viernes, 26 de octubre de 2018

Escritura automática.

Querida lectora: he de advertirte que estamos entrando en una dinámica destructiva. Suena inquietante, referirse a la destrucción siempre lleva latente una tragedia, pero ahora que he captado tu atención quiero tranquilizarte, en realidad todo es más pueril: lo que quería decir es que somos satélites girando en órbitas excéntricas y asincrónicas, buscándonos y evitándonos a la vez. Como la frontera entre el placer y dolor, entre la potencial adoración e indiferencia entre el escritor y su musa.

Entiendo tu prudencia: somos lo que escribimos, pero no siempre. El terreno de la ficción se alimenta de una parte esencial y otra especulativa. Es fácil desear a ciegas, guiados por la belleza de algunas palabras, de algunos gestos. Sin embargo, ¿es posible encapricharse de un cerebro, querer acariciar las manos que escriben los textos que te emocionan? Yo creo que sí, aunque forme parte de esa dinámica destructiva de la que hablaba antes, del caos apoderándose de nuestras pequeñas esperanzas. De momento estamos seguros, somos tan ajenos como impredecibles, tan extraños como deseables. Quizá ahí esté el truco, la clave de nuestra virginidad conceptual.

            Por eso te escribo presa de un súbito ataque de melancolía, atemorizado ante el anonimato que marchitará todas nuestras posibilidades. Te propongo que seamos valientes, que nos convirtamos en devenir y casualidad. Y como primer paso dejemos el sexo como mera cuestión epistemológica, vayamos a lo importante: enséñame tus aristas, tus desequilibrios, el color de tus pensamientos, los defectos que no compartes con nadie; ayúdame a entenderte. El amor es un allanamiento de identidad, una impudorosa aceptación, una alegre emancipación de todas las etiquetas. Ven, atrévete, coge mi mano, desnúdate, enséñame tus heridas, canta conmigo, llueve conmigo. Hagamos una locura. Sálvame. Sálvanos.


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Puedo creer que he tocado fondo, sobrepasado ya el nivel crítico de frustración. Puedo sonreír a los niños que juegan en el parque cuando, en realidad, quiero estampar sus sesos contra el suelo. Puedo mantener un trabajo precario durante ocho años y que no parezca un fracaso vital. Puedo albergar pulsiones suicidas, tener la certeza de que la cuchilla y el agua tibia, o el monóxido de carbono, siempre serán una opción, una válvula de seguridad que me permite no ser aprensivo con mi futuro. Puedo dejarme llevar por el camino del exceso y beber y drogarme como si estuviera más cerca de los veinte que de los cuarenta. Puedo masturbarme, saboreando el dolor físico y mental, rememorando cada oportunidad perdida, cada recuerdo en toda su salvaje intensidad. Puedo leer libros de forma compulsiva intentado buscar alguna justificación, alguna idea que permita llenar el hueco existencial que ha provocado desechar la religión, la familia, el trabajo y el consumismo como forma de vida.

Puedo cerrar los ojos, respirar hondo y saltar por la ventana. Puedo dejar abiertas antes las espitas de gas y acabar con medio vecindario. Puedo reivindicar un espacio propio, e ignorar las advertencias y amenazas de una dictadura disfrazada de democracia. Puedo revolcarme en la autocompasión, en mis complejos y manías, ser un masoquista y volverme también despiadado, porque ambas tendencias siempre van unidas. Puedo tener esperanza en el futuro como máxima utopía desechable. Puedo odiar a Bukowski por decepcionarme. Puedo autoengañarme e ignorar mi pasado, y así repetir los mismos errores una y otra vez. Puedo arrastrarme al hedonismo más trivial, hasta que la inanidad y la falta de estímulos cause mi embrutecimiento y obliteración neuronal. Puedo obviar mi falta de talento y enfadarme con la sempiterna página en blanco. Puedo ser pedante y causar sonrojo mayúsculo por mi falta de contención. Puedo presumir de soledad cuando lo único que pretendo es esconder mi pusilanimidad.

            O puedo seguir con este blog. Y ver qué sucede.

12 comentarios:

  1. Tú puedes, claro que puedes...
    Que la escritura automática no es tan imprevisible como se piensa...
    Pues a veces bajo presión se escribe mejor...

    Besos, artista.

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    1. Es que en realidad, como ya sabes, lo de la escritura automática tiene un poso fraudulento, como aquel que dice que no sabía lo que estaba haciendo la noche anterior porque se había tomado unas copas. Yo siempre digo lo de la “escritura automática” para justificar filias y fobias, aunque reconozco que el vino manchó el vaso más veces de las necesarias para un individuo que tenía obligaciones al día siguiente xD
      Un abrazo querida musa, superviviente del genocidio bloguero.

