Bella, turbadora y fatalista película romántica, rodada en un resplandeciente blanco y negro y con unos diálogos repletos de un humor negro y absurdo. Seduce también por lo atípico de sus personajes: ella es una chica impulsiva, errática y apasionada que tras un par de desengaños amorosos y vitales pretende suicidarse tirándose de un puente, en ese momento conoce a un lanzador de cuchillos que le propone acompañarle como partenaire y diana; él, lejos de ser un príncipe azul, es un cuarentón maniaco-depresivo hastiado de la vida. Son dos personas que luchan contra su soledad, cada uno a su modo: ella cayendo en una ingenua y desvalida ninfomanía, y él escondiendo su fracaso tras una máscara de fanfarronería y aires de grandeza. Se intentan salvar el uno al otro, pero nunca se desprenden de la sensación de estar siempre en la cuerda floja, sin futuro, con el sempiterno miedo de que todo acabe como empezó; a veces son ellos mismos, embebidos de la atracción que el abismo ejerce, quienes parecen querer precipitar ese final. Todo resulta deliciosamente melancólico.
Daniel Auteuil atrapa al espectador con sus frases y su magnetismo, cada vez que lanza un cuchillo piensas que va a ser el último; la escena de la sábana es magistral. La interpretación de Vanessa Paradis también es maravillosa, la película comienza con un monólogo suyo (del cual transcribo parte al final de la entrada) y en apenas dos minutos y medio ha conseguido fascinarte con su personaje.
Podrían sacársele algunas pegas: sobran escenas, sobre todo con un final que se alarga demasiado, Leconte se deja tentar por el preciosismo, logrando momentos de gran belleza pero de escaso interés para la historia. Sin embargo, me sigue emocionando su realismo mágico, su poesía y ese tramposo final en el que suena brevemente Who Will Take My Dreams Away. En resumen, quizás no sea una película acorde a los gustos de todo el mundo, pero creo que merece la pena que le deis una oportunidad.
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- ¿Por qué no tuvo un buen comienzo?
- Porque conmigo siempre es así, empieza mal y termina peor. Nunca acierto cuando elijo un número. ¿Ha visto esos papeles pegajosos para atraer moscas en espiral? Pues yo soy igual, atraigo las historias cutres que pasan a mi lado. Creo que hay gente así, que son como un imán para aliviar a los demás. Nunca acierto cuando elijo un número. Todo lo que intento, todo lo que toco se convierte en una putada.
- ¿Cómo se lo explica Adele?
- La mala suerte no se explica. Es igual que el oído musical. Se tiene o no se tiene.
- Quizá no me merezca nada mejor. Debe de estar escrito en algún sitio. Hay gente que ha nacido para ser feliz, y a mí todos los días de mi vida me han engañado. Todo lo que me prometieron me lo creí, pero nunca conseguí nada. No sé hacer nada, no le importo a nadie, no soy feliz, ni realmente desgraciada, porque seguro que lo eres cuando has perdido algo. Pero nunca he tenido nada mío, sólo mi mala suerte.
- ¿Cómo se imagina el futuro, Adèle?
- No lo he pensado. Cuando era pequeña, sólo deseaba crecer. Quería que sucediera deprisa. Pero ahora no sé para qué ha servido todo esto, no lo sé. Hacerme mayor... El futuro es como una sala de espera, como una gran estación con bancos y corrientes de aire, y tras los cristales gente que pasa corriendo. Sin verme, tienen prisa. Cogen trenes o taxis. Tienen un sitio adonde ir, alguien con quien encontrarse... Y yo me quedo sentada, esperando.
- ¿Qué espera, Adèle?
- Que me ocurra algo.
Me gusta el cine francés por definición.
ResponderEliminarLa vi en su momento, supongo que en la 2, y me entretuvo.
Es una maravilla, y mejora en cada revisión. Eso sí, es aconsejable tener un estado de animo receptivo, no es apta para momentos de masoquismo emocional xD
EliminarUn abrazo.
Vanesa Paradis???!! la hacía en ese limbo de gente que no sabes si vive o muere como Elvis, Jesús Gil y el Padre mundina.
ResponderEliminarA ver si saco un dia de tedio inmovil y la veo.
Abrazos,.
La película desangrará tu sensibilidad, ten cuidado, es un deporte de riesgo anímico 😉
EliminarA mí me gustó bastante, pero reconozco que estoy en una época jodida, en plan Fight Club pero sin Marla cerca, y quizás eso me empuja a escribir una reseña tan generosa.
Un abrazo.
La he visto mil veces...y ese último párrafo lo utilicé para una entrada en mi blog.
ResponderEliminarCreo que iba mucho con mi estado de ánimo...jajjaja! Y como dices según qué día te de por mirar la peli...puedes llegar a buscar ese puente...
Pero es deliciosa...y en francés todavía más!
Es una película asombrosa, tenía ganas de hacer un post sobre ella, aunque, como bien indicas, hay que saber elegir bien el día, no sea que acabes en un puente mirando al infinito ja, ja, ja. Espero que tu entrada y la mía despierten la curiosidad a algún lector descarriado que todavía no ha tenido la suerte de disfrutarla, ¡Un abrazo! 😉
Eliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=Me2-syCtOzQ :)
ResponderEliminarGracias por compartirlo, me gustó bastante, he seguido el canal. ¡Un abrazo!
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