viernes, 18 de enero de 2019

El sermón feminista de Gillette.

         Ante todo decir que, obviamente, no hay publicidad mala, y que no importan los supuestos boicots que se generen por las redes sociales, el marketing de Gillette ha funcionado y han conseguido lo que querían: que se hable de su marca. Hasta aquí bien. Lo que quería destacar es como el anuncio es un síntoma de la guerra de sexos actual y la demonización del hombre, y por tanto las reacciones airadas que está generando demuestran el creciente hartazgo frente al radicalismo de gran parte del movimiento feminista.

En su anuncio Gillette muestra la masculinidad tóxica intrínseca en los hombres (bullying, acoso sexual, sexismo, violencia) y les anima a ser buenas personas, ya que ahora mismo no lo son. En el momento de publicar esto el anuncio en internet tiene 534.000 positivos, y 990.000 votos negativos, lo que da una idea de la polémica generada. Los hombres podemos tener muchos defectos pero no parece buena idea que una marca pretenda sermonear a la gente por su sexo. ¿Os imagináis lo que pasaría si una marca de maquillaje presentase tópicos negativos sobre las mujeres, tachándolas de histéricas o de cotillas, conminándolas a enmendarse? Muchas clientas se enfadarían, y con razón.

Como respuesta a esto -y para aprovechar la polémica a su favor- la compañía de relojes Egard Watches sacó también su propio anuncio: “What is a man? A response to Gillette” y muestra a bomberos apagando un incendio, señalando que los hombres suman el 93% de las muertes laborales, según datos oficiales de EEUU. También muestra a militares, afirmando: “un hombre, un héroe”, señalando que los hombres son el 97% de las bajas en guerras. También muestra a padres cuidando de sus hijos, señalando que los hombres son el 79% de las víctimas de homicidios, según datos de la ONU. A continuación, muestra a hombres trabajando en una mina y en una prospección petrolífera, mientras señala que el sexo masculino suma el 80% de los suicidios según la OMS. A continuación llegan imágenes de indigentes con un nuevo dato: el 75% de las personas solteras sin hogar son hombres. El anuncio termina con este lema: “We see the good in men” (nosotros vemos lo bueno en los hombres).

Hay gente que afirma que no hay que indignarse por un anuncio, y tendrían razón si no fuera por la acumulación de idioteces que llevamos los últimos años, como el hecho de que la portavoza Irene Montero y por tanto la izquierda más recalcitrante, base todo su mensaje político en el feminismo más radical y comparen al hombre con un terrorista, diluyan la presunción de inocencia, y demás majaderías. Estereotipar negativamente a la mitad de la población por las acciones de una minoría está mal, salvo si lo hace una multinacional en una campaña publicitaria, entonces al parecer resulta muy progresista.

Otros dicen que si te ofende es que tú eres así. Esta es una trampa kafkiana (falacia lógica) que sucede cuando se acusa a alguien de algo, esa persona lo niega, y se argumenta de manera irrefutable (y por tanto falaz) que su negación demuestra que es culpable. En este caso, como el hombre es malo por naturaleza dada su “probada” masculinidad tóxica, lo único decente que se puede hacer es asumir la culpa y aceptar el castigo. Otras formas de trampa kafkiana (para quien tenga curiosidad) y que son un calco de las peroratas feministas de Twitter, lo cual resulta desalentador y ridículo, son las siguientes:
TIPO P: aunque el acusado no haya hecho nada malo sigue siendo culpable por su posición privilegiada en un sistema opresor.
TIPO T: el acusado forma parte del grupo oprimido, pero se le excluye de él por cuestionar la palabra del acusador.
TIPO D: el simple acto de pedir que la culpa se defina de forma que se pueda comprobar, se convierte en prueba de culpabilidad.
TIPO S: mostrarse escéptico hacia la posibilidad de que algo haya ocurrido, o que signifique lo que dice el acusador, demuestra la culpa.

Para no extenderme dejo un vídeo de UTBH que resume muy bien de qué va todo esto:

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