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  2. Vaya, vaya, vaya...
    Muchacho, ¿qué está pasando aquí?

    Está claro que me he perdido algo...

    Sigue con este blog. Sigue con esta maldita vida, a ver qué sucede.
    La realidad siempre supera a la ficción... Ficción, ficción, ficción. ¿Qué es eso? Pues otra realidad interior, alternativa a la externa, y por lo tanto mucho más libre.
    ¿Tienes... musa de nuevo?

    Mis más efusivas felicitaciones.
    Escritura automática y febril. ¡Bravo! ¿El amor te ronda? ¿Perecerás en esta batalla?
    Parece complicada. Bien. Una selva oscura en la que perderse para volverse a encontrar...


    Tic-tac, tic-tac. Las campanadas de la mente dan las 12. Un zapato de cristal queda abandonado en el suelo. ¿A quién pertenecerá? Oh, misterioso misterio. Un asombro con las piernas bien abiertas te espera entre las sombras. ¿Lo podrás desvelar?
    Sólo si te pierdes en ellas, tal vez...

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    1. Qué comentario más lírico, yo creo que tiendes más a la poesía de lo que crees, eres nuestro William Carlos Williams bloguero 😉
      No hay musa, solo hay palabras. De hecho una chica de 23 años de Twitter hace una semana me dio su teléfono para quedar, y al final la bloqueé por WhatsApp, me agobié, era demasiado happy, demasiado normal, demasiado posibilista. Me estoy volviendo un huraño, un ser de barro que prefiere quedarse en casa viendo películas toda la semana que intentar entablar conversación con una persona xD
      La parte de las manos era un texto antiguo, bastante execrable, que me dio por pintar con mi inlucidez actual; antes estaba demasiado obsesionado con el sexo, ya te puedes imaginar cómo acababa. Y el de esta entrada igual. Menos mal que algo evolucionamos. Algo. Un poquito.
      Y nada más que contarte. El otro día me vi unas ponencia de YouTubers de éxito y hubo una cosa del discurso de uno de ellos que me llamó la atención: decía que YouTube era un hallazgo tecnológico a la altura de la imprenta, que ellos eran los traductores de la realidad actual, es decir, YouTube es un buscador, como lo es Google, y la gente lo que buscaba es la “traducción” de la información que ya está por escrito pero en formato audiovisual. Puede que sea sobre divulgación científica, o algún vídeo tipo Do It Yourself (hazlo tú mismo), pero la gente está cambiando sus hábitos de consumo y ya no quiere leer sobre un tema, quiere escuchar, visionar a alguien que le explique ese tema. Y es cierto, los niños ya no tienen la misma concentración que sus padres, están más acostumbrados a una Tablet y YouTube que a un libro, y eso implica que, en cierta forma, necesitamos a esos traductores de contenido multimedia, porque quizás en el futuro nadie se va a molestar en leer una entrada de la Wikipedia para informarse de un tema. ¿En qué lugar deja eso a los blogs?

      Y nada más. Un abrazo muchacho, espero que tus cuitas sentimentales vayan bien 😉

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  3. Esperemos que optes por las opciones menos radicales y que sigas con el blog. Somos los restos de jna civilización, si te vas qué quedará de esto? Jajaja

    Besos poeta y cuídate.

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    1. Es curioso porque le acabo de comentar a J. que es posible que estemos más vetustos de lo que creía ja ja ja. Bueno, yo siempre estaré por aquí, YouTube todavía no me llama la atención, aunque dicen que tengo una bonita voz y eso ayudaría mucho en la difusión de mis torpezas. Tamara hace año y medio me compró una máscara de Rorschach y un sombrero para que hiciera vídeos, ¿te lo conté? La compramos directamente de EEUU y en los vídeos que tenía el vendedor en la web las manchas de la máscara se movían. Cuando nos llegó descubrimos que el truco era que reaccionaban a los cambios de temperatura, es decir, que tendría que estar en una habitación muy fría para que el calor de mi aliento consiguiera el efecto (la compramos en verano); además no se veía nada a través de ella por lo que el hecho de leer algún tipo de guion era inviable. Son chorradas porque lo más sencillo sería grabarme y ya está, pero soy un obsesivo de mi anonimato, y esa opción no la contemplo. Pero ese es el futuro: ahorcarnos en el formato audiovisual, hacernos traductores de la realidad actual.

      Un abrazo musa, espero que superes tu ennui antes de las Navidades 😉

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  4. ¿Es esto la muestra de una nueva voz poética?

