La noche es madrugada inhóspita.
Estrellas que murieron milenios atrás siguen titilando su danza macabra sobre
mí. A veces apuestas todo a la crueldad de unas líneas de fuga con nombre de
mujer. A una veleidad sin ropa interior que esconde el secreto del eterno
retorno. Y mientras despellejan tu piel con sus tacones intentas llamar al
manicomio. Pero comunica. Y cuando el chatarrero ha recogido todas sus promesas me abandono junto a los erizos, planeando la próxima revolución dentro de su caja de zapatos vieja.
Recuerdo todo eso. Pero no
puedo evitar ser acribillado por tu belleza. Por la lluvia que esconde tus
bragas. Y todo empieza de nuevo. Pero no confundas sentimiento con explosión,
sigo siendo una sombra que corre por el cementerio, esperando que digan su
nombre por el altavoz. Mis ojos pueden convertirse en tu trinchera, en el
guante de tu forma olvidada, pero siguen conservando la idiosincrasia de harén
de nihilismo crispado. Pero dejemos atrás los grumos literarios, ya es tarde
para arrepentirse.
Me inmolo contra tu boca. Abro
con la lengua tu dédalo sin salida. Me muerdes. Me abrazas con violencia
mientras la sangre se mezcla con tu saliva. Es un beso nítido. Como si
caminases sobre mi tumba. Caemos. Te desgarro las bragas. Tu sexo está vivo,
palpita entre mis dedos. Hueles a victoria, a la gasolina del alma. No hay
guiones ni censuras. Sólo dientes afilados desgarrando la lucidez. Diez surcos
de sangre en mi espalda. Mi polla se estremece cuando golpea tu garganta. Presionas
mis cojones en el límite exacto de amor-odio. Tu coño abierto es de una belleza inquietante. Me tiras del pelo. Me atrapas
entre tus piernas. Mi lengua te penetra con dureza. Tu clítoris naufraga en un
mar de saliva. Mis dedos son poemas que te inundan, completan y sodomizan. Raíces
que buscan agua en el suelo de tu carne.
Pero te has convertido en un accidente de lava, en un péndulo de muerte que baja inclemente sobre mi boca. Me libero y como una bofetada rígida hundo mi polla en tu cuerpo. Horadándote con dureza. Lenta y profundamente. No hay palabras inspiradas, sólo coreografías aprendidas en las cornisas del pensamiento más perturbador. Mis cojones te golpean con saña. Placer sin pausas. Somos a la vez victimas y verdugos. Sometimiento y dominación. No se trata del juego de siempre. Nos dejamos llevar por nuestra parte animal, primitiva, arquicorteza, follamos como si detrás del orgasmo se escondiera un turbio apocalipsis. Intentando borrar los límites de nuestra carne a través de la pura fricción. Reducir la existencia a tus ojos de cilicio azul.
Pero te has convertido en un accidente de lava, en un péndulo de muerte que baja inclemente sobre mi boca. Me libero y como una bofetada rígida hundo mi polla en tu cuerpo. Horadándote con dureza. Lenta y profundamente. No hay palabras inspiradas, sólo coreografías aprendidas en las cornisas del pensamiento más perturbador. Mis cojones te golpean con saña. Placer sin pausas. Somos a la vez victimas y verdugos. Sometimiento y dominación. No se trata del juego de siempre. Nos dejamos llevar por nuestra parte animal, primitiva, arquicorteza, follamos como si detrás del orgasmo se escondiera un turbio apocalipsis. Intentando borrar los límites de nuestra carne a través de la pura fricción. Reducir la existencia a tus ojos de cilicio azul.
Hace frío, temblamos al
borde de la convulsión, somos místicos en pleno viaje de peyote, iluminados,
gurús, mártires con el placer infectado en sus ardientes estigmas, santas
descubriendo la profundidad de su amor por dios a través de enormes cirios.
Desaparecen los referentes, las habitaciones oscuras, las tardes deambulando
sin rumbo, la soledad, el ostracismo, las voces; todo desparece. Jadeamos como
animales, me dejo caer sobre ti, siento que te atravieso y a la vez me
precipito en tu interior. El orgasmo llega, gritamos entre el éxtasis agónico,
la asfixia, la ebriedad y el olvido. Nuestra carne humea incandescente, se
funde en un perfecto y jodido milagro, en un puto guiño a los dioses paganos,
como una bomba atómica explotando en el desierto, como un bucle de infinita
obscenidad.
Cuando despertamos, la
civilización, tal y como la hemos conocido, ha desaparecido. Estamos solos. Nos
miramos a los ojos: no nos preocupa demasiado. Volvemos a la cama. No podemos
dormirnos en los escombros del pasado, hay mucho trabajo por hacer.
Mucho trabajo más allá del tiempo
ResponderEliminarA veces suceden cosas excéntricas e incalculables, y el premio es la humedad que nace más allá del tiempo.
EliminarMe encanta cuando fabricas estas montañas rusas de sensaciones.
ResponderEliminarMuas.
Ahora me siento como un satélite morboso, tramando abrazos y heridas. Quizás la resaca sempiterna se ha convertido en una hemorragia en el viento que amenaza con retirarme la palabra.
EliminarUn abrazo.
Antes, cuando despertabas en un amanecer apocalíptico siempre estabas solo ;)
ResponderEliminarMe encanta esa llamanda siempre ignorada al manicomio. De tus recursos es uno de los muy buenos.
Besos.
A veces las arañas se abren de piernas y dejan su veneno entre mis sabanas. Los manicomios están llenos siempre, la única duda es si los barrotes están dentro o fuera.
EliminarMis mejores recuerdos para ti bella dama.
Espero que sobre tiempo...
ResponderEliminarEl tiempo es la fruta podrida del árbol del orgasmo. Nunca sobra tiempo, vivimos atragantados por espejismos. Hoy solo tengo ganas de lanzar los libros de poemas contra las paredes y ver como se derriten los ascensores.
EliminarUn beso.
Como ya te dije: genial, de los que me enamoran cada palabra. Mil besos
ResponderEliminarA veces la hemorragia te cubre el fervor, a veces el árbol de palabras se derrumba y mata al jardinero. Recuerda: el poema siempre miente, es un telón que arde mientras el público aplaude insensible.
EliminarTú eres genial, yo solo soy un espejismo drogado. Mil besos.
Tal vez no estemos tan solos, no sé.
ResponderEliminarUn beso.
Hay veces que el musgo besa los cuchillos
EliminarY las poetas se masturban con unicornios
Y todo funciona con épica
Aunque yo siga solo.
Beso.
Bueno, pues no te preocupes más, ya encontrarás a una bella poesía que si te haga compañía.
ResponderEliminarTranquilo.
Cuando veas a la poesía jamás volveras a sentirte solo.
No se está tan mal solo, piénsatelo.
ResponderEliminarBesos.
Un abrazo y feliz semana.
pura pasión a destajo
ResponderEliminarsangra la palabra y copulan las sensaciones
hermoso trabajo
saludos
Mi relación con tu blog es intermitente pero cuando estoy, me engancho. Hoy le he dado a esta entrada así, al azar. Me encanta como escribes, y lo que escribes me encanta, me inquieta, me repele a veces y casi todas, me fascina. ¡Enhorabuena!
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