Soy escritor, bueno, eso es lo que digo. Realmente trabajo en un matadero. No es un mal trabajo, solo tienes que ignorar el olor, la sangre, las articulaciones agarrotadas por el frío.
Me metí un poco por casualidad, uno más de los trabajos basura que te permiten vivir al día y recoger algo de experiencia Bukowskiana. Llevo ya más de cinco años. Al principio me reía de mis compañeros más talluditos. Ahora, tal y como están las cosas, ni siquiera me planteo la posibilidad de irme. No llegué a terminar la carrera de filología y lo que me ofrecen ahí afuera son trabajos de teleoperador, lo más bajo de la escala, o vendedor.
Pero no me gusta hablar, no consigo nunca encontrar las palabras adecuadas a tiempo, como si mi cerebro fuera a una velocidad distinta. Quise convencer a mi mujer para que no me abandonase, pero las palabras no fluyeron, luego sí, de noche, frente al ordenador, páginas y páginas repletas de ellas. Pero en ese momento, cuando me lo dijo, cuando estaba haciendo las maletas, cuando me anunció que dormiría en casa de sus padres y que su hermana pasaría a recoger el resto de sus cosas, ahí, nada. Ni una sola.
Tampoco hablo demasiado con la gente del trabajo, solo lugares comunes, fútbol, chanzas. Con mi padre -todos los domingos quedamos para comer- sucede algo parecido. Mis amigos ya se han acostumbrado a mi carácter, me dejan por imposible, como un voto en blanco que se suma en las discusiones a la mayoría simple. A veces tengo la sensación de que mis palabras se suicidan antes de llegar a mi garganta.
Ahora, de madrugada, la casa reverbera con los recuerdos
de tiempos mejores. Una bonita frase. Pero es falsa, es la soledad quien habla.
No estaba enamorado de mi esposa. Podría contar una historia sórdida, digna del
mejor telefilme de televisión, en ella nos amamos locamente, se queda
embarazada, perdemos al niño en un accidente y me sumerjo en una espiral
decadente de alcohol y drogas. Pero no, el fracaso real es vulgar, son pequeños
detalles amontonándose. Es el tiempo, como marca de agua de ceniza gris, quien
te señala la cuota vacía de logros, quien te provoca la sensación de
estancamiento y desconcierto.
No, no amaba a Erika, al menos como ella necesitaba. Ella
a mí sí, de esa forma extraña que tienen las mujeres de amar los imposibles, a
quienes no las merecen.
Hasta que aparece otra persona, armada simplemente con una
palabra amable y una sonrisa de ojos verdes, que se percata cuando cambias de
peinado, que te invita a tomar una copa después del trabajo si te nota más
triste lo habitual, o que simplemente te pregunta cómo estás. Son gestos
sencillos, pero que se olvidan muchas veces en la rutina de la convivencia.
Luego todo cobra entidad, sentido, se empieza a hablar de amor, de hijos. Y el
ciclo comienza de nuevo hasta que todo se vuelve a ir a la mierda. O quizás no,
quizás está vez sea la definitiva y, como los viejecitos de Up, terminen juntos, canosos y
arrugados, aunque solo sea en un álbum de fotografías.
¿Qué podría reprocharle? Mi vida se resume en ir al
trabajo, volver -al menos una parte de mí-, comprar unas botellas de cerveza y
fumar algo de hachís. Y luego, ya de noche, antes de acostarme, esperar.
Esperar a que lleguen las palabras adecuadas, nada inmortal, ya perdí ese
barco. Solo palabras que me indiquen la salida de emergencia, un atajo que me libere
durante unas horas del principal problema de mi vida: YO.
Enrique.
