Y aquí estoy, frente al
teclado, intentado actualizar un blog moribundo, emulando a ese mesías de
pacotilla que caminaba sobre las aguas mientras pienso en Virginia Wolf y
Ophelia, esperando el fusilamiento con los ojos cerrados, como Lorca, como
tantos otros, ratas, enjambres, que vomitaban su amor a la literatura frente al
paredón o la hoguera. Pero no hay resultado, y resentido utilizo mis venas como
látigos de violín para marcar las semanas de encierro en las paredes de unas
entradas que mancillan su recuerdo, su pasión, su necesidad de palabras. Puto
decadente.
Al caso. Cuando salí del
trabajo aquella mujer me estaba esperando, era emocionante, ya sabéis, ese
primer encuentro envuelto en el lujo del misterio, la idolatría de la
distancia, de las palabras preñadas de deseo y anonimato. Era atractiva,
incluso sabía leer y escribir, la melodía de sus tacones era una buena manera
de salir del infierno en el que había malgastado la semana. Naturalmente me confundía
con otro, alguien diferente, más pasional, elocuente, emocionante, un líder que
hacía de sus palabras autos de fe.
Fuimos a mi casa, y nada
más llegar saqué una botella y comencé a beber. Estaba nervioso, las relaciones
humanas me dan miedo, me producen ansiedad, Grenouille iba por el camino
adecuado. Empecé a decir idioteces pero ella reía, con esa risa femenina,
indefinible por definición, que no sabes si es real u obedece a un plan maquiavélico
de control mental. Empecé a soltar frases sin sentido: “los necios son una legión de putas que contagian la enfermedad venérea de
la idiotez sin que tengan la necesidad de penetrarte”. Ironizaba por la
forma de presentar al asesino de Connecticut, ¿no tenía Facebook? coño, eso era
casi un logro, solo faltaba decir que no veía la televisión o que no le
gustaban los deportes. Éramos tan limitados, siempre buscando la explicación
simple, la anécdota, intentando encajar las piezas del puzzle de forma rudimentaria con tal de evitar pensar por nosotros
mismos, de ver el collage, el telar por detrás. Aunque claro, ¿quién tiene tiempo
para eso cuando vivimos en un país donde nos sentimos satisfechos sino buscamos
comida en los contenedores…?
Pero bueno, el tema -no
quiero divagar- es que ella era
perfecta en su ficción y ansiaba que rodase en su coño una película de fuegos
artificiales, que salpicase su boca con la majestuosa banda sonora de mi
eyaculación.
Pero la terrible realidad
es que pasamos de actores principales de una obra inédita de Sade a
espectadores/victimas del más cruel de los desengaños: GATILLAZO.
Joder, eso es terrible, ¿no?
Ella se fue airada, decepcionada, llena de palabras feas vomitadas por un coño
escarchado y deteriorado por la falta de uso. Intenté intuir mi respuesta
emocional, ¿debería preocuparme por mi falta de hombría y virilidad? ¿No somos,
a fin de cuentas, enormes y sonrosados genitales? Ahora ya no era nada, carne
eviscerada, estiércol maloliente henchido de melodrama, una sombra suspirando
por la imagen desenfocada de una navaja sobre mi cuello.
Alcé con gesto nihilista
el vaso lleno de amargo vino barato y lo volqué con resentimiento por mi
garganta, ¿quizás este era el precio de mi alcoholismo, de mi falta de
autoestima y arrojo?
Con la diligencia de un
autómata saqué al monstruo púrpura y empecé a masturbarme. Aquello creció y
creció rápidamente y de forma descontrolada. No podía comprenderlo. Puse un par
de vídeos de dudosa procedencia y tras unos minutos de fricción eyaculé como un
colegial. Desgraciadamente la descarga de inmisericorde amor voló por encima del
monitor y cayó sobre el ordenador, se deslizó sobre las rendijas de ventilación
e hizo que el procesador colapsase. Un pequeño hilo de humo blanquecino sirvió de antesala al estertor tecnológico. Sin embargo
el milagro seguía sobresaliendo por encima de mis calzoncillos: Urotsukidōji seguía duro
y con ganas de más. Quizás el alcohol no fuera el problema.
