Un ataque de risa
producido por hablar de sombras que nunca terminan
¿Eran tus parpadeos
mensajes de amor en morse?
Me gustaría tener una flor
que recuerde mi nombre
Que me guarde luto
mientras perfecciona su preñez
Que sangre por mí pero no
se atreva a llamarlo empatía
Y que delate su perfume en
pleno invierno
Hay canas en mi perilla.
Me rompo de espejos
Olvidémoslo todo y
brindemos con vino barato a las cuatro de la tarde
La siguiente hora ha
tosido allí en la esquina
Será la próxima en morir
¿Quieres torturarla
conmigo?
¿Quieres ser un barco a la
deriva en un lugar que no existe?
Las voces susurran: Todo
principio es una tragedia sin musa
Veo pasar a mi ángel de la
guarda
Con un cuervo posado en la
gangrena de sus alas
Pone la calefacción, frota
mis manos
Pero no consigue que entre
en calor
Sigo frío, frío, frío…
Y me compadece por esa
extrema pobreza
Sin saber que ese espacio
helado
Es lo único que aún me
pertenece
Algo que nadie ha
conseguido arrebatarme aún
La literatura es una puta
que finge orgasmos
Y vende esperanza caducada
Por eso abro con violencia
su coño de palabras
Y aunque llora y pide
clemencia
Mi hambre se la folla
escupiéndole a los ojos toda la ira
De un corazón agorafóbico
que todavía mendiga
Por las tardes en el metro
de Madrid
Para su marcapasos de
viento
Y justo cuando todo acaba
Y estoy hundiéndome en el castillo de la
nada
Mi gato –ese cabrón insolente- empieza
con sus recriminaciones
Me maúlla que siempre es mejor follar
con los ojos cerrados
Para evitar desgracias terribles como el
Amor
Es fácil para él
Lleva castrado cinco años
Pero sí
Tiene razón
La próxima vez
Intentaré no enseñar
Mi jaula
Tan rápido.
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