domingo, 22 de julio de 2018

Interludio Despoético

Eva mordía todas las manzanas, y Dios, en una misericordia ampulosa, le provocó un ataque al corazón
Y así, con un formulario de luces en forma de himno, la encerraron en una clínica mental
Allí le rompieron los dedos de dos en dos, dejando hilos de sangre, como pequeños caminos de escarcha roja
Abrieron sus piernas y del incendio brotó un aguacero y un pantano de huérfanos
Con morfina y litio la confinaron en el fleco moribundo que existe entre las olas y el tramo pegajoso del reloj
Así el vómito se convierto en milagro, la cara en maquillaje, el sexo en una eucaristía de manos sucias

Cuando está sola Eva llora trozos de lana, vacía sus costillas de lluvia y luego se duerme con las manos dentro del pecho
No sirve de nada huir, ¿hacia dónde? Ya no hay lugares que puedan salvarnos.

4 comentarios:

  1. Me gustan las Evas que muerden las manzanas
    para caer en avernos de tentaciones consumadas
    y así eludir paraisos sin pecados.
    Merece la pena aunque eso conlleve
    temporadas en frenopaticos
    de delirios desbocados.

    Abrazos.
    Que delicia que vuelvas
    a tus versos rotos.



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    1. Cada vez me cuesta más, son abscesos que intento evitar dentro de lo inevitable ja ja ja.
      Gracias por pasarte por aquí, te animo a leer a Gillian Flynn, preparo más reseñas porque es una escritora que me tiene absorbido ;)
      Un enorme abrazo.

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  2. Eva es el arquetipo vivo de mujer que siempre deseó. Eva y su incitante manzana, adornada por un millar de serpientes. Pero era él el que estaba en una clínica mental por haberse pasado con el litio. Su bipolaridad había alcanzado cotas insospechadas de exceso. Había pasado de follarla horas contra la pared, a desesperarse solo con la cabeza entre las manos, en una esquina de su sucia habitación, aislado del mundo. Porque Eva era la incitación que reclamaba puentes contra la reclusión y la mentira en que había convertido su vida, con esa falsa seguridad fingida.
    Eva y su cuerpo, Eva y su calor. Eva y sus labios. Están tan vivos y él tan muerto. Y le da tanto miedo el milagro de su resurrección que no sabe si podrá soportar tanta vida habitando sus sombras. Eva es una puta repleta de amor divino, que le hace vivir. Y al notar cómo se desperezan sus manos al recorrer su cuerpo, todo él tiembla sin poderlo evitar...
    La última vez que la folló terminó llorando. Pensó que todo aquello era demasiado terrible, y al día siguiente, aislado en su casa, ni siquiera fue capaz de levantar las persianas para que entrara la luz. Temía mirarse al espejo y sentir que ya no era un muerto en vida. Porque era la vida que no podía controlar lo que tanto lo asustaba... Y fue entonces cuando sonó el móvil otra vez. Era Eva a la espera de una contestación para un largo paseo por el parque, en el que le quería hablar del último libro que cayó en sus manos, mientras él, seguramente, no podría reparar en nada más allá de sus labios tan vivos, de sus caderas ondulantes, del brutal deseo que anidaba en su interior...

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    1. Muy buen texto, me alegro que lo hayas incluido en tu blog (ese blog donde tienes prohibidos los comentarios a pesar de lo que te gusta dialogar en ellos, qué curiosa contradicción xD). Te veo muy prolífico, quizás es un síntoma de que te ronda el amor, la musa, ese enjambre de sensaciones. Sigue compartiendo ese soma psíquico, antes de que llegue la fatalidad o la calma. Un abrazo.

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