Somos un eco. Un chiste. Un eclipse. Sonámbulos jugando al escondite
inglés. Asesinos impenitentes que aprovechan su libertad condicional para
volver al lugar del crimen. Y ese lugar es un abismo de silencio con forma de
cama. Buscamos en el reencuentro una inmortalidad efímera que es simple narcisismo,
no amor. No nos damos cuenta que sólo somos espejos de piel. Y al
canibalizarnos el trofeo se inmola sin expiación.
El vaso gime y cae el nudo de sabanas. Todo se cubre de rojo. Quizás
sea la coartada para enfrentarnos al pasillo sin ventanas. Me acaricias con tu
lengua. Abres despacio las piernas. Como si así pudiéramos llenar de pelusas
las marcas de tus antebrazos y acallar sus gritos de lucidez suicida.
La almohada recoge el perfecto rasguño de unos besos fósiles. Hay
ansiedad por esculpir violencia ebria en tu cuerpo. Por cambiar ternura por
pornografía y rubricarla con enjambres de sangre blanca. No hables: es más
lírico dejar caer tu ropa sobre el asfalto de mi deseo, engañar a los sentidos
con la ficción de una jaula sin barrotes.
Te follo –penetrar en un verbo inepto- hasta que revientan tus
costuras y el frío de tu interior inunda la habitación. No me importa, estoy
acostumbrado. Los dos bregamos buscando algo honesto que no esté ensuciado por
la bilis de la abstinencia y el cinismo.
Orgasmo. Ninguno pierde el equilibrio. Ha sido un razonable desastre. Adiós.
Los rasguños en la almohada me han encantado...
ResponderEliminarBesos.
Por ahí dices "no hables". Yo leo "no llores".
ResponderEliminarLuego dices "te follo". Yo leo "costra".
Y me sobra un dedo, o una mano.
Abrz.
Me hice seguidor tuyo del tuiter
ResponderEliminary he de reconocer que me empaché.
Ahora vuelvo como al principio
bebiendo tu blog a sorbos
como delicatessen
y me parecen de nuevo
de una genialidad brutal
todos tus versos derramandos en carne viva.
Cuando "hacer el amor" se transforma en "coger (follar)", la realidad nos sacude. El romanticismo se debe fugar de las camas y prender fuego los poemas.
ResponderEliminarMuy bueno.
Salud.
¡ uau! los últimos párrafos me descalabran. brutales. Me encantas cuando disparas esos finales.
ResponderEliminarbeso.