martes, 30 de enero de 2018

Marguerite Duras – El amante

“El amante” de Marguerite Duras es un clásico de la literatura francesa que recibió en 1984 el prestigioso premio Goncourt y fue llevada al cine por el director Jean-Jacques Annaud en 1991. Es una novela con base autobiográfica donde la autora rememora su iniciación al deseo, al amor y al odio, tres sentimientos potentes que recorren la obra desde el principio hasta el final. La historia transcurre en Indochina cuando era colonia francesa a principios del siglo XX. La protagonista y a la vez autora es una adolescente de quince años de familia francesa, aunque nacida en Indochina, que comienza una extraña relación con un rico comerciante chino de veintiséis años.

Sin embargo esta relación no es el único hilo temático pues tiene mucho peso en la historia la relación tormentosa entre la joven y su familia formada por su madre a veces enferma, a veces medio loca, su hermano mayor violento y cruel y su hermano pequeño débil y temeroso. Ella pasa con relativa facilidad del amor al odio hacia los miembros de su familia y pronto, muy pronto, se percata de la necesidad de huir de su familia y de la extrema pobreza en la que viven.

El estilo narrativo de la obra está caracterizado por su ritmo entrecortado gracias al empleo de párrafos cortos, elaborados a su vez con frases concisas y breves, lo que va en perfecta concordancia con la naturaleza de los recuerdos y del pensamiento  que va y viene desordenadamente, deshilvanado, en una especie de vaivén continuo que proporciona agilidad a la lectura, pero también puede resultar extraño para el lector novel.

La historia gana mucho con su adaptación cinematográfica. El arte visual es esplendoroso: la visión pictórica del río Mekong, el bullicioso mercado vietnamita… incluso las escenas eróticas son valientes, directas y elegantes. Es curioso cómo utiliza planos directos en las escenas íntimas, y la distancia y objetividad en escenas paisajísticas o familiares. La película, dejando aparte la adaptación, tiene interés por sí misma, convirtiéndose en una extraña mezcla entre "Lolita" y "El imperio de los sentidos”. El final es predecible, pero te ata a esa melancolía de lo real, de lo erótico, de un amor que solo te permites reconocer al perderlo.


2 comentarios:

  1. Ambos me marcaron, el libro y la película.

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    1. Yo no soy demasiado afín a este tipo de películas, quizás alguna comedia romántica de vez en cuando y en compañía. Prejuicios. Pero reconozco que está me ha sorprendido gratamente. Además es uno de esos raros ejemplos en los cuales la película es mejor que el libro –en mi opinión-, aunque aquí hay trampa dado que la autora estuvo muy inmersa en la producción de la película, y el director es uno de los mejores. Con todo lo mejor está en los matices, en los pequeños detalles, en ese final con Chopin… incluso me atrevería a decir que las escenas eróticas son lo menos importante, la película tiene una belleza superlativa.
      Un abrazo.

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