
Y así, siguiendo hasta el
final todos los gestos orquestados, tras una docena de pasos nos volvemos –el
amor es un duelo, los sentimientos las balas-, y nos miramos por última vez,
como un último acorde reverberando en una sala de conciertos ya vacía.
Me despierto sobrecargado.
He vuelto a soñar con Sara. He vuelto a soñar con la sensación que me producía.
Sara, de ciclotímica belleza. El hecho de que quisiera divorciarse -apenas dos
años después de casarse-, porque se había enamorado de un chico al que apenas
conocía da una imagen bastante clara de ella. Por un lado valiente. Pero otro
lado irresponsable, dejándose llevar por sus impulsos sin tener en cuenta los
sentimientos de los demás, como si el hecho de estar enamorada de la idea del
amor le diese patente de corso para hacer cualquier cosa sin consecuencias.
Cuando me dio más detalles
de su pasado entendí el motivo. A fin de cuentas solo somos pequeñas piezas de
un puzzle muy básico. Los niños son muy sensibles con su entorno, notan la frialdad,
el desapego, el rechazo -aunque sea sutil- de sus padres. Ahí se crea el
primer germen de esa ansiedad. La ansiedad por tener una relación con alguien
que consolide tu lugar en el mundo. Necesitas ser amado. Y dan igual tus relaciones
posteriores, si has disfrutado de una adolescencia feliz, si has tenido amigos…
al final caerás una y otra vez en lo mismo. Quizás sea a través del sexo, o de
ideas peregrinas sobre el romanticismo que sólo son posibles en la literatura o
en el cine. Camuflando esa dependencia e inmadurez con una sensible fragilidad
que confunde con su pretendido candor.
Sara se divorció. Intentó
tener una relación con el muchacho en cuestión. Pero sólo hubo rechazo.
Seguramente le asustó tanta pasión, tanta intensidad. Se separaron. Pero ella siguió
obsesionada, como si sus sentimientos hicieran girar el mundo, ¿cómo es posible que él no me corresponda, cómo puede seguir con su vida como si no hubiera sucedido nada?
Pasó casi un año, volvieron a quedar un par de veces, y ella, mi frágil
mariposa, acabó llorando en una acera con las bragas amoratadas.
En ese momento aparecí yo,
una idiotez, porque el final estaba auspiciado con un neón de grandes colores
con la palabra dolor. Quizás con otra
persona hubiera tenido podido disfrutar de más tiempo, pero ella quería el
golpe en el estomago, las mariposas izándola, creía que ahí afuera existía
alguien que conseguiría la transmutación de su alma, que la convertiría en
Audrey Hepburn o Amélie, que la salvaría dentro de una burbuja de amor
perfecto.
Y así seguimos adelante
con el ridículo guión del amor. Tuvimos el escenario. Las palabras. Los gestos.
Incluso tuvimos la despedida dramática en el aeropuerto. Sentimientos de saliva
que se secan demasiado rápido.
Pero, ¿a quién quiero
engañar? Leía hace poco un poema de Bukowski que terminaba así: “Todos mis poemas eran falsos” Y es
cierto, los escritores somos los mayores mentirosos que existen, somos un gran
fraude, sodomizando la idea del amor, del orgasmo imperecedero cuando sabemos
mejor que nadie como es la realidad. Después de Sara vino Laura. Y luego
Montserrat. Y luego Domi. Y luego la siguiente musa que fue mejor que todas las
demás. El dolor de la perdida se olvida fácilmente con cada nueva compañía. El
amor se diluye, se transforma. Sólo el cuchillo al rojo vivo de la soledad
cubre de sentimentalismo las cenizas poéticas de algunas. Solo el tedio
existencial de volver a casa de un trabajo sin sentido, de un atasco sin
sentido, de la mezquindad que te rodea, del fingimiento social. Ver que cada
día es igual que el anterior y que nadie te está esperando para hacerlo
diferente. Eso es lo que hace que busques compañía, aunque solo sea en una
especie de falsa espera despreocupada. Porque deseas lo que no tienes, aunque
conseguirlo lastre tu libertad, tus horarios, tus metas. Sí, el sexo. Claro. Puedes
follar sin tener pareja, de hecho suele ser más divertido, ¿algo más?