Mis primeras relaciones sexuales fueron bastante
normales, los toqueteos habituales por encima de la ropa y luego,
progresivamente, alguna felación –más dolorosa que placentera-, pasando por el
típico polvo adolescente en el asiento de atrás de mi coche, donde todo solía
ser corto e incómodo, hasta el final fastuoso del hotel, que se veía mermado
por la rigidez y nerviosismo de la novia del momento. Por eso, cuando conocí a
Susana, era jodidamente inexperto. Me la encontré en una fiesta en un local a
la que no había sido invitada, de hecho no conocía a nadie. Según me confesó se
había colado porque no tenía ningún plan aquella noche y pensó que nadie lo iba
a notar. Fue un flechazo, tenía algo que me enloqueció nada más verla. Por eso,
cuando quisieron echarla, intercedí por ella. Esa fue la excusa. Del resto de
la noche no recuerdo gran cosa, solo sé que terminamos en un hostal follando y
las agujetas que recibimos con una sonrisa al día siguiente.
Siempre recordaré sus felaciones, eran brutales, mi polla
desaparecía en su boca como en un hermoso truco de prestidigitador, me follaba
con la lengua mientras sus manos me acariciaban dentro y fuera con una sabiduría
incontestable. Era algo increíble, intenso, me corría de forma tan salvaje sobre
su cuerpo incandescente que creía morirme. No tenía tabús de ninguna clase, le
gusta el sexo anal, le excitaba quitarse las bragas en cualquier local y que la
acariciase delante de todos, era terriblemente morbosa, necesitaba llevar
siempre la ropa más provocativa que pudiera encontrar, necesitaba que la
poseyera en cualquier situación, como si dejarme su marca en el cuello o en la
espalda fuera una prueba de la fe en nuestro amor.
No obstante discutíamos a menudo, la decía que se
denigraba con esa actitud, que tenía que cambiar, que me estaba dejando en
evidencia. Pero el problema era mío, era un imbécil inseguro, católico para más
inri, ella, simplemente, era demasiado para mí.
La ruptura era inevitable. Es curioso, no recuerdo el
motivo que desencadenó las palabras finales, llenas de gritos e insultos, no
podría ser de otro modo, pero si el estúpido sentimiento de alivio que sentí
cuando todo terminó. Nunca podría imaginar que, una década después, todavía
seguiría sintiendo nostalgia por esos meses que pasé junto a ella.
Ahora estoy felizmente casado, mi pareja duerme, una
chica católica, dulce, discreta, la madre de mis futuros hijos. Sin discusión.
Pero una puta frígida en la cama. Ni siquiera me deja darle por el culo. Por
eso, en noches como esta, me dedico a masturbarme viendo videos en el ordenador
en vez de quedarme junto a ella en la cama.
Al principio buscaba vídeos sórdidos de jovencitas, con
un parecido inconsciente a Susana. Luego mis preferencias fueron cambiando, inclinándose
hacía videos de transexuales. Hay películas con un guión bastante destacable:
un matrimonio contrata los servicios de uno de ellos, esté aparece y enseguida
trascurren las escenas, la esposa saca una caja de juguetes llena de consoladores,
arneses, mordazas. Mi escena favorita es cuando el transexual, con unos pechos
gigantescos, empieza a sodomizar al marido mientras su esposa le chupa la
polla.
A veces me siento extraño, sucio, con ganas de borrar
todo este material del disco duro. Pero sé que solo es un poso religioso, dura
poco, no me puedo engañar a mí mismo. MI esposa ya no me excita, casi resulta
un trabajo follármela a pesar de lo mucho que se cuida, yendo al gimnasio,
manteniendo ese cuerpo escultural que tanto envidian los demás.
Me gustaría compartir mis filias con una mujer, que me permitiera
follarme su boca, agarrarle del pelo con brutalidad mientras empujo hasta el
fondo de su garganta, sentir las contracciones de su arcada mientras la llamo
puta. Que me follase con un consolador, que me obligara a lamer mi semen del
suelo, o de sus botas.
Últimamente ojeo la sección de contactos del ABC. Cada
vez es más tentador, a fin de cuentas, solo se vive una vez.
Andrés.
