Me llamo Z y estoy encharcando el teclado con mi sangre.
Sonrío al oír chapotear mis dedos sobre las teclas como
soniquete expresivo de mis paranoias, como ese otro característico de cojones
contra vagina que nos suele dilatar la imaginación cuando el diálogo es
innecesario. La sangre gotea de los antebrazos, cortes horizontales, desde el
codo hasta la muñeca que me están liberando poco a poco. No hay mucho dolor, la
combinación de drogas legales y vodka obra milagros. De todas formas no voy a
morir hoy, no son heridas, son tatuajes de miedo y locura. Solo necesito un
poco de libertad.
Esta bien, eso es excesivo: sensación de libertad únicamente. Me veo rodando junto a las demás bolas de mierda, rodeado de egoísmos, robots, maniqueísmo, traumas, mentiras...lastres que hacen que la inercia aumente y que choquemos unos contra otros produciendo dolor y odio sordo.
Esta bien, eso es excesivo: sensación de libertad únicamente. Me veo rodando junto a las demás bolas de mierda, rodeado de egoísmos, robots, maniqueísmo, traumas, mentiras...lastres que hacen que la inercia aumente y que choquemos unos contra otros produciendo dolor y odio sordo.
La mano izquierda se me esta durmiendo un poco, pero no me
preocupo, no es la primera vez que hago esto. Antes me masturbé, pensé en pulgares
horadando anos, en vaginas deshaciéndose en mi boca como un atardecer en
ruinas, pensé en tu boca meciéndose en mi entrepierna, en poderosas ficciones.
¿Mienten algunos cuando afirman que la cosa más viva es un recuerdo? Quizá no.
El caso es que no conseguí correrme. Mi polla de sangre me desprecia, como una
puta sin clientes, como un almanaque de sentimientos que estornuda cuando tiene
que reír.
Sería un buen relato si ahora llamasen a la puerta, entrase
una putilla venida a menos, tasándome con sus ojos inquisidores y yo,
calculando su tarifa, sacara la botella de vodka y dos vasos. Sería una buena
metáfora observar como va pisando con sus tacones rojos de aguja mi sangre,
todas esas pequeñas perlas de sangre que van enlodando el suelo. Sería
interesante sin duda, pero acabaría en muerte, acabaría con su garganta
cortada, con su pequeña cabeza separada del tronco y follada una y otra vez,
resbalando por su traquea hasta que saliera toda brillante y púrpura por su
boca, una felación diferente, pero gratificante sin duda.
Pero si hiciera eso pensaríais que estoy loco. O peor aun:
que soy un misógino. Nada más lejos de la realidad. O más cerca. La literatura es
lo que tiene, amputando la verdad pero dejando partes a la vista.
El caso es que llaman a la puerta pero no abro, no tengo
fuerzas para levantarme, quizá me he excedido con los cortes. Sigue pasando el tiempo
de una forma irreal, mientras la sangre me salpica el pecho en cada pulsación.
Quizá debería parar la hemorragia, quizá sentía más odio de lo habitual por mí y he apretado demasiado la cuchilla contra mi carne, quizá escribir
mientras pienso en mujeres abarrotando sus vaginas con mis palabras provoca que
mi corazón me desangre más rápidamente, siendo vosotras culpables indirectas.
Cojo el vaso de vodka e intento beber, pero mi mente pierde
el equilibrio y noto el sonido del cristal cayendo amortiguado por el dolor de
cabeza. Tiemblo, estoy cerca del punto de ruptura, pero siento la pulsión de
libertad que produce atrapar el eco de mi estertor en un párrafo…nunca me
preguntaron si quería una oportunidad. Me folle a mi madre, mate a mi padre,
viole a Dios y me cague en su cruz. Pero todo era inútil porque el problema
real se reflejaba en el semen incandescente que se deslizaba por tu cara: era
yo. Siempre YO. Porque para mi no había mucha diferencia entre los puntos
suspensivos y un punto y aparte, entre dejarme vivir o dejarme morir.
Sería perfecto si en vez de vodka fuera ginebra...
ResponderEliminar:D
Besos.
¿No te doy ni un poquito de miedito? xP
ResponderEliminarMaldita sea.
Bueno, Dios esta en los detalles, haremos un fifty fifty y sin problemas. El vodka combina con todo.
Beso guapa.
Pues sí, el problema siempre es uno. Pero mola lo accesorio. Sin el relato, no tendría gracia la conclusión.
ResponderEliminarMe ha encantado esta entrada. Voy a ir bajando y seguir leyendo.
(a mí no me has dado miedo...)
Saludos!
Sexo, alcohol, mentiras y cintas de video. Un saludo ;)
ResponderEliminarNos hemos puesto de acuerdo. ¿Tres son suficientes para hacer una barricada y acumularte como pantano de sexo y alcohol?
ResponderEliminar¿Qué pasa con la chica octubre?
Por mí que sea de vino tinto.
Besos
por cierto me ha faltado la cicuta.
ResponderEliminarLo he tenido que leer tres veces para que dejara de darme miedo y comenzara a darme curiosidad. eso si, preferia que te expulsara a que seas tu el que pidas salir.
ResponderEliminarSeñorita Sunshine: Me encantaría que una mujer me dijera algo parecido a lo de “voy a ir bajando” pero de momento me conformo, espero que lo que vaya encontrando sea de su agrado.
ResponderEliminar¿No le doy miedo? Si fuera de Madrid iría a visitarla con mi disfraz de fantasma de Canterville…xD
Un saludo.
La que canta con lobos: ¿y a usted que tal le va? Tengo su blog abandonado, espero me perdone he tenido una semana intranquila. Sexo realmente no, solo conmigo, o con mis palabras. Un beso, espero verla cantando sola o acompañada pronto.
A veces Eau…
Son más que suficientes. Sino fuera porque sé que es simple coqueteo y que nos separa la distancia de un anillo y medio mar iría a buscaros para devorar todo vuestro romanticismo.
A la chica Octubre…pues mire, he tenido que supurar algo de dignidad para mandarla a la mierda. Precisamente hoy. La indiferencia simpática no va conmigo. Es una de las personas menos detallistas con las que me he cruzado en mi paupérrima vida. A la mierda, dos veces.
Menos mal que he recibido la visita de otra persona que me ha devuelto la fe en las mujeres.
Una ronda de vino tinto para ustedes. Barra libre.
Un beso.
Celia: Hay vaginas acogedoras de las que no me gustaría escapar nunca. Pero bien sabe usted que ciertas heridas requieren tiempo y paciencia.
¿Miedo? No lo creo.
Un beso...valiente...
Puede que la diferencia entre los puntos suspensivos y el punto y final resida en la lucidez que éste último te otorga justo cuando te está llegando, unos segundos en los que la claridad te absorve y luego ya...la nada.
ResponderEliminarLos puntos suspensivos nunca podrán darte eso pero...¿quién quiere claridad y lucidez durante unos segundos cuando se puede pasar una vida entera entre preguntas sin respuesta?
Ohdiosa
Muy buenoooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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