El problema es la
ley electoral actual, las circunscripciones que deciden los escaños que
consigue cada partido no son directamente proporcionales a los votos que
se consiguen de tal forma que con menos votos un partido puede
conseguir el doble de escaños que otro por culpa de la Ley D’Hondt. Esto
no es casual, cuando la Dictadura terminó se impuso este sistema porque
un país dominado por el bipartidismo daba mucha más tranquilidad a las
demás potencias –EEUU por si hay dudas. Esto añadido a que en muchas de
esas circunscripciones lo que se impone es el voto rural –fiel por edad
(jubilados) al bipartidismo- nos da una idea de porque es tan difícil
que nuevos partidos puedan crear una brecha electoral a pesar de tener
más votos en las ciudades importantes como Barcelona o Madrid. También
hay que añadir que el voto en blanco, tan recurrente entre los obtusos
ideológicos, lo único que sirve es para que los partidos minoritarios
necesiten más votos para conseguir representación.
La desconexión ciudadana, ese no entender ni valorar lo que significa la Democracia, la importancia de la política en todo lo que nos rodea. La ignorancia rancia y ramplona de todos aquellos que sin entender ni leer ningún programa político aducen que todos son iguales y siguen quejándose de la vida mientras ven el futbol en el bar –el clásico Panem et circenses.
El anarquismo, tan
de moda ahora en las redes sociales prepúberes, en este momento me
parece ofensivo. Es decir, claro que todos abogamos por la libertad,
claro que todos nos indignamos cada vez que vemos nuestros derechos
pisoteados… en la Revolución Francesa quince mil personas fueron
asesinadas con la guillotina, los reglones torcidos del hartazgo, pero
trajeron a Francia una nueva era en las relaciones del poder social.
Pero, ¿Quién va a sacar ahora una guillotina en la Plaza del Sol? Cada
tiempo tiene sus formalismos de cambio. Ya está bien de buscar atajos
con discursos ridículos y quiméricos. Y voy a decir algo duro pero real:
no me sirve de nada esa coartada de que no votas pero paras desahucios,
por favor, no paras nada, ¿estás en los 50.000 desahucios que hay al
año en España, estás cuando esa familia cuyo desahucio has parado la
policía desaloja una semana después mientras tú estás delante del
monitor limpiado tus medallas con tu estúpido orgullo ideológico? Hay
que tener cierta amplitud de miras, los desahucios se paran llevando a
alguien de confianza al poder y cambiando las leyes. El poder no es un
demonio, simplemente es un gestor de voluntad, y para ello solo hay que
controlar a quién representa y lidera esa corriente de opinión.
Por
eso cada vez me disgustan más. Con todo ese discurso infantiloide de
“acabar con el Capitalismo, el Mercado, el Estado, los jueces, la
policía, la…” Joder, si al final os vais a quedar solos xD Es una
lástima, pero no deja de ser sintomatológico de una generación que solo
quiere cambios a través de atajos, que está demasiado acostumbrada a
leerse el titular y no el artículo, no entiende que los cambios, los
duraderos, se producen poco a poco, con simple y llana pedagogía, que el
poder no es malo en sí mismo, solo en la forma en que se edifica. Que
el individualismo y la libertad que tanto proclaman se viven desde el
equilibro de una sociedad que se compone de muchas individualismos e
idiosincrasias pero que necesita de un orden para poder funcionar.
Por eso es tan importante abogar por el voto útil y la participación. La
derecha de este país siempre ha sabido movilizarse, sin embardo los que
tenemos una ideología más de izquierdas, aun siendo mayoría, parece que
no estamos interesados en la política, solo en desahogar nuestra
frustración en las redes sociales, con el voto en blanco, nulo o con
ínfulas de anarquista cazurro. No nos boicoteemos a
nosotros mismos. Hay que intentar cambiar las cosas, no creo que
tengamos una oportunidad así de nuevo, pensad cuánto tiempo dedicáis, no
sé, a Twitter o a Facebook al día, ¿por qué no, en vez de eso, leemos
por encima los programas políticos y tomamos la iniciativa de
participar? Hasta que no nos demos cuenta de lo importante que es
nuestro voto nunca seremos capaces de defender nuestros derechos como
ciudadanos.
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