No creo en la causalidad, al menos como explicación
literal para todo. No creo que mi incapacidad social, el hecho de haberme
abandonado tanto hasta rozar la obesidad mórbida, solo sea causa de que una
chica en el colegio me llamara gordo, o que hubiera un grupito de indeseables
que me hiciera la vida imposible. Claro que eso te marca, te hace más inseguro,
suspicaz, con más necesidad de ser aceptado. Pero puedes luchar contra ello. El
hecho de ser una persona de carácter débil no debería convertirse en una excusa
sempiterna en tu conversación.
En cualquier caso soy consciente de mi problema, sé que
estoy obsesionado con los videojuegos, que dedicar todo mi tiempo libre a ellos
no es sano. Pero no pienso dejar de hacerlo. No creo que esta adicción me esté
impidiendo vivir, al revés, es lo único que me hace levantarme por las mañanas,
que cubre los días con una pátina de ilusión.
A fin de cuentas el resto de mi vida es un erial, nunca
tuve figura paterna, ni amigos, solo me muestro sociable a través de espacios
de la red anónimos, como foros o chats. Tampoco he sido mitómano, nadie ha conseguido
despertar mi admiración, excepto, claro está, mi querido Daigo.
Aún sigo viviendo con mi madre, una mujer ya muy mayor, y
trabajo en el Cash Converters, un trabajo abominable en tiempos de crisis.
Llevo ya siete años allí de dependiente, nunca han confiado en mí para puestos
de mayor responsabilidad. Lo prefiero así, un túnel sin salida en el que gastar
ocho horas a jornada partida antes de volver al ensueño de mis juegos. Estoy
acostumbrado a no conseguir ni siquiera una pequeña victoria, a no destacar,
mis sueños, cuando los tuve, se han convirtieron en papel mojado, en llamadas a
números que ya no existen.
Pero a pesar de vivir resignado, de pasar todo mi ocio
delante de un monitor, solo, tampoco me engaño sobre el paso del tiempo, sobre
mi legado, porque, ¿qué esperan los demás cuando hablan de legado? ¿Arte? ¿Hijos? ¿Una rúbrica en los archivos de una empresa
donde se lista beneficios, nóminas y clientes? ¿Las estrías en el corazón o en
la vagina de una mujer? ¿Fama? ¿Redención? Solo somos recuerdos, datos mil
veces repetidos como un eco flatulento, empeñados en lograr un record Guinness,
un significado, cuando solo somos hormigas sin derechos, efímeras en nuestras
pequeñas recreaciones de orden, incapaces de entender que no existe nada
inmortal.
Obsesionarse con algo toda la vida te convierte, al
final, en una persona desgraciada, tengas éxito o no, entiendo mi pérdida al
convertir mi potencialidad en algo tan estéril. Pero soy tan feliz en mi
escapismo, agotando cada juego, terminando su reto y buscando el siguiente. Es
tan hermoso estar concentrado en la partida, sin que nada importe a tu
alrededor… ni el trabajo, ni la soledad, ni el mañana. Me convierto en un
artista y, a pesar de mi falta de talento o la complejidad del objetivo, siempre
tengo una nueva oportunidad para intentarlo, para conseguirlo, para hacerlo
bien esta vez. Enfoco mi realidad en este mundo sin frustraciones en donde
siento, de alguna manera, que aún soy capaz de ganar.
Carmen.
Últimamente siempre estoy cachonda. Tengo treinta y uno,
quizás se trate de un reverdecimiento sexual, al menos antes, cuando tenía
pareja, no me sentía así. Supongo que he tenido mala suerte, serán tópicos,
pero lo más dulces y cariñosos son los que, en mi caso, peor me comían el coño.
