Los recuerdos, como la
lluvia, se agolpan en un lado de mi cerebro. Llevo varios días trabajando en
exceso. Ya me siento como un esclavo al salir de casa. Sólo me queda enloquecer
un poco más, porque la opción de masturbar al capitalismo en esa mezcla de
odio-amor que se ve en los centros comerciales es imposible debido a mi paupérrima
nómina. Y a esa idea idiota de seguir viviendo solo.
Además, ahora España da
una buena coartada para los fracasados como yo. Somos precarios. Resignados. Somos
el parque de atracciones de Europa. Un país turístico. Da igual si tienes
carrera o cinco idiomas, eres un hámster buscando su porción de queso. Sobrevive.
Confórmate con pagar tus facturas. Ya hay idearios que a fuerza de repetir se
convierten en profecías y verdades inapelables. Primero fue: “vivimos por encima
de nuestras posibilidades”. Ahora hemos cambiado a: “vamos a ser la primera
generación que vivirá peor que sus padres”. Y en este escenario cruel los
fracasados no se sienten mal por haber desperdiciado su vida sin ambición en el
quietismo más vergonzoso. El asco se paga con la sugestión viral de que otra
vida es imposible. La frustración es una halitosis que sólo sufren los que
están más cerca de ti. Ni siquiera puedes dejar un bonito cadáver.
Sólo quedan
las paredes acolchadas de la página en blanco. Pero nada fluye.
Me bajo los pantalones y
empiezo a masturbarme con ira, con desdén hacia mi propio cuerpo. Me subo al
escenario de tu sexo. Sin embargo no veo nada. Solo esa tragedia endémica del
futuro. Me veo suplicando que no huyas. Que ames mi locura. Aunque no puedas. Ni
debas. Naufrago de tus pechos. Lamo la humedad de tus ruinas. Porque el amor a
veces es masoquismo. Y la fusta despliega sus destellos de riesgo con fuerza en
tu culo. En tu espalda. Las ventanas de mis vecinos se iluminan por tus
gemidos. Déjame desahogarme con tu cuerpo. Buscar sentido en tu carne. Bajar al
sótano y buscar una horca de palabras que apague el incendio de este mantra
desesperado. ¿Qué sueñan tus pezones? Dímelo. Compláceme. No cierres tus ojos. No
seas un témpano de hielo azul. Quiero eyacular azar sobre ti. Quiero follarme
tu esperanza.
El semen me salpica con su
herida blanca. Una pequeña anestesia. Cojo el último poema escrito a mano,
pongo el tabaco, el hachís, y preparo el ataúd lisérgico de papel. Dos caladas.
Miro por la ventana y todo parece medrar en un orden soportable. A veces
anhelamos el poema de amor, ese maldito y hambriento precipicio. Como si
fuéramos cuervos con vocación de mariposas. Discutiendo a gritos entre dos
orgasmos antes de reventarnos contra el pavimento de la realidad. Por eso: mata
al verso, escupe al poema, viola la poesía. Ahoga el desierto tullido que nace
entre mis piernas con la humedad de tu coño impávido. Tengo sed. Sed de vino, hachís
y vodka. Pero sólo tú puedes saciarme. Seamos dioses de madera reverenciados en
una liturgia donde ateos y pirómanos bailen una orgía de carne, sangre y fuego.
Seamos amanecer y muerte. Y después, cuando nada importe, que el mar nos sirva
de mortaja.
de vicio y de infierno.
ResponderEliminarhasta las hienas follarían contigo disfrazadas de hombres.
me encantó.
un abrazo´.
Y yo follaría con ellas sin mi disfraz de hombre, hasta que la noche vomitase el nombre prohibido de la musa y las heridas fueran cieno y nieve a la vez.
EliminarUn abrazo.
El infierno donde vives, es el mas hermoso paraiso, para tu musa...
ResponderEliminarNo la dejes escapar de nuevo..
Ella aún no sabe si ser hada de absenta o recuerdo de boda. Ciclotímica ansiedad. Como enviar trozos de cerebro en lazos de regalo y que ella nunca tenga hambre.
EliminarBesos.
Hablaste con ella para saber d su indesicion? O la indesicion,solo esta en tu subsconciente?
EliminarYo sólo entiendo de pájaros y precipicios.
Eliminardeacuerdísimo. aveces eres como un espejo. y das miedo.
ResponderEliminarLos espejos dan siempre miedo. Excepto los de espejos deformes de feria: ahí todo siempre es verdad.
EliminarUn abrazo.
a veces me impactan tus principios, hoy ha sido un in crescendo descomunal.
ResponderEliminarme matas.
A veces llamamos bucle a coger impulso, saltar al vacío y que sea nuestro corazón de mármol el que nos haga caer con más fuerza. Escucha la canción de Nacho Vegas “Morir o matar”
EliminarBesos.
El mar es un buen lugar donde acabar, cuando todo termine, lástima que tú no lo veas casi nunca.
ResponderEliminarUn beso.
Hace tiempo escribí un texto donde hablaba del mar como un ataúd acogedor donde las metáforas follan entre ellas e incluso son capaces de ganar al ajedrez a la muerte. El mar, sí, no tengo prisa por volver a verlo, por las noches poseo son ebriedad unos ojos azules que causan envidia a las estrellas.
EliminarUn beso.
delirante placer leer(te)
ResponderEliminarMis caricias en alerta
Hay que meterse en la demencia ácida del insomnio, en el silencio hecho de gritos. Gracias por leerme. Un placer.
EliminarQué drámatico esás aquí¡, da hasta susto leerte.
ResponderEliminarUn beso.