miércoles, 1 de enero de 2020

Propósitos 2020

Antes las Navidades me entusiasmaban, pero con el paso de los años me he vuelto más cínico, quizás el carácter se me ha agriado un poco y ya solo me fijo en las cosas más ‘negativas’. Supongo que llevar años trabajando todos los festivos, vivir al revés del mundo esperando que pasen las fiestas para trabajar menos, ha tenido algo que ver. Tampoco es que me disgusten, solo que no me hacen demasiada ilusión, pasan sin más, como una costumbre que hay que mantener por inercia pero de la que no estás demasiado convencido. Cuando superemos Nochevieja y los Reyes Magos suspiraré de alivio porque todo ha vuelto a la normalidad. Adiós a las aglomeraciones, a la obsesión consumista y la soledad de la reuniones sociales. Pese a todo esto el tema de los ‘Propósitos del año nuevo’, la celebración de un nuevo año como si de una tabula rasa se tratara, me hace gracia, supongo que el ser humano es un conjunto de contradicciones en busca de sentido. Dicho lo cual, aquí está mi escueta lista de propósitos:

Terminar la novela. Oh, sí, la novela. Qué masoquistas son los escritores y cuánto miente Murakami sobre este tema. Siempre he buscado atajos: escribir junto a otra persona, el NaNoWriMo, dejarme llevar por la escritura automática a ver qué sucede -nada bueno-, y cosas así. Ahora me he puesto a ello más en serio y he dedicado un par de semanas a una escaleta, la cual me encargo de repasar, añadir detalles y corregir continuamente. Dedicar una hora todos los días a escribir a veces es un infierno porque tienes la mente en blanco o la escena que toca te parece una mierda, pero estoy probando cosas nuevas para que sea más divertido, para no obsesionarme demasiado con el resultado final; por ejemplo ahora escribo siempre con música, de hecho tengo un par de playlist de música en Spotify, e intento dejarme llevar. He comprendido que el primer borrador de una novela siempre es una barrabasada llena de imperfecciones que hay que corregir demasiadas veces, por lo tanto divirtámonos, escribamos lo primero que se nos ocurra para llenar las páginas -siempre dentro de la férrea escaleta- e intentemos sorprendernos a nosotros mismos. El resultado de esta mentalidad sin expectativas es que comencé con la idea de escribir una especie de ‘Memorias del subsuelo’ y, poco a poco, se ha convertido en un thriller erótico-romántico Adult Young. Lo sé, es terrible. Pero el propósito es terminar una novela, el resultado final queda en segundo plano, aunque dejo claro que soy un perfeccionista e intentaré que tenga toda la calidad posible. Pero a lo mejor no lo consigo, posiblemente tome decisiones equivocadas que tuerzan la lógica interna de los personajes o no sepa plasmar las escenas de forma eficiente; pero precisamente se trata de eso, de terminar un proyecto para que, quizás, en el tercera o cuarta novela posterior surja esa maravillosa obra maestra entre filosófica y autobiográfica que fascinará a los críticos durante generaciones. Espero terminarla, aunque no estoy seguro de conseguirlo. Las reescrituras serán terribles, con ese pensamiento repetitivo en mi cabeza de: “Esto es una bazofia horripilante, hay que destruirlo”. Y luego tocará maquetarlo y publicarlo en Amazon. Pondré el precio más barato posible, no es mi prioridad ni siquiera publicitarla, pero cómo mínimo será amena y creo que divertida. Asumo que hasta junio-julio no habrá enlace de descarga y/o compra.

En el tema sentimental no espero nada. Qué fácil es follar y qué difícil encontrar a alguien que no te aburra las restantes 23 horas. Creo que me estoy convirtiendo en un huraño, desde mi experiencia en Meetic me dan pereza las relaciones, supongo que me saturé de tanto chat y tantas citas con mujeres absurdas. Alguna todavía guarda mi número y ha intentado quedar en estas fiestas conmigo un par de veces, pero les dije que no poniendo excusas de lo más variopintas; prefiero quedarme en casa leyendo o jugando a la Nintendo Switch. Supongo que solo es una etapa, pero es divertido comprobar cómo puedes aislarte a pesar de tener varias redes sociales, trabajo, grupos de WhatsApp, etcétera. Es divertido comprobar como el individualismo, pasar mucho tiempo sin pareja, sin quedar con amigos, convierte el agujero de la soledad en un lugar plácido y cómodo, siempre y cuando tengas proyectos y obsesiones. La biografía de Bukowski es decepcionante en este sentido. Pero quién sabe, según se suele decir cuando no buscas encuentras, aunque me suena a la típica chorrada Paulo Coelho: si no buscas lo normal es que te encuentren un día ahorcado en el baño fruto de una mala praxis con la asfixia autoerótica, en plan David Carradine

