jueves, 3 de julio de 2014

Atrevámonos a amar el color del tiempo en un muro abandonado.

Todo tiene más sentido mientras nos violamos salvajemente uno encima del otro. Dejemos que los versos salten por la ventana y se suiciden. Hay mejores formas de jurar amor. Lo importante son los fuegos artificiales que provoca mi lengua en tu coño. Tu dedo entre interiores mientras la asfixia que te provoca mi polla retumba en arcada romántica. Sé que estamos llenos de vicio y olvido. Pero no reserves tu culo de virgen vestal. Ahora el mundo se reduce a un nosotros. A tu carne llamándome a gritos, cosificando toda tu rabia, tu amor, tus gemidos de infierno y risa.

Te sodomizo lentamente y disfruto con el dolor de tu entrega. Habías imaginado una experiencia tan terrible que cuando deja de doler el placer te sorprende y la sensación adictiva te hace querer más. Te putifico. Lleno todos tus agujeros. Ahora poseemos la verdad de tu alma de piel de pájaro y mi cuerpo de viento roto. Eres una vulgar golfa que tiene en el fondo de su coño una imagen de París donde siempre nieva. Eres un rostro con madejas de paraíso perdido y polvo de estrella primigenio. Eres una tormenta de niña desdichada que todavía está decidiendo cual es la liturgia adecuada para vencer su indolencia frente a la página en blanco.

Pero te insisto: sólo tiene sentido escribir cuando tienes una necesidad real de vomitar el aullido poético que te agarrota. Es un juego fútil, un naufragio, la obsesión onanista por impedir que cicatrice la herida existencial. Pero al representar tu angustia y tu náusea consigues que sobreviva tu singularidad un poco más. Puede parecer que refugiarse en la creación, el arte, es poco consuelo para los que sufren como tú ese nihilismo atroz que les impulsa a pensar demasiado, a no caer en las trampas habituales de la religión y la ameba. Podrías sentirte tentada de arrojarte al abismo con ese ímpetu antisocial adolescente -anhelo erróneamente romántico-, de dejar un bonito cadáver. Pero te aviso que luego el tiempo, que nunca tiene compasión, se encargaría de convertir esa trascendencia en ridícula impostura.

Suena un trueno. Puede que llueva. Llevo tres cervezas y mi mente pierde brillo. Te decía que para escribir no necesitas el dolor. Ni preocuparte por el alquiler. Ni tener un trabajo alienante. Ni quedarte ciega delante del monitor. No hace falta que repases obsesivamente todo lo que escribes porque al final sólo conseguirás emborronar tu estilo y estropear la magia. Tampoco es necesario arder ni hacer el boca a boca a la guadaña. Lo que puede ayudarte es escuchar las explosiones que ensucian tus sabanas, llenarte los ojos de esperma y ebriedad azul. Dejar que Rimbaud te ayude a reírte de los viejos amores mentirosos. Escuchar con disimulo el aplauso del público, siempre necio pero indispensable. Sufrir el síndrome de Stendhal sin caer en excentricidades pseudointelectuales. Pero al final, lo más importante, lo único que necesitas, es sentir algo real y tener la valentía de compartirlo.

Hazme caso, sé de lo que hablo: todos mis poemas eran falsos.

miércoles, 2 de julio de 2014

Ser esclavos modernos que se dejan llevar por la danza macabra de la alienación...

Bukowski es famoso a nivel internacional por ser un gran poeta, pero aquí, producto de una consciente chapuza, solo conocemos su faceta de novelista. En uno de sus poemas decía: “Esta noche no he podido ir a trabajar, porque no podía dejar de vivir”

La felicidad, ese misterio efímero, fugaz, intangible. Esa zanahoria que nos vende entre neones de centro comercial el capitalismo. Pero no, no busques con una tarjeta de crédito algo que sólo existe en la libertad. Pero, ¿quién es libre ahora? Por definición nadie puede serlo en el capitalismo: necesitamos cada vez más dinero para sobrevivir, para ser independientes. Y para conseguir el dinero nos esclavizamos, malvendemos nuestro tiempo obsesionados con sufragar la siguiente compra compulsiva y lograr, como un drogadicto, ese pequeño subidón de adrenalina que apague momentáneamente nuestro vacío existencial. Queremos más y más, en una neurosis sin final, sin darnos cuenta que son esos mismos objetos que nos empeñamos en poseer los que nos poseen a nosotros