Siempre besándome como si fuera de cristal, sin una pizca de pasión. Maldita
sea. Sí, es cierto, luego mis compañías fueron a peor pero, ¿qué podía hacer,
arruinarme la diversión? De acuerdo, me pase con la cocaína, salía demasiado
por la noche. Luego, cuando me detectaron las arritmias, lo dejé, y el bajón
anímico fue tan fuerte que me provocó una depresión. Y luego vinieron los
antidepresivos y los puñeteros kilos de más que no hay manera de quitarse. Pero
aun soy mona, no como antes, soy más mayor pero….bah, ¿Dónde está mi consolador?
Aquí. Bien. ¡Qué gusto! No es una polla, pero mira, ahora es lo único que
tengo, y encima con lubricante sabor naranja. Maravilloso.
Sí, todavía soy atractiva, sé cómo hacer gozar a un
hombre. Sé cómo hay que mirar, las palabras adecuadas, los gestos. Son tan
básicos los pobres. Receptiva pero sin excederse, un toque de frágil timidez,
como si necesitara ser salvada pero sin que puedan agobiarse, lo justo para que
quieran echarte un polvo y no huir a la media hora.
Necesito una imagen mental. Quizás mi vecino, el casado. Seguro
que le gusta la marcha, tiene ojos de pervertido, le he pillado mirándome el
escote más de una vez. No sé qué coño hace con esa mujer tan estirada, siempre
mirándome con desdén, como si no tuviera derecho a compartir el mismo aire que
ella. Puta.
Tampoco hay mucho donde elegir, el gordito del segundo
piso que vive con su madre es entrañable, pero excita mi libido tanto como un
osito de peluche. Peor con Carlos, tan encantador, tan bohemio, y la tiene tan
pequeña que apenas sentía nada cuando se movía. Fue todo tan decepcionante que
solo quería que se fuera de mi casa cuanto antes.
El que resulta prometedor es el tipo del cuarto, no le
suelo ver demasiado, siempre llega de madrugada. Es feo, para qué engañarnos,
pero me da morbo. Quizás sea por su pinta de intelectual, siempre ensimismado,
pero a su vez con ese desaliño sórdido, como de estar de vueltas de todo, como
si estuviera por encima de todas las cuestiones importantes. Y esa música que
pone de madrugada. En las juntas de vecinos todo el mundo se queja, pero al
final nadie se atreve a decirle nada directamente.
Me humedece pensar en él. Estoy a punto de correrme pero
quiero alargarlo. Dejo el consolador anal y me paso un dedo entre los labios,
abriéndome un poco. Primero un dedo, luego dos. Me gusta rozarme el clítoris suavemente
y luego con fuerza. Ojala tuviera una mujer entre mis piernas comiéndome el
coño de nuevo. Estoy desaprovechada, ¿Qué estoy haciendo con mi vida? Haciendo
un curso tras otro, sin razón de ser. Podría irme a Chile, estar aquí es
deprimente, España es una tierra sin oportunidades. Joder, que polvo más triste,
envidio a los hombres, una falda airada por el viento, un video de golfas, y ya
les tienes salivando, con la polla enhiesta como monos en el zoo, incapaces de
pensar en nada más. Desconectados de la realidad. Yo soy incapaz de dejar de
pensar en otras cosas, ni siquiera cuando me duele al meterme tres dedos de
golpe.
Me concentro en tu
polla, me la imagino enorme, venosa, hinchada, caliente, roja, ligeramente
ladeada a un lado, vibrando por la excitación, con unos enormes cojones a
juego. Me imagino metiéndomela en la boca para ensalivarla, esforzándome por
encharcar esa inmensa masa de carne. Recreo como me pones de espaldas contra la
pared, me apartas las bragas y me la metes sin compasión. Sí, como animales,
necesito un animal dentro de mí, necesito pasión, palabras sucias follándose mi
cerebro, tus dedos en mi boca mientras con la otra mano me aprietas las tetas
hasta hacerme daño. Necesito que me llames puta porque no puedes evitar correrte,
necesito sentir que quieres echarme otro polvo después, que me utilizas, que te
mutilas dentro de mí y que, justo cuando me corro, sabes regresar con los
pedazos mezclados de mi alma y mentirme diciéndome que me amas.
