Vernon
Subutex es un ex vendedor de discos que con la crisis de la industria de la
música tuvo que cerrar la tienda, al que lo único que lo salva de la indigencia
es la ayuda de un viejo amigo, Alex Bleach, un cantante de rock que ha
conseguido cierto éxito y que le paga siempre el alquiler. Pero cuando Alex
aparece muerto en la bañera de un hotel los funcionarios del Estado no tardan en
aparecer en su casa y desahuciarle. A Vernon solo le da tiempo de coger una
bolsa con algunas de sus pertenencias y unas cintas de video que Alex había
grabado unos meses antes en su casa, lo que las convierte en una especie de
testamento digital que Vernon, acostumbrado a las excentricidades de su amigo,
ni siquiera ha visto. Así empieza la odisea de nuestro anti-héroe cincuentón. Y
con la excusa de su periplo recorriendo París buscando un lugar donde dormir
Despentes va tejiendo una novela coral en la que cada capítulo nos muestra en
primera persona la personalidad y pensamientos de un nuevo personaje.
Y
lo cierto es que lo hace de un modo extraordinario. Mediante este recurso vemos
lo que los personajes piensan los unos de los otros, cómo se contradicen,
comprobamos que lo que sentimos hacia los demás casi nunca es bidireccional y
que la imagen que tenemos de nosotros mismos no suele coincidir con la que el
mundo ha dado por válida. Así conoceremos a un guionista de derechas, una
actriz porno retirada que busca la forma de seguir teniendo ingresos, un
transexual, una adolescente musulmana que descubre que es hija de una actriz
porno, un maltratador, un productor neurótico, una periodista que quiere escribir
el libro de su vida y Sylvie, la bipolar exnovia de Alex Bleach. Vernon irá de casa en casa y de vida en vida
mientras recuerda otros tiempos, reflexiona sobre Alex y su vida.
La
novela tiene un ritmo intenso, acelerado, de canción punk, con golpes de efecto
que, sin ser demasiado exigente, te arrastra a lo largo de sus más de
trescientas páginas sin dificultad: la trama encaja sus piezas a la perfecto y
el “misterio” de las cintas de Alex Bleach te persigue y persigue a un Vernon
ignorante de que tiene a media ciudad tras sus pasos durante toda la novela. En
resumen: una sorpresa inesperada, una novela satírica, exagerada y absurda,
pero a la vez muy realista y politizada. A Despentes se le nota la conciencia
de clase y ese postfeminismo de izquierdas, no excluyente y pro-sex, que también sabe
defender en su muy recomendable ensayo: “Teoría King Kong”.
Virginie Despentes - Vernon Subutex 2
En esta segunda
parte Despentes desviste a sus personajes de los clichés que simplificaban
demasiado sus personalidades en la primera parte, el estereotipo va perdiendo
fuerza frente a sentimientos mundanos y la comedia humana. Además enseguida
descubrimos el contenido de las famosas cintas, leitmotiv de la primera novela,
para certificar que esa trama solo era una excusa –muy bien hilvanada que
conste- para reunir a los personajes y a través de ellos y sus reflexiones
mostrar la cara más despiadada de Francia –aunque podría ser cualquier país
europeo: la de los contratos precarios, la inmigración, los fundamentalismos religiosos, la socialdemocracia que
ya no es democracia y mucho menos social y, por supuesto, la del machismo más
visceral. Despentes me sigue sorprendiendo con una conciencia de clase que politiza
muchísimo más la novela y la lleva un paso más allá del simple divertimento
lector. Recomendable sin duda.
“Ahora, todo está dispuesto para que los que no tienen
nada se dediquen a querer matar a los que tienen todavía menos, animados por
las élites, que están encantadas. Vamos, pobres idiotas, mataos entre
vosotros.”
“Esos idiotas ultranacionalistas, casi todos incapaces
de escribir tres líneas en un comentario de Internet sin hacer cuarenta faltas
de ortografía. Si amas tu país, aprendes su lengua, o al menos no das la nota.”
“Dejad de contaros cuentos. Este mundo está jodido. El
que hemos conocido. Todo eso de lo que habláis ya se ha acabado. Los
subnormales que campan a sus anchas exigiendo la vuelta a las misas en latín,
la lapidación de las putas y el restablecimiento del servicio militar… todo eso
se acabó. Se aferran a un mundo que ha desaparecido. Dejad de decir que ayer
era mejor, y que mañana será peor. Estamos en el intervalo. Hay que aprovechar.
Mañana habrá que rehacerlo todo.”
Solo
conocía a Despentes por su excelente ensayo feminista: “Teoría King Kong”, por
eso cuando empecé a leer la primera ni siquiera sabía que formaba
parte de una trilogía. Por suerte el tercero saldrá traducido en enero del
2018, no habrá que esperar demasiado para terminar de disfrutarla. Si le
queréis dar una oportunidad a esta autora y tenéis eReader pinchad en el
enlace: https://www.epublibre.org/autor/index/800
Virginie Despentes (Nancy, Francia,
1969) es novelista y directora de cine. Transgresora y provocadora, su mirada
punzante sobre nuestra sociedad nunca está exenta de un toque de ironía. A los
diecisiete años dejó el instituto y se marchó a vivir a Lyon, donde encontró
empleo en una tienda de discos, colaboró en revistas musicales, cantó en un
grupo de rap y trabajó en un peep-show. La popularidad le llegó con su primera
novela, Fóllame (Reservoir Books, 1998), que fue llevada a la gran pantalla.
Desde entonces ha publicado Perras sabias (Anagrama, 1998), Lo bueno de verdad
(Anagrama, 2001, galardonada con el Prix de Flore y llevada al cine por el
renombrado director Gilles Paquet-Brenner), Teen Spirit (2002), Bye-Bye Blondie
(Pol·len, 2004) y Apocalypse bébé (2010, galardonada con el prestigioso Prix
Renaudot). En 2006 publicó su ensayo autobiográfico Teoría King Kong (Melusina,
2007), donde se postula como una de las defensoras del posfeminismo. Con la
trilogía Vernon Subutex, Despentes se reafirma como una voz imprescindible de
las letras francesas.
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