Lo que iba a resultar unas semanas de sencillo y burdo tacticismo, se ha convertido en una guerra sin cuartel. Reconozco que a sazón de los resultados de julio pensé que Mariano Rajoy sería presidente del Gobierno con la abstención del PSOE, no sabía si sería en la primera o la segunda investidura. Pero he aquí, que Pedro Sánchez nos ha sorprendido a todos, y no solo se ha resistido a hacer su papel, sino que además ha declarado la guerra interna. Ahora mismo Susana Díaz y sus adeptos están buscando los votos para destituir a Sánchez y montar una gestoría. O la mayoría suficiente en el Comité Federal para echar abajo su idea del Congreso exprés. Aunque él ya ha dicho que no va a dimitir. Sánchez mientras tanto está intentado –incluso por las redes sociales-, movilizar a la militancia para su causa. Lemas simples en esta tangana: “Rajoy o no” “Aparato entregado al IBEX” “Héroe Solitario”. Sale Felipe González diciendo desde Colombia: "Sánchez me engañó me dijo que se abstendría en segunda votación" Susana Díaz ayer decía: “Donde me pongan mis compañeros: en la cabeza o en la cola”.
Reconozco que a mí Pedro Sánchez nunca me ha gustado. Le veía como el delfín político de Susana Díaz, alguien escogido solo por su físico para el cartel electoral, que no iba a traer renovación ni social democracia a su partido, que su único objetivo era evitar el sorpasso y hacer el juego del bipartidismo al PP. Pero a pesar de todo ello ahora se está empezando a ganar mis simpatías. Supongo que esa figura a lo Gary Cooper en “Solo ante el peligro”, tiene la culpa. Ahora mismo hay un linchamiento vergonzoso, vas al kiosco y da igual si compras la Razón, el ABC, o El País, todos tienen la misma portada, los mismos titulares agresivos, los mismos artículos de opinión con tintes lapidarios. ¿Iñaki Gabilondo? Lo mismo. ¿Tertulianos de La Sexta o de 13tv afines del PSOE? Lo mismo. Y claro, uno empieza a plantearse, ¿Cuál es el problema de Sánchez, ese gran pecado que ha cometido? ¿Ser coherente con su “NO a Rajoy? ¿Querer que los afiliados voten a su Secretario General o que alguien se postule y reconozca de una vez que “reflexión” es abstenerse y dar el gobierno a Rajoy?
Y sí, ya lo sé, si hay terceras elecciones Rajoy ganará por mayoría absoluta, y sí, ya lo sé, Pedro Sánchez hace todos estos movimientos para mantenerse en el poder, y sí, ya lo sé, soy de Podemos y toda esta tangana les beneficia. Pero, ¿desde cuándo la coherencia política –aunque existan razones personales- es mala? ¿Desde cuándo tener un programa político que dice “no voy a apoyar nunca un gobierno de Rajoy”, y respetarlo es malo? ¿Desde cuándo un Secretario General no puede hacer los acuerdos que él considere? Rajoy puso a Ana Pastor de Presidenta del Congreso con los votos de los nacionalistas, y ahí nadie se rompió las vestiduras. A ver, que nos aclaremos, es Rajoy quien tiene que buscar apoyos, ¿qué acuerdos ha ofrecido al PSOE, que programa de cambios ha ofrecido? Nada. Llegó a un acuerdo con Ciudadanos, su filial, y lo demás lo dejó a la presión del duopolio de los medios. Pero Pedro Sánchez no cedió, no siguió el juego habitual. Y ahora todos se echan las manos a la cabeza, preocupados, porque tienen que hacer los recortes de 10.000 millones de euros que nos pide Europa/Merkel y todavía estamos así. Oh, qué terrible.
Por todo ello, y porque tengo debilidad por esos “héroes solitarios”, brindo desde mi modesta tribuna de opinión, mi apoyo a Sánchez. Adelante, campeón, estás haciendo octubre, este mes de pura transición, algo más interesante. Vigila tu espalda, Grace Kelly no es de fiar.
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