jueves, 17 de septiembre de 2015

Un grito, el sonido obsceno de la sangre, su polla yaciendo sin vida en mi boca.

Mis venas son una menstruación dormida con poco respeto por el fuego de los vencedores
Soy el lugar del fracaso, para encender la luz he de golpearla una y otra vez hasta que al final la oscuridad lo ilumina todo
No he dormido bien, sueños extraños, como un mar de niebla que escupe a los indecisos
Las arañas me observan desde sus corazones sucios
Mi camisón arde, como si hubieran arrojado flores y piedras
Recojo la soga de mi pelo y me levanto de la cama
Debajo de la ducha las grietas gritan
Mi coño supura ceguera, apatía y desolación
Dejo huellas de sed en el suelo y vuelvo a llamarle, soy una coleccionista de maltratos sentimentales

Viene, me lanza contra la cama, me muerde con violencia
Sobrecogida me refugio en esa herida con forma de sonrisa que tiñe de rojo mi piel
Necesito esa brusquedad, necesito el dolor
Que silbe a través de mis huesos y humedezca mis cenizas con su ponzoña blanca

Su polla penetra los lugares donde fracasan los sentidos, nos unimos en un incendio blanco
Y sin que se dé cuenta, junto los pies y me hago cadáver
Pero termina demasiado pronto
El exantema devora mis ojos, el gimnasta del olvido se viste y vuelve a su hogar de pulgares y rutinas
Se va dejando nieve negra
Estramonio
Silencio

Se escucha un golpe. Un grito. Otro. Mis vecinos empiezan a insultarse
Bueno
De acuerdo
Quizás silencio no.

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