Orgasmo. Fundido en negro, ¿qué mejor final?
Joder tío que bueno.
ResponderEliminar¡Exacto! de eso trata todo esto, de "Joder" xDD
EliminarVenga, un saludo, espero que tengas una buena semana.
Joder... sin aliento. Plas, plas y plas.
ResponderEliminar¿he conseguido algún premio por el esfuerzo? xD
EliminarBesos guapa ;)
Pues después de leer todos los comentarios, pero sobre todo los tuyos, decirte que me pareces un cielo de persona, no se me ocurre nada más que regalarte ahora mismo, prefiero no ponerme, ya sabes...
EliminarBien, bien, es suficiente. Tengo el ego decaído y cualquier palabra femenina -soy así de caprichoso- viene bien, las colecciono y meto en frascos, donde a veces, de noche, cuando estoy totalmente alcoholizado, se iluminan débilmente y me tientan a seguir viviendo un poco más.
EliminarBesos ;)
Pues es que ya sabes que no soy nada dada a regalar... soy rarita, catalana y del barça, ya te lo dije, pero oye... más que decadente... qué cosas me dices por dios... un chico cómo tú... venga ya.
EliminarTú sigue escribiendo, que a mi me matas con letras, qué gozada.
Tan excitante es tu "realismo sucio" que hasta me parece "realismo mágico"...
ResponderEliminarYo, tan simple soy que hasta me puedo excitar leyendo a Santa teresa de Jesús...
Un beso a tu talento narrativo.
Yo tengo mejor gusto para sublimar mi libido, ella siempre está pensando en follarse a Jesús cuando escribe…xD
EliminarEn cualquier caso me alegra haberte humedecido por unos instantes, de eso parece que trata todo últimamente.
La música…bueno, acepto sugerencias también por tu parte ;)
Un beso flor del sur.
Hoy si que te has lucido con la música, eh?
ResponderEliminarBroche de oro...
adoro tus símiles, son perfectos.
ResponderEliminarGracias...
EliminarUf, uf. El del cuarto y la música de madrugada eres tú?
ResponderEliminarBuen final. Muy bueno. Y los personajes muy bien desarrollados, peculiares y de lo más normales al tiempo. Bonito vecindario.
Un beso y buen comienzo de semana!
Con referencia a la música podría ser, ayer estuve escuchando a Saint-Saens hasta las cinco y media de la madrugada. Pero yo vivo en un primero ;)
EliminarGracias, un beso para ti, te deseo una buena semana.
Un cuento precioso. Me ha gustado porque con Carlos has detallado mucho el tema laboral y sentimental pero nada de sexo. De Andrés no se habla de su vida sexual. Enrique y Carmen, solo sexo, parecen estar hechos el uno para el otro. Me pregunto de qué trabaja Carmen (¡¡¡qué cotilla soy!!! No me cuentes nada, eh). Y Enrique ¿cómo se ganará la vida?
ResponderEliminarO sea, que Rorschach es el vecino del cuarto. Vaya fantasía te has montado con Carmen. A mí me parece que está enamorada de Carlos... Pero el narrador siempre juega con ventaja ¿no?
Me gusta mucho este cuento, por lo que se dice y casi más por lo que no se dice. Me hace pensar y eso me encanta. Buenísima la recreación de los personajes.
Tres besos
Hola preciosa.
EliminarLa verdad es que el único personaje que iba a tener algo de sexo era Enrique, pero los dedos de Carmen secuestraron a los míos durante un par de párrafos. Carmen tiene un trabajo basura, puede que teleoperadora o incluso en un stand de marcas de maquillaje. Sin embargo Enrique si tiene un buen trabajo, una buena casa, un buen coche, siempre ha tenido muy enfocada su vida laboral. Concretamente será un ejecutivo en una empresa.
