sábado, 6 de abril de 2019

Cuando envejeces el entusiasmo se transforma en resignación.

Sigo imbuido en mi particular crisis de los cuarenta, lo que implica insomnio, un círculo vicioso de pensamientos obsesivos, quietismo, miedo como antítesis de vida y apatía existencial. En realidad, todo es un cliché: al cumplir cierta edad, normalmente cuarenta, echas la vista atrás, juzgas de forma despiadada tu vida hasta el momento y te deprimes por la acumulación de frustraciones y fracasos. Además, como colofón sientes que has perdido la oportunidad de arreglarlo, dado que ahora el tiempo juega en tu contra.

Lo que más me deprime de mi trabajo es la resignación general. Casi todos son mayores que yo, entrampados en sus divorcios, hijos, hipotecas, créditos o negocios ruinosos. Son cuerpos destruidos, barrigas gigantescas, gripes que duran un mes, toses secas que no se curan en todo el invierno, problemas endémicos que les mantienen amargados, ocupados y siempre cansados. A veces hablan de dormir ocho horas como quien comenta la posibilidad de que le toque la lotería. El otro día hablaba con una compañera de sesenta años, con dos trabajos, cuyos dos sueldos solo le servían para poder pagar un alquiler de novecientos euros y sobrevivir. Ahora que estamos en campaña electoral sería interesante poner el foco sobre esas cuestiones, en la poca dignidad de vivir tantos años en la precariedad económica.

En estas noches insomnes y crueles me da por recordar anécdotas del pasado. Me recuerdo yendo solo con veintiséis años al Festimad, un festival de música con varias bandas que duraba dos días y se montaba en Móstoles. El plan era ir con mi novia, pero lo habíamos dejado de forma abrupta (infidelidades, lágrimas y una fea ruptura). Como el viaje en el Cercanías era largo cogí un libro que me habían prestado hace meses pero que no había tenido tiempo de ojear: “Cartero” de mi idolatrado Bukowski. Fue en ese viaje cuando le leí por primera vez. Recuerdo llegar, estaba abarrotado de gente, comprar la entrada y luego colarme sutilmente para ahorrarme la casi hora y media de cola. Iba con una camisa de Héroes del Silencio y enseguida hice varios amigos, es lo bueno de los festivales, la gente siente una conexión inmediata solo por coincidir en gustos contigo. Disfruté mucho (aunque me pese reconocerlo) del concierto de Evanescence, con HIM la cosa fue más decepcionante, y todo se compensó con Deftones que estuvieron estelares. El plato fuerte de la noche y la razón principal de que hubiera ido era Marilyn Manson, recuerdo que me hice amigo de una chica que venía de Palma de Mallorca solo para verlo e intenté que llegase conmigo lo más cerca posible del escenario. Pero era imposible, en cuanto Manson salió al escenario, serían las once de la noche, aquello se convirtió en una batalla campal y salió corriendo entre empujones y golpes. El concierto fue brutal, uno de los mejores de mi vida, y cuando volví a casa (tres transbordos de autobús) no eché de menos a nadie.

Me da también por recordar las noches infinitas bebiendo en los Bajos de Arguelles. Mi bar favorito era el Saxo Music Bar, con sus minis de calimocho con un chorro de tequila, vodka y licor de mora, lleno de posters de Jim Morrison, Héroes del Silencio, Queen, Bunbury y Extremoduro, música de calidad a cualquier hora que fueras, y esa zona, casi reservado, donde te sentabas y escribías algún frase ingeniosa en la pared. Siempre pidiendo “En blanco y negro” de Barricada, siempre intentando meter mano (y algo más) a alguna musa incombustible. También estaba el Akelarre, heavy metal a máximo volumen y ese poster de Raistlin Majere en la pared del fondo; y el Búho, local de chupitos, todos con el nombre de algún grupo español: “¡Ponme dos Suaves, un Extremoduro, y dos Barricada!”

            Luego seguíamos la noche en la discoteca Heaven, con sus famosas dos pistas de baile, en la primera con la música habitual de la época: HIM, Rammstein, Depeche Mode, The Cure, Wumpcut, Suicide Commando, etcétera. En la de abajo sucedían cosas más extrañas, el DJ sabía hacer su trabajo y nos dejábamos mecer borrachos por sus combinaciones letales, ecléctico hasta lo extravagante podía saltar Love Song de Annie Lennox a Apoptygma Berzerk, de la canción de Marco (sí, los dibujos) a The Sisters of Mercy. Escenario perfectos, con todas esas nínfulas góticas bailando lánguidamente a mi alrededor, para el inicio de nuevas relaciones, para entablar conversaciones con desconocidos en las zonas de descanso, para abrazos enardecidos cuando sonaban nuestras canciones favoritas; eufóricos y optimistas, nos creíamos invencibles y pensábamos que todas las noches serían siempre así.

