lunes, 21 de octubre de 2019

¿Cómo has conseguido mantener tantos años el blog, qué te motiva para escribir?

Dejando aparte lo que siempre digo parafraseando a Paul Auster: “No es que escribir me produzca un gran placer, pero los días son peores si no lo hago”, a veces también recuerdo una anécdota que sucedió en la presentación de un libro de Almudena Grandes. Ella empezó a hablar de sus comienzos como escritora, cuando nadie aun la había publicado, relatando que desde que era una niña siempre dedicaba mucho tiempo a escribir pero cuando terminó la universidad y empezó a trabajar apenas tenía tiempo libre. Entonces decidió madrugar un poco más y escribir una hora todos los días antes de irse a trabajar. Cuando llegó la ronda de preguntas alguien le interpeló: “Disculpa Almudena, pero, ¿no te costaba mucho mantener esa disciplina todos los días?” Y ella respondió: “En absoluto, a mí me encanta escribir, era posiblemente el mejor momento del día”. Cuando dedicas tanto tiempo a algo, sin ni siquiera monetizarlo o conseguir algo de reconocimiento, está claro que lo haces porque te gusta.

De todas formas escribir en un blog es diferente a, por ejemplo, plantearse escribir una novela o un poemario; es cortoplacista, groseramente cómodo. A veces me imagino a Bukowski, con mi edad, aún desconocido, peleándose por ver algún poema publicado en un fanzine outsider de poca tirada en los setenta. Me lo imagino aborreciendo su trabajo, su vida, temeroso por su futuro, ahogado por las resacas, su alcoholismo, su fealdad y su incapacidad para relacionarse; ansioso por el ansia de reconocimiento y fama, por sublimar sus taras y trascender un pedacito de ego en la escritura. Me gusta pensar en él porque normalmente consigo que la pereza inicial de enfrentarse a la página en blanco desaparezca; el motivo es claro, ¿qué excusa barata podría buscar para no acometer un reto tan nimio, pequeño, insignificante y trivial como es el hecho de actualizar de vez en cuando un blog?

También podría ponerme lírico y contestar a la pregunta de otra forma. Afirmar que escribir en un blog, ante miradas desconocidas y potencialmente extemporáneas es, ante todo, puro fingimiento: fingir que voy a escribir sobre cosas diferentes y no sobre mis obsesiones habituales. Fingir que tengo un público exigente que me abuchea o idolatra con cada nueva publicación. Fingir que a mis ex les importa lo que escribo y se masturban a escondidas con cada mención ambigua sobre su belleza. Fingir que tengo un animal del poder y que me deslizo junto a él por el teclado. Fingir que la vida tiene sentido y que el arte es importante porque puede resolver la náusea existencial. Fingir que soy Zaratustra mutando de camello a león. Fingir que soy inmortal mientras siga acariciando el teclado. Fingir que la página en blanco es un enemigo a batir y que su profanación demuestra la ficción de mi talento. Fingir que las biografías taradas de la mayoría de los escritores famosos son una anécdota sin importancia. Fingir que aún me sigue gustando y fascinando Bukowski. Fingir que el amor es un reloj borracho y la nostalgia algo que merece la pena aunque te acuchillen sus pretéritos perfectos e imperfectos. Fingir que todavía hay tiempo para todo y que no sucumbiré a la soledad más impertinente. Fingir, en definitiva, que escribir es importante y trascendente, aunque solo sea pura sublimación y escapismo mediocre.

4 comentarios:

  1. El poeta es un fingidor, que diría Fernando Pessoa.

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    1. Se levantó y encendió un cigarrillo, temblaba de arriba abajo.
      Se puso a dar vueltas como una posesa
      Era de cuerpo menudo, tenía brazos muy, muy delgados
      Y cuando se puso a gritar y a golpearme la sujeté por las muñecas
      Y entonces se lo vi en los ojos: odio, verdadero y profundo, de siglos
      Yo no tenía razón, ni tacto ni salud
      Había desperdiciado todo lo aprendido
      No había criatura viviente más vil que yo
      Y todos mis poemas eran falsos.

      Charles Bukowski.

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  2. Al poeta poco le importa la veracidad de lo que escribe, escribe como cuando tienes sed y buscas el agua.
    Yo no me tengo por nadie en cuanto a eso de la escritura, pero escribo porque me gusta hacerlo y, como Almudena, lo hago porque mientras lo hago paso un buen rato. El blog me da eso de poder verlo y a veces hasta me aclara las ideas.

    Un beso, Poeta.

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    1. La coartada del poeta nunca tiene escrúpulos, el fin justifica los medios, por tanto: ¡adelante, adelante, adelante! ¿qué importa todo lo demás?
      Tu blog es estupendo, se nota que no hay impostura y que escribes porque te gusta. Además tienes la generosidad de pasarte por el resto de los blogs y dejar algún comentario de vez en cuando, lo que te hace todavía más interesante.
      Un abrazo querida musa, espero que algún día podamos conocernos, después de tantos años intercambiando comentarios ya hay curiosidad ja, ja, ja.
      Un abrazo.

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