Ja, ja, ja. Carmen se siente sola, pero no creo que quiera repetir con Carlos, sus comentarios referentes a su polvo son esclarecedores, y ella es una mujer muy sexual, no habrá segundas oportunidades. El narrador juega con ventaja naturalmente, por eso esa parte está muy atada ;)
Gracias, ayer estaba aburrido y quería suicidarme después del trabajo, un poco de Carlos sí que tengo.
Un beso a las tres.
Se me olvidaba... ¿La esposa de Enrique ni siquiera tiene nombre? Está claro que no tengo nada que hacer contigo. ¡¡¡Las mujeres casadas no existimos para ti!!! Me gustaría, si se permiten pedir deseos, que escribieses un post sobre ella. Creo que se llama Leire y me parece que no practica sexo anal con su marido Enrique porque es un gilipollas y la tiene muy grande y torpe (justo como le gustan a Carmen). Pero apuesto a que Andrés podría conseguirlo todo con Leire. Te lo digo por si te aburres alguna tarde o por si te entran ganas de suicidarte. Voy a frotar la lámpara a ver si sale el Genio. Por fa...
EliminarAh, los deseos...
EliminarNo puedo complacerte mi querida casada. Me temo que la esposa de Enrique -¿Leire? Me gusta ese nombre, lo utilizaré- es simplemente un cliché, típica mujer burguesa acomodada. Le pega más tener un amante de su entorno, estrato social, para más inri casado también, para así no tomar grandes decisiones. La vida no compensa, ni siquiera en la literatura, Andrés se quedará solo toda la vida, solo y triste.
Pero bueno, nunca se sabe, está noche compraré alcohol, hablaremos de más vecinos, veremos que surge.
Un beso guapa.
In crecendo...como una p...como una película buena buena :)
ResponderEliminarJa, ja, por un momento había pensado que te referías a "in crescendo, como un polvo" pero pensaba, "no puede ser, ¿Francesa diciendo alguna palabra inconveniente? xD
EliminarMe alegra que te haya gustado. Besos :)
Vaya, yo pensaba que se refería a una polla. Por eso de que es "una polla" y no "una polvo". Y que las pollas van in crecendo según avanza el polvo. Claro que yo no soy objetiva porque veo pollas en todas partes.
EliminarUn saludo :D
Ah, pues sí, debe de referirse a eso...xD
Eliminar¿Ves pollas por todas partes joven nínfula? Vaya, te debes de sentir como la protagonista de una película de Urotsukidōji….xDDD
Muchos besos guapa.
Bien por lunática! uy lo que casi dije ja, ja ja :)
EliminarSiempre digo que cuando algo sale perfecto poco hay que añadir, seguramente porque se estropearía lo anterior. Envidio tu imaginación, como la fusionas con parte de la realidad. Recordé un guión, una película, y después me he dado cuenta que hay muchas vidas a mi alrededor que deberían estar en algún guión de la gran pantalla, aunque la película no sería demasiado comercial.
ResponderEliminarBesos de buenas noches.
Vaya querida Irene, veo que has abandonado lo de Galia B. E incluso tienes una nueva cuenta de correo. Eso ya es una total apertura al mundo blogger, me alegro.
EliminarEn cuanto a las películas, ya sabes que normalmente las no comerciales suelen ser las más interesantes, ahora que tienes un blog ya no tienes excusa para no literaturizar tu entorno, y hacernos participes de el claro está.
Un beso de buenas noches, sin duda.
Me ha gustado tanto el final. La última oración la pondría en una hoja blanca, con un rotulador rojo. La recortaría y me la colgaría por la habitación. Claro que si hago eso a mi madre le daría un chungo, así que prefiero pasarme a releer a tu blog...
ResponderEliminarBesitos Rorschach
Ja, ja, suena bien, cuando vivas sola tu habitación se convertirá en algo intimidatorio o tremendamente inusual...xDDD
EliminarBesos nínfula.
Pues a mi me da la sensación de que no hablas de vecinos de edificio... o al menos no te has inspirado en ellos si no en vecinos virtuales.
