viernes, 13 de abril de 2018

Ana Pérez Cañamares

SÓLO LA POESÍA ME REDIME
Sólo la poesía me redime.
Y la poesía es el agua
que me da un desconocido
como en una parábola.
Es el paciente que curará
al que se creyó médico.
La frontera del beso
que no eres tú pero
en el que tú te das.

La poesía es la flor del cactus.
Son mis ojos abriéndose al día
cuando me trae tu presencia
que vuelve ella misma y otra.
El abismo al que los números
se asoman conteniendo el vértigo.
Eso que comienza cuando acaba
el poema y que no es el poema
pero el poema precipitó.

La poesía es el amor
que carga los insultos
a quienes la niegan.
Y más cosas que me callo
a medias por pudor
a medias por torpeza
para que la poesía empiece
ahora.


LAS POETAS NO SOMOS MALDITAS
somos desgraciadas
                         fallidas, putas
depresivas, castas
                            anoréxicas
suicidas, locas
                            alcohólicas
tan fácilmente ignoradas.

Nosotras no somos malditas
que suena heroico, romántico
señala a un rebelde, un elegido.

Nosotras no somos malditas
ni tampoco podemos ser benditas.

Nosotras somos la excepción
                     de  la excepción
y todas las categorías
                     pasan de largo
o se nos quedan cortas.


DE REGRESO A NOSOTROS
Estabas allí esperándome
con una herida tan ancha
que parecía una risa

me deslumbraba tu grieta
bajo el maquillaje mi llaga
se retorcía como cauce seco

no digo que no mintiéramos
ni que no hubiera disfraces

pero la cicatriz nos la mostramos
como el pasaporte en una frontera.


MI EDUCACIÓN
Mi educación:
no desees nada demasiado
no te vanaglories ante nadie
-mucho menos de ser feliz-
no sueñes sueños imposibles
-tampoco sueñes la posibilidad-
no rías demasiado alto
no enfades a los dioses
-no creas en ellos ni en sus premios
aunque estarán ahí para castigarte-
no llores delante de los otros
-la tristeza es otra forma de ser presuntuoso-
no te aferres pero no te sueltes del todo del pasado
no te emborraches sin sufrir por la resaca
no te menosprecies
esperando compasión
no luches
todo está perdido desde siempre.

Y ahora sal al mundo, sustente, sé un ejemplo.

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