Entonces, obviando todas
las promesas lúcidas y coherentes, volví a pensar en ti, en aquella época,
cuando tu coño era una mazmorra y mi polla su rehén, en como asentías a
cualquier depravación, como si tu cuerpo, auspiciado por la sodomía y las
fantasías de violación, estuviera soliviantado por el eco de un clítoris
desaprovechado. Y siempre estaba esa noche, cuando saliste al balcón desnuda,
con la mitad de los dedos desapareciendo dentro de ti, y me sonreíste, como si
el fin del mundo estuviera sobrevolando el alfeizar de tu mente y solo esperaras por mí.
Quizás mi polla solo supiera reaccionar ante tu cuerpo, tu voz, tu sonrisa, tu existencia al otro lado, quizás se había enamorado sin
avisarme y mi cerebro de patán, encharcado por tus flujos, me dejaba impotente,
como si esa fuera la única forma de decirte: “te
quiero”.
Una extraña corriente de aire frío recorre mi espalda y me hace temblar. Quizás sea un fantasma. O tu ausencia clamando victoria. Aun te sigo esperando, cada noche, durante cinco segundos, en el lado inhóspito de mi cama.
Ven. Sácame de aquí.
De blog moribundo, nada de nada. Que no te comente, no quiere decir que no te lea y estoy segura de que no soy la única.
ResponderEliminarEste post en particular me ha resultado especialmente bueno, de esos tuyos que te llegan adentro. Me ha estremecido ese "Te quiero"...
Ese "te quiero" significa tanto...
Es obvio Ros... que ella ocupa ya tu corazón y cuando esto sucede, es casi imposible que funcione con otra persona.
Un abrazo muyyyy fuerte, al estilo de María, ya sabes ;)
Cuando me refiero a “moribundo” no es por falta de comentarios, de hecho en ese aspecto tengo mucha suerte con la gente que me lee, es más bien algo que ya has sugerido tú en tu blog, un cierto cansancio por mi parte para seguir. Sin embargo, es curioso, ayer llegué sobre las tres a mi casa, bastante cansado, y sin embargo me puse a escribir hasta las seis…xD Somos seres incoherentes por naturaleza.
EliminarLas musas ayer estaban más intensas de lo habitual, se “te quiero” también me emocionó al recrearlo.
Un abrazo también para ti, espero que las cosas vayan un poco mejor.
Te interprete mal.
EliminarTus seguidores , no obstante, siempre te haremos el boca a boca para que vuelvas porque tienes algo al escribir. No es solo que seas bueno escribiendo, muy bueno, es que llegas.
Buenos días:)
Bueno, si son solo cinco segundos vas por buen camino, pequeño Bukowski.
ResponderEliminarBesos.
Ja, ja, bueno ya sé que cinco segundos parecen un lapso de tiempo muy escaso, pero la liturgia del amor se apoya en pequeños detalles demasiado sutiles para que resulten épicos en la literatura. Pero al final son significativos.
EliminarBesos querida catalana.
la cuarta botella seguramente sea aceptar que no somos más que huesos y vísceras que buscan el amor como adaptación de nuestras necesidades físicas...sea como sea, tu entrada es cojonuda...
ResponderEliminarte espero en mi blog...
un abrazo
Nah, simplificar el amor a simples descargas de monos de zoológico no es lo más adecuado, el amor es una estructura fractal que nos atenaza desde muchas direcciones, la mayoría opuestas, quedarse solo con una es tan vulgar como los comentarios que suelo dejar en los blogs ajenos, actividad que intento eludir.
EliminarTe leo y visito.
Besos.
