Sobre ti, sobre mí
Sobre esos condones caducados del cajón
Que son mucho más sabios que cualquier poeta
Escribiendo sobre alquimias inútiles
Chica Blue, recuerdas cuándo éramos asesinos impenitentes
Aprovechando nuestra libertad condicional para volver al lugar del crimen
Cuando nos mecíamos en el sonido de tu piel contra mi piel
Y dibujaba tu nombre con el carboncillo azul de mi corazón
Cuando mi ventana encendida era tu faro de medianoche
Y creíamos que solo los locos podían cicatrizar el mundo
Y creíamos que solo los locos podían cicatrizar el mundo
Cuando éramos espejos de piel, nudo de sabanas caníbales
Violencia ebria, ternura pornográfica, enjambre de sangre blanca
Cuando te mantenía mojada mientras el mundo, allá afuera
Se moría de sed
Cuando follábamos hasta que reventaban las costuras
Y el frío de tu interior inundaba la habitación
Cuando medicaba mis erratas con tu sonrisa tormenta
Y te enviaba trozos de mi cerebro envueltos en papel de regalo
Tus ojos, pétalos de cielo ajenjo
Tu cuerpo, catedral helada, jardín sin sujetador
Te reías de las mujeres de puntos suspensivos
Porque eras a la vez asterisco, puente y túnel
Supongo que estábamos condenados
Tú leías a Plath, yo a Bukowski
Y habíamos decorado nuestra jaula el amor químico de los insectos
Pero lo peor es que con el tiempo
Olvidamos cuánto pesaba tu cuerpo sobre el mío
Y así no hay manera de ofrendar te quieros sin sonar absurdo.
Han pasado varios meses
Ya no corrijo tus poemas, han muerto de hambre
Pero todavía me admira que fueras capaz de decir para siempre
Justo antes de enviar tu fuego y acabar con todo.
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