ResponderEliminarBesazo cosita guapa!
Cerca, cerca ;)
EliminarBesos guapa!
Esa foto me suena de algo. Podrias ponerme creditos! :) la verdad es que es un texto maravilloso, felicidades y escribe el puto libro ya joder! para este Sant Jordi ya vas tarde! ;)
ResponderEliminarBesos
Hola bella dama, cuanto tiempo sin tener noticias de mi querida Sophia ;)
EliminarLa foto la tenía guardada para un post a su altura, quizás algo puramente romántico, pero bueno, surgió aquí.
El libro... ¿me harías tú la versión en inglés? xD Queda mucho para ello, hay que escribir más, leer más, vivir más. Pero tu paciencia se verá recompensada, y si te sigues portando bien aparecerás en los créditos, ¿trato?
Un beso, te mando mi cariño.
Boquiabierta me has dejado pequeño Bukowski! xDD
ResponderEliminarBesos.
Ten cuidado muchacha, la primavera altera y dejar tu boquita de piñón entreabierta puede resultar en mentes como la mía una invitación directa para la depravación...xD
EliminarBesos!
mejor final? uno feliz
ResponderEliminarme kedo por akí, un verdadero placer leerte :)
Te doy la bienvenida, las mejores habitaciones arriba, con vistas al lago. Echa el cerrojo por las noches, suelo andar sonámbulo ;)
EliminarMil gracias. Su música suena muy bien, es muy elaborada y es cierto lo del toque andrógino, por eso te hablaba de Eduardo manos tijeras, al verlo su look me recordó mucho a Boy George ¿recuerdas? el de Culture Club ese grupo inglés de los ochenta, pero en tu tema por ese toque gótico que tiene, lo que me recordó en realidad fue ESTA PRECIOSIDAD:-)
ResponderEliminarBuenas noches M.
No me acordaba de esa canción... Me encanta!
EliminarPor cierto, por fin he podido escuchar In der Palästra y me ha estremecido. Es perturbadora, escucharé más música de Sopor Aeternus, seguro. Gracias Decadente! ;)
Sí, le recuerdo, cosas de estar demasiado tiempo en casa sin vida social, te da tiempo a escuchar mucha música...eres como una fruta de almíbar, dulce, dulce, dulce...Love Song For A Vampire ;) Ja, ja...
EliminarBesos guapa...
Bua, eres horrible... jajaja pedazo de texto y pedazo de tema, In der Pälestra! dos cosas que a una mujer le deberían hacer dejar las bragas en almíbar. Apunto que de tus vecinos el que más me gusta es el primero aunque todos son tú con filigranas añadidas y llevados al extremo, será que por eso tampoco me puedo decidir. Creo que queda claro que me ha gustado, siento que mis alabanzas no sean dulces y sinuosas, así somos...
ResponderEliminarBesos zombiesssscerebroooss!
Cornucopia d'amour: http://www.youtube.com/watch?v=1Tw4AOvYIWo
Gracias, gracias...
EliminarSí, ya sabes, soy del tipo escritor realista, solo sé escribir sobre mí mismo y mi entorno...xD
Si no fueras compañera de trabajo te tiraba los tejos, que digo, el tejado entero ;)
Besos.
No puedes poner a Bukowsky y los ancianitos de "Up" en un mismo personaje...sin que pensemos que si a ti te parece coherente es porque tú eres capaz de eso y mucho más.
ResponderEliminarMe ha encantado lo del voto en blanco, muy ocurrente comparación.
Te voy a contestar con un poema de Bukowski "Pájaro Azul":
Eliminarhay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.
hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.
hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?
hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.
luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?
La verdad es que tu "alter ego" empieza a tener demasiado de Bukowsky.
EliminarMe debes una par de lecturas reales del maestro, antes de hacer comentarios peyorativos...xD
EliminarUn beso, feliz semana.
