sábado, 7 de octubre de 2017

Reseña Blade Runner 2049

El problema de pergeñar una reseña de una película como Blade Runner 2049 es que, para ser justos, hay que escribir dos: una para la gente que no conoce la obra original de Ridley Scott (1982), o que quizás solo la ha visto una vez sin mucha emoción, y que el hecho de que aparezca esta segunda parte –por llamarla de alguna forma-, tiene para ellos la misma importancia que ir a ver otra película de Marvel. Luego está la reseña para quienes hemos estado durante años discutiendo sobre si Deckard es o no un replicante, sobre cuál es la mejor versión de la película -la del director o la estrenada en los cines-, y que hemos escuchado mil veces la maravillosa banda sonora de Vangelis.

Para los primeros la directiva es sencilla: id a verla inmediatamente. Es una gran película de ciencia ficción –que por cierto se estrenan pocas en el cine-, con una fotografía espectacular -la nieve es utilizada en muchos planos de forma maravillosa- y unas interpretaciones fantásticas, esta vez la imperturbabilidad de Gosling le ha venido bien para su papel. De hecho la primera hora de película es impresionante, entre otras cosas por la interesante relación del protagonista con su novia holográfica de inteligencia artificial, parecida a la que tiene Joaquin Phoenix en "Her”. Es cierto que los últimos cuarenta minutos se hacen un poco largos, que tiene un cierto aire de solemnidad artificiosa que juega en su contra, y que el personaje de Jared Leto –de nuevo- y Deckard están muy desaprovechados. Pero la historia se cierra bien y se puede perdonar fácilmente esa lentitud pomposa de la que hace gala. Tendrás la misma sensación que con la anterior película de Denis Villeneuve “La llegada”, que resulta muy satisfactoria, pero intuyes que le ha faltado algo para llegar a la perfección, que algo chirría de fondo. Pero saldrás contento del cine, incluso comentarás durante un rato el estupendo trabajo de Ryan Gosling. Y a otra cosa.

Sin embargo para los fans de Blade Runner las sensaciones son algo distintas. No voy a entrar en la discusión de si era o no necesaria esta segunda parte, es obvio que no, pero tampoco soy un talibán purista que considera que cualquier adición mancilla al original; la mayoría ya aprendimos la lección con Star Wars Episodio I: si no te gusta simplemente olvídala y pasa el fin de semana viendo las originales. El problema es que te puedes aislar todo lo que quieras pero al final es inevitable que la compares con la original y te preguntes al salir del cine si ha conseguido estar a la altura. La respuesta evidente es que NO. Es un producto digno, cuya primera hora y media es impresionante, pero luego, desde la aparición de Rick Deckard, la película se va desinflando poco a poco, hasta llegar a diálogos ridículos como el que mantiene el susodicho con Niander Wallace (Jared Leto). La película confunde pomposidad con transcendencia, lentitud con profundidad, en muchas ocasiones las escenas parecen un escenario impostado donde los personajes entran y salen de forma teatral y artificiosa para luego vender los posters correspondientes junto al DVD. En Blade Runner los escenarios estaban al servicio de la historia no al revés. La música casa con todo esto, con golpes de percusión, sintetizadores, atmósferas tenues… no es una mala banda sonora, aunque parezca la de Akira, pero al final termina cansando, como al resto de la película, que, a mi juicio, le sobra media hora.

Quizás alguien diga, y con razón, que habría que conceder a esta secuela el mismo beneficio de la duda que, con los años, convirtió a la original en un clásico de culto, pero creo que al cambiar el unicornio de papel por un tosco e impersonal caballo de madera se ha logrado una buena metáfora de cuál será su futuro. En cualquier caso, y a despecho de lo que mi querido amigo despotricaba ayer al terminar de verla, me alegro de que Denis Villeneuve lo haya intentado y la he puntuado en Filmaffinity con un siete, lo cual deja claro que, a pesar de toda esa colección de improperios, me ha gustado. Supongo que es difícil que alguien cuestione nuestra nostalgia sin que haya cierta animadversión hacia el resultado final.


"Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais: atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán... en el tiempo... como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir" - Roy Batty. Curiosamente, la traducción utilizada en el doblaje de la versión española es errónea ya que se tradujo "Attack ships..." por "Atacar naves..." siendo la traducción correcta la utilizada en Latinoamerica "Naves de ataque...". "Atacar naves..." en inglés sería "Attacking ships..." o "To attack ships...", algo que el personaje Roy Batty no dice. En la versión original esta frase decía: "Attack ships on fire", es decir, "Naves de combate en llamas", o "Naves de combate ardiendo".

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