            Ya no existe ni uno solo de esos locales, y las amistades de antaño se han perdido. La vida es despedirse, cerrar etapas con templanza, con la ilusoria convicción de que has sabido aprovecharlas lo mejor posible. La nostalgia entendida como homenaje, en guerra con el sobremorir, con la amnesia propia y ajena, mientras suena de fondo una canción que gana, por una noche, la batalla a la crisis existencial.

9 comentarios:

  1. De qué años hablas?
    Me ha encantado esta nostálgica y por ello bonita entrada.
    Besos, decadente.

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    1. Hola bella dama que siempre me lee en las sombras 😉
      Pues lo del concierto de Marilyn tenía veintiséis años, hace media vida. Y lo del Saxo es curioso, porque quería comentar algo sobre ese local, mi preferido de Arguelles, y buscando otra cosa encontré una carpeta en mi disco duro con fotos y vídeos; sabíamos que iba a cerrar por la nueva ley del ayuntamiento que les obligaba a cerrar antes de la una, y pasamos por ahí para darnos un último homenaje, esto fue en marzo del 2007. Es curioso como internet te conecta con tanta información si sabes buscar, también he encontrado un podcast sobre él.
      Toda esta etapa de fiesta hardcore toda la noche, con excesos de todo tipo creo que me duró desde 2001 hasta 2004, año en que salí huyendo de Madrid y me fui a vivir a Barcelona.
      Un abrazo musa.

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  2. Señor Alejandro8 de abril de 2019, 5:41

    Y parece que aún fue ayer de los suaves haría justicia al texto.
    Solo queda preguntar desde esos momentos donde el recuerdo aflora, queda alguien por ahí?

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    1. El día del viento llegó
      la esperanza ya se fue
      o nacemos fracasados
      o se fracasa después.
      La vida ya se gastó
      el tiempo empieza a caer
      los días están contados
      y parece que aún fue ayer.

      Cuantas ilusiones
      traje a este mundo al revés
      que perdiendo una al día
      creo que aún me quedan dos o tres.

      ---
      En mi caso no queda nadie, pero es normal, la vida nos pasa por encima, ni siquiera somos los mismos de antes. Eso también me recuerda a la canción "Hace tiempo" de HDS:
      Haré tiempo que ya no te veo
      Quizás no te llamo
      Porque no me atrevo
      Haré tiempo que ya no te veo
      Habremos cambiado?
      Quizás a peor.

      ¡Un saludo!

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  3. ��❤️��
    No te vengas abajo, eres grande joer...
    Ya soplará el viento a favor...
    Si fuese Sinatra te mandaría dos rusas a casa, o las prefieres chinas, jeje
    Aúpa...
    No tenemos que darnos tanto mal con las obsesiones, nada es tan importante pues los días están contados...
    Todo nos está permitido, transgredamos cosícas en vez de torturarnos... Demos el paso de los elegidos derrotando al espejismo calumniador...
    Después de una psicótica noche insomne uno no está por caer en la tarea de juzgarse tan severamente, el que dirán y tal...

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    1. No sé el motivo pero esta entrada ha generado tantos comentarios spam, y luego he tenido la poca delicadeza de no contestar los comentarios reales, espero que sepáis perdonar mi tardanza.

      Te agradezco tu comentario, siempre es agradable saber que ahí afuera hay gente que se toma la molestia de leerte y mostrar cierta empatía por lo que percibe. Podría ser peor, aun no comprendo como puede pasarme años encadenando resacas, destrozándome el ciclo de sueño y escribiendo textos tan sórdidos y deprimentes como en 2011-2012. Dos años enteros, y un poco del siguiente, en un agujero sin fondo. Pero fue divertido, eso es quizás lo que se olvidan de contar: el arte es épico, emociona, sublima tu mierda, el loco canta desde su agujero y todo tiene un poco más de sentido. Ahora todo es más vulgar, más menesteroso, más grosero y trivial. La edad, un poco de insomnio, un poco de soledad, y ya ves, caigo en la crisis de la nostalgia. Mi solución mojigata ha sido adoptar a una gatita, que, por cierto, está ahora sobre mis rodillas con una pata encima del teclado, medio dormida mientras observa con curiosidad con sus ojos ámbar verdes como las letras se van formando en la pantalla. He tenido suerte con este animal, aunque sea un poco tirana en sus afectos.

      Vaya, ya ves, en un comentario anterior criticando con elocuencia a Bukowski y en el siguiente haciendo lo mismo que hacía él en sus últimos poemas: hablando de gatos. Si esto no es decadencia…
      Un abrazo.

