El secreto de que esté
actualizando tan a menudo es que las vacaciones me han dejado arruinado. Lo único
que puedo hacer es quedarme delante del teclado bebiendo después del trabajo e
intentar reducir el tiempo al mínimo. Cada vez me gusta más el aislamiento. Y
mi opinión de las mujeres se acerca cada vez más a una certeza misógina. Voy a
intentar hablar de poesía. Como he quietado la opción de comentarios me evito
el escarnio y explicar que solo son apreciaciones personales sin
intencionalidad de sentar cátedra. Procedamos.
Según el barómetro de hábitos
de lectura España sigue a la cola europea, uno de cada tres españoles no lee
nada y la media de libros leídos al año es once. Casi todo lo que se lee está
relacionado con best-seller, trabajos de carrera o instituto y en menor medida
periódicos, comics y lectura digital. A la poesía apenas se le dedica un
paupérrimo 1% del total. ¿Cuál es el motivo? Normalmente relacionamos la poesía
con un lenguaje complejo, abstruso, demasiado simbolista y excluyente.
Intentamos comprar algún poemario y nos encontramos con clásicos mil veces
reeditados y los dos o tres autores que forman parte del monopolio editorial
desde hace décadas siguen con sus temas lánguidos y desenfocados, ajenos a las
cosas reales de nuestra realidad cotidiana.
Cuando descubrí que
Bukowski también escribía poesía me quedé anonadado, ¿su prosa poética de bares
y putas también se podía considerar poesía? Pues sí, tenía los mismos elementos
que el poema: actitud lírica, objeto, tema, pero sin los elementos formales
como la métrica y la rima. Investigué un poco y leí “El Spleen de París,” de Baudelaire, “Una
temporada en el infierno” de Rimbaud, “Hojas de hierba” de Walt Whitman –verso
libre, parecido a la prosa poética pero conservando la disposición tipográfica del
verso, “Aullido” de Allen Ginsberg. Todo ello me llevo a la poesía vanguardista
de E. E. Cummings, a Nicanor Parra, a Cesar Vallejo y Roberto Juarroz, Por mi
afición a la música leí también a Leonard Cohen y Jim Morrison. Lo que descubrí
es que muchos poetas habían desviado su atención de la métrica y buscaban un
nuevo estilo que les permitiera volcar sus obsesiones sin constreñir tanto el
lenguaje. Ya se encargaría algún crítico más adelante de buscar la etiqueta de
género, esa no era su preocupación. Y así nace el realismo sucio de Bukowski. Panero
sumergiéndose en la locura. El feminismo, la falta de libertad de
la mujer o el aborto como temas que son tratados por primera vez por Sylvia
Plath y Anne Sexton. Alejandra Pizarnik y sus poemas de cuatro líneas grabados
en piedra. Emily Dickinson y la muerte.
Después de un tiempo quise
leer a autores contemporáneos y busqué en las estanterías de las bibliotecas. Pero
solo encontraba recopilaciones de Luis Alberto de Cuenca, Luis García Montero, Joan
Margarit, Benedetti… ¿dónde estaba la poesía de los jóvenes, las nuevas voces? Por
suerte a través de antologías y blogs, poco a poco, fue conociendo a Roger
Wolfe, Karmelo C. Iribarren, David González, Batania... Gente con enorme
talento que abre en canal la poesía y escribe sobre cosas que suceden en un
contexto cercano. Poesía social, confesional, política. Sin caer en la
chabacanería pero tampoco en el oscurantismo de las metáforas innecesariamente
floridas.
Pero como ya he comentado
en la anterior entrada las editoriales underground promueven la endogamia. Al
final son los propios poetas los que se leen unos a otros. Volvemos a ese 1%
que no sirve para nada. Por eso hay que obligar al ego a dar un paso atrás, seguir
promoviendo antologías aunque tú no participes, sacar las jam Sessions de los
bares y hacer los recitales directamente en la calle. Borrar clichés y explicar
que la poesía no es solo la que nos han dado en el colegio, no tiene por qué
estar limitada por unas reglas de métrica, por eufemismos. Si quieres hablar de
sexo hazlo sin cortapisas. Si en España vivimos una dictadura denúncialo. De la
forma que necesites.
Hoy en día, con tan poco
tiempo libre, la poesía podría convertirse en un vehículo perfecto de renovar
la literatura. En un viaje en metro te puedes leer varios poemas, pero sería
imposible leerte una novela –bueno, quizás en el metro de Madrid sí, pero eso
es otra historia. Pero todavía creemos que la buena poesía es la que no se
entiende. La que utiliza un lenguaje elitista e inaccesible. Y no tiene que ser
así. La poesía no reduce su belleza si el grito desesperado no rima. Y si lo
hace, que lo haga, pero como las óperas de Mozart para la plebe: una
manifestación de belleza para todos los públicos.
Entonces el problema cual
es, ¿hay que educar al público? En parte sí, pero el lenguaje es comunicación,
no podemos recitar desde un púlpito elevado y desdeñar a los que no saben
desentrañar nuestro mensaje. La poesía ha fallado por ambos lados. Y las editoriales
han apostado por el público más cómodo y conservador porque no nos ven capaces
de nada más. Pero el negocio está ahí, latente. Hay muchas editoriales pequeñas
que apuestan casi todo su catálogo a la poesía por encima de la narrativa. Y
dejando aparte la calidad de cada uno, cosa que ya he criticado, sus pequeñas
tiradas se acaban vendiendo.
Para terminar quería
recomendaros –si sois de Madrid- un par de librerías-café donde podéis comprar
algunos de estos libros mientras tomáis una cerveza: “Diablos azules” en Calle
Apodaca, 28004 Madrid y “El dinosaurio todavía estaba allí” Calle Lavapiés, 8,
28012 Madrid
Y algunos libros de poesía
que me parecen indispensables:
Leopoldo María Panero -
Poesía Completa /1970-2000)
Charles Bukowski - El Amor
Es Un Perro Del Infierno
Anne Sexton - Vive O Muere
Sylvia Plath - Antología
Poética
Batania Neorrabioso - La
Poesía Ha Vuelto Y Yo No Tengo La Culpa
Karmelo C. Iribarren - La
Ciudad (Antología 1985-2008)
David González - El Amor
Ya No Es Contemporáneo (Poemas Y Relatos 1997-2004)
Allen Ginsberg - Aullido
Alejandra Pizarnik -
Extracción De La Piedra De La Locura
Emily Dickinson - Poemas A
La Muerte
Charles Bukowski - Poemas
De La Última Noche De La Tierra
Roberto Juarroz - Poesía
Vertical
Princesa Inca - La Mujer precipicio
23 Pandoras - Poesía
Alternativa Española
"Para aquellos que creen en Dios, la mayoría de las grandes preguntas están resueltas. Para aquellos de nosotros que no aceptamos la formula divina, las grandes respuestas no permanecen escritas sobre piedra. Somos flexibles. Nos ajustamos a las nuevas condiciones y descubrimientos. Somos flexibles. Yo soy mi propio dios. Estamos aquí para olvidar las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educacional. Estamos aquí para beber cerveza. Estamos aquí para acabar con la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir nuestras vidas tan bien que la muerte tiemble al llevársenos."
Charles Bukowski
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