Me cuesta respetar
el rollito anarquista y las campañas abstencionistas, defienden que la
democracia es un fiasco, y en una especie de
rapto de lucidez su única solución es no votar, salir a las calles para
organizar huertos urbanos y comunas hippies donde defender con profundos pero estériles discursos los derechos y
la libertad de cada individuo. En el único momento de la historia en
que esas ideas anarquistas han funcionado fue durante la Guerra Civil Española en Cataluña; y años después muchos de aquellos líderes
anarcosindicalistas se lamentaban de no haber intervenido en la logística
del poder porque quizás no se hubiera perdido la guerra y no hubieran sufrido cuarenta años de dictadura.
Nuestra democracia no es perfecta, pero antes de ver demasiadas veces Fight Club y pensar que hay que volar edificios, o mejor aún, no hacer nada, ¿no sería mejor votar, ser proactivos, intentar cambiar las cosas desde dentro, informarse? Algunos dicen que no, que eso sería absurdo, que la democracia –y la ley electoral española- ya están demasiado viciadas por el neoliberalismo y la corrupción de sus líderes. Y está claro que nadie está contento con ello. Pero tampoco demonicemos a todos los políticos. Hay gente que quiere trabajar por el país, gente decente, Ada Colau y Carmena, ¿son personas sospechosas de meterse en política por intereses personales? ¿Las mareas blancas y su defensa de la sanidad universal, los jueces que llevan a pesar de todas las presiones los juicios adelante, los funcionarios que denuncian desde los ayuntamientos? Hay mucha gente que quiere cambiar este país y no sale en televisión.
Está
claro que nuestra democracia es mejorable, al igual que la ciudadanía,
los medios de comunicación, la forma incluso en que vivimos en nuestras
ciudades, pero precisamente es un acto de libertad individual implicarse
y votar. La política interviene en todo. Desde el precio del pan, hasta el derecho -hasta ahora inalienable- de tener una sanidad, educación y pensiones gratuitas. Interviene en los impuestos que tienes que pagar hasta el sueldo que vas a cobrar -y las condiciones- de tu próximo trabajo. La política lo es TODO es un país. Y mientras sea así,
nuestro deber es sanearla, ser exigentes e informarnos. Precisamente es
la abstención en España lo que está permitiendo a la derecha
perpetuarse, la dejadez y la falta de interés en lo que impide que haya
un cambio político y una izquierda real gobernando. Lo cual es un
fracaso brutal para una sociedad que ha vivido una dictadura.
Yo
no voy a pedir que votéis a Podemos, pero sí que os leáis los programas
políticos de los cuatro partidos principales y elijáis. Votar es
imprescindible si queréis algún cambio. Y más ahora. Sino votáis saldrá
de nuevo el PP, y si echáis la vista atrás a todo lo que ha sucedido en
cuatro años, ¿pensáis que no os va a afectar las decisiones que van a
tomar en los próximos años?
Revisarán de nuevo la ley del aborto, quieren endurecer la Ley mordaza
en las redes sociales para que, por ejemplo, no se puedan publicar cosas
demasiado “subversivas”, quieren imponer el contrato único, quieren
acabar con el estado del bienestar privatizando sanidad, educación y
promoviendo las pensiones privadas. Esto creará una enorme desigualdad
social, se disparará la delincuencia, y en la misma medida la opresión
policial. No me estoy inventado nada: ya ha sucedido en otros países. Y
vosotros todavía preguntáis si voy a votar, joder, la duda es, ¿por qué
no hacerlo, que alternativa tenemos, vivir de okupas, escribir proclamas
en contra del neoliberalismo? Pues bien, yo entiendo que la sociedad se
cambia poco a poco, que no hay atajos, que es necesario un avance
participativo, y quizás, más adelante, cuando todo el mundo sea
consciente de la importancia de su voto, ir más allá.
Pero, ¿cómo conseguir algo así cuando ni siquiera somos capaces de exigir referéndums en cosas tan importantes como apoyar o no la guerra a Siria, subir impuestos, o leyes que coartan nuestra libertad personal? Nos creemos clase media y solo somos clase obrera sin ningún tipo de solidaridad ni de unión. Hemos entendido democracia y libertad como un mero simulacro de comodidad. Pero ya va siendo de participar. Y no digo que solomente haya que votar cada cuatro años. Hablo también de participar activamente en movimientos sociales, sindicales o vecinales para mejorar la situación de cada calle, barrio, pueblo, ciudad… pero no veo nada incompatible hacer las dos cosas. No votar –al igual que el voto nulo o en blanco- es seguir votando al PP, al bipartidismo, y seguir perpetuando un sistema que, no nos engañemos, no hay otra forma de cambiar. Al menos claro que hablemos de volar edificios, pero claro, eso solo funciona en las películas. Algunos parecen que siguen escuchando a los Pixies en bucle. Una lástima.
Pero, ¿cómo conseguir algo así cuando ni siquiera somos capaces de exigir referéndums en cosas tan importantes como apoyar o no la guerra a Siria, subir impuestos, o leyes que coartan nuestra libertad personal? Nos creemos clase media y solo somos clase obrera sin ningún tipo de solidaridad ni de unión. Hemos entendido democracia y libertad como un mero simulacro de comodidad. Pero ya va siendo de participar. Y no digo que solomente haya que votar cada cuatro años. Hablo también de participar activamente en movimientos sociales, sindicales o vecinales para mejorar la situación de cada calle, barrio, pueblo, ciudad… pero no veo nada incompatible hacer las dos cosas. No votar –al igual que el voto nulo o en blanco- es seguir votando al PP, al bipartidismo, y seguir perpetuando un sistema que, no nos engañemos, no hay otra forma de cambiar. Al menos claro que hablemos de volar edificios, pero claro, eso solo funciona en las películas. Algunos parecen que siguen escuchando a los Pixies en bucle. Una lástima.
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