    Me gusta el ritmo esdrújulo del primer párrafo.

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    1. Nah, es un exabrupto alcohólico basado en la soledad noctívaga y la búsqueda espuria de una respuesta femenina allá afuera. El típico colapso de madrugada. En realidad, todas las relaciones caen en una dinámica destructiva, ya sea la insalubridad química de los primeros días, o el sopor impudoroso de los últimos 😉
      Un abrazo muchacho, gracias por pasarte por aquí.

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  5. Pues me ha gustado mucho, compañero.
    El blog como rebose y sumidero,
    valvula de seguridad cuando la extrañeza de vivir te inunda,
    te atrapa
    y te empuja al vacio de la pégina en blanco
    Ese primer parrafo
    de enchochamiento cibernético tan bien contado
    Y la seguda parte genial
    cuando los fantasmas cotidianos
    te amenzan con empujarte
    desde el alfeizar de la terraza.

    Abrazos

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    1. Gracias por tus palabras. Fíjate como andaría esa noche que estoy contestando sin acordarme muy bien de lo que había escrito. Y ahora al leerte pensaba, ¿enchochamiento cibernético, a qué se refiere? xD
      Por cierto, dado que eres un gran lector y compartimos algunas filias y fobias, te recomiendo un libro del que haré reseña más adelante (si la pereza me lo permite), es un ensayo: 12 reglas para vivir, un antídoto al caos, de Jordan B. Peterson. Es un sociólogo del que ya he hablado por aquí en alguna ocasión, no es un libro de autoayuda, más bien es una reflexión sobre la felicidad y sobre el arte de vivir (como diría Schopenhauer). Tiene su peaje porque también es denso, pero resulta bastante ameno e incluso divertido, merece la pena. Échale un vistazo en alguna librería. ¡Un abrazo!

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  6. naufrago en la soledad de mi guarida, me siento seguro en mi terruño de 30 metros cuadrados, junto a mi en la mesa del salón una bandeja con restos de chuletas resecas atestiguan mi pereza vital... en el ambiente aun gasta de las suyas el olor de la ultima mierda blanda flotando en el salón, ojala una vecina timbre a mi puerta pidiendo sal, vinagre, que cojones se... e inspire en la puerta el aroma de mi mierda mientras con mirada de extravió fijo mis pupilas con cierta obstinación en las suyas...
    me daría igual una forma oronda, obesa, una delgadez anoréxica, solo que me deleitaría dibujar un rictus de asco en su cara cuando perciba que mi casa apesta a mierda, el cerdo del mediodía vomitado por mi ano virgen de polla...
    a veces uno desvaría y ríe a solas como un niño travieso de 40 años, son risas involuntarias provocadas por la propia enfermedad, el que me viese desde un agujero diría... hostias un sabio, un ermitaño urbanita pasado de rosca que ha encontrado el nirvana... lejos de la realidad... la verdad es que en mi empresa de discapacitados solo se permite utilizar un cúter de seguridad... supongo que para tener mas chungo utilizarlo con fines bélicos hacia algún compañero... cuando lo veo a mi lado, cuando me trae el sutil aroma a sudor de explotación y pegamento de adhesivo pienso en rajarme las venas, seria mi último trabajo bien echo para escapar no de las 8 horas, para escapar de los segundos, los minutos, los meses, los años, de mi puta vida ya bastante maltrecha...
    luego un tenue susurro en mi interior exhorta... calla bobito, traga hasta el final, viaja hasta el final del camino como un muerto viviente imbuido de tristeza y paranoia... calla bobo


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    1. Hombre, nuestro amante de Bukowski volviendo con otro relatillo sobre mierda, precariedad laboral y la risa del loco desde su agujero. Es curioso, porque a mí nunca me ha gustado escribir sobre la mierda, Baudelaire mola más en ese sentido, diciendo aquello de “alcantarilla pletórica de sangre, una miasma fabricada por un químico perfecto”. Bukowski y sus almorranas. No sé, los fluidos son poco edificantes al menos que utilices un poco de lirismo, ya sabes, las goteras de sangre, los lirios blancos resbalando por su cara… utilizar un poco de lubricante antes de intentar sodomizar a tus pobres lectores xD
      Utilizar el cúter o seguir adelante… siempre acabamos en lo misma encrucijada, ¿qué nos justifica, qué nos alienta, qué hedonismo puede engañarnos para seguir adelante? Busca, pequeño cachorro, busca, y cuando lo encuentres vuelve aquí y compártelo con todos nosotros.
      Un abrazo.

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