lunes, 14 de septiembre de 2020

La autoescuela de la renuncia.

Reconozco que me cuesta volver a escribir aquí. De qué escribir, para qué, ¿acabo busco el reencuentro con algún lector incondicional, o tal vez cubrir con diez minutos de esfuerzos artificiales la necesidad de desahogarme, de actualizar algo, de sentarme y usar el teclado después de casi dos meses de abstinencia? Aunque con un currículo de diez años paseando por este blog no debería necesitar ninguna excusa, pero supongo que forma parte del diálogo interior entre mi parte más perezosa y esa otra que necesita ser más creativa y justificar de alguna forma mi tiempo libre. Lo único que tengo claro es que las redes sociales me aburren, está todo demasiado polarizado, cualquier cosa, incluso una foto de tu desayuno, puede provocar una discusión con algún desconocido; me han llegado a echar la bronca por privado solo por compartir un tweet ajeno: “¿Por qué sigues a ese fascista, por qué le das publicidad?”. Hoy en día cualquier cosa que no siga escrupulosamente el ideario de izquierdas/feminista/identitario/victimista te convierte en fascista/machista/mala persona, incluso no estar de acuerdo con la cancelación cultural. Se te quitan las ganas de compartir nada, ¿son los blogs el único lugar donde puedes monologar sin que nadie se sienta ofendido?

        Terminé el cuarto borrador de mi novela y lo envíe a varias editoriales, y luego busqué a alguien que me lo maquetara para poder regalar la edición digital en ePub, pero como no encontré a nadie tengo el pdf abandonado en una carpeta de mi disco duro. Todas las personas que la han leído les ha gustado, sobre todo la parte final -la más random a nivel de escaleta-, pero estoy muy vago con mis proyectos literarios. Quería acabar la novelita que empecé en Wattpad hace unos años, e incluso sacar un poemario decente solo con material mío, pero resulta que desde hace tres meses comparto mi vida sentimental con una joven veinteañera llamada Helena -que nombre más hermoso-, que me tiene totalmente absorbido, ¿suena a excusa? Lo es, y muy buena. La vida social, las vacaciones, quedar con amigos, incluso ir a la piscina todas las semanas me ha permitido pasar el verano alejado de noticias sobre ERTE, coronavirus y sobre la irresponsable y patética gestión del Gobierno. Supongo que cuando pasas una buena época no te apetece escribir sobre ello, incluso te cuesta pararte una hora delante del ordenador a escribir una reseña -aunque intento seguir leyendo a un buen ritmo, este año llevo 56 libros-, y solo te apetece divertirte, tomarte unas cervezas en una terraza intentando eludir la paranoia y agobios generales que la crisis económica y sanitaria está provocando -y nos queda lo peor.

        Además, siempre he sido bastante monotemático, el yoismo de las obsesiones frustradas, la depresión, el deseo frustrado… aunque al leer los diarios de Pizarnik, Plath, El cuaderno gris de Josep Pla, o las cartas de Kafka resulta claro que es complicado sacar literatura de la escritura automática, se suele caer en la intensidad confesional y el lector al otro lado se aburrirá tarde o temprano. Los blogs más funcionales son los actualizan con pequeñas dosis creativas, como el de Neorrabioso o el de Noguera. Pero bueno, lo dicho, que intentaré pasarme más por aquí, reflotar un poco el hábito olvidado.

        Espero que estéis pasando este año lo mejor posible; creo que ahora toca ser cortoplacista, modificar nuestra forma de pensar y abrazar cierto carpe diem existencial, apretar los dientes, suspirar y seguir adelante sabiendo que esto va para largo, que la ‘normalidad’ no la vamos a recuperar hasta dentro de un par de años -la vacuna es la última zanahoria que nos están lanzando-, y que hay que tener mucha paciencia. Un abrazo a todos.

15 comentarios:

  1. Desde la Galaxia del Más Allá, aquí en Antaviana, puedo decir que las cosas se ven muy semejantes a como usted las narra. La zanahoria es una zanahora a modo de placebo para cerrar bocas que permanecen abiertas porque no saben si suspirar o gritar, y mientras tanto transcurren las horas viendo las horas pasar sin que nadie, absolutamente nadie, se plante o se plantee todo esto. La vida es ahora, y esta ha sido la manera de descubrirlo para muchos. Pero usted no abandone su blog, haga el favor, ni su novela! Maquétela y hágalo ya. Ni su proyecto poemario personal. No nos deje a medias... Meaows!

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    1. Yo he intentado, y alguna vez lo hemos comentado, estar ajeno a todo esto, me preocupaba mi madre, pero sin hijos, con teletrabajo y una vida social paupérrima me podía permitir el lujo del asilamiento informativo, pero es que en esta segunda ola, sin poder echar mano a las excusas habituales, es demencial la indefensión en que están dejando a la mayoría de la ciudadanía. Y la vuelta al colegio está siendo demencial, casi como si buscasen la inmunidad de rebaño; pero no, el problema es que estamos en manos de cretinos, de gentuza sin ninguna capacidad gestora, y las consecuencias son una enorme cantidad de muertos y precariedad. Es demencial.
      Lo del poemario lo estoy revisando, pero dada mi ínclita pereza lo único que puedo prometer es hacer un esfuerzo para seguir con el blog, aunque solo sea para despotricar un poco. Espero no volverme monotemático con el tema del coronavirus, me resistí a hacer un diario de confinamiento por salud mental xD pero al final va a tocar hablar de ello en profundidad, no nos dejan más opción.
      Un enorme abrazo, espero que todo vaya bien, mis mejores deseos, y si en algún momento necesitas hablar, ya sabes, solo tienes que hacerme una perdida.
      ¡Meaows!