Jajajajajjaajajajajjajja, me pasó lo mismo que a ti, no es ninguna tontería. Cuando leí en aquel periódico digital "No tenía facebook" en negrita, resaltado, como si su pecado hubiera sido ese y no el de matar 20 niños, me entró una risa nerviosa y pensé meterlo de strangis en una de mis entradas porque me indignaba. Afortunadamente ya lo has hecho tú, ya no tengo la necesidad de mancillar mis entradas xD
ResponderEliminarPD: voy a seguir leyendo el texto
Que interesante. Hace tiempo, en un Blog, leí que una simpática blogger hablaba de dejarse follar por una bestia púrpura, parece ser un recurso literario muy popular ;)
ResponderEliminarBesitos
PD: me gustó tu entrada, oye
Para que repetirnos con lo dicho en el post ;)
EliminarEl copyright de la metáfora de la bestia púrpura es indudablemente mío, pero a veces se la dejo usar a blogger escogidas, con la esperanza inconsciente de que esos mensajes subliminales hagan su efecto algún día…xD
Besos querida nínfula, espero que tengas unas felices fiestas ;)
Espero que diga que sí.
ResponderEliminarMe ha pasado como a Lunática con lo de facebook. Ay, hoy eres un asesino en serie en potencia si eres tan poco sociable de no tener facebook. Igual sólo quieres tener una vida real, vete tú a saber.
Besos.
Sí, es cierto, o entras en al cadena de montaje de las costumbres sociales o ya tienen en tu biografía la explicación coherente a cualquier comportamiento paranoide. Claro, que eso a veces no sale bien, como el de la matanza de Noruega, alguien normal, guapo, inteligente, con sus redes sociales…xD
EliminarElla siempre dirá que sí, para eso escribo, para tener el control de los finales. En la vida real ya es otra cosa, todo escapa insidiosamente a nuestro control.
Besos.
!!Hola,rorsch!!
ResponderEliminarQuizá,seguro,otro día llegara,descorcharas la botella y beberás con deleite y glotonería.
Fascinante relato,esplendido.
Muchísimos besitos,rorsch.
Gracias por tu lectura y el comentario. Sí, el alcoholismo en compañía tiene algo de excusa social que lo hace menos degradante, pero eso sí, no me veo luego escribiendo sobre ello ;)
EliminarTe deseo que tengas una buena semana. Besos.
Debo reconocer que estas auto-inmolaciones tuyas enganchan. Tienes un don...
ResponderEliminar¿Sabes por qué lo haces? Escribir así, me refiero.
¿Sabes lo que buscas?
¿Sabes quién eres?
En el fondo más fondo del nihilismo más extremo,
allí donde no llega ni el más aventurero fotón,
hay Luz.
Olvidémonos de los perfumes y añade a Virginia y a la dama de Millais la creación de Jane Campion.
Mírala después de saltar al mar, arrastrada por su piano...
"Qué muerte
qué suerte,
qué sorpresa.
¿Mi voluntad ha elegido la vida?"
¿¿¿Por qué???
"Sólo en la medida en que el ser humano se expone una y otra vez a la aniquilación, puede surgir en su interior aquello que es indestructible. Aquí se halla la dignidad de la audacia... Sólo si nos aventuramos una y otra vez en zonas de aniquilación, puede nuestro contacto con el Ser divino, que se halla más allá de toda aniquilación, llegar a ser firme y estable"
Tu decadencia refleja esa Luz; es un grito hacia los cielos que pasa por los infiernos...
A mí me lo parece.
Búscate.
Suerte.
Joder, preguntas demasiado profundas para el primer comentario.
EliminarEscribo así por una mezcla de sentimientos, bebida, ídolos literarios, y necesidad de hablar sin tapujos desde una posición cómoda y segura: la derrota.
Busco entretenerme, el tiempo es un enemigo muchos días, sin ánimo suicida claro está, ya no somos adolescentes.
Coño no, todavía no lo sé, esquivo el espejo.
Espero que no fueran preguntas retóricas, soy demasiado torpe…xD
Me gustó ese doble final del Piano, creo de hecho que acaba muerta, la segunda escena feliz en el porche y demás, es solo una forma de que el espectador no salga odiando el amor y el romanticismo.
Bueno, todos llevamos nuestro pequeño infierno, la única diferencia es que yo tengo más tiempo libre del habitual, ya veremos el año que viene como resulta todo esto. Aunque no niego que me encanta mirar el abismo una y otra vez. Aunque luego la resaca anímica sea terrible.
Estoy demasiado perdido, prefiero hacer camping en medio de la encrucijada.
Un abrazo. Gracias por el comentario.