Podríamos cambiar las cosas, acortar las jornadas laborales a seis horas aunque eso significase bajar los sueldos, permitir a las maquinas automatizar los trabajos de cadena de montaje, mejorar las condiciones laborales, alentar la vocación, la proactividad. Pero no, no quieren eso. Nos quieren cansados. Alienados. Con miedo. Resignados. Indefensos ante el alud de publicidad que nos rodea, ante el ansia consumista, las modas y los deportes. Indefensos ante la transmutación en tuerca. Con un futuro de suicida o psicópata. Nos han vendido la idea de que la liberación de la mujer consistía en trabajar, que el trabajo dignifica, y quizás sea así en una sociedad justa y equitativa, pero en un país gobernado por miserables, donde el terrorismo neoliberal mata a sus ciudadanos privatizando la sanidad, la educación, los transportes,el país entero... con reformas fiscales y laborales diseñadas por y para los ricos, el trabajo –que ya por definición roba nuestra libertad- es, simple y llanamente, el MAL.

Por eso, cuando os vendan las cifras de paro de junio, pensar si lo que queréis es vivir en un país donde sus ciudadanos a lo máximo que pueden aspirar es a servir mesas y dar las gracias por la propina en alemán, que para eso se les ha exigido aprender idiomas. Donde hay que elegir entre ser esclavos modernos que se dejan llevar por la danza macabra de la alienación, o buscar comida en los contenedores.

Beat and the Pulse by Austra on Grooveshark

miércoles, 25 de junio de 2014

Una única muerte es una tragedia. Un millón de muertes es una estadística.

Uno de cada cuatro niños en España pasa hambre. Un informe de Unicef asegura que en España 2,3 millones de niños viven bajo el umbral de la pobreza. Sólo se destina el 1,4% del PIB a políticas de protección social mientras la media de los 28 países de la UE es del 2,2%; somos el segundo país por detrás de Grecia, que peor lucha contra la pobreza infantil. Entre las causas: que el número de hogares con niños con todos los adultos desempleados se ha triplicado desde 2007 y ya se acerca al millón. Existe la propuesta de que haya una ayuda universal por hijo de 1.200€ anuales, como tienen en muchos países europeos, pero el PP niega el problema. Incluso rechaza abrir los comedores de los colegios en verano porque: “no quiere dar una mala imagen de España” Se quitan el problema de encima, como si sólo fuera responsabilidad de las ONG procurar con sus bancos de alimentos que nadie pase hambre.

Con el aforamiento de don Juan Carlos si hay prisa, incluso la necesidad de una enmienda que permita la retroactividad de este procedimiento, de tal forma que si hay demandas de paternidad u otros procesos en los tribunales antes de que se haga efectivo el aforamiento se tendrán que suspender para remitirlas inmediatamente a la sala competente del Supremo, que ya sabemos cómo funciona. La típica Monarquía medieval, repugnante, que retrata al PSOE en su tibieza vocacional de la abstención.

Ayer también nos enteramos que Cañete (PP) Valenciano (PSOE) y Meyer (IU) tienen fondos de pensiones en Sicav (Sociedades de Inversión de Capital Variable), una de las formas de evadir impuestos para las grandes fortunas –entre otras cosas porque necesitas un capital mínimo de 2,4 millones de euros. Así son los representantes de los grandes partidos, los cabeza de lista en las últimas elecciones europeas, el PPSOE son la misma mierda, casta, burócratas sin la mínima vocación patriótica por intentar levantar el país. Solo quieren dinero, un plan de pensiones privado y poder meterse en algún consejo de administración privado en pago por los “pequeños” favorcitos que han forzado desde el Congreso.

Otros temas: Gallardón confirma la privatización del Registro Civil; también quiere aprobar la ley del aborto este viernes fruto de los acuerdos con los estamentos religiosos más reaccionarios. Todo esto en un país aconfesional. El Tribunal de Cuentas, organismo encargado de fiscalizar a los partidos políticos y a los organismos públicos, alberga en su plantilla de poco más de 700 trabajadores, a casi un centenar de familiares de altos y ex altos cargos de la institución y de sus principales representantes sindicales, en especial de UGT. Esto supone que aproximadamente el 14% de la plantilla tiene vínculos familiares dentro de la institución, y cerca del 10% tienen vinculaciones con altos y medios cargos.

Y para el final dejamos la reforma fiscal, sube al 21% el IVA de los equipos médicos, el instrumental sanitario y los productos farmacéuticos, ya no hay desgravación por el alquiler de una vivienda, se incentivan los planes de pensiones privados y por último la indemnización por despido tributa a partir de 2.000 euros por año trabajado, lo que quiere decir que además de perder el trabajo parte de tu finiquito irá a los bolsillos de nuestro querido ministro de hacienda. Da igual la lectura que hagas de fondo, al final es un simple parche político de cara a las elecciones del año que viene. Después, como ya hizo Rajoy en el 2012, vendrán las subidas de impuestos y el definitivo recorte social que exige Bruselas.