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  2. Joder, chavalote, cómo has cambiado (en el sentido en que te leo como a un ser totalmente distinto). Todos evolucionamos, supongo. Yo he involucionado, tengo menos tiempo, tengo menos ganas y tengo menos ideas, así que trato sobre lo mismo de siempre pero con menos cariño todavía. Alguna vez me he pasado por aquí, pero ya no publicabas aquellos textos extraordinarios de antaño. Supongo que se deberá a que estás a otras cosas, como la novela. Cuando la publiques supongo que avisarás. Si es física, me haré con un ejemplar.

    Bueno, te veo calmadito y eso no tiene que ser necesariamente malo, te mando un saludo y mi pretérita y actualizada admiración (publiques lo que publiques, tienes madera). Y por cierto, este comentario no espera (y me defraudaría si así fuera) una contraprestación. Sé que eres vago para comentar y además yo soy una chica, je.

    Un abrazo.

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    1. Mierda! falta el NO más importante en mi comentario. Vamos, que NO soy una chica.

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    2. Dios te oiga, Judit :-P

      (Perdona Rorschach)

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    3. Ostras, vaya sorpresa que vuelvas a estar activo. Yo también me pasé por tu blog alguna vez, pero lo tenías privado, cosa fatal, siempre he pensado que eso de borrar o privatizar blogs es de mal gusto, ¿Cómo quitar la opción de que nos relean esas almas cándidas que algunas vez se acuerdan de nosotros y nos echan de menos? xD
      Me pondré al día con tus textos, aunque por lo que he visto tienes un buen aluvión de comentarios eminentemente femeninos, ja, ja, ja.
      Lo de la novela, bueno, tengo que maquetarla y me da pereza, no tengo ni idea, lo mío es escribir. Pero está terminada, lo cual es un logro, sobre todo porque cuando digo ‘terminar’ me refiero a pulirla lo suficiente a lo largo de cuatro largos borradores. Me ha gustado el resultado y tengo intención de terminar otros proyectos, como el poemario u otra novela que empecé hace unos años y dejé a la mitad. No sé si al final me dará el punto de publicarla en Amazon, pero de momento al tengo en formato pdf por si alguien quiere que se la envíe por correo electrónico xD

      Lo de cambiar… sí, supongo que todos cambiamos un poco, han pasado casi diez años desde ese primer texto en enero del 2010, ¡como pasa el tiempo!. Diez años… creo que mi relación más larga solo duró cinco xD No sé, antes estaba deprimido, y el alcoholismo diario, las mujeres perturbadas y taradas, el insomnio, un trabajo de mierda y una obsesión malsana con Bukowski -sus libros y su forma de vida-, no hicieron que mejorase demasiado, pero al menos brinde al respetable algún texto decadente interesante y descubrí una adicción tardía por el teclado. Ahora podría decirte que sigo deprimido -algo menos-, y aunque sigo con el insomnio y el mismo trabajo de mierda mi gusto por las mujeres es un poco mejor y mi alcoholismo es solo social xD ya no puedo recaer en la decadencia una y otra vez, terminé aburrido de mi mismo, prefiero cualquier otra cosa. Quizás no he cambiado y solo es otra capa de cebolla, ya sabes como es el teclado: te inventas un personaje, luego el personaje se rebela y al final terminas venciendo el pudor e invitando a una cerveza a los molinos de viento con faldas escocesas que suelen poblar nuestros sueños.

      No hay contraprestación más allá de que estoy encantado que hayas vuelto a tu blog y gastado algo de tu tiempo en leerme. Espero que sigamos en contacto y todo te esté yendo más o menos bien. La lucidez es siempre contraproducente, pero hay personas como nosotros que no sabemos huir de ella. Un abrazo.

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  3. Pues has escrito un poco lo que quizás a muchos nos pasa...de qué escribimos? (estoy con un teclado yanky que no sé por dónde anda el otro interrogante y las eñes no veas como se me complican que tengo que hacer alt 164...un agobio)...bueno nada...como te decía...que yo escribo entradas de año en año o de seis meses en seis meses...
    Pero una cosa es cierta, que por ahora, escribir en blogs todavía está permitido y no te linchan.
    Yo creo saber por qué...porque hay mucha letra y a la gente ya no le gusta leer...

    ah! y sigues siendo mi ídolo...56 libros en un año...yo llevo diez en cuatro años...y quiero matarme...
    Pero no voy a fustigarme, es lo que hay. Y deberé aceptarlo.
    También me gustaría escribir más y visitar a comentar a más gente...

    Te felicito por la veinteañera!!! Y por terminar un libro.