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  4. ESTE ERA MI ABUELO EN MEMORIA DE UN HOMBRE RECTO Y CABAL, EL INSOMNIO ME HA HECHO BUCEAR EN LA WEB RASTREANDO MIS ANTEPASADOS Y DI CON ESTÁ ESPECIE DE NECROLÓGICA, ME OMITE COMO NIETO POR NO IR AL PUEBLO DESDE QUE EMPECE A CONSUMIR DROGA, ES EMOTIVO Y UN DETALLE POR SU PARTE ESTE TEXTO...
    JAMÁS PISARE POZALMURO, JAMAS...
    El pasado día 20 de noviembre falleció en Zaragoza el Señor Paco, don Francisco Romero Hernández, marido de la señora Nieves a los 95 años. Personalmente mantengo un bonito recuerdo de él. Cuando yo era niño y pasaba por su casa en la Caldihuela con la bicicleta, siempre me paraba y me decía que yo iba a ser boxeador, como Urtain, y se detenía un rato moviendo los puños conmigo simulando una pelea, y jugando durante unos minutos. Siendo más mayor siempre me lo recordaba cuando le veía. Por eso siempre le he tenido un cariño especial. Me enteré de su muerte después del entierro, por lo que no pude asistir a su despedida. Desde aquí quiero tener un recuerdo para el Sr. Paco, para la señora Nieves y ahora también para sus hijos, Isabel, Francisco y Pilar. Una parte más de la vida de Pozalmuro se ha ido. No perdamos la oportunidad mientras viven estas personas mayores de extraer de ellos esas jugosas historias de nuestro pueblo que, de lo contrario, caerán en el olvido. Gracias señor Paco por ser una pequeña parte de todos nosotros.

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  5. -hay una especie de miedo inefable en mis salidas callejeras.
    -podrías darme una explicación acerca de ese miedo y su origen?, te pido que recurras a la síntesis, que concretes y lo hagas sencillo, desbroza y no te pierdas por las ramas.
    -si, intentaré esquematizar de modo Sui generis y mi esperanza ya queda cifrada en su capacidad comprensiva de fondo sagaz e intuitivo.
    1... Infancia introvertida y tal vez no exenta de maltrato por parte de padre, omisión parental de problemas hiperactivos...
    2... Búsqueda en la droga de familia de risa y mirada abortada en su esencia por remedio farmacéutico...
    3... Pérdida de virginidad cerebral con química innecesaria a tenor de miedo desproporcionado por coacción ante mi nula experiencia...
    Resultado, zombi, conclusión, el calvario duro un par de años, retención de líquidos, nula vida sexual, no eyaculación, inicio del amigo interior que nace amen de días solitarios con la complacencia en la comida y falta de higiene.
    4... Una realidad peculiar se instala y ando muy atento a los coches que circulan por mi calle
    Creo ver esa mujer delgada de ojos verdes en mil paseantes,
    5... La televisión emite risas violentas y es fuente de maldad y maledicencia, mi diálogo interior es usurpado y tiranizado por el rumor envolvente cargado de opresivo polvo
    Ahora lucho con el vicio y me mantengo en una ficticia vida de mozo estereotipado,
    Mi novia me viste de Zara y tire ropa vieja, los armarios están más vacíos,
    EL rictus en ocasiones denota madurez, a solas sigo con mi vicio de emitir sonidos guturales e inventar palabras que grito con deleite...

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    1. Cuando comencé con mi blog en 2011 una de las cosas que más detestaba era dejar algún comentario en blog ajeno y que nadie me contestase. Es cierto que muchas veces se puede excusar en la falta de tiempo, podríamos decir incluso que ya es un esfuerzo titánico en los tiempos que corren mantener un blog actualizado como para dedicar tiempo también a ponerte al día con los comentarios y los mails. Pero en mi caso, dado que siempre me ha fastidiado y lo he asociado a cierta prepotencia y desinterés del bloguero, siempre intento contestar a todos. Obvio decir que a veces me puedo despistar o, como ahora, contestar con cierta tardanza, pero siempre agradezco todas las aportaciones que hacéis.

      Dicho lo cual, ¿qué contestarte a ti? Interesante sin duda lo de la necrológica. Yo nunca tuve pueblo, mi familia cercana siempre ha estado en Madrid, y cuando murieron mis abuelos no me afectó demasiado. Estaba en una fase de adolescente enfadado con el mundo, me duró demasiado. Alguna vez he vuelto al cementerio a ver la tumba precisamente de mis abuelos, limpiar la lápida, respirar entre los recuerdos. Es algo curioso la muerte, te pasas la vida afligido por el pasado, tan aprensivo y asustado por el futuro que no disfrutas el presente, vives como si nunca fueras a morir, y vives como si nunca hubieras vivido. No sé, yo también podría plantear esas conversaciones para explicar mis taras: bullying, abandono y maltrato familiar, tragedias románticas, adicción al alcohol y a las drogas, relaciones tóxicas, aislamiento, y ahora ya estamos en la fase de decrepitud física y mental. Es curiosa mi relación con este blog, a veces pienso que no merece la pena escribir, que nadie me lee, que es una chorrada dedicar varias horas a reescribir y repasar una y otra vez las entradas con un extraño perfeccionismo que no dedico a las partes más importantes de mi vida, y justo cuando pienso en cerrarlo, en ponerlo privado, me da por contestar comentarios o escribir una entrada a las cuatro de la mañana sobre una serie, o mi vida… y bueno, todo sigue adelante. Qué extraña es la vida a veces, los pobres estímulos que nos mueven, las mecanismo mentales que nos motivan a seguir un poquito más.

      Cuídate. Un abrazo.

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