jueves, 10 de abril de 2014

Escribir.

Escribir es desahogarse. Intentar desenvolver la metáfora, sacarnos la polla cerebral y masturbarnos una y otra vez hasta llegar a algo que parezca vivo. El proceso creativo es una trampa en sí mismo. En mi caso cojo un paquete de cervezas -o una botella de vino- y espero a la madrugada. El motivo es simple: no quiero que nadie me moleste, no quiero interrupciones. Busco el desasimiento de la realidad. El teclado cuando fluye es mejor que cualquier droga.

Ya tenemos el escenario. Estamos ahí, en la oscuridad y el silencio. Mi rutina es beber una o dos cervezas. Bukowski es una aberración estadística pero el alcohol funciona. Te libera. Hace que todo varíe su importancia, al menos al principio. Si todos fuéramos visceralmente racionales nadie escribiría poesía. No busco tema. Quiero divertirme, sorprenderme, ser mi propio público. El aplauso es el enemigo. Pero todavía queda por delante media hora de esfuerzo titánico. Siempre hay que esforzarse, somos demasiado perezosos para que las cosas fluyan sin más, nuestro cerebro está atrofiado tras cientos de horas muertas. Hay que conseguir reanimarlo, dejar de tartamudear delante de la página. Hay que lanzarse hacia delante y encontrar la inercia. No hay reglas en este momento. Da igual si transitas lugares comunes. Si hay más pornografía que realidad. Si el texto enferma por tus maniqueísmos. Lo importante es encontrar un estilo propio. La belleza vendrá después. Sigues y sigues hasta agotarte. Hasta que el texto vampiriza todo lo que ofreces. Quizás sea un párrafo, o varías páginas, prosa o poesía, no importa.

Ya lo tienes. Te sientes orgulloso. Pero aún no deberías. Ahora viene la parte de releer y corregir. A mí esta parte me agrada, veo piezas de un puzzle que hay que ordenar. Normalmente me sobran la mitad. Hay que quitar ideas redundantes, adverbios, acortar frases, combinar metáforas. Un estilo recargado. Es la forma que tengo, que cada uno busque la suya propia. Corregir es algo indispensable: la literatura tiene algo de ciencia exacta, hay que saber sus reglas ortográficas. Por mucho que tu vómito de palabras sea honesto, si está mal escrito es una falta de educación hacia el lector, que desconecta del texto y es incapaz de disfrutarlo. Es como si estuvieras echando un polvo y alguien llamase a la puerta. Se arruina. No es una cuestión de elitismo, el lenguaje requiere un respeto. Y no importa si el contexto es Blogger, Twitter o cualquier denostada red social.

Ya tenemos el texto. Lo hemos releído y corregido. Hemos disfrutado del proceso. Lanzamos la botella al mar. Ahora algunos masajean la etiqueta de escritor, buscan cierta reacción asociada a la notoriedad. Bien. Puedo entenderlo. Todos tenemos cierta ansiedad de vocación subdesarrollada en nuestro interior. Para mí escribir se basa más bien en sobrevivir rodeado de horas muertas. Necesitar contar algo, desahogarse. La vida es un asco y sólo queda el suicidio o el arte. Lo demás no me importa.

Y como prueba de ello lo dejo aquí. Me he quedado sin cerveza y me veo obligado a salir de nuevo a la calle y sonreír a los ruiseñores de caos.

Scentless Apprentice by Nirvana on Grooveshark

19 comentarios:

  1. ¡ Oh!!!!!!! Me encanta como lo has explicado. Mucho!

    Besazo.

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    1. Je, je, así me gusta: actualizo y a al minuto ya tengo dos comentarios, lástima que me guste escribir de noche, porque veo que tengo más aceptación a estas horas…
      Que conste que es una simple reflexión en voz alta, no pretendo dar lecciones a nadie.
      Un beso bella ;)

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  2. Si todos fuéramos visceralmente racionales no escribiríamos poesía.
    Me quedo con eso aunque hay mucha poesía muerta que nunca nació de la entraña.

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    1. Hay que hablar de ataúdes y ojos de cerradura, de facturas atrasadas y fotos arrugadas. Hay que desnudarse como la cornisa de un edificio y convertir la boca en un azuelo rojo de carne.
      Y ni siquiera así estamos seguros de conseguirlo.
      ¿El qué?
      El vómito.
      Besos.

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  3. Brillante.
    "La vida es un asco y sólo queda el suicidio o el arte." Hagámonos arte. Moribundos. La última obra será escribir nuestro propio epitafio.

    Muak

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    1. Se derriten las alas cuando el poeta habla y salta. No, no, no hay que pensar en el pasado, te sangrarán las encías y los puntos suspensivos tomarán tu salón y secuestraran al gato que esconde su mirada en el fondo del armario.
      Besos.

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  4. Realmente escribir o intentarlo es como lo cuentas, vuelcas la idea y luego, corregir, corregir y después corregir y aún así cuando lo lees tras un tiempo, volverías a quitar y poner. !qué le vamos a hacer!
    Saludos.

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    1. A veces se trata de pasar el día intentando encajar el corazón en una caja de zapatos de papel, abrir las piernas y observarse los defectos ante el feo ojo de la realidad.
      Besos.

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  5. Y haces bien en escribir bien, Un beso.

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    1. No hay forma segura de traducir el oleaje. Sólo nos queda el cementerio de muñecas y escondernos en el árbol de huesos.
      Besos.

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  6. Sabes realmente qué es el arte?
    Por lo demás el texto es muy guay

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    1. Cuando era una persona de provecho tuve en la universidad varías asignaturas optativas de segundo grado relacionadas con el “significado del arte” o sea que sí, lo sé de sobra. Tiempo perdido, la RAE es más certera en una de sus acepciones, cito de memoria: Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal que interpreta lo real o imaginado”
      Tu comentario también es guay, y a la altura de lo que espero de un anónimo.
      Un saludo.

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  7. Si me tuviera que parar a releerme y corregir no escribiría.
    Pero sí, esa es la diferencia entre escribir bien o mal.

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    1. No todos podemos ser como Dostoievski y dictar sobre la marcha una novela tan maravillosa como “El jugador”, y ya de paso ligarse a la mecanógrafa…xD
      Blogger no es muy exigente con sus acólitos, pero de igual forma creo que la parte de releer y corregir es solo una cuestión de tiempo y disciplina que se puede adquirir una vez que consigues que sea una parte divertida del proceso de escritura. Que conste que a mí muchas veces también me da pereza, y por eso escribo en dos sitios diferentes.
      Besos.

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  8. Mientras te quedes con la cerveza, vamos bien.

    Un beso, escritor

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    1. En algún lugar hay una orgía de poemas. Las puertas del manicomio traducen los diálogos de los muertos.
      Besos.

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