La neurosis del escritor es muy básica: escribir, escribir y escribir. Y sino lo haces, ya sea en cantidad o calidad, estás traicionando los más altos ideales personales que con más o menos fingida vocación te impulsan a ponerte delante de la página en blanco. A veces esto de escribir es como intentar bañar a un gato: tú no quieres, el gato tampoco, el proceso es farragoso y el resultado discutible. Además tienes que intentar salir de tu zona de confort, escribir cosas diferentes, o al menos diferentes para ti. En estos momentos estoy tentado de volver a escribir sobre metaliteratura, hacer caso a los consejos naif del libro “El gozo de escribir” –no hay nada peor que un libro de autoayuda para escritores-, o pensar que solo soy un juntapalabras y que mi misantropía me ha dejado sin lectores. O mejor aún: tirar por la línea más sencilla y volver a aquellos intensos post sobre realismo sucio y melancolía sentimental. Pero no, hoy tengo, como empieza a ser habitual, un par de temas de actualidad de los que hablar brevemente.
8,8 millones vieron a España jugar el lunes su primer partido de la Eurocopa a una hora un poco extraña: las tres de la tarde; y 10,5 el debate electoral a cuatro, horario de máxima audiencia, diez de la noche, en varias cadenas a la vez. Seguramente si hubiera sido a la vez, o el partido de cuartos a las siete de la tarde estaríamos hablando de otros datos de audiencia.
El debate fue basura, aburrido, conservador, ridículo, bochornoso e insultante. Los moderadores no hicieron repreguntas, no impusieron unos mínimos elementos que hubieran dado agilidad a los monólogos, parecía que ni siquiera estaba permitido interrumpir. Ganó Rajoy porque salió vivo, y por una vez me hizo gracia el comentario de Rafael Hernando cuando dijo al día siguiente: “Iglesias es una Heidi con coleta, Pedro un zombi y Rivera un veleta”. Al final están consiguiendo que pierda las ganas de todo. Sin embargo me he comprado una camisa de Podemos, no por lucir una afiliación en la cual empiezo a tener dudas, sino para hacer rabiar a mis compañeros de trabajo cuyo ideario personal se basa, simple y llanamente, en leer La Razón o escuchar a Eduardo Inda y repetir como loros todos sus titulares. Una pequeña muestra demoscópica de la falta de exigencia intelectual, crítica e implicación política que existe entre la clase obrera. Y sí, me gusta generalizar, a fin de cuentas todas las encuestas indican que el PP vuelve a ganar las elecciones. Luego el PSOE tiene dos opciones: pedir una consulta a las bases y apoyar a Podemos en su investidura, la cual va a ser una autentica travesía del desierto e incluso contraproducente para la izquierda a medio plazo, o llegar a un acuerdo “institucional” con PP y Ciudadanos y terminar de destruir el país a corto plazo.
No importa demasiado: la cosa está jodida y Europa, donde la socialdemocracia apenas existe, no nos va a dejar recuperar soberanía. Además nuestros políticos, agarrándose a la burbuja de turismo, ladrillo y deuda pública en la que estamos inmersos, tampoco dan mucha esperanza para el cambio, parece que era eso a lo que se referían cuando hablaban de la "Marca España". Pero hay más ejemplos de esto, quizás más sutiles pero igual de sórdidos e indecorosos.
Torbe es un personaje que lleva mucho tiempo ensuciado Internet con su web de vídeos y pornografía zafia y misógina. Ya fue acusado hace diez años de grabar un vídeo con una menor y ahora ha ingresado en la cárcel acusado de trata de blanca, agresión sexual y corrupción de menores. La denuncia es la siguiente: según la declaración de una de las dos testigos, TP3, sufrió abusos sexuales en 2012 por parte de Iker Muniain y un segundo jugador de la selección sub 21 en un encuentro que, según su testimonio, pagó David de Gea a Torbe: "Torbe nos llevó [a ella y a otra chica a la que no se ha identificado y que no ha presentado denuncia] al hotel, y nos dijo a las dos que nos teníamos que acostar con los futbolistas. Yo le dije que no quería y me amenazó con mi familia, y tuve que mantener relaciones con estas personas"
En la misma línea se produjo la declaración de la otra testigo clave, TP2, menor de edad. Esta chica contó que durante 2015, cuando ella tenía 17 años, Torbe abusó de ella el 30 de octubre de 2015, después de drogarla y lo grabó. Entre lágrimas, recordó que después de la agresión le hizo rodar semidesnuda con su móvil otros dos vídeos que tenían supuestamente como destinatarios a jugadores del Athletic de Bilbao y a David de Gea. La entonces menor explicó ante el juez que el plan de Torbe era prostituirla con futbolistas.
TP3 aportó las capturas de WhatsApp que corresponden a una presunta conversación con el portero. En ella, además de intentar sonsacarle la identidad del segundo futbolista que estuvo en el hotel, De Gea le propone que se vea con él y con otros cuatro compañeros del Manchester United. "Eres un pillín", le dice ella. "No, lo hago por mis compis de equipo, mujer". "¿Pero puedes con todos?", le pregunta la persona al otro lado de los mensajes y que se identifica como De Gea. En otra conversación con Iker Muniain pregunta al futbolista cuánto pagó a Torbe "por los servicios de scort” Muniain le contesta: "Eso dile a De Gea".
La Policía ya ha afirmado que otorga una "credibilidad alta" a las testigos.
Todo esto me plantea una duda, si no fueran futbolistas de éxito, millonarios mimados por sus fans y la Eurocopa no estuviera en marcha, ¿habría el juez obviado citarlos y la policía investigarlos? ¿Es normal que, ante estos datos y esta denuncia concreta, la única preocupación sobre De Gea sea si va a ser titular o no en los partidos de la selección? Porque estamos de acuerdo en que la presunción de inocencia hay que respetarla y evitar estigmatizar sin pruebas o una sentencia, pero estos deportistas que, para desgracia de nuestra sociedad, son modelos de conducta debido a la admiración que provocan en millones de jóvenes, tienen la obligación y la responsabilidad de mantener la estética de un comportamiento intachable. Y si hay una investigación en torno a ellos deberían de retirarse del espacio público hasta que todo se aclarase. No lo han hecho, y eso no es lo peor, la afición española, los comentaristas y periódicos deportivos, están a un paso de hacer lo mismo que la afición del Betis con su delantero centro: culpar a la denunciante a gritos y aplaudir la figura chulesca del presunto agresor.
Como decía antes: Marca España.
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