    La verdad eres nuestro ídolo aunque escribas poco! jejejeje
    Besazos

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    1. Claro, estamos en la época de leer titulares y no el artículo, de Twitter, de hacer varias cosas a la vez para ‘aprovechar’ el tiempo, resulta muy complicado ponerte a leer un texto largo y más aún escribirlo tú mismo xD Quizás por eso hay más libertad, sin miedo a que nada se haga viral.
      Lo de leer o escribir más al final es una cuestión de hábito, siempre lo he dicho: si yo me pongo una hora todos los días con el blog, todos los días habrá una entrada, y si me pongo a leer hora y media todos los días resulta fácil llegar a los cien libros anuales. El problema no es tanto el tiempo libre como organizarte para priorizar unas cosas sobre otras. Aunque entiendo el contexto de llegar a casa cansado de la vida social y/o el trabajo, con la mente aturdida y los ojos cansados, y que no apetezca nada encender el ordenador o el eReader, al final, insisto, se trata de prioridades, de no hacer algunas cosas por hacer otras.
      Gracias por las felicitaciones y por tus palabras xD no creo merecer ser el ídolo de nadie, pero siempre es encantador leerlo de vez en cuando, ja, ja, ja.
      Un abrazo y mis mejores deseos 😉

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  4. ¡Dichosos los ojos, Rorschach! Siempre he pensado que la felicidad -o cualquier sucedáneo que se le parezca- es enemiga de la escritura. Pero claro, eso se basa en la relación de desahogo que yo mantengo con ella, y que puede o no ser similar a la mantengas tú. En cualquier caso, me alegro de volver a leerte, me gusta el abanico de matices que abres sobre las certezas de los adalides del "o conmigo, o contra mí".

    Por otro lado, y a pesar de que tu novela no cumple con los registros de lo que suelo leer (¿era rollo new adult?), estoy deseando de que la termines, publiques de alguna forma y poder leerla. Si nos premias con un poemario, bienvenido será también.

    ¡Un abrazo virtual! Que esos no los ha prohibido la OMS (todavía).

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    1. Qué tal muchacho, me alegra ver otra cara conocida por aquí.
      Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices sobre la felicidad y la escritura, pienso lo mismo: escribir es un buen acicate contra la soledad y el desamparo. Cuando uno está satisfecho -a ciertos niveles mínimos, claro-, lo de ponerse a escribir cuesta un poco más. Y no porque no se pueda escribir reseñas, sobre temas políticos o en plan vomito confesional, sino más bien porque, y creo que en eso coincidimos, hay cierta parte de desahogo, sublimación, e interés por indagar en el dolor y la insalubridad vital que nos emociona, tienta, alienta y atrae. Es algo masoquista, quizás en mi caso herencia de Cioran, Bukowski y otros autores, pero no puedo evitar sentirme tremendamente fascinado por los lugares oscuros del cerebro.

      La novela me temo que sí, es rollo New Adult, con sus primeros doce capítulos de decadencia existencial, pero luego con un desarrollo de cierto romanticismo empalagoso (¿ya he mencionado lo de la sublimación?), me pones en un aprieto porque una vez terminada no puedo justificar mi pereza. Lo más fácil sería pagar para que alguien me la maquetara, pero no he encontrado a nadie, al menos por internet la cosa va más de editoriales que se encargan de todo. Intentaré actualizar un poco más el blog y sacar tiempo para los otros proyectos, seguir en movimiento, y más con las cosas que están ocurriendo, hay que hacer un esfuerzo para no quedarte en shock, no nos podemos permitir perder el tiempo.

      Un abrazo a ti también 😉

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    1. La palabra ‘feliz’ quizás es un poco exagerada pero estoy razonablemente satisfecho -excepto cuando caigo en la tentación de ver las noticias-. Un abrazo, espero que todo vaya bien 😉

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  6. Aterricé por descuido en el blog de un amigo al que le pierdo la pista porque por temporadas cierra/abre su blog y me pierdo, vi un comentario tuyo y volví a encontrarte y me alegro de eso
    Siento que la compañera de letras es la contraparte de la felicidad, mis momentos más intensos han sido cuando más triste me encuentro, podría crearme un Heleno, pero sería momentáneo.

    Con todo esto, Rorschach, intento explicarte que me alegro cogerte la pista nuevamente.

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    1. Hola, Mujer de negro, gracias por pasarte por aquí y dejar el comentario. Yo también pensaba como tú, como si solo el dolor y la infelicidad pudiera inflamar el pecho de la musa, pero luego no suele ser así, puedes escribir cosas interesantes incluso estando feliz, el ‘problema’ es que no te apetece porque estás disfrutando de esa felicidad y no quieres que nada te distraiga. Naturalmente cada cual tiene su zona de confort, su tono, pero eso no implica que no puedas desahogarte en un filia diaristico y decadente, y luego escribir cuentos con final feliz. Tómate a ese ‘Heleno’ como un tu primer lector, el más exigente… es un buen acicate.
      Lo dicho, un abrazo, y aunque tengo el blog abandonado, espero que te animes con alguno de mis libros. ¡Un saludo!

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