Sara abre sus piernas ante
gañanes más hermosos que yo que le sacuden el alma a golpes de cadera. Y ríe,
orgasma. Y luego pierde, sufre. Y todo continúa. Continúa aunque no quieras. Y
todas suspiran mientras alguien bombea encima de ellas, porque de alguna forma
mágica y especial sienten que están llegando a su corazón. O quizás solo sea
esa copa de vino que han tomado de más. Es más fácil pensar eso, entrar en el
juego. El amor: una hoja de otoño atrapada en un libro que nunca volverás a
leer. Olvídame. Olvídame. Olvídame…
Pero después de pensar de
forma tan cabal sobre todas estas cosas, como soy una persona muy incoherente y
representativa de lo peor de la humanidad, saco mi enorme monstruo púrpura y me
masturbo violentamente hasta eyacular sobre las sabanas todo el amor blanco y
ponzoñoso que siento por esa mente de adorable imperfección.
(…)
Llaman a la puerta. Cuando
abro un mensajero me entrega una carta certificada. Firmo el resguardo. Es un
texto muy breve:
“Le informamos que debido a sus múltiples
ausencias en el trabajo y su reiterante incapacidad para desempeñarlo de forma
conveniente nos vemos obligados a prescindir de sus servicios. Naturalmente
consideramos el despido procedente y objetivo por lo cual su finiquito se
reduce a las horas trabajadas este mes. Un cordial saludo.”
Bah, tampoco tiene
importancia. Comer está sobrevalorado. Lo mismo que tener casa. Es una buena
época para ser vagabundo. Escucho como Kirk ronronea en el sofá sin demasiada
convicción. Vuelven a llamar a la puerta. Espero que está vez sean buenas
noticias. Son dos policías.
Policía: ¿Mario Kovacs?
Mario: Sí, soy yo.
Policía: (Me enseñan una
foto antigua de Ana): ¿Conoce usted a esta mujer?
Mario: No, bueno, sí, he
estado con ella un par de días, ¿le ha sucedido algo?
Policía (se miran durante
un segundo): Vístase y acompáñenos a comisaria. Hablaremos allí…
Fin del capítulo 10.
Ehhhh... no vale dejarlo así jajaja
ResponderEliminarMe gustaría hacer un comentario original, pero creo que me repetiré diciendo que me encanta la fluidez de los pensamientos decadentes de Mario...
Próxima entregaaaaa!!!
Besos abisales
Ja, ja. Ahora le toca el turno a la señorita Alicia. Pero a ver si para el fin de semana vemos que le ha sucedido a Alicia ;)
EliminarBesos decadentes.
Yo sí que te voy a aniquilar.
ResponderEliminarMe saca de quicio esto de tener que esperar a que publiques la siguiente entrega de esta novela por fascículos.
Y ya que te han despedido del curro, no veo motivo para que no publiques a diario. Por la comida no te preocupes, mientras yo cocino para ti, tú escribes.
Besossss.
Oh, sí, me encantaría, sobre todo la parte en que cocinas para mí. Hace tanto tiempo que una mujer no lo hace…xD Sería como una versión hogareña de Misery.
EliminarAh, es que se trata de eso, de sacaros un poco de quicio y perdonéis las limitaciones de mi prosa ;)
Besos querida Aniquiladora.
Madre mía, no sé si quiero saber lo que le ha pasado a Ana, pienso lo peor.
ResponderEliminarComo enganchan todos los capítulos!
¿Te cae bien la señorita Ana? Podría hacer una votación entre los pocos que comentáis para decidir que le ha sucedido. Muerte, Desaparición, Heridas graves en el hospital. De todas maneras toca esperar ;)
EliminarBesos querida Noa.
