Soy un cínico, un tipo lúcido, sé que las relaciones están condenadas al fracaso. Te enamoras de un ideal, de una oquedad con nombre de mujer, de una veleidad misteriosa. Y pasado el tiempo, cuando todo es desvelado y los niveles de oxitocina y dopamina vuelven a sus niveles normales decides si inicias o no esa rutina llamada apego. Si sigues adelante corres el peligro de que aparezca una desagradable y desquiciada combinación de vuestro ADN que te obligue a aturdirte con las obligaciones sempiternas de la paternidad. La mejor alternativa es no atragantarte con las canas de su vuestro amor (o de su coño) y volver esperanzado al supermercado de carne a comprar otros boletos. Lo que se sacrifica al tiempo se pierde para la eternidad.
Acabo de llegar a casa. Cambio de turno. La necesidad de dinero nos convierte en esclavos asalariados. Seis horas de trabajo mal pagado, mi masa encefálica deslizándose sobre el ordenador de empresa y derritiéndose lentamente. Pero al menos había aire acondicionado, en este cuchitril que llamo hogar hace demasiado calor. He comprado dos packs de cervezas frías, pero el plan de escanciarlas por mi maltrecha garganta mientras veo una serie me deprime aun más. Necesito un incentivo, algo de belleza. Llamo a Helena, le ruego que venga. Por suerte no tiene nada mejor que hacer y una hora después está delante de mi puerta. Luce un nuevo tatuaje, un uróboros le recorre el hombro izquierdo. Sus ojos brillan al enseñármelo.
Se tumba conmigo en la cama y acepta una cerveza. Enseguida se anima y empieza a ponerme al día de sus proyectos, la mayoría inconclusos. Es más joven que yo, todavía tiene cierta esperanza en el futuro, no ve la vida como un lugar lleno de barricadas y guillotinas. Mis manos acarician su piel, ella cierra los ojos y sigue hablando. Me encantan sus tatuajes, tiene medio cuerpo cubierto de tinta, quiere ser modelo y se publicita a través de sus redes sociales. Mi favorito es un ciclo lunar completo que le cubre media espalda. Creo que es adicta a esconder su piel, al dolor de la aguja, pero aunque la temática Suicide Girl funcione en Instagram, sus sesiones no dan dinero suficiente para vivir de ello. Por eso nos conocemos, porque trabaja de teleoperadora, allí su imagen no importa, solo su voz, una voz que se parece al gorjeo de un pájaro en medio de la tormenta.
Mis caricias son cada vez más profundas y ella responde con todo su cuerpo. Naufrago en su boca, necesito poseerla, hacerla mía. Lamo los piercings de sus pezones mientras la desnudo. Me introduzco en ella con más violencia de la deseada, pero es así como nos gusta desflorar el hedonismo. Cambiamos ternura por pornografía, reventamos nuestras costuras para dejar salir el frío. Unos minutos después la fricción consigue el milagro y por un instante desconectamos del mundo. No existe nada más allá de nosotros, hemos logrado tocar la santidad, la transcendencia. Nuestros cuerpos se estremecen, el atardecer chilla en nuestro interior, la bomba atómica cae transformándonos en pájaros que ascienden sin límite, embriagados, poseídos, felices, gloriosos en el desastre.
Solo dura unos segundos. Nuestra humanidad nos asalta de nuevo, mi flaccidez nos separa. Saco algo de hachís y empezamos a fumar. Se me nubla la mente, pero no demasiado. Su olor me sigue excitando. Su compañía. Su voz. Hay algo real en ella, una belleza superlativa que no se ha apagado del todo al satisfacer el deseo. Sé que es un error en cuanto lo pienso, pero no lo puedo evitar: necesito que se quede, que siga conmigo. Ella asiente, sin darle importancia, mientras su risa reverbera perezosa por la habitación. Mi siguiente pensamiento, antes de volverla a besar, es que quizás la lucidez esta sobrevalorada.
Son instantes pero tan especiales que nos alejan del mundo y sus grilletes
ResponderEliminarUn beso, Rorshach
Hay quien opina que el sexo está sobrevalorado, y en parte tienen razón, estamos demasiado acostumbrados a los poetas de “bragueta y revolcón”; pero tampoco hay que perder de vista que Rimbaud, Baudelaire, Verlaine, Allen Ginsberg y tantos otros ya hablaban del sexo sin necesidad de ser burdos ni vulgares, entendiéndolo como algo que, en determinadas circunstancias y con la persona adecuada, resulta místico y arrebatador. Resulta fácil banalizar un orgasmo, vulgarizar algo tan habitual, por eso la literatura sirve para clavar el ojo en el detalle, sensibilizar tu piel y decirte al oído: fíjate en lo que está sucediendo ahora, quizás nunca vuelvas a sentirlo con la misma intensidad.
EliminarUn abrazo.
Estás volviendo a los orígenes. A tus metáforas de siempre, al tono que tan bien conocen tus lectores habituales...
ResponderEliminarBesos, poeta.
Ahora que estamos solos te diré que el truco que tengo cuando no me siento inspirado es coger dos o tres entradas antiguas, mezclarlas y reescribirlas, a ver si sale algo nuevo, mejor. Los beats lo hacían, recortaban en pedazos de papel sus poemas y mezclaban los papeles para ver que metáforas o conceptos nuevos salían, también es cierto que ellos recurrían a grabarse puestos hasta las cejas de anfetaminas, alcohol, etcétera, y yo, desde que soy tan sano que no bebo una gota de alcohol parece que he perdido la musa. Pero en cualquier caso con el ordenador es muy cómodo copiar, modificar, recortar el material. A mí es una de las cosas que más me gustan de escribir. hay gente que prefiere el vómito literario y luego no tocar de nuevo el texto. El problema es que como mi material suele ser siempre lo mismo (Bukowski, sexo, soledad, realismo sucio), el resultado es muy parecido. Pero al menos estoy una hora delante del ordenador y parece que el día está un poco justificado, y no es la agresión constante de facturas, obligaciones, aburrimiento e insatisfacciones habituales xD
EliminarBesos musa, gracias por tu tiempo.
Me sumo al comentario de Ficticia.
ResponderEliminarElijo una frase
"Es más joven que yo, todavía tiene cierta esperanza en el futuro, no ve la vida como un lugar lleno de barricadas y guillotinas"
Abrazos.
Ps. Cuando me siente delante de un ordenador te enlazo a los capitulos mister floppy q en el movil es un rollete.
Ah, pues si tienes los enlaces a la serie en buena calidad sería un aportazo que te agradecería mucho :) Yo por pereza nunca los he buscado, porque asumo que esta serie sería complicado, pero cada vez que veo algún video en YouTube me parto de risa. Con la tiranía de lo políticamente correcto hoy en día es bastante complicado series así.
EliminarUn abrazo!