El país está en manos de unos, por usar palabras elegantes, sinvergüenzas sin escrúpulos. Todo lo que he contado son solo noticias de ayer, cada día suceden cosas, nos han vendido la idea de que la democracia sólo es ir a votar cada cuatro años y luego volver al fútbol, al bar, a la red social, y hacer chascarrillos sobre la torpeza de unos y otros. No es así. Despierta. La política afecta a toda tu vida, a la vida de tus padres, de tus hijos, lo es todo: subsidios, sanidad, educación, el precio de la comida, la posibilidad de abortar con libertad, o de tener derechos laborales para no convertirte en un esclavo moderno. La única manera de parar la desmantelación del estado del bienestar es alentar tu pensamiento crítico, leer medios independientes, periódicos digitales y no dejar que te ninguneen con demagogia y mentiras. Creer en la política y entender la importancia de votar. Para mí la elección está clara: Podemos, el único partido que parece entender que estamos en una dictadura de facto y que la forma de volver a la democracia es con cambios radicales de discurso, con hechos, con politólogos que no busquen un sueldo sino trabajar para los ciudadanos. El quietismo no soluciona nada.

Leí hace poco un artículo sobre la teoría de la no-acción social, refiriéndose a que el pensamiento racional bloquea la empatía, de tal forma que hablar de millones de niños pasando hambre no nos afecta tanto como el hecho de ver a un solo niño pidiendo dinero para curar su enfermedad. El resumen sería la famosa frase de Stalin: "Una única muerte es una tragedia. Un millón de muertes es una estadística". Por eso te pido que mires a tu alrededor con atención, busca esas caras. Y ahora hazte la siguiente pregunta: “¿quiero cambiar algo?”

sábado, 21 de junio de 2014

Las puertas del zoo están abiertas y parece que nadie quiere escapar.

Es mejor escribir de noche. Sin luz. Sin obligaciones o interrupciones. Con una botella de vino y unas cervezas. La soledad también ayuda. Pero, ¿de qué sirve filosofar tanto, mancharnos los dedos de tinta y dioptrías, si luego la necesidad de dinero aúlla, nos esclaviza señalando la nevera vacía, las facturas por pagar?

Pero a pesar de ello me infantilizo, me dejo arropar por la musa de ojos salvajes, obvio mis preocupaciones y empiezo a escribir. Sin más intención que el borrón y la cuenta atrás. Podría pudrir un relato sobre esa chica solitaria del autobús a la que nunca me atrevo a abordar. Romper la rutina. Hablar. Flirtear. Después de cenar y pasear insulsamente por Gran Vía culminar todo en un breve polvo en su portal. Pero no quiero aburrir con tantos lugares comunes, prefiero seguir imaginándola como una amante del bondage que mira al infinito pensando en el sabor de su último sumiso y que no quiere -ni necesita- salvar a nadie.

Las mujeres y sus coños. Necesito sacar la bestia púrpura de su escondite y jugar con ella. Masturbarme hasta la extenuación. Hasta que las agujetas sangren mis sinapsis. Hasta más allá de la explosión blanca. Hasta que lo sórdido me haga aborrecer los cuerpos, los flujos, las palabras, las imágenes y sólo quede un pequeño terror sordo detrás de la nuca que ahuyente todos los puntos suspensivos que esperan su turno detrás del reloj.

A fin de cuentas el amor es correrse demasiadas veces con el mismo idiota. Besar tus rodillas después de. Tener tanto miedo al fracaso que decides enlodarte en él como si fuera tu único hogar. Bukowski siempre tenía razón a pesar de estar equivocado: emborracharse, follar mucho, perder algo romántico e irreal cada viernes por la noche y luego exhibir la tontería supurante que nace de la insatisfacción emocional –y existencial- como si fuera un neón atrayente ansioso de público. Sois más listas que todo eso. Por eso deberíais de leerme desnudas. Gemir alto y sucio. Amar con exceso y olvidar con prontitud.

Por desgracia todavía hay luz, mis obligaciones laborales me reclaman. Luego, de madrugada, con tres, cuatro, o quizás veinte cervezas en el estómago, sin más paliativo que mi mente nublada, podré por fin descansar y decir algo coherente sobre cualquier cosa importante que necesitemos destrozar antes de que el mundo nos agote del todo.

Tango suicida by Extremoduro on Grooveshark