escueto volumen de libro) tiene 67 páginas, dos horitas a lo sumo de lectura. Diez euros, quince euros la edición en papel. Si el libro estuviera bien no me importaría pagar ese precio, pero estamos aquí ante una obrita poco destacable, se supone que hace un guiño a “El crimen de Lord Arthur Saville”, de Oscar Wilde, y que nos tienen que mantener emocionados la resolución del libro, la perversidad lucida de los diálogos entre los protagonistas, la sátira permanente hacia la nobleza y su absurdo juego de apariencias. Pero no es así. Su libro, como los últimos que ha escrito la última década, son pequeños juegos de trileros donde se parte de una premisa extravagante hasta una conclusión entre tonta e intrascendente. Me recuerda a esos grupos de heavy metal de los ochenta que siguen sacando algún recopilatorio o yendo por las ferias de los pueblos en verano. Sin embargo, aquí nadie reconoce su mediocridad y decadencia, la editorial vende sus artificios a quince euros y no aflora ninguna queja.

En resumen, si tuviera que destacar algo de Amélie Nothomb sería su altanera autocomplacencia, y como sigue siendo capaz de hacer pasar por novelas lo que, a todas luces, son relatillos cortos, o cuentos sin moraleja. Mi enhorabuena al mundo editorial.

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