Me ama. Me ansía. Me
quiere tanto que necesita destruirme poco a poco. Pero no importa. La mejor
forma de escribir es borracho, enamorado, drogado, asfixiado, con los dedos
llenos de sangre, saliva, flujos, semen, sudor. Mentalmente inestable. Pido
otra carta. Lanzo los dados trucados. Me masturbo con la grieta del río pálido. Con la promesa de. Al final
siempre se trata de sexo. De atraparla. Atraerla. De dominarla a través de mi
propia dominación. De placer. Tirándola del pelo. Buscando la arcada entre esos
bellos valles de azul límpido. ¿Para qué
sirve la literatura? Hay que matar la carne. Alzarla y golpearla contra la
pared. Atravesarla. Ir más allá. Cosificarnos. Elipsis anal. Negación. Abismos.
Cicatrices. Marcas. Mordiscos. Arañazos. Rompeolas en la piel. Destrucción. Los
ojos son accidentes ciegos. Me corro en tu garganta llena de aristas. Cambio
los puntos suspensivos de tu interior. Destrozo tus sinapsis. Bailo un vals de
humo blanco en tu corazón. Soy un jardín arañado por la lluvia de tu sudor. Me
deshago dentro de ti. Tu coño de niña rota esconde el poema más sucio. Lo busco
con mi lengua intentando abrirte del todo. Lloremos un par de orgasmos. Manchémonos
uno del otro. Rosal azul y cuervo negro en medio de una tormenta de pieles de
luz. Tierra empapada y dilatada frotándose en el cajón cerrado de un eco de
existencia pretérito.
Mascaras. Quimeras.
Segundos. Estupro. Academia. Invencible. Aquiles. Adicción. Aflicción.
Asesinato. Ágape. Eunuco. Emoción. Frío. Destemplanza. Anémona. Asequible.
Infierno blanco. Amor. Guerra. Senil. Futilidad. Espejo translucido. Es mentira
que el arte salva, sólo se enamora de una soledad elitista.
Hiedes a humo y desgarro.
La vida nos sumerge. Como una poesía de nudos y cepos. De quinielas de ombligo.
De bofetadas sin bragas. No eran rumores lo que leíste sobre mí. Todo surge sin
épica. Bregando con las limitaciones de un ladrón llamado romanticismo, pátina
estúpida, vetusta y esquizoide.
A veces he tenido deseos de mutilarme y enviarte mi sexo ensangrentado con un lazo de regalo. Deshacerme del anhelo y la pulsión. Y me imagino como aceptas encantada mi sumisión. Como acunas mis cojones en tu pecho. Como coses unas alas de mosca a mi polla para enseñársela a tus amigas. Naufrago a tu alrededor como una soga demasiado prieta en torno al cuello azulado.
A veces he tenido deseos de mutilarme y enviarte mi sexo ensangrentado con un lazo de regalo. Deshacerme del anhelo y la pulsión. Y me imagino como aceptas encantada mi sumisión. Como acunas mis cojones en tu pecho. Como coses unas alas de mosca a mi polla para enseñársela a tus amigas. Naufrago a tu alrededor como una soga demasiado prieta en torno al cuello azulado.
El hachís reblandeciéndome el cerebro. Bukowski riéndose en las alturas de todos nosotros. Somos pusilánimes. Ajenos al desdén de lo importante. Somos Dresde. Mujeres alemanas violadas una y otra vez. Abriendo sus piernas a los vencedores. Desgarrando sus rodillas. Recibiendo el cáliz ruso a horcajadas antes del fundido en negro de los bombardeos.
Ropa interior desahuciada.
Dedos abriendo la carne. Dolor. Placer. Mentira. Posesión. Me intentas arañar
pero te aplasto con mi cuerpo. Mi polla entra y sale con dureza. Tus ojos
refulgen odio. Estoy a punto de correrme. La saco y vuelvo a deslizarla en tu
interior muy lentamente. Gimes y todo sigue su rumbo. Divago para alargarlo. Es
todo una idiotez. Fricción. Sangre inflamándolo todo. El orgasmo es la mentira.
Cuando llega todo se vuelve opaco y pierde su importancia. El orgasmo es la
empalación del romanticismo. Es la puta del año pasado. Es un disfraz de
rencor. Somos hormigas alienadas debajo de una lupa. Y la lupa se siente
poderosa ajena al niño. Y el niño juega ajeno a la vida del adulto. Y Dios observa
todo desde su celda acolchada. Su baba blanca es el universo tal y como lo
conocemos. Pero toda esa energía indiscernible y todopoderosa está totalmente
ida. Su cerebro es un cascarón vacío. Es la nada sin un nombre digno de
recordar. Un fantasma sin pasado. Una broma escatológica. Miedo a la otredad.
Y todo sigue. Y seguimos.
Pero tu orgasmo no llega. Y el mío es muerte.
Huy, como estamos.
ResponderEliminarSigamos...
Brutal y despiadado.
ResponderEliminarReventarse los sesos contra la pared del deseo más atroz.
Eres increíble, así, como más me gusta, no pares nunca.
ResponderEliminarPues deberías de vivir un poco.
ResponderEliminar.....
ResponderEliminarme superas.
Sin duda es el caos sin escrúpulos, es el vacío arrojado al grado sublime!!!!
ResponderEliminarMuy bello poema.
ResponderEliminarUn beso.
de puta madre.
ResponderEliminarasí da gusto leer fumar aceite y beberte la noche.
abrazo.