viernes, 12 de agosto de 2011

La vecina

Dejando aparte la opción de la castración química siempre me llena de esperanza y tranquilidad mi vecina ¿nunca os he hablado de ella? Pues veréis, siempre he vivido solo, la típica renta antigua de dos pisos en la misma planta En uno yo, con mi madre soltera siempre trabajando, y en la otra la casa de mi abuela.

El caso que ella, que no sé ni como se llama siempre ha estado omnisciente, apoyada en el quicio de la ventana, mirando hacía los lados con pesadumbre, ya sea en batín, camisón o como sea. Su marido es un tipo que se pasea en verano sin camisa con un principio sin final de tisis que le obliga a toser de forma estentórea cada media hora.

Lleva así que recuerde desde que volví de Barcelona, unos cuatro años. Viven solos, a veces reciben las visitas de alguno de sus hijos. Siempre ha sido una infeliz, sale a la ventana más que por mirar fuera para no mirar adentro. También tiene la manía de sacudir manteles, escobas o cualquier cosa por la ventana. Este último año he puesto la mesa del ordenador orientada a la ventana, básicamente la tengo siempre delante cuando escribo, como el pájaro azul de Bukowski.


Realmente es una desgraciada, siempre lo ha sido, cuando criaba a sus hijos también se le veía un rictus contraído, ahora hasta su voz se ha transformado en un graznido que daña, altisonante, amargado y rancio. Toda una vida así, asomada a la ventana, sin cambiar nada. La gente infeliz se vuelve fea, no lo digo en plan superficial, es que sucede, su cara se llena de arrugas prematuras, su pelo pierde color, su ropa deja de estar ceñida. Es una transformación lenta. Ahora mismo me mira sin verme, con la mano en la mejilla, en camisón, con el pelo descompuesto y mal teñido. Mira hacía un lado, murmura. Le quedan todavía diez años, a su marido menos claro, con esa horrible tos. Una vida entera así, mirando por la ventana, esperando ¿el qué? ¿La felicidad? ¿Un cambio?

Es un barrio extraño, ningún comercio abierto, sólo un local de alterne al final de la calle, un barrio de gente hacinada y triste que espera la muerte. La tasa de suicidio es demasiado baja.

Ayer escuche llorar a una mujer. La pelota a veces rebota en vuestro tejado.

Piano Sketches No. 8 Unutterable Anguish by Vaclav Macha on Grooveshark

8 comentarios:

  1. algunos tendrán alguien al lado ...eso no siempre es un pareja

    quizás tu vecina encierre una historia más interesante de lo que se ve

    uno puede ver el universo desde algunas ventanas

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  2. Hola,
    Maravillosa referencia al Pájaro azul;
    un gusto leerlo.

    Un saludo

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  3. Esto tiene pinta de tórrido romance veraniego. Anímate, tío!
    (Me gusta el material del Bukowski crepuscular. Al final va a ser cierto que la agonía nos vuelve sabios y tal)

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  4. La realidad es cruda como un bistec sin cocinar, lleno de sangre y con su fuerte olor. Respecto a tu vecina solo diré que hay gente muerta en vida y a veces cuando voy por la calle, me parece que tropiezo con ríos cadáveres... Triste pero cierto, o quizás no tan triste... Un saludo y buen post ;)

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  5. Joaquín Doldan: Sí, a veces es mejor solo que en compañía. Mi vecina, al menos por el seguimiento mutuo que nos hemos hecho el último año, no guarda secretos debajo de su camisón raído. Que poetico, no sé decirte, las hermanas Brontë escribieron cosas insólitas para su aislamiento, pero me temo que no todo el mundo tiene ese talento. Hay vidas que simplemente se desperdician.
    Un saludo.

    Sara: Gracias!

    Advenedizo: Creo que la agonía atrae la condescendencia…xD Hay que volver a los coños y a las putas, al menos es más divertido. Gracias por pasarte por aquí.

    La que canta con lobos: Gracias! Si, riadas de cadáveres, o de gente sin humor, que a veces es peor. Un saludo guapa.

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  6. La tasa de suicidio es demasiado baja en todas partes. Qué genial tu barrio, perfecto para animar a alguien, eh?

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  7. Otro día hablaré de las particularidades de los vecinos de mi bloque...saludos de mi vecina omnisciente!

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  8. Ufff ha sido leerte y una tremenda pregunta se ha formado en mi cabeza. ¿Cómo deben verme mis vecinos? Tampoco es que me importe mucho en el fondo, pero me has hecho pensar en algo que nunca me había planteado...
    Grande Leos Janácek!

    Besos.

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