No!!!! Muerte no!! Que yo quiero que se abra al prota y le cuente lo que le ha pasado y él la consuele y no me importaría que acabasen juntos una noche ya ves tú. Jo, me puede el romanticismo...
EliminarGenial, y el final... ¡menudo final de capítulo! Me ha encantado y estoy deseando saber más, me puede la curiosidad, voy a tener que sonsacarte qué estás maquinando :)
ResponderEliminarUn beso! (con sabor a cerveza)
¡Para sonsacarme tendrás que quedar conmigo! xD
EliminarMe alegra que te guste, vienen bien algunos comentarios positivos ;)
Besos decadentes.
Me encanta!! Joder, estoy enganchada.
ResponderEliminarLa policía? Esto promete.
Todos somos pequeñas partes, estamos hechos de todo lo que hemos vivido.
Besos querido escritor.
Ja, ja, ja ¡otra seguidora que ha caído en mis garras! xD
EliminarLa policía, sí, datos nuevos sobre nuestra querida Ana. A pesar de que lleves mucho tiempo leyéndome no voy a dejar que me sonsaques nada ;)
Besos querida musa.
Maravillosa la escena , es la pintura de la vida cotidiana de un Gran escritor,felicitsciones
ResponderEliminarGracias por tu comentario ;)
EliminarPues que no sea por comentarios... (y así salgo de mi furtivez lectora). He llegado a este blog dando saltitos desde otros. Leí alguna entrada hace unos meses y el otro día me topé con esta serie que me tiene, como a otros comentaristas, enganchada. Única precaución: poner la pantallita pequeña para que no sea demasiado evidente en el trabajo.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu prosa.
Ah, el misterio de encontrar un blog. Yo apenas dejo comentarios en otros blogs, o sea que realmente no sé como la gente consigue llegar a esta isla perdida ;)
EliminarGracias por salir un poco del anonimato. Es una reacción extraña la que está teniendo la novela, por un lado tengo más visitas que nunca, 450 diarias, y apenas comentarios…xD Reconozco que me gusta tener tantos voyeurs, pero también me agradaría que la señorita Alicia tuviera más comentarios. Qui lo sa.
Me gusta que me leas en el trabajo, creo que es el lugar más adecuado para hacerlo…xD
Un beso. Y bonito nombre por cierto.
Me has abofeteado, que lo sepas, y no me gusta.
ResponderEliminarEsto cada vez toma mejor forma... menuda intriga.
Besos...
Pero ha sido como la escena de Gilda, una bofetada llena de pasión y romanticismo pretérito…xD
EliminarBesos.
Hola, vengo a decirte que a veces no se puede comentar en tu blog, no si si es la red, el ordenador o qué.
ResponderEliminarBueno, felicidades por tu inspiración y por tu novela, no la he podido leer entera. Besos.
No sé, quizás fuera un problema puntual. Si vuelve a sucederte mándame el comentario al mail y yo lo publico.
EliminarBesos.
Cada vez le saco mas el gustillo a tu estilo Rorschach, me quedo atrapada, y en esto último te has superado. He estado siguiendo en silencio todos los capítulos, son fantásticos y los de Alicia también, geniales.
ResponderEliminarOs complementáis bien, enhorabuena a los dos.
Besos infinitos.
Gracias por tus palabras. Me alegra que estés teniendo la paciencia de leerte todos los capítulos.
EliminarSí, es cierto, a ver si conseguimos que todo cuadre al final.
Besos.
Pasito a pasito sigo las miguitas... voy picoteándolas poco a poco, con pausa; saboreando cada palabra...
ResponderEliminarQué bien escribes bribón XD.
Kirk me fascina.
Después de todo eres un insatisfecho en busca de algo. ¿Qué?
... y ahora la intriga de Ana. Bien, bien.