Ya me he leido dos, pero eran tan cortos que voy a leer más.
Eliminar¿Peyorativo?....Yo creí que le admirabas.
Lo que me pasa ahora, es que al leer a Bukowsky, me parece una versión "light" de ti.
Yo pienso que hay mucho de tu persona en cada personaje. Eres capaz de crear aun hombre o a una mujer, con la misma facilidad que a tu personaje, yo tambien creo que eres el del cuarto piso, ¿que sentido tendría que ella soñara con otro que no fuese el creador?
ResponderEliminarLa musica genial
Ja, ja. Sí tienes razón, todos tienen algo mío, muy exagerado claro, por ejemplo tuve mi época de adicto a los videojuegos, aunque nunca he estado gordo, soy más del tipo delgaducho con gafas.
Eliminar¡Sí! Tienes razón, dado que mis aventuras amorosas son nulas, al menos que mis creaciones piensen en mí…xD
Besos.
Hola, llego aquí picado por la curiosidad al leer tu nombre en una entrada de la genial Ilmice.
ResponderEliminarVeo que no me equivoqué al elegir visitarte, magnífica, certera y nihilista radiografía de cualquier comunidad de vecinos real o ficticia. Si pudiéramos entrar así en la mente de los que nos rodean,
nos encontraríamos cosas mucho peores. Me encantó tu blog y aunque creo que nuestros estilos están
un poco alejados me quedo por aquí si me lo permites para pasarme de vez en cuando a por unas buenas dosis
de literatura sucia y urgente, o sea de la buena.
Saludos.
También me pasé por el tuyo, tienes post bastante interesantes. Acomódate lo mejor que puedas, seguramente la decadencia ira a mayores, pero la compañía femenina en los comentarios compensa cualquier exceso.
EliminarUn saludo.
Quiero preguntarte si alguien te ha dicho alguna vez q hay dos personas en ti: la q
ResponderEliminarescribe estos textos desgarradores, vitales, profundos, reveladores, impactantes, q
hacen jirones el alma pero q a la vez sumen en una tristeza y desasosiego profundo
y la persona q contesta luego los comentarios… sois dos personas distintas, verdad?
Normalmente, te tengo en reserva. Me resisto a leerte. No, no quiero caer… pero caigo,
me digo, sólo un poquito, seguro que no me gusta, es demasiado obscuro y terrorífico
y empiezo y leo uno, otro, otro post… y me engancho a ti, me lleno de ti, me quedo atrapada, hechizada, no puedo parar de leer, abres un abismo q me atrae
y me repele a la vez…
Luego empieza una carrera loca por saber más de ti, leo tus
comentarios con fruición, saltándome lo q dicen los comentaristas, sólo me interesan
tus respuestas buscando encajar todas las piezas del puzzle, hacerme una buena imagen
de tu persona y tratando de dilucidar quién eres de los dos de verdad … es imposible,
no se unen ni con cola, no encajan, son lenguajes distintos, personas distintas, actitudes
vitales distintas…
Sois la noche y el día... ángel y demonio, verdad?
Vaya, precisamente ahora, un viernes sin planes, estaba planteándome si escribir algo por la noche, decadente como mi estado de humor de hoy, cuando leo tu comentario "me quedo atrapada, hechizada, no puedo parar de leer" ¿Qué mejor motivación que unas palabras como las tuyas para continuar…un poco más?
EliminarNo sé contestarte, los post a veces son impostura, a veces son mentiras aprendidas para un público comprado de antemano, otras veces soy yo en estado puro, con una botella, música desalmada y mucha soledad. Y los comentarios podríamos decir lo mismo, es un texto más cercano, pero también más lejano: gracias, flirteos, feedback vecinal… Supongo que la única forma de conocerme sería unir todo eso y luego tomar un café conmigo en persona :)
En cualquier caso, gracias por estar ahí…
Feliz fin de semana.
Pufff!!! y yo que pensaba que tenía unos vecinos raros...
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