No, no eran preguntas retóricas...
EliminarMe parece muy sano el ejercicio de abismarse y atravesar el bosque de las propias sombras. No es un asunto para pusilánimes. En uno de esos evangelios apócrifos que tan poco gustan al Vaticano se dice: "lo que sacas fuera te salva, lo que dejas dentro te mata..."
Hay vida más allá de las sombras. Visitar el abismo de determinadas formas, lejos de dejar resaca anímica puede ser fuente de renovación y claridad; aunque algunos malos momentos son inevitables...
Si sabes que no lo sabes, ya sabes mucho más que la mayoría. ¿Por qué esquivar el espejo?
También me gustó el final de Piano, pero dicho final me sugiere otras cosas.
Una señora muy curiosa, autora de un libro titulado "Cuando Todo Se Derrumba", dice que en los momentos difíciles, cuando uno está perdido y no ve la salida ni el camino a seguir, hay que empezar por aniquilar la esperanza; y no es precisamente una señora poco optimista, derrotista o infeliz...
"Renuncia a la esperanza de que nuestra experiencia podría ser diferente y renuncia a la esperanza de que podríamos ser mejores..." Suéltate, abandona toda esperanza; acepta lo que es tal cual es sin escoger ni rechazar -parece decir-. Esa es la forma de abismarse hacia un fondo que, libre de miedo, de madrastra se convierte en madre. Allí reside la Luz más allá de las sombras. Y no estamos hablando de ser pasivos y no actuar. Se trata más bien del concepto oriental de no-hacer; de no pelearnos con la vida ni rechazar la talidad de las cosas/personas/circunstancias...
Esa Luz es nuestro único patrimonio, lo único real; lo único que nunca se pierde y que nunca falta. Lo que hace que uno, en un momento dado, aun a pesar de sí mismo, nade hacia la superficie con todas sus fuerzas y diga asombrado: "¿mi voluntad ha elegido la vida?"
Gracias a ti.
Ahí está mi Ror, el que quiere pasar de anacoreta a darlo y exigirlo todo a una mujer, de la soledad a compartirlo todo en cuestión de tres botellas. Entre cuatro paredes sin sentirte espectador ni víctima. Seguro Ror!... el acohol no era el problema. Lo que pasa es que hay que estar a la altura de la propuesta, sin peros, ni aunques, ni para mañanas. Echarle un par de ovarios, vamos, para entendernos.
ResponderEliminarPor otra parte, no necesitas ninguna estrategia para captar la atención del lector. Está usted muy por encima de esas recomendaciones, pero siga siendo modesto. Eso le hace especialmente atractivo.
Un beso, para todos los días...
Ja, ja. Bueno, creo recordar que algo de esto hablé contigo en un mail el año pasado, y me diste una respuesta que me agradó sobremanera.
EliminarEs romántica la idea que he expuesto, irreal hasta cierto punto, ya conocemos como suelen terminar realmente esas noches. También es cierto que el cerebro del sexo lubrica con esa entrega sin límites, con esa intensidad que mencionas, pero claro, creo que aquí, siguiendo el hilo de la ficción, es ella la que ha decidido romper esa pareja, siempre girando al borde del abismo.
La modestia es una demostración fehaciente de la inseguridad implícita de los decadentes…xD
Besos querida, espero que todo siga yendo igual de bien.
Realmente el tema latigazo es algo temible para los hombres, ¿no?
ResponderEliminarMe gusta que tomes, de vez en cuando, la clave de humor... aunque sea este humor negro y decadente tan tuyo.
Tutto benne bambino?
Besos de lunes.
EliminarSí, bueno, todo es relativo, yo he tenido alguno, pero siempre culpo a la bebida, creo que los que llegan a los treinta y cinco y afirman que nunca les ha pasado es que han follado poco y mal…xD Supongo que hay muchos factores.
Ayer estaba contento, terminó una semana horrorosa en todos los aspectos y tenía ganas de… divertirme sí, a mí manera, mereció la pena acostarse tan tarde ;)
Todo bien, a ver si te mando un mail mañana, y te cuento algunas cosas.
Besos de madrugada.