El trabajo. Otro tema curioso. Pensaba que a estas alturas de año ya no estaría trabajando en Yoigo. Y ahí sigo. Un ERE encubierto, ¾ partes de la plantilla fuera y, sin embargo, mi turno se mantiene. Ya ni me molesto en disimular: hago mal mi trabajo, quiero que me echen. Pero no hay manera, es asombroso hasta niveles kafkianos; el abogado de la empresa lo único que sugiere entre bambalinas es que defraudes a la seguridad social, faltes varios días y ellos te echarán sin indemnización pero con los papeles del paro. Hasta ahora los únicos que han cobrado indemnización -casi todos llevamos una media de 8-10 años-, son los gerentes y los que se han molestado en ir a juicio. Al 2020 tampoco le pido nada. La precariedad laboral me rodea, si no es en este sitio será en otro; me da igual, creo que últimamente me da todo igual.

            Releyendo lo que he escrito hasta ahora parece no tengo muchos propósitos para el 2020 más allá de sobrevivir. Qué maravilla. Bueno, apuntaré unos cuantos de forma rápida: leer mucho, los cien libros anuales siempre son necesarios. Escribir muchas reseñas, porque eso significará que he leído libros interesantes. Ser más sociable -este no creo que lo consiga, pero lo añado-. Ir más al cine, sea solo o acompañado. Tengo entradas para dos conciertos en 2020 en Madrid a los que acudiré solo -Mad Cool (Deftones y Billie Eilish) y Extremoduro-, pero me apetece que sean más. Volver a salir a correr todas las semanas como antes. ¡Dormir bien! Eso sí que estaría genial. Ciertos futuribles que han empezado a gestarse el mes pasado y que podrían solucionar mi economía durante un tiempo. Y sí, vale, conocer alguna mujer interesante, aunque solo sea por dotar a la protagonista de mi novela de alguna capa extra de complejidad; reconozco que soy un escritor muy autobiográfico, me cuesta inventarme totalmente una historia, al final suelo tender a utilizar las cosas que me suceden o leo y cambiarlas un poco.

            Os deseo, queridos lectores, que el 2020 sea provechoso, interesante y estimulante. Y que logréis ser felices sea cual sea la realidad que os toque vivir. Un abrazo a todos.

10 comentarios:

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    1. ¡Feliz 2020! Espero que sea un mejor año, lleno de sorpresas y anhelos cumplidos xD

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  2. ¡Que entres con buen pie en el año nuevo!

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    1. Te deseo lo mismo, espero que sea un año lleno de viajes y buenas noticias. Un abrazo 😉

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  3. Recuerda que leer mucho y bien significa, entre otras cosas, vivir dos vidas paralelas... con todo lo que ello supone de bueno!
    Salud y Buen Año!

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    1. Es cierto, leer es una de las mayores satisfacciones de mi vida, y una de las cosas que me permite vivir con suma dignidad mi soledad. Un abrazo y ¡feliz año! ;)

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  4. Hola!
    He entrado en tu blog porque me ha asombrado que alguien haga una reseña de Tokio Blues. Lo leí hace tanto tiempo, casi en otra vida, que me ha entrado curiosidad.

    El caso es que no he leído la reseña, me ha llamado más la atención lo de los propósitos de 2020.

    Es una buena entrada, aplastantemente sincera, con ese humor negro que roza el victimismo pero que en el último momento deja un resquicio para la esperanza.

    Hay una gran verdad que descubrí hace varios años: "todo el mundo está solo" da igual que tengan pareja o no. Están solos porque en muchos casos están aburridos los unos de los otros, ve a correr, a conciertos o al cine, pero no tienes por qué ir solo. Propón un plan interesante a gente de tu alrededor; siempre hay alguien que dirá que sí. Es infalible.

