El insomnio es una herida profunda que empapa el mundo
Que transforma la madrugada en un cinturón de castidad oxidado
En el silencio de la noche el doppelgänger se acerca de puntillas y llama la a puerta
Tiene vocación de sepulturero y un tenue olor a peonías
Quiere mudar mi piel, dejarme atrás, ocupar mis huecos
Resisto y no le permito entrar, entierro mi mente entre las sábanas
Espero a que las agujas del reloj funcionen de nuevo y amanezca por fin
No me atrevo a perder mi masoquista lucidez, mis recuerdos, el dolor
¿Quién sería sin todo ello?
¿Qué sería sin todo ello?
***
El amor es una epidemia sin respuestas
El dulce arrullo de un accidente inevitable
Una bella blasfemia en el altar insomne de mi pecho
Tu cuerpo era un poema con vocación a violín mojado, un bello invierno emocional
Acariciarte era como besar los pétalos de un relámpago
Tan bella como millones de biblias ardiendo bajo un perfecto sol azul
Me has convertido en una cárcel de recuerdos
En una vida manchada de frío y soledad
Te imagino ofreciendo a otro tus caricias homicidas
Llorando con una sonrisa el fin de nosotros
Mientras quemas todas mis cartas
Mientras quemas todas mis cartas
Olvidándome
Yo no quiero ser capaz de hacerlo
Por eso no puedo dormir
Ni caminar fuera de nosotros
Ni escribir un poema que no santifique tu nombre
Ni dejar de echarte de menos cada segundo de mi inexistencia
Por eso estoy aquí otra noche más
Ni escribir un poema que no santifique tu nombre
Ni dejar de echarte de menos cada segundo de mi inexistencia
Por eso estoy aquí otra noche más
Dedicándote estas palabras
Acariciando muy bajito tu recuerdo
Intentando resistir el destierro
Al que tu orgullo nos ha condenado.
Al que tu orgullo nos ha condenado.
Empatizo con los ojos de la rata esquizofrenica de mi barrio
ResponderEliminarSus colmillos afilados horadan la carne de la viuda ninfomana
Estoy desnudo sobre sábanas gastadas
Espero el wasap de mi querida novia
Si... llegan a mis oídos voces y risas del vecindario
Mi polla muerta no dice esta boca es mía
Llevo bebiendo desde las 10 de la mañana
La guarida del puto diablo me fía las jarras
Creo que el suicidio hoy es cosa de hombres
Me mandara un wasap?
El suicidio no es para una señorita como yo esta noche
El suicidio no es una opción para una señorita como yo esta noche
Señoritas más elegantes se cortaron las venas en noches como este puto 23 de noviembre
Ah, el pútrido realismo sucio vuelve a la carga. Sí, el maldito 23 de noviembre, se acerca el fin de año, se acercan las fiestas, el frío, las luces de Navidad en las tiendas, el consumismo visceral, las aglomeraciones. Un año que cada vez pasa más rápido, de forma más grosera y chabacana, ¿nos deja algo de valor? Parece que no. El suicidio siempre es una idea tentadora, como un neón enmarcando la salida de emergencia en un edificio en llamas. Es un consuelo mantener algo de control en la entropía decadente que nos rodea. Yo ni siquiera tengo la esquiva hormonal del mensaje de alguna mujer que, sin explicación aparente, quiere perder el tiempo junto a mí. Beber. Beber. Beber. Quizás necesite ese atajo esta noche, llevo ya semana y media sin conseguir dormir bien, sueños extraños, anhelos confusos, nostalgias masoquistas. Quizás deba comprar algo de vino y beber de madrugada, trasegar con el teclado durante unas horas, ver qué sucede, ver dónde me lleva la escritura automática. Apagar el móvil para no llamar a nadie. Consumar la venganza de los malditos. Y acudir, como antaño, el sábado al trabajo con una enorme resaca. Suena bien, apetecible, con esa inmadurez prospectiva del que está atrapado en una vida sin sentido. Si lo hago brindaré por ti, y por todas esas señoritas elegantes que decidieron cortarse las venas un 23 de noviembre.
EliminarEn el mar de la duda reincidente
ResponderEliminarUna rana de agua dulce naufraga sin barco...
El insomnio nace de agitar aguas
Y seguir corrientes
Pero nada es importante si todo desemboca en el mismo lugar
Así que relajaos
Dormid en el cuento que os contáis una y otra vez
Olvidaos de vosotros mismos
Contaos un chiste malo y sonreíd
No os toméis más en serio que al humo de un cigarro
Sois igual de densos
Y el viento os dirige de la misma forma
Y hacia el mismo lugar
Pero disfrutad
Todavía no estáis muertos
Y es posible que podáis la siguiente esquina doblar...
El amor es la tragedia que atropella
Que matándote la vida da
Para quitártela de nuevo...
No lloréis en el ocaso del olvido
Reíd este momento sin fin
Cual camaleón que muta mareado
Bajo el ritmo de la tormenta...
Qué gratas colaboraciones recibo desde el anonimato de madrugada. ¿Qué es mejor, el simbolismo, el realismo sucio, o mi cursi perorata sobre la nostalgia y el amor perdido? Todo al mismo nivel, todo son letras unidas por juntapalabras que quieren… ¿qué queremos? ¿Huir? ¿Qué alguien bese nuestra cicatriz? ¿Salir del sopor de una soledad alienante? Ah, pequeñas cuestiones que se pierden con la luz de un día nuevo y sus vulgares obligaciones del subsistir. Yo creo que queremos un poco de épica, esa es una buena definición de poesía, endulzar con la palabra lo que, de otro modo, sería una vida anodina, ordinaria, incluso grosera, ¿me equivoco? Seguramente, cada cual con sus razones personales.
EliminarEl amor es un allanamiento de identidad, una impudorosa aceptación, una alegre emancipación de todas las etiquetas. Recuerda que el anonimato marchita todas las posibilidades. Enséñame tus heridas, bailemos dentro de ellas, hagamos alguna locura; ¿cuál es el nombre de la rosa?
Un abrazo.