Gerard Way fue el vocalista de la desaparecida banda de rock My Chemical Romance, pero también es conocido por ser uno de los escritores de cómics más interesantes de la última década. En 2007 junto al dibujante Gabriel Bá creó The Umbrella Academy (ganadora del Premio Eisner, el 'Oscar del cómic'), la historia de una familia disfuncional con poderes que busca detener el fin del mundo. Netflix ha adaptado los dos primeros volúmenes, Suite Apocalíptica y Dallas, y aunque no conserva toda la locura de los cómics en los que hay combates con alienígenas, luchas contra una Torre Eiffel mutante o minirobots asesinos, la combinación de cierta seriedad estilo Watchmen con el espíritu adolescente original de los X-Men funciona muy bien y le da entidad propia.
Años después la familia se encuentra completamente separada, pero la noticia del fallecimiento de su padre los volverá a unir, despertando viejas tensiones y rencillas existentes entre ellos. Sin embargo, el misterio de la muerte de su padre, que es tan natural como parecía, unido a la amenaza de un apocalipsis global, los obligará a volver a trabajar juntos.
Cada uno de los personajes representa un trauma familiar. Vanya Hargreeves (Ellen Page) es el único miembro sin poderes y por ese motivo fue siempre menospreciada y sintió que nunca pertenecía realmente a la familia. Luther siempre quiso ser el héroe que su padre quiso que fuera, y eso le costó su propio cuerpo. En la serie es un hombre del espacio encerrado entre los músculos de un enorme gorila que rehúye del contacto físico. Klaus (Robert Sheehan, conocido por la serie Misfits) es quizás el personaje que más profundidad alcanza, sobre todo en comparación al cómic. Puede hablar con los muertos, pero para huir del terror que le provoca ese poder se ha convertido en drogadicto. Allison es The Rumor, puede manipular a todo el mundo a través de su voz. Es popular, una actriz famosa, pero acaba de divorciarse y perder la custodia de su hija. Diego es el único que sigue activo como vigilante, The Kraken. Es un asesino, y tiene una puntería sobrenatural con los cuchillos. Número 5 es un hombre de cincuenta años atrapado en el cuerpo de un niño de doce, tiene el poder de viajar en el tiempo y se quedó atrapado en el futuro, justo unos días después del apocalipsis. Vivió décadas como el último hombre vivo sobre la Tierra, intentando regresar al pasado; para soportar ese aislamiento recrea una historia de amor con un maniquí con el que conversa continuamente.
Cada uno de los personajes podría sostener la serie por sí solo, pero es la combinación de todos, las subtramas que se van desarrollando para aportarles más complejidad (y que más allá de las que atañen al Número 5 ni siquiera aparecen en el cómic) lo que llena de interés cada capítulo. Además, hay grandes personajes secundarios como Pogo, un chimpancé capaz de hablar (un guiño al Planeta de los Simios), la madre robot que parece que ha enloquecido y sobre todo, los sicarios temporales, Cha-Cha y Hazel: profesionales y extravagantes, violentos y divertidos a la vez, muy del estilo Tarantino.
Mención especial a la música, disponible en Spotify, canciones como “Soul Kitchen”, “Sinnerman”, “Barracuda” Exit Music (For a Film) o “Don’t Stop Me Now”, además de temas del propio Gerard Way, acompañan a momentos lisérgicos y muy épicos. Soy un apasionado de la música y reconocer un tema de Nina Simone o Radiohead en una escena coreografiada que funciona me parece una maravilla y le aporta un plus de personalidad y enjundia a la serie.
Por supuesto la serie no escapa de algunos problemas: tiene diez capítulos y los primeros pueden resultar algo lentos, sobre todo porque duran casi una hora. La serie te obliga a ser paciente, a que te vayas acostumbrado poco a poco al ritmo que la historia necesita, por eso resulta chocante que, justo al final, los dos últimos capítulos sean los más cortos, apenas cuarenta y cinco minutos, dando la sensación de que todo se resuelve de forma apresurada; se echa de menos algo más de épica y no el típico cliffhanger que anuncia una segunda temporada
En resumen: una adaptación de los cómics algo libre, quizás no del agrado de los puristas, pero cuyo resultado es una serie coral muy equilibrada, carismática y que me ha encantado. Junto a Titans y Doom Patrol va a poner las cosas muy difíciles a la serie basada en Watchmen de HBO que se estrenará en verano, la cual lo tiene muy, muy complicado para conseguir apaciguar mi lado más hater. Como añadido os dejo enlace a los dos primeros volúmenes del cómic: Umbrella Academy 1: Suite Apocalíptica, y su continuación Umbrella Academy Vol.2: Dallas, por si os interesa leerlos en vuestro ordenador.
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