    Saludos

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    1. Hola. Lo cierto es que yo también leí ‘Tokio Blues’ hace bastante tiempo, pero he redescubierto a Murakami hace unos meses y quería saber sí disfrutaría de la relectura de este libro, porque tenía el vago recuerdo de que en su momento no me llamó demasiado la atención; ahora sí me ha gustado mucho, a pesar de la reiteración de temas, pero supongo que el hecho de que sea una de sus novelas más realistas ha ayudado en ello.

      No estoy de acuerdo del todo con eso de que “Todo el mundo está solo”; cuando me he sentido solo en una relación -como la última importante que he tenido-, he preferido dejarlo, para mí estar así no tiene sentido. Sí me aburre mi pareja, sí ya no estoy enamorado de ella, o ella de mí, ¿para qué seguir, para ser compañeros de piso, amigos, conocidos, para reivindicar una especie de apego cómodo que dan los años? No sé, supongo que todavía soy un ingenuo pero aspiro a algo mejor, aunque eso provoque que me quede solo unos años, o para siempre.
      Te agradezco el consejo de que proponga esos planes a la gente de mi alrededor, por desgracia como no lo haga vía Twitter lo veo complicado, me relaciono con poquísima gente y. por ejemplo. con mis compañeros de trabajo tengo cero afinidad. Tengo un par de amigos de hace mucho tiempo, pero sus vidas se han complicado bastante, por temas sentimentales, incompatibilidad de horarios, estados anímicos y ahora mismo me temo que si quiero ir al cine o a un concierto la solución es ir solo. Se podría decir que vivo muy aislado, quizás por eso me aferro a la idea de escribir y el proyecto de la novela. Tampoco lo comento en plan victimista, supongo que, en cierta medida, casa con mi carácter tanta soledad, y aunque preferiría tener más opciones sociales no me esfuerzo demasiado para conseguirlo. O tal vez ya a mis cuarenta años esto de conocer gente por aplicaciones, grupos de WhatsApp etcétera es sencillo, pero sigo considerando que la amistad es otra cosa que en tiempos pretéritos adolescentes fluía sin esfuerzo y que ahora está condenado al fracaso. Me gusta quejarme, es un desahogo, no tengo mejor coartada.

      Espero leerte por aquí en otra ocasión, aunque me temo que el tiempo libre de los próximos meses lo dedicaré a la novela y tendré el blog bastante abandonado. Un abrazo.

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  5. "Me gusta quejarme, es un desahogo, no tengo mejor coartada."
    Es sincero y ligero a la vez. Casi para meterlo en una novela.

    Creo que se encuentra más gente afín a través del bloq que en ninguna otra aplicación.

    Yo con esto, como con casi todas las cosas voy al revés, las relaciones con los demás fluyen mejor ahora que antes, la contrapartida es que son amistades leves, a las personas hay que compartirlas, todo el mundo está con muchas cosas a la vez y el privilegio de la compañía no es constante en el tiempo. La solución: diversificarse. Lo que decía antes, siempre hay alguien dispuesto a que le propongan un buen plan.

    Ánimo con esa novela. :)

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    1. Quizás lo ponga en la novela, total, tiene más de autobiográfico de lo que me gustaría.
      Gracias al blog es cierto que sueles conocer gente afín, supongo que ya por el hecho de que alguien se moleste en leer tus entradas algo has avanzado, el problema es que sean de tu misma ciudad y surja quedar; y te lo dice alguien que lleva nueve años con el blog y creo que de Madrid he conocido a dos personas -y eso que es una ciudad grande- xD

      Sí, lo entiendo, de hecho por ejemplo por Twitter he quedado varias veces con un muchacho, pero ahora entre las fiestas de Navidad y compromisos varios llevamos casi mes y medio sin vernos. Pero el problema, insisto, es que apenas tengo contactos o gente con la que quedar, además llevo años con un horario de trabajo demasiado contraproducente -trabajo fines de semana y festivos hasta la madrugada-, por lo cual al final nunca puedo quedar con nadie. Pero así son las cosas, tampoco pasa nada, luego quedo con gente y me aburre, no sé si porque ya soy un huraño o porque me junto con la gente inadecuada, por lo cual tampoco suelo hacer muchos esfuerzos. Ya sabes, quizás lo que nos hace humanos es vivir dentro de un mar de contradicciones.

      Gracias por los ánimos, intento escribir todos los días, aunque hoy me temo que no voy a avanzar nada. Un abrazo.

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